<br style="clear:both;"/>
<div style="text-align:center; font-weight: bold; background: #cae1ff; border: 2px solid #6a5acd; margin-top: 5em; padding: 1em; padding-bottom: 2em">
<div style="font-size: 170%">Comentarios Reales</div>
</br>
<div style="font-size: 100%">de</div>
</br>
<div style="font-size: 120%">[[Inca Garcilaso de la Vega]]</div>
</div>
</br>
<div style="text-align:center; font-weight: bold; background: #cae1ff; border: 2px solid #6a5acd; margin-top: 5em; padding: 1em; padding-bottom: 2em">
<div style="font-size: 170%">Primera Parte</div>
</br>
<div style="font-size: 100%">1609</div>
[[Comentarios reales : 0|Prólogo]]
[[Comentarios reales : 1|I]] -
{{Endesarrollo|museo8bits}}
[[Comentarios reales : 2|II]] -
<P LANG="es-ES" ALIGN=CENTER STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
[[Comentarios reales : 3|III]] -
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=6>El Inca Garcilaso de la
[[Comentarios reales : 4|IV]] -
Vega</FONT></FONT></P>
[[Comentarios reales : 5|V]] -
<P LANG="es-ES" ALIGN=CENTER STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in; page-break-before: always">
[[Comentarios reales : 6|VI]] -
<BR><BR>
[[Comentarios reales : 7|VII]] -
</P>
[[Comentarios reales : 8|VIII]] -
[[Comentarios reales : 9|IX]] -
[[Comentarios reales : 10|X]]
[[Comentarios reales : 11|XI]] -
<FONT FACE="Book Antiqua, serif">PROEMIO AL LECTOR</FONT></H1>
[[Comentarios reales : 12|XII]] -
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
[[Comentarios reales : 13|XIII]] -
[[Comentarios reales : 14|XIV]]
</P>
[[Comentarios reales : 15|XV]] -
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
[[Comentarios reales : 16|XVI]] -
[[Comentarios reales : 17|XVII]] -
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Aunque
[[Comentarios reales : 18|XVIII]] -
ha habido españoles curiosos que han escrito las repúblicas
[[Comentarios reales : 19|XIX]] -
del Nuevo Mundo, como la de México y la del Perú, y la
[[Comentarios reales : 20|XX]]
de otros reinos de aquella gentilidad, no ha sido con la relación
entera que de ellos se pudiera dar, que lo he notado particularmente
en las cosas que del Perú he visto escritas, de las cuales,
como natural de la ciudad del Cozco, que fue otra Roma en aquel
imperio, tengo más larga y clara noticia que la que hasta
ahora los escritores han dado. Verdad es que tocan muchas cosas de
las muy grandes que aquella república tuvo: pero escríbenlas
tan cortamente, que aun las muy notorias para mí (de la manera
que las dicen) las entiendo mal. Por lo cual, forzado del amor
natural de patria, me ofrecí al trabajo de escribir estos
Comentarios, donde clara y distintivamente se verán las cosas
que en aquella república había antes de los españoles,
así en los ritos de su vana religión, como en el
gobierno que en paz y en guerra sus reyes tuvieron, y todo lo demás
que de aquellos indios se puede decir, desde lo más ínfimo
del ejercicio de los vasallos, hasta lo más alto de la corona
real. Escribimos solamente del imperio de los Incas, sin entrar en
otras monarquías, porque no tengo la noticia de ellas que de
ésta. En el discurso de la historia protestamos la verdad de
ella, y que no diremos cosa grande, que no sea autorizándola
con los mismos historiadores españoles que la tocaron en parte
o en todo: que mi intención no es contradecirles, sino
servirles de comento y glosa, y de intérprete en muchos
vocablos indios que como extranjeros en aquella lengua interpretaron
fuera de la propiedad de ella, según que largamente se verá
en el discurso de la Historia, la cual ofrezco a la piedad del que la
leyere, no con pretensión de otro interés más
que de servir a la república cristiana, para que se den
gracias a Nuestro Señor Jesucristo y a la Virgen María
su Madre, por cuyos méritos e intercesión se dignó
la Eterna Majestad de sacar del abismo de la idolatría tantas
y tan grandes naciones, y reducirlas al gremio de su Iglesia católica
romana, Madre y Señora nuestra. Espero que se recibirá
con la misma intención que yo le ofrezco, porque es la
correspondencia que mi voluntad merece, aunque la obra no la merezca.
