Diferencia entre revisiones de «Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo II (1818-1819).djvu/219»

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media rienda i le grité: "Mi amigo, venga Ud. para acá, que aquí es i en estos lances donde se conocen los hombres de espíritu;" i se paró, pero lo que vió que el fuego del enemigo, de cañon i de fusil, era vivo, se escapó sin hablar una palabra (Señores Excmos, estos son valientes de estrado i patriotas de estómago), como lo hicieron la mayor parte de los jefes. —El proclamante dió dos guias al señor coronel Las Heras para el camino, que nos debíamos retirar i mandar avisos a los jefes de nuestra situacion i rumbo i... allí liberté la {{MarcaCL|RH|Patria}}Patria. —En la de Maipú, viniendo en el cuerpo de reserva i a la retaguardia del batallon de mi residencia, como segundo jefe, observé nuestra ala izquierda desbaratada i que venian en dispersion los batallones núm. 2 de Chile, núm. 1 i 8 de los {{MarcaCL|L|Andes}}Andes. Luego se me vino a la retaguardia mi comandante Lopez, diciéndome: "¿Qué haremos, Molinas?" i le contesté: "El Dios que en figura de jefe trate o lo vea yo huir le pego un pistoletazo. —Esta no es Cancha Rayada. —Despliegue Ud. en batalla sobre la derecha de la primera division, con fuego i ¡a la carga!" i dije: "Tambor ¡a degüello! i griten, hijos, ¡la {{MarcaCL|RH|Patria}}Patria libre! ¡libre la {{MarcaCL|RH|Patria}}Patria!" lo que me oyó el teniente de mi batallon Barra. —Con esta maniobra desbaratamos al enemigo, en particular los batallones de {{MarcaCL|L|Concepción}}Concepcion i del Infante, i observando el suplicante que el enemigo dispersaba i trataba de refujiarse a los cerros de la derecha del campo, en voz alta grité: "Ea, compañeros! síganme, no me dejen i haremos a la {{MarcaCL|RH|Patria}}Patria feliz"; (pero jefe ninguno se divisaba). Cuando miro por todas partes i veo a mi compañero Rencoret herido, mandé al oficial Honorato le amarrase las piernas i lo cuidase para que se retirase. ¡Lo que es un hombre guapo! no
<Section begin="Carta del ex Sargento Mayor Francisco Javier Molinas apelando a su sentencia"/>media rienda i le grité: "Mi amigo, venga Ud. para acá, que aquí es i en estos lances donde se conocen los hombres de espíritu;" i se paró, pero lo que vió que el fuego del enemigo, de cañon i de fusil, era vivo, se escapó sin hablar una palabra (Señores Excmos, estos son valientes de estrado i patriotas de estómago), como lo hicieron la mayor parte de los jefes. —El proclamante dió dos guias al señor coronel Las Heras para el camino, que nos debíamos retirar i mandar avisos a los jefes de nuestra situacion i rumbo i... allí liberté la Patria. —En la de {{MarcaCL|RH|Guerra|OK|Carta del ex Sargento Mayor Francisco Javier Molinas apelando a su sentencia}}Maipú, viniendo en el cuerpo de reserva i a la retaguardia del batallon de mi residencia, como segundo jefe, observé nuestra ala izquierda desbaratada i que venian en dispersion los batallones núm. 2 de Chile, núm. 1 i 8 de los Andes. Luego se me vino a la retaguardia mi comandante Lopez, diciéndome: "¿Qué haremos, Molinas?" i le contesté: "El Dios que en figura de jefe trate o lo vea yo huir le pego un pistoletazo. —Esta no es Cancha Rayada. —Despliegue Ud. en batalla sobre la derecha de la primera division, con fuego i ¡a la carga!" i dije: "Tambor ¡a degüello! i griten, hijos, ¡la Patria libre! ¡libre la Patria!" lo que me oyó el teniente de mi batallon Barra. —Con esta maniobra desbaratamos al enemigo, en particular los batallones de Concepcion i del Infante, i observando el suplicante que el enemigo dispersaba i trataba de refujiarse a los cerros de la derecha del campo, en voz alta grité: "Ea, compañeros! síganme, no me dejen i haremos a la Patria feliz"; (pero jefe ninguno se divisaba). Cuando miro por todas partes i veo a mi compañero Rencoret herido, mandé al oficial Honorato le amarrase las piernas i lo cuidase para que se retirase. ¡Lo que es un hombre guapo! no
queria. —En su tenor pude reunir a los capitanes Duarte, Labbé, tenientes Barra i Labbé i los
