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mine sobre la union del Instituto Nacional i el Seminario. ''(Anexos núms. 362 i 363.)''
SESION DE 6 DE FEBRERO DE 18 19
267
===ACTA===
mine sobre la unio n del Instituto Nacio nal
En la ciudad de Santiago de Chile, a seis dias del mes de Febrero de mil ochocientos diezinueve, hallándose el Excmo. Senado en su sala de acuerdos i en sesiones estraordinarias, se presentó el recurso entablado por los relijiosos hospitalarios de San Juan de Dios, solicitando la dedaracion de que en el próximo capítulo celebrando, en que debe elejirse el respectivo provincial, segun las órdenes comunicadas por el diocesano, no debian quedar escluidos los sacerdotes; i haciendo recuerdo de la prohibicion de la Constitucion que llama espresamente a los legos al servicio de las prelacías, recomiendan la práctica observada en el dia; i para resolver tan grave negocio acordó S.E. se pidiera dictámen a los teólogos Revdo. Padre Provincial de San Francisco, frai Francisco Javier Guzman, al Prebdo. Dr. don José Ignacio Infante i al doctor don J osé Antonio Rodriguez, mandando que por Secretaría se les remitiera copia de la representacion de los padres reclamantes para que con arreglo a ella dictaminaran.
i el Seminario . (Anexos núms.362 i 363.)
ACTA
Al recurso del rector del Seminario, reclamando la reunion al Instituto, que pasó en consulta el Supremo Director, acordó S.E. se nombrara una comision para que, dictaminando sobre la consulta i precedente recurso, pudiera resolverse con el acierto que desea S.E.; i elijiendo para presidente de ella al Prebdo. Dr. don Domingo Errázuriz, canónigo de esta santa iglesia Catedral, ordenó se le remitiera el espediente con el concordato que se formó en el año de 1813 i copia del acuerdo sobre el restablecimiento del Instituto, advirtiéndole que los demas comisionados eran Dr. don Diego Antonio de Elizondo, Dr. don José Antonio Rodriguez i el Dr. don Gaspar Marin; i previno se oficiara á éstos, comunicándoles el nombramiento para el desempeño de la comision i para que ocurrieran a casa del Prebdo. Dr. don Domingo, i, quedando todo cumplido, firmaron los señores senadores con el infrascrito secretario. ''—Cienfuegos. —Rozas. —Perez. —Alcalde. —Villarreal'', secretario.
En la ciuda d de Santiago de Chile, a seis dias
del mes de Febrero d e mil ochocientos di ez inue-
===ANEXOS===
ve, hallándose e l Excmo. Senado en su sala de
====Núm. 358====
. a cuerdos i en sesiones estraordinarias, se pre-
Excmo. Señor:
sentó e l recurso e ntab lado por los relijiosos h os-
pitalarios de San Jua n de Dios, soli citando la
Acompaño la representacion del Rector del Colejio Seminario sobre que no se incorpore éste al Instituto Nacional, para que acordando V.E. lo que estime de justicia, se sirva comunicármelo. —Dios guarde a V.E. muchos años. —Palacio Directorial, Santiago, Febrero 5 de 1819. —BERNARDO O'HIGGINS. —Excmo Senado del Estado.
dedarac ion de que e n el próximo capítulo cele-
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brando, en que d ebe elej irse el respectivo pro-
====Núm. 359====
vincial, segun las ó rd enes co muni cadas po r e l
Excmo. Señor:
diocesano, no d ebian quedar esclu id os los sacer-
dotes; i ha cie ndo recuerdo de la prohibicion d e
Cuando al ver reunidos en V.E. la voluntad i el poder de hacer bien se reaniman las esperanzas públicas con la idea consoladora de una reforma saludable en todos los ramos de la Administracion, nosotros, representando a un establecimiento tan útil a la Relijion como a la Patria, no dudamos que, oyéndonos V.E. benignamente, él recibirá toda la mejora que es de esperarse de la sabiduría del Senado i que deseamos con los mas ardientes votos.
la Constitucion que ll ama espresamente a los
legos al servi c io de las prelacías, recom iendan la
Es condicion de las cosas humanas que los institutos mns sólidamente establecidos, que las obras de los hombres mas bien combinadas se trastornen o arruinen con el trascurso del tiempo, enseñándonos que cuanto nos toca en esta vida es mortal i destructible. Las órdenes relijiosas, esas columnas de la Iglesia militante en espresion de los Pontífices, dejeneran de su primitivo fervor; i haciéndose ménos útiles a medida que decaen, necesitan del celo i prudencia de las Potestades Eclesiásticas i secular para hacerlas producir los frutos que deben recojer la Iglesia i el Estado.
práctica observada en el dia ; i para res olver ta n
gra ve negocio acord ó S. E. se pidiera dictá-
El instituto de Hospitalarios de Nuestro Padre San Juan de Dios, uno de los mas brillantes ornamentos de la relijion cristiana, es sin contradiccion el mas benéfico de cuantos se hallan
m e n a lo s teól ogos R evdo Padre Provincial de
establecidos en América. Aquí se ve reunido lo mas meritorio de la vida activa con lo mas sublime de la contemplativa. A los ojos del cristiano es el espectáculo mas augusto una comunidad que hace perfeccion especial de la caridad, consagrándose a cumplir el precepto particular de Jesu-Cristo; i el libertino, prescindiendo de todas las consideraciones relijiosas, no puede dejar de admirar a esta porcion de hombres que, abandonando cuanto les es amado en esta vida, se dedican a asistir a sus hermanos, empeñando sus cuidados, sus fatigas i su propia existencia en el alivio de la parte mas desvalida de la humanidad. Si algunos reputan como perjudicial al Estado la multitud de individuos consagrados a una vida contemplativa, enteramente útil para la sociedad, jamas podria recaer esta nota sobre aquel instituto, que incesantemente trabaja en el bien del pueblo en donde habita i a quien por su utilidad pública conservó siempre aquella nacion que, en el asaltado acaloramiento de su revolucion, proscribió las demas órdenes relijiosas.