Otros dos libros se quedan escribiendo de los sucesos que entre los
españoles en aquella tierra pasaron, hasta el año de
1560 que yo salí de ella: deseamos verlos ya acabados, para
hacer de ellos la misma ofrenda que de éstos. Nuestro Señor,
etc.</FONT></FONT></P>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif">ADVERTENCIAS ACERCA DE LA LENGUA
GENERAL DE LOS INDIOS DEL PERÚ</FONT></H1>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Para</SPAN>
que se entienda mejor lo que, (con) el favor divino, hubiéramos
de escribir en esta Historia (porque en ella hemos de decir muchos
nombres de la lengua general de los indios del Perú) será
bien dar algunas advertencias acerca de ella. La primera sea que
tiene tres maneras diversas para pronunciar algunas sílabas,
muy diferentes de como la pronunciaba la lengua española, en
las cuales pronunciaciones consisten las diferentes significaciones
de un mismo vocablo: que unas sílabas se pronuncias en los
labios, otras en el paladar, otras en el interior de la garganta,
como adelante daremos los ejemplos donde se ofrecieren. Para acentuar
las dicciones, se advierte que tienen sus acentos casi siempre en la
sílaba penúltima, y pocas veces en la antepenúltima,
y nunca jamás en la última, esto es, contradiciendo a
los que dicen que las dicciones bárbaras se han de acentuar en
la última, lo que dicen por no saber el lenguaje. También
es de advertir que en aquella lengua general de Cozco (de quien es mi
intención hablar, y no de las particularidades de cada
provincia, que son innumerables) falta las letras siguientes: b, d,
f, g, j, l sencilla, que no la hay, sino ll duplicada; y al contrario
no hay pronunciación de rr duplicada en principio de parte, ni
en medio de la dicción, sino que siempre se ha de pronunciar
sencilla. Tampoco hay x; de manera que del todo faltan seis letras
del a, b, c, español o castellano; y podremos decir que faltan
ocho con la l sencilla y con la rr duplicada: los españoles
añaden estas letras en perjuicio y corrupción del
lenguaje, y como los indios no las tienen, comúnmente
pronuncian mal las dicciones españolas que las tienen. Para
atajar esta corrupción me sea lícito, pues soy indio,
que en esta Historia yo escriba como indio, con las mismas letras que
aquellas tales dicciones se deben escribir; y no se les haga de mal a
los que las leyeron ver la novedad presente en contra del mal uso
introducido, que antes debe dar gusto leer aquellos nombres en su
propiedad y pureza, y porque me conviene alegrar muchas cosas de las
que dicen los historiadores españoles para comprobar las que
yo fuere diciendo, y porque las he de sacar a la letra con su
corrupción como ellos las escriben: quiero advertir que no
parezca que me contradigo escribiendo las letras (que he dicho) que
no tiene aquel lenguaje, que no lo hago sino por sacar fielmente lo
que el español escribe. También se debe advertir que no
hay número plural en este general lenguaje; aunque hay
partículas que significan pluralidad. Sírvense del
singular en ambos números. Si algún nombre indio
pusiere yo en plural, será por la corrupción española,
o por el buen adjetivar de las dicciones, que sonarían mal si
escribiésemos las dicciones indias en singular, y los
adjetivos o relativos castellanos en plural. Otras muchas cosas tiene
aquella lengua, diferentísimas de la castellana, italiana y
latina, las cuales notarán los mestizos y criollos curiosos,
pues son las de su lenguaje, que yo harto hago en enseñarles
con el dedo desde España los principios de su lengua, para que
la sustenten en su pureza, que cierto es lástima que se pierda
o se corrompa, siendo una lengua tan galana, en la cual han trabajado
mucho los padres de la Santa Compañía de Jesús
(como las demás religiones) para saberla bien hablar, y con su
buen ejemplo (que es lo que más importa) han aprovechado mucho
en la doctrina de los indios. También se advierte que este
nombre vecino se entendía en el Perú por los españoles
que tenían repartimiento de indios; y en este sentido lo
pondremos siempre que se ofrezca. Asimismo es de advertir que en mis
tiempos, que fueron hasta el año de mil quinientos y sesenta,
ni veinte años después, no hubo en mi tierra moneda
labrada: en lugar de ella se entendían los españoles en
el comprar y vender pesando la plata y el oro por marcos y onzas: y
como en España dicen ducados, decían en el Perú
pesos o castellanos: cada peso de plata o de oro, reducido a buena
ley, valía cuatrocientos cincuenta maravedís. De manera
que reducidos los pesos a ducados de Castilla, cada cinco pesos son
seis ducados. Decimos esto, para que no cause confusión al
contar en la Historia por pesos y ducados. De la cantidad del peso de
la plata al peso del oro, había mucha diferencia, como en
España la hay; más el valor todo era uno. Al trocar el
oro por plata, daban su interés de tanto por ciento. También
allí había interés al trocar de la plata
ensayada por la plata que llaman corriente, que era la por ensayar.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Este
nombre de galpón no es el de la lengua general del Perú,
debe de ser de las islas de Barlovento: los españoles lo han
introducido en su lenguaje con otros muchos que se notarán en
la Historia. Quiere decir sala grande. Los reyes Incas las tuvieron
tan grandes, que servían de plaza para hacer sus fiestas en
ella, cuando el tiempo era lluvioso y no daba lugar a que se hiciesen
en las plazas; y baste esto de advertencias.</FONT></FONT></P>
<H1 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="page-break-before: always">
</H1>
