Diferencia entre revisiones de «Franceses, un esfuerzo más si quereis ser republicanos»

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Línea 9:
'''La religión'''
 
Vengo a ofrecer grandes ideas: se las escuchará, se reflexionará sobre ellas; si todas no todas agradan, al menos permanecerán algunas; habré contribuido en algo al progreso de las Luces, y estaré contento. No lo oculto, no, es con dolor que veo la lentitud con la cual intentamos llegar al objetivo; es con inquietud que siento que estamos en la víspera de no conseguirlo una vez más. ¿Se cree que este objetivo se alcanzará cuándo sea dado por las leyes? Inimaginable. ¿Qué haríanharíamos de las leyes sin religión? Necesitamos un culto y un culto hecho para el carácter de un republicano, bien distante de poder reanudar el de Roma. En un siglo en que también estamos así de convencidos de que la religión debe apoyarse en la moral, y no la moral sobre la religión, es necesaria una religión que vayasirva a las costumbres, quiénque estésea como elsu desarrollo, como lasu consecuencia necesaria, y que pueda, elevando el alma, tenerlotenerla perpetuamente a la altura de esta libertad preciosa de la que hace hoy su único ídolo. AhoraPregunto, ahora bien, pregunto si se puede suponer que la de un esclavo de Tito, que la de un baratoindigno histrionhistrión de Judea, ¿puedapuede convenir a una nación libre y belicosa que acaba de regenerarse? No, mis compatriotas, no, no lo crean. Si, desgraciadamente para él, el Francésfrancés ensevelissaitcayera aúnnuevamente en las oscuridad del cristianismo, por una parte el orgullo, la tiranía, el despotismo de los sacerdotes, defectos siempre que reaparecen en esta horda impura, delpor otrootra la bajeza, las pequeñaslimitadas vistasmiras, las llanurasestupideces de los dogmas y los misterios esta de la indigna y fabulosa religión, embotando el orgullo del alma republicanorepublicana, elenseguida habríanla traído prontotraerían bajo el yugo que su energía acaba de romper. No pierden vista que esta pueril religión era una de las mejores armas en manos de nuestros tiranos: uno de sus primeros dogmas fue el de dar al César lo del César; pero desalojamos a César y no queremos ya nada de él.
 
No perdamos de vista que esta pueril religión era una de las mejores armas en manos de nuestros tiranos: uno de sus primeros dogmas fue el de dar al César lo del César; pero desalojamos al César y no queremos ya nada para él. Francés, sería en vano que seos halagaríanenorgullecierais de que el espíritu de unaun clero juramentadajuramentado no debe ya ser el de unaun clero a prueba de calorrefractario; hahay defectos de estadosu cuyosnaturaleza seno se corrigecorrigen nunca. Antes de diez años, por medio de la religión cristiana, por su superstición, por sus prejuicios, susvuestros sacerdotes, a pesar de su juramento, a pesar de su pobreza, reanudarían sobre loslas almas el imperio quienque antes habían invadido; seos réenchaîneraientreencadenarían a reyes, porque lael potenciapoder de éstos apoyó siempre laal del otro, y su edificio republicano se aplastaría, a falta de bases.
 
OA ustedesvosotros, quienes tienen la guadaña aen la mano, llevereciba el último golpe alel árbol de la superstición; no satisfacenos dedeis por satisfechos con podar las ramas; desarraiguedesarraigad totalmente una planta cuyos efectos son tan contagiosos; perfectamente esténpodeis estar convencidos de que suvuestro sistema de libertad e igualdad se opone demasiado abiertamente a los Ministrosministros de Altareslos altares del Cristo para quellegar seaa ver a nunca uno sólo, o que lo adoptaadopte de buena fe o que no pretendepretenda sacudirlo, si llega a reanudar aalguna algún imperioautoridad sobre las conciencias. ¿Cuál será el sacerdote quienque, comparando alel estado dondea que se acaba de reducirlo con el del que gozaba antes, ¿no haráhaga todo lo que dependerá élpueda para recuperarse y la conciencia y la autoridad que élhabía se tiene hace perderperdido? ¡Y quequé de seres escasoslimitados y pusillanimes volverán a ser pronto los esclavos de esta ambiciosa tonsura! ¿Por qué no se imagina que los inconvenientes que existieron pueden aún reaparecer? En la infancia de la iglesia cristiana, ¿los sacerdotes no eran quienes son hoy? Ven dónde llegaban: quién, con todo, ¿el habían conducido allí? ¿No eran los medios que les proporcionaba la religión? Ahora bien, si no la defienden absolutamente, esta religión, los que lo predican, teniendo siempre los mismos medios, llegarán pronto al mismo objetivo.
 
Destruya pues nunca destruir a todo lo que puede un día su obra.