San Fra nci sco, frai Francisco Javier Guzm:m,
al Prebdo. Dr. don J osé Ignacio Infante i al
Tan interesante establecimiento debe ser altamente sostenido por los que, interesados en el bien de su Patria, no pueden ménos que mirarle como un ornato de la Relijion i de la huma
doctor d o n J osé Antonio Rodriguez, mandando
que por Secretaría se les remitiera copia de la
representacio n de los padres r ecla mantes para
que con arreglo a ella di ctam inara n.
Al recurso d el rector d el Seminario, recla man-
do la reunion al Instituto, que pasó en consulta
el Supremo Director, acordó S. E. se nombrara
una comision para que, dictaminando sobre la
co n sulta i precedente. recurso, pudiera resol-
verse con el acierto que desea S. E.; i eliji endo
para presidente de el la al Prebdo. Dr. don Do-
mingo Errázuri z, canónigo d e esta santa ig les ia
Catedral, ordenó se le remiti era el espedi en te
con el concordato que se formó en el año de
1813 i copia d el acuerdo sobre el restableci-
miento del Instituto, advi rti é ndol e que los de-
mas comisionados eran Dr. don Diego Anton io
de Elizondo, Dr. don José Antonio R odri g uez i
el Dr. don Gaspar Marin; i previno se oficiara á
éstos, comunicánd o les el nombramiento para el
desempeño de la comision i para que ocurrieran
a casa del Prebdo. Dr. don Domingo, i, que-
dando to do c umplido, firm a ron los señores sena-
dores con el infrascrito secretario. -
Ciaifitegos .
-
Rozas. - Pel'ez .-
A/calde.- Vil/arrea l, secre-
tario.
ANEXOS
Núm. 358
Excmo. Señor:
Acompaño la representacion del Rector d el
Colejio Seminario sobre que no se incorpore és te
al In st ituto Nacional, para que acordando V. E .
lo qle estime d e justi cia', se sirva co muni cármelo.
-Dios gu arde a V. E . muchos nños.- Palacio
Directorial, Santiago, Febrero 5 de 1819 - BER'
NARDO O'HIGGINs .- Excmo Senado d e l Estado.
N úm. 359
Excmo. Señor:
Cuando al ver reunidos en V. E. la vo luntad
i el poder de hacer bien se reaniman la s espe-
r anzas plÍblicas con la idea consoladora de una
reforma sabdable en todos los ramos de la Ad·
ministracion, nosotros) representando a un esta-
blecimiento tan lÍtil a la Relijion como a la
Patria, no dudamos q ue, oyéndonos V . E. benig-
namente, él r ecibi rá toda la m ejora que es de
espe rarse de la sabiduría del Senado i que desea-
mos con los mas ardientes votos.
Es co ndi c ion de las cosas humanas que los
institutos mns sólidamente estab lecidos, que las
ob ra s de los hombres mas bien combin adas se
trastornen o arruinen con el trascurso d el tiempo,
enseñándonos q ue cuanto nos toca en esta vida
es mortal i destructible. Las órdenes relijiosas,
esas columnas de la I gles ia militante en espre-
sion de los Pontífices, dejeneran de su p rimitivo
fervor; i haciéndose ménos títiles a medida q u e
d ecaen, necesitan del celo i prud en cia de las
Potestades Eclesiást icas i sec ul ar para hace rl as
producir los frutos que deben recojer la I glesia i
e l Estado.
El instituto de Hospitalarios de Nues tro Pa·
dre San Juan de Dios, uno de los mas brillantes
ornamentos de la rel iji o n cr istiana, es sin contra-
diccion el mas benéfico d e cua nt os se hallan
establecidos e n Am éri ca. Aquí se ve reunido lo
mas meritorio de la vida activa con 10 m as su-
blime de la contemplativa . A los ojos del cristia-
no es el espectáculo mas augusto una comuni·
dad que hace perfeccion espec ial de la caridad,
consagrándose a c umplir el precepto particular
de J es u-Cri sto; i el libe rtino, prescindiendo de
todas las consideraciones relijiosas , no puede de-
jar de admirar a esta porcion de hombres que,
abandonando c uanto le s es amado en esta vida,
se dedican a asistir a sus hermanos, empeñando
sus c uidados, sus fatigas i su propia existencia
en el alivio de la parte mas desvalida de la hu ·
manidad. Si algunos reputan co mo perjudicial
al Estado la multitud de individuos consagrados
a una vida contemplati va, enteramente útil para
la sociedad, j a mas podria recaer esta nota sobre
aquel instituto, que incesantemente trabaja en el
bien d el pueblo en donde habita i a quien por
su utilid ad pública conservó siempre aquella na-
cion q u e, en el asa ltado acaloramiento de su re-
volucion, proscribió las demas órdenes relijiosas .
Tan interesante establecimiento d ebe ser alta-
m en te sostenido por los que, interesados e n el
bi en de su Patri a, no pueden ménos que mirarle
·como un orn ato de la Relijion i d'e la hUI1l:J-