Diferencia entre revisiones de «Página:Esmeraldas (Cuentos mundanos).djvu/11»

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Según costumbre, Juanita y yo—dos muchachos de 13 años—habíamos ido al jardín en busca de violetas, durante una templada tarde de Agosto.
Según costumbre, Juanita y yo —dos muchachos de 13 años— habíamos ido al jardín en busca de violetas, durante una templada tarde de Agosto.


Allí, sentados a la sombra de los grandes árboles, escudriñábamos entre las hojas verdes, buscando las pequeñas flores fragantes.
Allí, sentados a la sombra de los grandes árboles, escudriñábamos entre las hojas verdes, buscando las pequeñas flores fragantes.
Línea 7: Línea 7:
Examinábamos la misma mata y de repente nuestras manos se encontraron sobre el tallo de una gran violeta nacida al reparo de una piedra, que yo me apresuré a cortar.
Examinábamos la misma mata y de repente nuestras manos se encontraron sobre el tallo de una gran violeta nacida al reparo de una piedra, que yo me apresuré a cortar.


—Qué linda... —dijo ella,—dámela!
—¡Qué linda... —dijo ella,— dámela!


—No!... es para mi ramo!
—¡No!... es para mi ramo!


—¡Dámela, me repitió, pero esta vez con un tono tal, que me obligó a mirarla a la cara... ¡no seas malo!
—¡Dámela, me repitió, pero esta vez con un tono tal, que me obligó a mirarla a la cara... ¡no seas malo!
Línea 15: Línea 15:
Y sus ojos negros fijándose en los míos me hicieron experimentar algo de que aún no me doy cuenta.
Y sus ojos negros fijándose en los míos me hicieron experimentar algo de que aún no me doy cuenta.


—¿No me la das?... —volvió a preguntarme.
—¿No me la dás?... —volvió a preguntarme.


Y como yo al mirarla me sonriera, se rió ella, mostrándome sus pequeños dientes blancos, mientras exclamaba con un tono de reproche... ¡Malo!
Y como yo al mirarla me sonriera, se rió ella, mostrándome sus pequeños dientes blancos, mientras exclamaba con un tono de reproche... ¡Malo!


—Y si te la doy, ¿qué me dás a mí?—le pregunté mirándola fijamente.
—Y si te la doy, ¿qué me dás a mí? —le pregunté mirándola fijamente.