Diferencia entre revisiones de «Curso Zodiacal: Capricornio»

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{{encabezado2|[[Curso Zodiacal]]: <br>CAPRICORNIO|Henrich Arnold Krumm-Heller}}
 
Querido Discípulo:
 
La Rodilla, como articulación de la Pierna, es un mecanismo
verdaderamente complicado si nos atenemos a la formación de sus
huesos, ligamentos, etc., dispuestos de un modo raro y curioso. Por su
estructura, al parecer sencilla, debería ser una de las articulaciones
más débiles, pero basta observar ciertas proezas llevadas a cabo por
los atletas, para darse cuenta de la enorme fuerza y resistencia que
tiene esa parte de nuestro organismo. Dibujos antiguos y modernos,
describiendo las fuerzas magnéticas, sitúan frente a la rodilla rayos tan
fuertes como aquellos que pintan simulando salir briosamente de las
manos y de los ojos de los Magnetizadores, como para expresar con
tal simbolismo, que la rodilla no es otra cosa que un excelente foco
Magnético.
 
Descritos ya, al hablar de Venus los Líquidos en sus estados fluídicos
y semifluídicos, hemos de hacer notar esa substancia rarísima que se
esconde en nuestras Rodillas y a la que, en Ciencia Natural, se da el
nombre de SINOVIA. Es decir SIN, con y OVIA, huevo. Pudiéramos
decir vulgarmente, que es UNA SUBSTANCIA CON HUEVO. Huevo,
por otra parte, ya sabemos que es un vehículo generador de especies.
Esta secreción de la pared de la cápsula articular, no sólo tiene por
objeto hacer resbalar las superficies óseas, sino que tiene la misión de
prestar cierta fuerza física a nuestras extremidades. De otro modo, si
la substancia en cuestión sólo tuviera la misión de hacer resbalar los
huesos correspondientes, no seria posible sufrir esas grandes pruebas
a que se someten los atletas y se estaría expuesto constantemente a incidencias lamentables, pero, por el contrario, es una especie de
freno para que los huesos no jueguen más que en el sentido
adecuado.
 
La Sinovia de la Rodilla es de una composición especial que aún la
Ciencia no ha descubierto, pero que no es desconocida para quienes,
como nosotros, se dedican a ciertos estudios. De los Signos
Zodiacales, es precisamente Capricornio el que tiene su actuación
sobre las Rodillas, unido a él el Planeta Saturno. Ahora bien, a
Saturno corresponden asimismo todos los Huesos, es decir el
Esqueleto entero, el Oído, y secundariamente el Estómago y los
Pechos. Hemos registrado una inmensa cantidad de Obras Antiguas
para ver si los viejos maestros habían notado siempre esta rara
coincidencia de que Saturno rija Huesos, Pecho y Estómago, y en
efecto la observación fue hecha en todas sus partes. Sin embargo, si
consideramos la presencia de Médula en los Huesos y la acción del
Estómago como principal factor del Metabolismo, ello nos puede dar
cierta luz para llegar a comprender esa conexión.
 
En cuanto a árboles, corresponden a Saturno los Cipreses y los Pinos.
En Alemania y más aún en los países nórdicos, cuando azota el frío
del Invierno caen todas las hojas de los árboles y queda ese tono gris
peculiar de las arboledas desnudas. Pero hay excepciones. Los
Cipreses y los Pinos quedan verdes y llenos de frescura, aún con los
fríos más intensos, y es que Saturno, como gran conservador, los
ampara y sostiene en ese estado.
 
Saturno en Capricornio es el Gran Planeta de la Redención, y si es
también el Genio de la Muerte, es siempre la Muerte que da vida como
una misteriosa resurrección. Júpiter, con sus fuerzas, es dadivoso y
obsequia, puede decirse, a los humanos, con su bienhechora
influencia. Pero su efecto es pasajero. En cambio todo lo que da
Saturno es permanente y todo cuanto toca jamás fenece, quedando
intacto en este estado de vida donde la muerte con su constante
destejer no llega. Por eso debemos nosotros pasar por esas fuerzas
de Saturno, pues, sólo él hace que los beneficios adquiridos sean
duraderos y jamás se extingan.
 
