Diferencia entre revisiones de «El conde de Montecristo: 4-02»
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Línea 383:
No obstante, la mirada parecía decir:
-No es tan sólo
-¿Pues qué es? -preguntó la joven-, ¿tú crees tal vez que yo te abandonaría, buen papá, y que mi casamiento me haría olvidadiza?
Línea 419:
Una expresión de alegría se reflejó en los ojos del anciano.
-Cuando quise retirarme al convento, recuerda que
Los ojos del anciano se humedecieron.
Línea 427:
Noirtier estaba cada vez más conmovido.
-¿También a ti
Al oír estas palabras, hubo tal expresión de malicia y sagacidad en los ojos de Noirtier, que la joven creyó leer en ellos estas otras:
Línea 497:
-¿Y para qué necesitáis un notario? -preguntó de nuevo Villefort.
La mirada del paralítico permaneció inmóvil, y por consiguiente muda, lo cual quería decir:
-¿Para jugarnos alguna mala pasada? -dijo Villefort-; no podía saber...
Línea 704:
Pero Noirtier la miró con una expresión tal de ternura, que la joven exclamó:
-¡Oh!, ¡mi buen padre!, bien lo veo, sólo me quitáis vuestra fortuna, pero reserváis
-¡Oh!, sí, seguramente -dijeron los ojos del paralítico cerrándose con una expresión ante la cual Valentina no podia engañarse.
Línea 742:
-Sí, sí, sí -repitió tres veces el anciano.
-¿No
-Sí.
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