Diferencia entre revisiones de «Estampas románticas: III»

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Estampas románticas III|Medardo Ángel Silva}}
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Encanto mustio, frío encanto versallesco
En este parque antiguo —¡que tanto se parece,
del budoir... Empañado cristal de las arañas...
por su abono y paz al jardín de mi vida!—
Del celeste plafond, donde se admira un fresco
el pájaro que canta, la flor que se estremece
de Mignar, cuelgan aúreos hilos de telarañas...
nos hablan dulcemente de una edad extinguida.
 
Pende, ya desdorado, de la pared desnuda
Sobre todo hay un sitio —donde un Eros de piedra
el espejo que viera el mohín de Madama,
dispara eternamente sus flechas diamantinas—
mientras algún abate decía un epigrama
en que huelen a carne las hojas de la yedra
casi mordiendo el raso de su oreja menuda...
y se ven dulces nombres en las viejas encinas...
 
El elegante osario del lindo tiempo ido,
Y, a la anémica luz del crepúsculo lila,
hoy parece la estancia de esfumados aromas,
se yerguen vagas formas de una época lejana...
donde es tal el silencio que se escucha el ruido
¡Y la blanca teoría fantástica desfila
que hacen, al taladrar los muebles, las carcomas...
como el ceremonioso ritmo de una pavana!
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