Si no pasaran nuestras corrientes terrestres por esos acumuladores
sinoviales, sus efectos no tendrían duración, pues, Saturno es el
tiempo, la duración, y su esposa es Rea (Cibeles), Diosa de la Tierra,
de todo cuanto fluye. Por eso vale la pena estudiar la Mitología Griega
en cuanto al significado de Rea como madre de Ceres, Juno, Neptuno,
Plutón y Vesta, y sus diferentes denominaciones de Bona, Dea, Ceres,
Dindimena, Ops, Tellus, y sobre todo, como madre de Júpiter y su
salvador, y como hija de Urano. En todas estas denominaciones de
Deidades griegas se esconden FUERZAS de la Naturaleza que
debemos considerar aquí al querer dar cuenta de la importancia de la
Rodilla con su Sinovia al pasar por ella las corrientes magnéticas de la
Tierra. Estas corrientes pasan desde ahí por todos los huesos, es
decir, por la médula de todos ellos, invadiéndonos de energías
magnéticas. Si estas mismas fuerzas o corrientes pasaran tal como
vienen de la Tierra, las cuales se agitan bajo Neptuno y Júpiter, sus
efectos serian muy distintos. Es necesario que se saturen previamente
en la Rodilla, donde reciben el plomo o peso de Saturno. El plomo es
el metal de Saturno, demasiado pesado, y en su estado coloidal no
penetra en nuestro organismo sino es bajo el impulso de Saturno y
exclusivamente por la Rodilla.
 
Igual que en la época que actúa Cáncer en el Solsticio de Verano,
tiene ahora el Sol en Capricornio una influencia magnética especial. El
Símbolo de esta Constelación es un Macho Cabrio, que nos recuerda
al Macho Cabrio de Méndez, presentado siempre como emblema de
Magia Negra, no siendo más que el mismo símbolo con su mismo
significado esotérico. En el 25 de Diciembre nace el Salvador del
Mundo en un pesebre y su ascensión a la vida un Macho Cabrio para
ofrecer asimismo una nueva vida a la Humanidad.
 
Jámblico trató de probar en su tiempo, que todos los Mitos de Apolo,
Marte, Mercurio, Adonis, Attis y Osiris no fueron más que
representaciones solares, y Aureliano instituyó la misma fiesta del 25
de diciembre como la fiesta del NATALIS INVICTI o del SOL INVICTI,
para que luego los Cristianos se apropiaran esa fecha para celebrar el
Nacimiento del Nazareno, hacia los años 354 a 360 de nuestra Era.
 
Todos estos son, en el fondo, los mismos Mitos y cada uno de ellos se refiere a la Fuerza Solar que tiene diferentes modos de manifestación
y actuación según donde influya y según la constelación porque pasa
el Astro Rey, lo cual, como hemos probado durante el presente Curso,
tiene relación con las diferentes partes y órganos de nuestro cuerpo.
Tenemos la seguridad de que jamás Libro alguno habrá dado a
conocer estas explicaciones tan claramente, a menos que nuestros
Discípulos hayan leído nuestras Obras, especialmente “Iglesia
Gnóstica”, donde se habla de esa FUERZA INTIMA SOLAR bajo el
nombre de FUERZA CRISTONICA, que tratamos de adquirir y que
tiene en esos 12 puntos Zodiacales de nuestro Ego material sus
puertas de entrada.
 
Los ejercicios de Capricornio se hacen moviendo las rodillas, sobre
todo la derecha, concentrando la mente sobre esa región. Los que
saben de Masonería pueden hacer los movimientos que hace el
maestro al entrar a un taller, pues, esa marcha es realmente Iniciática.
Muchas veces se ríen los Maestros Masones, cuando entran al
Templo en su grado, de las piruetas que se les obliga a hacer pasando
por encima de un ataúd imaginario, dando un paso a la derecha y otro
a la izquierda, doblando las rodillas como para salvar el obstáculo. Sin
embargo, estos movimientos no son más que una reminiscencia de la
gimnasia iniciática de los Misterios Antiguos en la que los Cabalistas
Judíos introdujeron sus yerros, de los que aún la Masonería no se ha
podido librar.
 
Los Rosacruces, que guardan incólumes estos secretos, vuelven
ahora a dar de nuevo el antiguo camino, puesto que la Maestría
Masónica cae bajo la Constelación de Capricornio, mientras que los
pasos que da al entrar en el Templo no son más que un medio de
facilitar la entrada en su organismo de las potencialidades de las
FUERZAS CÓSMICAS.
 
 
 
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