<H1 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER><A NAME="5.PARTE PRIMERA|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif">PARTE PRIMERA</FONT></H1>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal">
</H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.2.CAPÍTULO I|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
I</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.3.SI HAY MUCHOS MUNDOS. TRATA DE LAS CINCO ZONAS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">SI
HAY MUCHOS MUNDOS. TRATA DE LAS CINCO ZONAS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Habiendo
de tratar del Nuevo Mundo, o de la mejor y más principal parte
suya, que son los reinos y provincias del imperio llamado Perú,
de cuyas antiguallas y origen de su reyes pretendemos escribir,
parece que fuera justo, conforme a la común costumbre de los
escritores, tratar aquí al principio si el mundo es uno solo,
o si hay muchos mundos, si es llano o redondo, y si también lo
es el cielo redondo o llano. Si es habitable toda la tierra o no, más
de las Zonas templadas: si hay paso de la una templada a la otra; si
hay antípodas y cuáles son; de las cuales y otras cosas
semejantes los antiguos filósofos muy larga y curiosamente
trataron, y los modernos no dejan de platicar y escribir, siguiendo
cada cual la opinión que más le agrada. Mas porque no
es aqueste mi principal intento, ni las fuerzas de un indio pueden
presumir tanto; y también porque la experiencia, después
que se descubrió lo que llaman Nuevo Mundo, nos ha desengañado
de la mayor parte de estas dudas, pasaremos brevemente por ellas por
ir a otra parte, a cuyos términos finales temo no llegar; mas,
confiado en la infinita misericordia, digo que a lo mejor se podrá
afirmar que no hay más que un mundo, y aunque llamamos Mundo
Viejo y Mundo Nuevo es por haberse descubierto éste nuevamente
para nosotros, y no porque sean dos, sino todo uno. Y a los que
todavía imaginaren que hay muchos mundos, no hay para qué
responderles, sino que se estén en sus heréticas
imaginaciones hasta que el infierno les desengañe dellas. Y a
los que dudan, si hay alguno que lo dude, si es llano o redondo, se
podrá satisfacer con el testimonio de los que han dado vuelta
a todo él, o a la mayor parte, como los de la Nao Victoria, y
otros que después acá le han rodeado. Y a lo del cielo,
si también es llano o redondo, se podrá responder con
las palabras del real profeta: <I>Extendens coelum sicut pellem</I>,
en las cuales no quiso mostrar la forma y hechura de la obra, dando
la una por ejemplo de la otra, diciendo: que extendiese el cielo así
como la piel, esto es, cubriendo con el cielo este gran cuerpo de los
cuatro elementos en redondo, así como cubriste con la piel en
redondo el cuerpo del animal: no solamente lo principal dél;
mas que afirman que de las cinco partes del mundo que llaman Zona no
son habitables más de las dos templadas, y que la del medio,
por su excesivo calor, y las dos de los cabos, por el demasiado frío
son inhabitables, y que de la una Zona habitable no se puede pasar a
la otra habitable, por el calor demasiado que hay en medio, puedo
afirmar, demás de lo que todos saben, que yo nací en la
Tórrida Zona, que es en el Cozco, y me crié en ella
hasta los veinte años, y he estado en la otra Zona Templada,
de la otra parte del Trópico de Capricornio, a la parte del
Sur, en los últimos términos de los Charcas, que son
los Chichas; y para venir a estotra templada de la parte del Norte,
donde escribo esto, pasé por la Tórrida Zona y la
atravesé toda, y estuve tres días naturales debajo de
la línea equinoccial, donde dicen que pasa perpendicularmente,
que es en el cabo de Pasau; por todo lo cual digo que es habitable la
Tórrida también como las templadas. De las Zonas frías
quisiera poder decir, por vista de ojos, como de las otras tres:
remítome a los que saben dellas más que yo. A lo que
dicen que por su mucha frialdad son inhabitables, osaré decir
con los que tienen lo contrario que también son habitables
como las demás; porque en buena consideración no es de
imaginar, cuanto más de creer, que partes tan grandes del
mundo las hiciese Dios inútiles, habiéndolo criado todo
para que lo habitasen los hombres; y que se engañan los
antiguos en lo que dicen de las Zonas frías, también
como se engañaron en lo que dijeron de la Tórrida, que
era inhabitable por su mucho calor. Antes se debe creer que el Señor,
como padre sabio y poderoso, y la naturaleza como madre universal y
piadosa, hubiesen remediado los inconvenientes de la frialdad con
templanza de calor, como remediaron el demasiado calor de la Tórrida
Zona con tantas nieves, fuentes, ríos y lagos como en el Perú
se hallan, que la hacen templada de tanta variedad de temples; unas
que declinan a calor, y a más calor, hasta llegar a regiones
tan bajas, y por ende tan calientes, que por su mucho son casi
inhabitables, como dijeron los antiguos della. Otras regiones que
declinan a frío, y más frío, hasta subir a
partes tan altas, que también llegan a ser inhabitables, por
la mucha frialdad de la nieve perpetua que sobre sí tienen, en
contra de lo que de esta Tórrida Zona los filósofos
dijeron, que no imaginaron jamás que en ella pudiese haber
nieve, habiéndola perpetua debajo de la misma línea
equinoccial, sin menguar jamás, ni mucho, ni poco, a lo menos
en la Cordillera grande, si no es en las faldas o puertos della. Y es
de saber que en la Tórrida Zona, en lo que della alcanza el
Perú, no consiste el calor ni el frío en distancia de
regiones, ni en estar más lejos ni más cerca de la
equinoccial, sino en estar más alto o más bajo en una
misma región, y en muy poca distancia de tierra, como adelante
se dirá más largo. Digo, pues, que a esta semejanza se