queria. —En su tenor pude reunir a los capitanes Duarte, Labbé, tenientes Barra i Labbé i los
alféreces Pastorízar, Quinteros i Gauna, quienes con ciento i nueve soldados de mi batallon, sin
alféreces Pastorízar, Quinteros i Gauna, quienes con ciento i nueve soldados de mi batallon, sin
olvidarme de los oficiales del número 7 Ramallo, Paez, Recabárren i Maldonado, con ciento setenta negros; éstos i los primeros (ínter las demas tropas de todos los cuerpos saqueaban las casas de Espejo) logré derrotar enteramente a los prófugos, matando i degollando; i habiéndome ya pillado la noche en el dicho cerro de la derecha, me vide obligado a capitular con el teniente Núñez del batallon el Infante, los que fueron rendidos a discrecion i perdonados diezinueve oficiales de toda graduacion i quinientos i seis soldados armados. Finalizado este acto, se me apareció el comandante Lopez, a quien le entregué i dí cuenta de lo acaecido, i con él i la presa marchamos a esta capital; i a la misma noche de la accion, a las doce de ella, los presentamos al Excmo. Director del Estado actual i dicho Señor ordenó los condujésemos a la Compañía. —Señores Excmos., esto es constante por los soldados i los oficiales que refiero. —Esto es lo que sabe hacer Molinas, que ojalá tuviera la {{MarcaCL|RH|Patria}}Patria miles como Molinas, i no que por diez onzas querian quitarle la vida, como le quitaron el empleo: que se me estremece el pulso i tiembla mi voz al pronunciar semejante atentado i desatino de los señores Larrazábal i Cuenca; esto fué tomadas como por vía de depósito i justificado en los autos. —¡Justicia al Cielo!
olvidarme de los oficiales del número 7 Ramallo, Paez, Recabárren i Maldonado, con ciento setenta negros; éstos i los primeros (ínter las demas tropas de todos los cuerpos saqueaban las casas de Espejo) logré derrotar enteramente a los prófugos, matando i degollando; i habiéndome ya pillado la noche en el dicho cerro de la derecha, me vide obligado a capitular con el teniente Núñez del batallon el Infante, los que fueron rendidos a discrecion i perdonados diezinueve oficiales de toda graduacion i quinientos i seis soldados armados. Finalizado este acto, se me apareció el comandante Lopez, a quien le entregué i dí cuenta de lo acaecido, i con él i la presa marchamos a esta capital; i a la misma noche de la accion, a las doce de ella, los presentamos al Excmo. Director del Estado actual i dicho Señor ordenó los condujésemos a la Compañía. —Señores Excmos., esto es constante por los soldados i los oficiales que refiero. —Esto es lo que sabe hacer Molinas, que ojalá tuviera la Patria miles como Molinas, i no que por diez onzas querian quitarle la vida, como le quitaron el empleo: que se me estremece el pulso i tiembla mi voz al pronunciar semejante atentado i desatino de los señores Larrazábal i Cuenca; esto fué tomadas como por vía de depósito i justificado en los autos. —¡Justicia al Cielo!


Señores Excmos., ahora, pues, calculen i gradúen VV.EE. de todo lo que han hecho i hacen con un héroe de la {{MarcaCL|RH|Patria}}Patria; ahora, pues, no se reirán nuestros enemigos: es mui cierto, pues si así se paga a quien tantas veces ha sabido vender bien su vida ¿qué sera de los cobardes adulones? Éstos son los que privan. —Los señores del Tribunal ¿por qué, ántes de sentenciarme, no lo hicieron saber por órden? —Nó, sino que tenian la ponzoña de rencor adentro reconcentrada, una cosa mui impropia, contra todo derecho de jentes i de hombres nobles. —Nó, señor: al mes de actuada la sentencia tan degradante a un oficial, se hizo saber por la órden jeneral del Ejército, haciéndose saber se me habia separado de las armas, recojiéndome los despachos que tanta sangre i sudores me habian costado. —El señor Director tuvo a bien asignarme cuarenta pesos mensuales, mitad del sueldo que poseia; pero como no se pagan, es lo mismo que la nada, ni ménos el mes de Octubre pasado, que todavía no se me ha pagado. —¿Qué hará un hombre que por la {{MarcaCL|RH|Patria}}Patria ha perdido su jiro, i lleno de obligaciones lejítimas? —Donde no hai justicia, no habita Dios. —Óigaseme i atiéndaseme en ella.
