Diferencia entre revisiones de «Manfredo: Acto II: Escena IV»
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[[Manfredo]]<br>Segundo acto: Escena IV|Lord Byron}}
(El palacio de Ariman.—Ariman está sobre un globo de fuego que le sirve de trono, rodeado por los Espíritus.)
'''HIMNO DE LOS
'''EL PRIMER DESTINO.'''
Gloria al grande Ariman. Su poder se
'''EL SEGUNDO DESTINO.'''
Gloria al grande Ariman, nosotros doblamos la rodilla a su presencia, nosotros, que pisamos las cabezas de los hombres.
'''EL TERCER DESTINO.'''
Gloria al grande Ariman; nosotros esperamos la
'''NÉMESIS.'''
Rey de los reyes, nosotros somos tus vasallos, y todos los seres que tienen vida lo son nuestros. Aumentar nuestro poder
'''UN
'''SEGUNDO
Este hombre no me es desconocido, es un poderoso
'''TERCER
'''TODOS LOS
'''MANFREDO.'''
Conozco vuestro poder, y sin embargo ya veis que no obedezco.
'''UN CUARTO
Nosotros te
'''MANFREDO.'''
No tengo necesidad de aprenderlo.
'''QUINTO
'''MANFREDO.'''
Que Ariman se prosterne delante del que es superior a
'''LOS
Confundamos a este gusanillo;
'''EL PRIMER DESTINO.'''
Retiraos; este hombre es
'''NÉMESIS.'''
'''EL PRIMER DESTINO.'''
'''MANFREDO.'''
Vosotros
'''NÉMESIS.'''
'''MANFREDO.'''
'''NÉMESIS.'''
Gran Ariman,
'''ARIMAN.'''
'''NÉMESIS.'''
'''MANFREDO.'''
A un muerto que estuvo privado de sepultura: llama a
'''NÉMESIS.'''
Sombra o
'''MANFREDO.'''
¿Es la muerte la que veo? Aun brillan los colores en sus mejillas; pero reconozco demasiado que no son colores vivientes. El encarnado no es natural, se parece al que produce el otoño sobre las hojas marchitas. Ella es ciertamente, ¡oh cielo! ¡Y tiemblo al mirarla, al mirar a Astarté! No, no puedo hablarle, pero quiero que ella hable, que me condene o me perdone.
'''NÉMESIS.'''
Por el poder que te ha hecho salir de la sepultura que te servía de prisión, habla al que acabas de oír, o a aquellos que te han invocado.
'''MANFREDO.'''
Guarda silencio; y para mí es una respuesta cruel.
'''NÉMESIS.'''
Mi poder no va más lejos. Príncipe del aire, tú sólo puedes ordenarle el hacer oír su voz.
'''ARIMAN.'''
Espíritu obedece a este espectro.
'''NÉMESIS.'''
¡Todavia calla! No está pues bajo nuestro imperio, pero pertenece a otros poderes. Mortal, tu pregunta es excusada, y nosotros estamos confusos igualmente que tú.
'''MANFREDO.'''
¡Escúchame! ¡Astarté, mi querida, óyeme y dígnate hablarme! He sufrido tanto, sufro todavía tan cruelmente. ¡Mírame! ¡La muerte no te ha cambiado tanto, como yo debo parecerlo a tu vista! Tú me amaste demasiado tiernamente y mi amor era digno del tuyo. No hemos nacido para atormentarnos uno y otro de este modo por culpable que haya sido nuestro amor. Dime que no me detestas, que solo yo sea castigado por los dos, que tú serás recibida en el número de los bienaventurados y que yo debo morir. Porque hasta ahora todo lo que hay de más odioso conspira a encadenarme con la existencia, a una existencia que me hace ver con terror la inmortalidad, y un porvenir semejante a lo pasado. No puedo encontrar ningún descanso. Ignoro yo mismo lo que deseo y lo que busco, y no siento sino lo que tú eres y lo que soy. Quisiera oír tu voz todavía una vez antes de morir, la voz que para mi oído era la más dulce melodía. Respóndeme, ¡oh querida mía! Te he llamado en las sombras de la noche; he asustado a los pájaros dormidos bajo las hojas silenciosas, he despertado al lobo en las montañas, y he hecho conocer tu nombre a los ecos de las cavernas mas sombrías. El eco me ha respondido, los espíritus y los hombres también me han respondido, tú sola has permanecido muda. He visto sucederse el giro de las estrellas en la bóveda celeste; he dirigido mi vista hacia ellas para ver si podía descubrirte; he recorrido la tierra para ver si encontraba alguna cosa que se te pareciese: dígnate de hablarme finalmente; mira a esos espíritus que nos rodean que se enternecen al oír mis quejas; yo los miro sin terror y sólo lo tengo por ti; dígnate de hablarme aunque no sea sino para manifestar tu enojo; dime a lo menos... Yo no sé lo que deseo; pero déjame todavía oír tu voz por la última vez.
'''LA SOMBRA DE ASTARTÉ.'''
¡Manfredo!
'''MANFREDO.'''
¡Ah! Prosigue por favor: esta voz me reanima; es la tuya seguramente.
'''LA SOMBRA.'''
¡Manfredo!, mañana se acabarán tus dolores terrestres. iAdiós!
'''MANFREDO.'''
Todavía una palabra, iuna sola palabra! ¿Estoy perdonado?
'''LA SOMBRA.'''
¡Adiós!
'''MANFREDO.'''
¿No nos veremos más?
'''LA SOMBRA.'''
¡Adiós!
'''MANFREDO.'''
¡Ah, por compasión! Todavía una palabra; dime si me amas.
'''LA SOMBRA.'''
¡Manfredo!
(Desaparece.)
'''NÉMESIS.'''
Se ha ido y no volverá a aparecer: sus palabras se cumplirán; vuelvete a la tierra.
'''UN ESPÍRITU.'''
Se encuentra en las convulsiones de la desesperación; ved los mortales: quieren penetrar los secretos que son superiores a su naturaleza.
'''OTRO ESPÍRITU.'''
¡Pero ved cómo se domina a sí mismo, y cómo somete sus tormentos a su voluntad! Si hubiese sido un espíritu como nosotros hubiera sobrepujado a todas las otras inteligencias celestes.
'''NÉMESIS.'''
¿Tienes todavía que hacer alguna pregunta a nuestro augusto monarca o a sus vasallos?
'''MANFREDO.'''
Ninguna.
'''NÉMESIS.'''
'''MANFREDO.'''
No importa; adonde
favor que acabas de concederme.
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