puede creer que también las zonas frías están
templadas y están habitables, como lo dicen muchos graves
autores, aunque no por vista vista y experiencia, pero basta haberlo
dado a entender asimismo Dios cuando crió al hombre y le dijo:
"Creced y multiplicad, y henchid la tierra y sojuzgadla":
por donde se ve que es habitable, porque si no lo fuera, ni se podría
sojuzgar, ni llenar de habitaciones. Yo espero en su omnipotencia que
a su tiempo descubrirá estos secretos (como descubrió
el Nuevo Mundo) para mayor confusión y afrenta de los
atrevidos que con sus filosofías naturales y entendimientos
humanos quieren tasar la potencia y sabiduría de Dios, que no
pueda hacer sus obras más de como ellos las imaginan, habiendo
tanta disparidad de un saber al otro cuanta hay de los finito a lo
infinito, etc.</FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.4.CAPÍTULO II|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
II</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.5.LA DESCRIPCIÓN DEL PERÚ|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
DESCRIPCIÓN DEL PERÚ</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Los
cuatro términos que el imperio de los Incas tenía
cuando los españoles entraron en él son los siguientes:
al Norte llegaba hasta el río Ancasmayu, que corre entre los
confines de Quitu y Pastu, quiere decir en la lengua general del
Perú, río azul; está debajo de la línea
equinoccial, casi perpendicularmente. Al mediodía tenía
por el término al río llamado Maulli, que corre Leste
hueste, pasando el reino de Chili, antes de llegar a los Araucos, el
cual está más de cuarenta grados de la equinoccial al
Sur. Entre estos dos ríos ponen pocas menos de mil trescientas
cincuenta leguas de largo por tierra, desde el río Ancasmayu
hasta los Chichas, que es la última provincia de los Charcas,
Norte y Sur; y lo que llaman reino de Chile contiene cerca de
quinientas cincuenta leguas, también Norte Sur, contando desde
lo último de la provincia de los Chichas hasta el río
Maulli.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Al
Levante tiene por término aquella nunca jamás pisada de
hombres, ni de nieves, que corre desde Santa Marta hasta el estrecho
de Magallanes, que los indios llaman Ritisuyu, que es banda de nieve.
Al Poniente confina con la mar del Sur, que corre por toda su costa
de largo a largo. Empieza el término del imperio por la costa,
desde el cabo de Pasau, por do pasa la línea equinoccial,
hasta el dicho río Maulli, que también entra en el mar
del Sur. Del Levante al Poniente es angosto todo aquel reino. Por lo
más ancho, que es atravesando desde la provincia Muyupampa,
por los Chachapuyas, hasta la ciudad de Trujillo, que está a
la costa de la mar, tiene ciento y veinte leguas de ancho, y por lo
más angosto, que es desde el puerto de Arica a la provincia
llamada Llaricosa, tiene setenta leguas de ancho. Éstos son
los cuatro términos de lo que señorearon los reyes
Incas, cuya historia pretendemos escribir, mediante el favor divino. </FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.6.CAPÍTULO III|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
III</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.7.EL ORIGEN DE LOS INCAS, REYES DEL PERÚ|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">EL
ORIGEN DE LOS INCAS, REYES DEL PERÚ</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Viviendo
o muriendo aquellas gentes de la manera que hemos visto, permitió
Dios nuestro Señor que dellos mismos saliese un lucero de
alba, que en aquellas escurísimas tinieblas les diese alguna
noticia de la ley natural, y de la urbanidad y respetos que los
hombre debían tenerse unos a otros, y que los descendientes de
aquél, procediendo de bien en mejor, cultivasen aquellas
fieras y las convirtiesen en hombre, haciéndoles capaces de
razón y de cualquiera buena doctrina, para que cuando ese
mismo Dios, sol de justicia, tuviese por bien de enviar la luz de sus
divinos rayos a aquellos idólatras, los hallase no tan
salvajes, sino más dóciles para recibir la fe católica,
y la enseñanza y doctrina de nuestra Santa Madre Iglesia
Romana, como después acá la han recibido, según
se verá lo uno y lo otro en el discurso desta historia. Que
por experiencia muy clara se ha notado cuándo más
prontos y ágiles estaban para recibir el Evangelio los indios
que los reyes Incas sujetaron, gobernaron y enseñaron, que no
las demás naciones comarcanas, donde aún no había
llegado la enseñanza de los Incas; muchas de las cuales se
están hoy tan bárbaras y brutas como antes se estaban,
con haber setenta y un años que los españoles entraron
en el Perú. Y pues estamos a la puerta deste gran laberinto,
será bien pasemos adelante a dar noticias de lo que en él
había.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Después
de haber dado muchas trazas, y tomado muchos caminos para entrar a
dar cuenta del origen y principio de los Incas, reyes naturales que
fueron del Perú, me pareció que la mejor traza y el
camino más fácil y llano era contar lo que en mis
niñeces oí muchas veces a mi madre y a sus hermanos y
tíos, y a otros sus mayores, acerca deste origen y principio;
porque todo lo que por otras vías se dice dél viene a
reducirse en lo mismo que nosotros diremos, y será mejor que
se sepa por las propias palabras que los Incas lo cuentan, que no por
la de otros autores extraños. Es así que residiendo mi
madre en el Cozco, su patria, venían a visitarla casi cada
semana los pocos parientes y parientas que de las crueldades y
tiranías de Atahuallpa (como en su vida contaremos) escaparon;
en las cuales visitas, siempre sus más ordinarias pláticas
