Diferencia entre revisiones de «Cuento de cuentos»

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La{{P|L}}a habla que llamamos castellana y romance tiene por dueños todas las naciones; los Arabes, los Hebreos, los Griegos. Los Romanos naturalizaron con la victoria tantas voces en nuestro idioma, que la sucede lo que á la capa del pobre, que son tantos los remiendos, que su principio se equivoca con ellos.
 
En el origen de ella han hablado algunos linajudos de vocablo que desentierran los huesos á las voces:cosa mas entretenida que demostrada, y dicen que averiguan lo que inventan.
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:::::::::::'''Cuento de cuentos'''
 
Ello{{P|E}}llo se ha de contar; y si se ha de contar, no hay sino sus, manos á la obra. Digo, pues, que en Sigüenza habia un hombre muy cabal, y muchucho, que diz que se decía Menchaca, de muy buena capa. Estaba casado con una muger, y esta muger era de punto, y mas grave que otro tanto (llámese como se llamare). Tenían dos hijos, que como digo, eran pintiparados; y no le quitaban pizca al padre. El uno de ellos era la piel del diablo; el otro, un chisgaravís, y cada día andaban al morro, por quítame allá esas pajas. El menor era vivo, como una cendra, y amigo de hacer tracamundanas, y baladrón; el padre lo sentía á par de muerte, mas él, ni por esas, ni por esotras. El mayor era hombre de pelo en pecho, y echaba el bofe por una mozuela, como un pino de oro, delicada, veme no me tengas y alharaquienta. Era viuda, y su marido, como digo de mi cuento, murió; y diz que se tuvo barruntos, que ella le había dado con la del Martes. Estuvo en un tris de suceder una de todos los diablos; el padre, que era marrajo, lloraba hilo á hilo, é iba, y venía en estas, y estotras. Y un día, entre otros, que le dió lugar la murria, la dixo su parecer de pe á pa; y seco, y sin llover, mandóla que se metiese en un Convento al proviso. Ella se cerró de campiña; y así se estuvieron erre a erre muchos días, hasta que el padre, que ya estaba enfadado, la dixo; que por tantos, y quantos, que había de hacer, y acontecer; ver veamos si han de ser tixeretas; y en justos y en verenjustos, dió con ella en una recoleccion.
 
Era la pupilera muger de chapa, y no amiga de carambolas, y el licenciado persona de tomo, y lomo. La moza que vió esto, viene, y toma, y qué hace, y sin mas, ni mas, como quien no quiere la cosa; escribe á su galán, que ya andaba con mosca, diciéndole, que todo era agua de cerrajas, y que ella habia puesto pies en pared; y que quisiese, que no quisiese, se iria con él cantando las tres ánades madre, que atáse él bien su dedo y se riese de toda la zalagarda, y traque barraque.