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de la libertad del Perú i al mando de la Escuadra combinada, bloqueaba el puerto i batía las fottalezas ocupadas por el Jeneral español Rodil. Franqueando el Gobierno del Perú sus puertos a todas las naciones de la tierra, parece que solo reserva este tratamiento para Chile i acaso para la España.
de la libertad del Perú i al mando de la Escua-

dra combinada, bloqueaba el puerto i batía las

fottalezas ocupadas por el Jeneral español Rodil.
V. S. encuentra la razón de esta conducta en los procedimientos del bergantin ''Aquíles'' en 21 de Agosto último; pero, el embargo de los buques peruanos, a mas de haber sido conforme a los mas severos principios de justicia, fué, como V. S. no ignora, la consecuencia inmediatamente precisa del uso que el Gobierno del Perú hacía de sus fuerzas navales para destruir la libertad i
Franqueando el Gobierno del Perú sus puertos
aun la independencia misma de Chile, abismándole primero en todos los horrores de la guerra civil.
a todas las naciones de la tierra, parece que solo

reserva este tratamiento para Chile i acaso para

la España.
En alguno de los buques de mi mando, reconocerá V. S. las prendas de paz con que el Gobierno del Perú brindaba a Chile en medio
V. S . encuentra la razón de esta conducta en
de la mas perfecta amistad, i cuando la honradez i lealtad chilenas no habían dado el menor motivo de queja; mas, no es del caso tocar estos hechos odiosos que renuevan ideas contrarias a los sentimientos de paz que debemos guardar, i de que, sobre todo, no corresponde a nosotros tratar.
los procedimientos del bergantín Aquí/es en 21

de Agosto último; pero, el embargo de los bu-

ques peruanos, a mas de haber sido conforme a
Los deseos de mi Gobierno de estrechar las relaciones de amistad entre el Perú i Chile, se manifiestan mejor en el hecho mismo de remitir un Ministro Plenipotenciario a este efecto, que en el insignificante convenio firmado por don Victorino Garrido, i que, celebrado con quien no tenía clase alguna de poderes que le autorizasen para convenir sobre los intereses jenerales de la
los mas severos principios de justicia, fué, como
Nación, fué visto dejarse a la ratificación discrecional del Gobierno de Chile.
V. S. no ignora, la consecuencia inmediatamente

precisa del uso que el Gobierno del Perú hacía

de sus fuerzas navales para destruir la libertad i
Por el contrario, la conducta del Gobierno del Perú respecto de la Escuadra de mi mando, indica el deseo gratuito de manifestar un ánimo hostil sin motivo i sin objeto. Las fuerzas peruanas no pueden desalojarme de la posicion que ocupo en este puerto ni de ninguna otra, fuera de los fuegos de las baterías, i el ponerme dentro de su alcance, léjos de ser motivo de alarma, lo sería
aun la independencia misma de Chile, abismán-
de satisfacción para el Gobierno, i una prueba evidente de mi confianza i de la sinceridad de mis intenciones.
dole primero en todos los horrores de la guerra

civil.

En alguno de los buques de mi mando, re-
Por último, señor Jeneral, encargado de conducir a mi bordo i poner en tierra al señor Ministro Plenipotenciario de Chile, i esperar el resultado de las negociaciones, mi deber es cumplir con esta órden. El no puede desembarcar si se impide que la Escuadra que le conduce éntre al puerto. Tampoco puede permanecer incomunicado con la Escuadra de mi mando, despues que desembarque, ni sería decoroso ni posible que, al mismo tiempo que permanecía un Ministro Plenipotenciario en tierra i subsistiesen las relaciones de buena armonía, estuviese la Escuadra de mi mando en absoluta incomunicación i considerada de hecho como enemiga. Tampoco alcanzo a concebir qué nueva hostilidad podría resultar de que los buques chilenos se hallasen en mas o ménos proximidad a tierra, o qué clase de desconfianza puede tenerse de ellos en una situación u otra; atendido el estado actual de las fuerzas navales del Perú.
conocerá V. S. las prendas de paz con que el

Gobierno del Perú brindaba a Chile en medio

de la mas perfecta amistad, i cuando la honradez
Con este motivo, tengo el honor de reiterar a V. S. las protestas de los sentimientos, de consideración i aprecio, con que soi de V. S. mui atento i obediente servidor. —Comandancia Jeneral de la Escuadra de Chile. —A bordo de la Corbeta Valparaiso al ancla enfrente del Callao. —Noviembre 1.° de 1836. —''Manuel Blanco Encalada''. —Al señor Jeneral, Comandante Jeneral de Marina i Gobernador del Callao.
i lealtad chilenas no habían dado el menor

motivo de queja; mas, no es del caso tocar estos

hechos odiosos que renuevan ideas contrarias a
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los sentimientos de paz que debemos guardar,

i de que, sobre todo, no corresponde a nosotros

tratar.
====Núm. 395====
Los deseos de mi Gobierno de estrechar las

relaciones de amistad entre el Perú i Chile, se

manifiestan mejor en el hecho mismo de remitir
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un Ministro Plenipotenciario a este efecto, que

en el insignificante convenio firmado por don

Victorino Garrido, i que, celebrado con quien no
Señor:
tenía clase alguna de poderes que le autorizasen

para convenir sobre los intereses jenerales de la

Nación, fué visto dejarse a la ratificación discre-
El oficio que V. S. se ha servido dirijirme, con esta fecha, es de tal naturaleza, que siento no esté en la esfera de mis atribuciones el pasar a contestarlo en los términos debidos. Como gobernador político í militar de esta plaza, debo ceñirme al desempeño de las obligaciones que mi destino me impone, i al exacto cumplimiento de las órdenes de mi Gobierno, sin entrar en
cional del Gobierno de Chile.
comunicaciones que son propiamente del dominio de la diplomacia.
Por el contrario, la conducta del Gobierno del