Señores Excmos., ahora, pues, calculen i gradúen VV.EE. de todo lo que han hecho i hacen con un héroe de la Patria; ahora, pues, no se reirán nuestros enemigos: es mui cierto, pues si así se paga a quien tantas veces ha sabido vender bien su vida ¿qué sera de los cobardes adulones? Éstos son los que privan. —Los señores del Tribunal ¿por qué, ántes de sentenciarme, no lo hicieron saber por órden? —Nó, sino que tenian la ponzoña de rencor adentro reconcentrada, una cosa mui impropia, contra todo derecho de jentes i de hombres nobles. —Nó, señor: al mes de actuada la sentencia tan degradante a un oficial, se hizo saber por la órden jeneral del Ejército, haciéndose saber se me habia separado de las armas, recojiéndome los despachos que tanta sangre i sudores me habian costado. —El señor Director tuvo a bien asignarme cuarenta pesos mensuales, mitad del sueldo que poseia; pero como no se pagan, es lo mismo que la nada, ni ménos el mes de Octubre pasado, que todavía no se me ha pagado. —¿Qué hará un hombre que por la Patria ha perdido su jiro, i lleno de obligaciones lejítimas? —Donde no hai justicia, no habita Dios. —Óigaseme i atiéndaseme en ella.
Excmos. Señores, el proclamante ha militado en la Península el año 93 contra los franceses i el 96 con la Gran Bretaña; igualmente en Montevideo i reconquista de Buenos Aires; pero en la primera i segunda, jamas ha visto ni ménos leido en ninguna historia ni potencia del orbe hubiese tal Comision Militar; solo sí que todo militar era i debe ser juzgado con arreglo a Ordenanzas por los cuerpos a que depende, a ménos de que sea oficial; entónces débese convocar a consejo jeneral. —Dice el famoso jeneral frances Carnot en una {{MarcaCL|A|Junta}}junta lo siguiente: "Señores, no juzgamos sin estar bien instruidos de lo bueno o malo; i de lo contrario es crear émulos i enemigos, por lo que en estas comisiones militares son i salen las desavenencias i discordias, i jamas juzgan con leyes i ordenanzas, sino lo que se les antoja; i dígale al señor Director de Paris que no intente elejir Comision Militar teniendo yo las armas a mi cargo, sino Consejos ordenados i jenerales, como previenen las Ordenanzas." —Esto pasó en las inmediaciones de Paris, i sigue un fiscal que irremediablemente debe ser el Ayudante de un cuerpo i que éste debe poner su conclusion fiscal a lo peor. ¡Caso estraño! en el suplicante pasó todo al reves; que habiendo sido la conclusion fiscal que yo pasase a un castillo hasta que pagase diez onzas, el señor Cuenca i Larrazábal me sentenciaron a la muerte, que, es de cajon, seducirían a los demas; solo uno no quiso
Excmos. Señores, el proclamante ha militado en la Península el año 93 contra los franceses i el 96 con la Gran Bretaña; igualmente en Montevideo i reconquista de Buenos Aires; pero en la primera i segunda, jamas ha visto ni ménos leido en ninguna historia ni potencia del orbe hubiese tal Comision Militar; solo sí que todo militar era i debe ser juzgado con arreglo a Ordenanzas por los cuerpos a que depende, a ménos de que sea oficial; entónces débese convocar a consejo jeneral. —Dice el famoso jeneral frances Carnot en una junta lo siguiente: "Señores, no juzgamos sin estar bien instruidos de lo bueno o malo; i de lo contrario es crear émulos i enemigos, por lo que en estas comisiones militares son i salen las desavenencias i discordias, i jamas juzgan con leyes i ordenanzas, sino lo que se les antoja; i dígale al señor Director de Paris que no intente elejir Comision Militar teniendo yo las armas a mi cargo, sino Consejos ordenados i jenerales, como previenen las Ordenanzas." —Esto pasó en las inmediaciones de Paris, i sigue un fiscal que irremediablemente debe ser el Ayudante de un cuerpo i que éste debe poner su conclusion fiscal a lo peor. ¡Caso estraño! en el suplicante pasó todo al reves; que habiendo sido la conclusion fiscal que yo pasase a un castillo hasta que pagase diez onzas, el señor Cuenca i Larrazábal me sentenciaron a la muerte, que, es de cajon, seducirían a los demas; solo uno no quiso <Section end="Carta del ex Sargento Mayor Francisco Javier Molinas apelando a su sentencia"/>