eran tratar el origen de sus reyes, de la majestad dellos, de la
grandeza de su imperio, de sus conquistas y hazañas, del
gobierno que en paz y en guerra tenían, de las leyes que tan
en provecho y favor de sus vasallos ordenaban. En suma, no dejaban
cosa de las prósperas que entre ellos hubiese acaecido que no
la trujesen a cuenta.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">De
las grandezas y prosperidades pasadas venían a las cosas
presentes: lloraban sus reyes muertos, enajenado su imperio y acabada
su república, etc. Éstas y otras semejantes pláticas
tenían los Incas y Pallas en sus visitas, y con la memoria del
bien perdido, siempre acababan su conservación en lágrimas
y llanto, diciendo: trocósenos el reinar en vasallaje, etc. En
esta pláticas, yo como muchacho entraba y salía muchas
veces donde ellos estaban, y me holgaba de las oír, como
huelgan los tales de oír fábulas. Pasando, pues, días,
meses y años, siendo ya yo de diez y seis o diez y siete años,
acaeció que estando mis parientes un día en esta su
conversación, hablando de sus reyes y antiguallas, al más
anciano dellos, que era el que me daba cuenta dellas, le dije: "Inca,
tío, pues no hay escritura entre vosotros, que es la que
guarda la memoria de las cosas pasadas, ¿qué noticias
tenéis del origen y principio de nuestros reyes? Porque allá
los españoles, y las otras naciones sus comarcanas, como
tienen historias divinas y humanas, saben por ellas cuándo
empezaron a reinar sus reyes y los ajenos, y el trocarse unos
imperios en otros, hasta saber cuántos mil años ha que
Dios crió el cielo y la tierra, que todo esto y mucho más
saben por sus libros. Empero vosotros, que carecéis dellos,
¿qué memoria tenéis de vuestras antiguallas?
¿Quién fue el primero de nuestros Incas? ¿Cómo
se llamó? ¿Qué origen tuvo su linaje? ¿De
qué manera empezó a reinar? ¿Con qué
gente y armas conquistó este gran imperio? ¿Qué
origen tuvieron nuestras hazañas?".</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">El
Inca, como que holgándose de haber oído las preguntas,
por el gusto que recibía de dar cuenta dellas, se volvió
a mí (que ya otras muchas veces le había oído,
mas ninguna con la atención que entonces), y me dijo:
"Sobrino, yo te las diré de muy buena gana; a ti te
conviene oírlas y guardarlas en el corazón (es frasi
dellos por decir en la memoria). Sabrás que en los siglos
antiguos toda esta región de tierra que ves eran unos grandes
montes y breñales, y las gentes en aquellos tiempos vivían
como fieras y animales brutos, sin religión, ni policía,
sin pueblo ni casa, sin cultivar ni sembrar la tierra, sin vestir ni
cubrir sus carnes, porque no sabían labrar algodón ni
lana para hacer de vestir. Vivían de dos en dos, y de tres en
tres, como acertaban a juntarse en las cuevas y resquicios de peñas
y cavernas de la tierra; comían como bestias yerbas del campo
y raíces de árboles, y la fruta inculta que ellos daban
de suyo, y carne humana. Cubrían sus carnes con hojas y
cortezas de árboles, y pieles de animales; otros andaban en
cueros. En suma, vivían como venados y salvajinas, y aun en
las mujeres se habían como los brutos, porque no supieron
tenerlas propias y conocidas".</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Adviértase,
por "que no enfade el repetir tantas veces esta palabras",
Nuestro Padre el Sol, que era lenguaje de los incas, y manera de
veneración y acatamiento decirlas siempre que nombraban al
Sol, porque se preciaban descender de él; y al que no era
Inca, no le era lícito tomarlas en la boca, que fuera
blasfemia y lo apedrearan. Dijo el Inca: "Nuestro Padre el Sol,
viendo los hombres tales, como te he dicho, se apiadó, y hubo
lástima dellos, y envió del cielo a la tierra un hijo y
una hija de los suyos para que los doctrinasen en el conocimiento de
Nuestro Padre el Sol, para que lo adorasen y tuviesen por su dios, y
para que les diesen preceptos y leyes en que viviesen como hombres en
razón y urbanidad; para que habitasen en casas y pueblos
poblados, supiesen labrar las tierras, cultivar las plantas y mieses,
criar los ganados y gozar dellos y de los frutos de la tierra, como
hombres racionales, y no como bestias. Con esta orden y mandato puso
Nuestro Padre el Sol estos dos hijos suyos en la laguna Titicaca, que
está a ochenta leguas de aquí, y les dijo que fuesen
por do quisiesen, doquiera que parasen a comer o a dormir, procurasen
hincar en el suelo una barilla de oro, de media vara en largo y dos
dedos en grueso, que les dio para señal y muestras que donde
aquella barra se les hundiese, con sólo un golpe que con ella
diesen en tierra, allí quedaría el Sol Nuestro Padre
que parasen y hiciesen su asiento y corte. A lo último les
dijo: "Cuando hayáis reducido esas gentes a nuestro
servicio, los mantendréis en razón y justicia, con
piedad, clemencia y mansedumbre, haciendo en todo oficio de padre
piadoso para con sus hijos tiernos y amados, a imitación y
semejanza mía, que a todo el mundo hago bien, que les doy mi
luz y claridad para que vean y hagan sus haciendas, y les caliento
cuando han frío, y crío sus pastos y sementeras; hago
fructificar sus árboles, y multiplico sus ganados; lluevo y
sereno a sus tiempos, y tengo cuidado de dar una vuelta cada día
al mundo por ver las necesidades que en la tierra se ofrecen, para
las proveer y socorrer, como sustentador y bienechor de las gentes;
quiero que vosotros imitéis este ejemplo como hijos míos,
enviados a la tierra sólo para la doctrina y beneficio de esos
hombres, que viven como bestias. Y desde luego os constituyo y nombro
por reyes y señores de todas las gentes que así
doctrináredes con vuestras buenas razones, obras y gobierno."