Perú respecto de la Escuadra de mi mando, indica

el deseo gratuito de manifestar un ánimo hostil
Las instrucciones que tengo respecto de la Escuadra del mando de V. S., son de no dejarla entrar en el puerto a tiro de cañón porque el Gobierno, en defensa i custodia de los intereses nacionales, no debe dar lugar a que se repitan actos semejantes al que V. S. ha querido calificar de embargo. Si el Gobierno de Chile desea sinceramente la buena intelijencia con el del Perú, i supuesto que existe a bordo de la Escuadra un Ministro Plenipotenciario, encargado del cultivo de relaciones amistosas, parece que lo natural es que el predicho Ministro se dirija a mi Gobierno para todo lo que pueda conducir al lleno de su misión, bien sea desembarcando, como he tenido la satisfacción de participar a V. S. que puede hacerlo libremente, o bien por medio de comucaciones oficiales desde a bordo.
sin motivo i sin objeto. Las fuerzas peruanas no

pueden desalojarme de la posicion que ocupo en

este puerto ni de ninguna otra, fuera de los fue-
Entre tanto, i miéntras por mi Gobierno no se me prevenga cosa en contrario, es de mi deber reiterar a V. S. que son terminantes las órdenes que tengo acerca de 110 permitir que los buques de guerra chilenos entren en el puerto; añadiendo que me sería sobre manera sensible la menor tentativa practicada por V. S. contra la inviolabilidad del territorio, aunque de sus consecuencias
gos de las baterías, i el ponerme dentro de su
sería V. S. el solo responsable ante Dios i los hombres.
alcance, léjos de ser motivo de alarma, lo sería

de satisfacción para el Gobierno, i una prueba

evidente de mi confianza i de la sinceridad de
Con tal motivo, el que suscribe tiene el honor de ofrecer al señor Vice-Almirante, los senti
mis intenciones.
Por último, señor Jeneral, encargado de con-
ducir a mi bordo i poner en tierra al señor Mi-
nistro Plenipotenciario de Chile, i esperar el
resultado de las negociaciones, mi deber es cum-
plir con esta órden. El no puede desembarcar si
se impide que la Escuadra que le conduce éntre
al puerto. Tampoco puede permanecer incomu-
nicado con la Escuadra de mi mando, despues
que desembarque, ni sería decoroso ni posible
que, al mismo tiempo que permanecía un Minis-
tro Plenipotenciario en tierra i subsistiesen las
relaciones de buena armonía, estuviese la Escua-
dra de mi mando en absoluta incomunicación i
IEMBRE DE 1836
403
considerada de hecho como enemiga. Tampoco
alcanzo a concebir qué nueva hostilidad podría
resultar de que los buques chilenos se hallasen
en mas o ménos proximidad a tierra, o qué clase
de desconfianza puede tenerse de ellos en una
situación u otra; atendido el estado actual de las
fuerzas navales del Perú.
Con este motivo, tengo el honor de reiterar a
V. S . las protestas de los sentimientos, de consi-
deración i aprecio, con que soi de V. S. mui
atento i obediente servidor. —Comandancia Je-
neral de la Escuadra de Chile. —A bordo de la
Corbeta Valparaiso al ancla enfrente del Ca-
llao.— Noviembre i.° de 1836.— Manuel Blanco
Encalada.
— Al señor Jeneral, Comandante Je-
neral de Marina i Gobernador del Callao.
Núm. 395
Número 4
Señor:
El oficio que V. S . se ha servido dirijirme, con
esta fecha, es de tal naturaleza, que siento no
esté en la esfera de mis atribuciones el pasar a
contestarlo en los términos debidos. Como go-
bernador político í militar de esta plaza, debo
ceñirme al desempeño de las obligaciones que
mi destino me impone, i al exacto cumplimiento
de las órdenes de mi Gobierno, sin entrar en
comunicaciones que son propiamente del domi-
nio de la diplomacia.
Las instrucciones que tengo respecto de la
Escuadra del mando de V. S ., son de no dejarla
entrar en el puerto a tiro de cañón porque el
Gobierno, en defensa i custodia de los intereses
nacionales, no debe dar lugar a que se repitan
actos semejantes al que V. S. ha querido calificar
de embargo. Si el Gobierno de Chile desea sin-
ceramente la buena intelijencia con el del Perú,
i supuesto que existe a bordo de la Escuadra un
Ministro Plenipotenciario, encargado del cultivo
de relaciones amistosas, parece que lo natural es
que el predicho Ministro se dirija a mi Gobierno
para todo lo que pueda conducir al lleno de su
misión, bien sea desembarcando, como he tenido
la satisfacción de participar a V. S. que puede
hacerlo libremente, o bien por medio de comu-
caciones oficiales desde a bordo.
Entre tanto, i miéntras por mi Gobierno no se
me prevenga cosa en contrario, es de mi deber
reiterar a V. S. que son terminantes las órdenes
que tengo acerca de 110 permitir que los buques
de guerra chilenos entren en el puerto; añadiendo
que me sería sobre manera sensible la menor
tentativa practicada por V. S . contra la inviolabi-
lidad del territorio, aunque de sus consecuencias
sería V. S . el solo responsable ante Dios i los
hombres.
Con tal motivo, el que suscribe tiene el honor
de ofrecer al señor Vice-Almirante, los senti-