Diferencia entre revisiones de «Nuestra Señora de París/1»

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Línea 57:
 
<nowiki>‑¡Por mi alma que vos sois Joanner Frollo de Molendino! ‑exclamó uno de ellos dirigiéndose a una especie de diablejo ru­bio, de buen ver y cara de picaro, que se apoyaba en las hojas de acanto de uno de los capiteles‑. Vos sois el que llaman Juan del Molino, por vuestros dos brazos y vuestras dos piernas que se ase­mejan a las aspas movidas por el viento. ¿Desde cuándo estáis ahí?
 
‑Por todos los diablos ‑respondió Joanner Frollo‑, más de cuatro horas llevo ya y espero me sean descontadas de mi tiempo en el purgatorio. Me he oído a los cuatro sochantres del rey de Sicilia entonar el versículo primero de la misa mayor de las siete en la Santa Capilla.
 
‑Son magníficos ‑replicó el otro‑, y su voz es más aguda aún que sus bonetes. Antes de fundar una misa para San Juan, el Rey debería haberse informado de si a San Juan le gusta el latín cantado con acento provenzal.
 
‑¡Sólo lo ha hecho para dar empleo a esos malditos chantres del Rey de Sicilia! ‑exclamó secamente una vieja del gentío, si­tuada bajo el ventanal‑. ¡No está mal! ¡Mil libras parisinas por una misa!, ¡y por si fuera poco con cargo al arrendamiento de la pesca de mar del mercado de París!
 
‑Calma, señores ‑replicó un grave personaje, rechoncho que se tapaba la nariz junto a la vendedora de pescado‑, había que fundar una misa, ¿no?, ¿o queréis que el rey vuelva a enfermar?
 
‑Así se habla, sire Gille Lecornu, maestro peletero y vestidor del Rey ‑exclamó el estudiante desde el capitel</nowiki>