Diferencia entre revisiones de «El Discreto/Realce VII»

Contenido eliminado Contenido añadido
Escarlati (Discusión | contribs.)
Sin resumen de edición
Escarlati (Discusión | contribs.)
Sin resumen de edición
Línea 20:
El varón de todos ratos es señor de todos los gustos y es buscado de todos los discretos. Hizo la naturaleza al hombre un compendio de todo lo natural; haga lo mismo el arte de todo lo moral. Infeliz genio el que se declara por de una sola materia, aunque sea única, aun la más sublime; pues ¿qué, si fuere vulgar? Vicio común de los empleos: no sabe platicar el soldado sino de sus campañas, y el mercader de sus logros. Hurtanle todos el oído al unítono, la atención al impertinente, y si tal vez se vencen, es en conjuración de fisga.<ref>''fisga:'' «burla», «gesto que se hace con disimulo para que lo vean los circundantes y no aquel por quien se hace.» (''Diccionario de autoridades'').</ref>
 
Siempre fue hermosamente agradable la variedad, y aquí lisonjera. Hay algunos, y los más, que para una cosa sola los habéis de buscar, porque no valen para dos; hay otros que siempre se les ha de tocar un punto y hablar de una materia, no saben salir de allí; hombres de un verbo, Sísifos<ref>Sísifo fue castigado por los dioses a empujar una piedra hasta lo alto de una colina, que después se despeñaba y así eternamente.</ref> de la conversación, que apedrean con un tema. Tiembla de ellos con razón todo discreto, que, si se echa un necio de éstos sobre su paciencia, llegará a verter el juicio por los poros, y por temor de contingencia tan penosa, codicia antes la estéril soledad y vive al siglo de oro interiormente.
 
Aborrecible ''ítem''<ref>''ítem:'' «repetición» (como en el ''Quijote'', II, III.</ref> el de algunos, enfadoso macear, que todo buen gusto lo execra, deprecando que Dios nos le libre de hombre de un negocio en el hablarlo y en el solicitarlo, desquítannos de ellos unos amigos universales, de genio y de ingenio, hombre para todas horas, siempre de sazón y de ocasión. Vale uno por muchos, que de los otros, mil no valen por uno, y es menester multiplicarlos, hora por amigo, con enfadosa dependencia.
 
Nace esta universalidad de voluntad y de entendimiento de un espíritu capaz, con ambiciones de infinito; un gran gusto para todo, que no es vulgar arte saber gozar de las cosas y un buen lograr todo lo bueno. Práctico gustar es el de jardines, mejor el de edificios, calificado el de pinturas, singular el de piedras preciosas; la observación de la antigüedad, la erudición y la plausible historia, mayor que todas la filosofía de los cuerdos; pero todas ellas son eminencias parciales, que una perfecta universalidad ha de adecuarlas todas.