Habiendo declarado su voluntad Nuestro Padre el Sol a sus dos hijos,
los despidió de sí. Ellos salieron de Titicaca, y
caminaron al Septentrión, y por todo el camino, doquiera que
paraban, tentaban hincar la barra de oro, y nunca se les hundió.
Así entraron en una venta o dormitorio pequeño, que
está siete u ocho leguas al Mediodía desta ciudad, que
hoy llaman Pacarec Tampu, que quiere decir venta, o dormida, que
amanece. Púsole este nombre el Inca porque salió de
aquella dormida al tiempo que amanecía. Es uno de los pueblos
que este príncipe mandó poblar después, y sus
moradores se jactan hoy grandemente del nombre, porque lo impuso
nuestro Inca; de allí llegaron él y su mujer, nuestra
reina, a este valle de Cozco, que entonces todo él estaba
hecho montaña brava. </FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.8.CAPÍTULO IV|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
IV</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.9.LA FUNDACIÓN DEL COZCO, CIUDAD IMPERIAL|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
FUNDACIÓN DEL COZCO, CIUDAD IMPERIAL</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">La
primera parada que en este valle hicieron -dijo el Inca- fue en el
cerro llamado Huanacauti, al Mediodía desta ciudad. Allí
procuró hincar en tierra la barra de oro, la cual con mucha
facilidad se les hundió al primer golpe que dieron con ella,
que no la vieron más. Entonces dijo nuestro Inca a su hermana
y mujer: "En este valle manda Nuestro Padre el Sol que paremos y
hagamos nuestro asiento y morada, para cumplir su voluntad. Por
tanto, reina y hermana, conviene que cada uno por su parte vamos a
convocar y atraer esta gente, para los doctrinar y hacer el bien que
Nuestro Padre el Sol nos manda." Del cerro Huanacauti salieron
nuestros primeros reyes cada uno por su parte a convocar las gentes,
y por aquél lugar el primero de que tenemos noticia que
hubiesen hollado con sus pies y por haber salido de allí a
bien hacer a los hombres, teníamos hecho en él, como es
notorio, un templo para adorar a Nuestro Padre el Sol, en memoria
desta merced y beneficio que hizo al mundo. El príncipe fue al
Septentrión, y la princesa al Mediodía; a todos los
hombres y mujeres que hallaban por aquellos breñales les
hablaban y decían cómo su padre el Sol les había
enviado del cielo para que fuesen maestros y bienhechores de los
moradores de toda aquella tierra, sacándoles de la vida ferina
que tenían, y mostrándoles a vivir como hombres; y que
en cumplimiento de lo que el Sol su padre les había mandado,
iban a los convocar y sacar de aquellos montes y malezas, y
reducirlos a morar en pueblos poblados, y a darles para comer
manjares de hombres, y no de bestias. Estas cosas y otras semejantes
dijeron nuestros reyes a los primeros salvajes que por estas tierras
y montes hallaron; los cuales, viendo aquellas dos personas vestidas
y adornadas con los ornamentos que Nuestro Padre el Sol les había
dado (hábito muy diferente del que ellos traían), y las
orejas horadadas, y tan abiertas como sus descendientes las traemos,
y que en sus palabras y rostro mostraban ser hijos del Sol, y que
venían a los hombres para darles pueblos en que viviesen, y
mantenimientos que comiesen; maravillados por una parte de lo que
veían, y por otra aficionados de las promesas que les hacían,
les dieron entero crédito a todo lo que les dijeron, y los
adoraron y reverenciaron como a hijos del Sol, y obedecieron como a
reyes; y convocándose los mismos salvajes unos a otros, y
refiriendo las maravillas que habían visto y oído, se
juntaron en gran número hombres y mujeres, salieron con
nuestros reyes para los seguir donde ellos quisiesen llevarlos.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Nuestros
príncipes, viendo la mucha gente que se les allegaba, dieron
orden que unos se ocupasen en proveer de su comida campestre para
