Diferencia entre revisiones de «El Discreto/Preliminares»

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El cuarto (que es calidad) de los trabajos de un amigo doy al lucimiento. Muchos faltan hasta doce, que aspiran a tanta emulación. Puedo asegurar que no le desaniman al presente los pasados, aunque el primero fue un ''Héroe'', cuya mayor gloria no es haberse visto impreso tantas veces y en tantas leguas, todas de su fama; no haber sido celebrado de las más cultas naciones; no haberle honrado tanto algunos escritores, que injirieron capítulos enteros en sus eruditas obras, como lo es ''El Privado Cristiano''.<ref>En El Privado Cristiano, Madrid, 1641, de Fray José Laínez se insertan páginas completas del Héroe.</ref> Su verdadero aplauso, y aun su vida, fueron estas reales palabras que dijo, habiéndose dignado de leerle el gran Filipo IV de las Españas: «Es muy donoso este brinquiño;<ref>''brinquiño:''joya pequeña colgante que llevaban las damas</ref> asegúroos que contiene cosas grandes». Que fue lo mismo que laurearlo de inmortal.
 
Tampoco le retira la crisis<ref>''crisis:'' juicio, estimación</ref> real aquella célebre ''Política'' del rey don Fernando el Católico, que a votos de juiciosos es lo mejor de este autor. No la prodigiosa ''Arte de Agudeza'', por lo raro, erudito e ingenioso, que antes de ella se tenía por imposible hallarle arte al ingenio. Contentole tanto a un genovés, que la tradujo luego en italiano, y aun se la apropió, que no se contentan éstos con traducir el oro y plata de España, sino que quieren chuparla hasta los ingenios.<ref>Matteo Peregrini publicó su ''Delle Acutezze'' en 1639, tres años antes que el Arte ''de ingenio. Tratado de la agudeza'' de Gracián. Es pues injusta la acusación de plagio aquí aducida.</ref> Ninguno, pues, de los que le preceden, juzgaría que le espanta, si los que le siguen, especialmente un ''Atento'' y un ''Galante'', que le vienen ya a los alcances y le han de pasar a ''non plus ultra''.<ref>Aquí se mencionan dos obras que el jesuita no llegó a públicar y que tal vez quedaron en parte refundidas en el ''Oráculo manual y arte de prudencia''.</ref>
 
Mas a dos géneros de lectores he oído quejarse de estas obras;: a unos de las cosas y a otros del estilo; aquéllos por sobra de estimación, y éstos por deseársela. Objetan los primeros, y aun se lastimaba la Fénixfénix de nuestro siglo para toda una eternidad, la excelentísima señora Condesacondesa de Aranda, en fe de sus seis inmortales plumas, de que materias tan sublimes, dignas de solos Héroeshéroes, se vulgarizasen con la estampa y que cualquier plebeyo, por precio de un real, haya de malograr lo que no le tiene. Oponen los segundos que este modo de escribir puntual, en este estilo conciso, echa a perder la lengua castellana, destruyendo su claridad, que ellos llaman pureza. ¡Oh, cómo solemnizara este vulgar cargo, si lo oyera, el crítico Barclayo, y aun lo añadiera a su ''Satiricón'', donde apasionadamente condena a barbaridad la española llaneza en sus escritores!
 
Intento responder a entrambos de una vez, y satisfacer a los unos con los otros, de suerte que la objeción primera sea solución de la segunda, y la segunda, de la primera. Digo, pues, que no se escribe para todos, y por eso es de modo que la arcanidad del estilo aumente veneración a la sublimidad de la materia, haciendo más veneradas las cosas el misterioso modo del decirlas. Que no echaron a perder Aristóteles ni Séneca las dos lenguas, griega y latina, con su escribir recóndito. Afectáronle, por no vulgarizar entrambas filosofías, la natural aquél y la moral éste, por más que el Momo<ref>Momo es la personificación de la burla y la sátira, se representa como un dios anciano y holgazán. </ref> inútil los apode a entrambos, de jibia<ref>Sepia, calamar. Por defenderse con la tinta, es emblema del engaño mediante la oscuridad. Se refiere a la fama de estilo oscuro que cobró Aristóteles desde Plinio.</ref> al uno y de arena sin cal<ref> Todo el pasaje alude a que Calígula, un inútil Momo ridículo, que despreciaba el estilo conciso de Séneca, pues "arena sin cal" significa carente de adornos, de ornato.</ref> al otro.
 
Merezca, lector discreto, o porque lo eres o para que lo seas, tener vez este arte de Entendidos, estos aforismos de prudencia, en tu gusto y tu provecho.