todos, porque la hambre no los volviese a derramar por los montes;
mandó que otros trabajasen en hacer chozas y casas, dando el
Inca la traza cómo las habían de hacer. De esta manera
se principió a poblar nuestra imperial ciudad, dividida en dos
medios que llamaron Hanan Cozco, que, como sabes, quiere decir Cozco
el alto, y Hurin Cozco, que es Cozco el bajo. Los que atrajo el rey
quiso que poblasen a Hanan Cozco, y por esto le llamaron el alto; y
los que convocó la reina, que poblasen a Hurin Cozco, y por
eso le llamaron el bajo. Esta división de ciudad no fue para
que los de la una mitad aventajasen a los de la otra mitad en
exenciones y preeminencias, sino que todos fuesen iguales como
hermanos, hijos de un padre y de una madre. Sólo quiso el Inca
que hubiese esta división de pueblo y diferencia de nombres
alto y bajo, para que quedase perpetua memoria de que a los unos
había convocado el rey, y a los otros la reina; y mandó
que entre ellos hubiese sola una diferencia y reconocimiento de
superioridad: que los del Cozco alto fuesen respetados y tenidos como
primogénitos hermanos mayores; y los del bajo fuesen como
hijos segundos; y en suma, fuesen como el brazo derecho y el
izquierdo en cualquiera preeminencia de lugar y oficio, por haber
sido los del alto atraídos por el varón, y los del bajo
por la hembra. A semejanza desde hubo después esta misma
división en todos los pueblos grandes o chicos de nuestro
imperio, que los dividieron por barrios o por linajes, diciendo
Hananayllu y Hurinayllu, que es el linaje alto y el bajo; Hanan suyo
y Hurin suyo, que es el distrito alto y el bajo.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Juntamente
poblando la ciudad enseñaba nuestro Inca a los indios varones
los oficios pertenecientes a varón, como romper y cultivar la
tierra, y sembrar las mieses, semillas y legumbres que les mostró
que eran de comer y provechosas; para lo cual les enseñó
a hacer arados y los demás instrumentos necesarios, y les dio
orden y manera como sacasen acequias de los arroyos que corren por
este valle del Cozco, hasta enseñarles a hacer el calzado que
traemos. Por otra parte, la reina industriaba a las indias en los
oficios mujeriles, a hilar y tejer algodón y lana y hacer de
vestir para sí y para sus maridos e hijos; decíales
cómo habían de hacer los demás oficios del
servicio de casa. En suma, ninguna cosa de las que pertenecen a la
vida humana dejaron nuestros príncipes de enseñar a sus
primeros vasallos, haciéndose el Inca rey maestro de los
varones, y la Coya reina maestra de las mujeres. </FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.10.CAPÍTULO V|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
V</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.11.PROTESTACIÓN DEL AUTOR SOBRE LA HISTORIA|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">PROTESTACIÓN
DEL AUTOR SOBRE LA HISTORIA</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Ya
que hemos puesto la primera piedra de nuestro edificio (aunque
fabulosa) en el origen</SPAN> de los Incas, reyes del Perú,
será razón paremos adelante en la conquista y reducción
de los indios, extendiendo algo más la relación sumaria
que me dio aquel Inca con la relación de otros muchos Incas e
indios, naturales de los pueblos que este primer Inca Manco Cápac
mandó poblar y redujo a su imperio, con los cuales me crié
y comuniqué hasta los veinte años. En este tiempo tuve
noticia de todo lo que vamos escribiendo, porque en mis niñeces
me contaban sus historias como se cuentan las fábulas a los
niños. Después, en edad más crecida, me dieron
una larga noticia de sus leyes y gobierno; cotejando el nuevo
gobierno de los españoles con el de los Incas, dividiendo en
particular los delitos y las penas, y el rigor dellas, decíanme
cómo procedían sus reyes en paz y en guerra, de qué
manera trataban a sus vasallos, y cómo eran servidos dellos.
Demás desto, me contaban como a propio hijo toda su idolatría,
sus ritos, ceremonias y sacrificios; sus fiestas principales y no
principales, y cómo las celebraban; decánme sus abusos
y supersticiones, sus agüeros malos y buenos, así los que
mirban en sus sacrificios como fuera dellos. En suma, digo que me
dieron noticia de todo lo que tuvieron en su república; que si
entonces lo escribiera, fuera más copiosa esta historia. Demás
de habérmelo dicho los indios, alcancé y vi por mis
ojos mucha parte de aquella idolatría, sus fiestas y
supersticiones, que aún en mis tiempos, hasta los doce o trece
años de mi edad, no se habían acabado del todo. Yo nací
ocho años después que los españoles ganaron mi
tierra, y como lo he dicho, me crié en ella hasta los veinte
años, y así vi muchas cosas de las que hacían
los indios en aquella su gentilidad, las cuales contaré,
diciendo que las vi. Sin la relación que mis parientes me
dieron de las cosas dichas y sin lo que yo vi, he habido otras muchas
relaciones de las conquistas y hechos de aquellos reyes; porque luego
que propuse escribir esta historia, escribí a los
condiscípulos de escuela y gramática, encargándoles
que cada uno me ayudase con la relación que pudiese haber de
las particulares conquistas que los Incas hicieron de las provincias
de sus madres; porque cada provincia tiene sus cuentas y nudos con
sus historias, anales y la tradición dellas; y por esto
retiene mejor lo que en ella pasó que lo que pasó en la
ajena. Los condiscípulos, tomando de veras lo que les pedí,
cada cual dellos dio cuenta de mi intención a su madre y
parientes; los cuales, sabiendo que un indio, hijo de su tierra,
quería escribir los sucesos della, sacaron de sus archivos las
relaciones que tenían de sus historias, y me las enviaron; y
así tuvo la noticia de los hechos y conquistas de cada Inca,
que es la misma que los historiadores españoles tuvieron, sino
que ésta será más larga, como lo
advertiremos en muchas partes della. Y porque todos los hechos deste
primer Inca son principios y fundamente de la historia que hemos de
escribir, nos valdrá mucho decirlos aquí, a lo menos
los más importantes, porque no los repitamos adelante en las
vidas y hechos de cada uno de los Incas sus descendientes; porque
todos ellos generalmente, así los reyes como los no reyes, se
preciaron de imitar en todo y por todo la condición, obras y
costumbres deste primer príncipe Manco Cápac; y dichas
sus cosas, habremos dicho las de todos ellos. Iremos con atención
de decir hazañas mas historiales, dejando otras muchas por
impertinentes y prolijas; aunque algunas cosas de las dichas, y otras
que se dirán, parezcan fabulosas, me pareció no dejar
de escribirlas, por no quitar los fundamentos sobre que los indios se
fundan para las cosas mayores y mejores que de su imperio cuentan;
porque en fin, destos principios fabulosos procedimientos las
grandezas que en realidad de verdad posee hoy España; por lo
cual se me permitirá decir lo que convieniere para la mejor
noticia que se pueda dar de los principios, medios y fines de aquella
monarquía, que yo protesto decir llanamente la relación
que mamé en la leche, y la que después acá he
habido, pedida a los propios míos, y prometo que la afición
dellos no sea parte para dejar de decir la verdad del hecho, sin
quitar de lo malo ni añadir de lo bueno que tuvieron; que bien
sé que la gentilidad es un mar de errores, y no escribiré
novedades que no se hayan oído, sino las mismas cosas que los
historiadores españoles han escrito de aquella tierra, y de
los reyes della, y alegaré las mismas palabras dellos donde
conviniere, para que se vea que no finjo ficciones en favor de mis
parientes, sino que digo lo mismo que los españoles dijeron;
sólo serviré de comento para declarar y ampliar muchas
cosas que ellos asomaron a decir, y las dejaron imperfectas, por
haberles faltado relación entera. Otras muchas se añadirán
que faltan de sus historias, y pasaron en hecho de verdad, y algunas
se quitarán, que sobran, por falsa relación que
tuvieron, por no saberla pedir el español con distinción
de tiempos y edades, y división de provincias y naciones, o
por no entender al indio que se la daba, o por no entender el uno al
otro, por la dificultad del lenguaje; que el español que
piensa que sabe más dél, ignora de diez partes las
nueve, por las muchas cosas que un mismo vocablo significa, y por las
diferentes pronunciaciones que una misma dicción tiene para
muy diferentes significaciones, como se verá adelante en
algunos vocablos que será forzoso traerlos en cuenta.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Demás
desto, en todo lo que desta república, antes destruída
que conocida, dijere, será contando llanamente lo que en su
antigüedad tuvo de su idolatría, ritos, sacrificios y
ceremonias, y en su gobierno, leyes y costumbres, en paz y en guerra,
sin comparar cosa alguna de éstas a otras semejantes que en
las historias divinas y humanas se hallan, ni al gobierno de nuestros
tiempos, porque toda comparación es odiosa. El que las leyere
podrá cotejarlas a su gusto, que muchas hallará
semejantes a las antiguas, así de la Santa Escritura como de
las profanas y fábulas de la gentilidad antigua; muchas leyes
y costumbres verá que parecen a las de nuestro siglo, otras
muchas oirá en todo contrarias; de mi parte he hecho lo que he
podido, no habiendo podido lo que he deseado. Al discreto lector
suplico reciba mi ánimo, que es de darle gusto y contento,
aunque las fuerzas, ni el habilidad de un indio, nacido entre los
indios y criado entre armas y caballos, no puedan llegar allá. </FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.12.CAPÍTULO VI|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
VI</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.13.TESTAMENTO Y MUERTE DEL INCA MANCO CÁPAC|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">TESTAMENTO
Y MUERTE DEL INCA MANCO CÁPAC</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Manco
Cápac reinó muchos años, mas no saben decir de
cierto cuántos: dicen que más de treinta, y otros que
más de cuarenta, ocupado siempre en las cosas que hemos dicho;
y cuando se vio cercano a la muerte, llamó a sus hijos, que
eran muchos, así de su mujer la reina Mama Ocllo Huaco, como
de las concubinas que había tomado, diciendo que era bien que
hubiese muchos hijos del Sol. Llamó asimismo los más
principales de sus vasallos, y por vía de testamente les hizo
una larga plática, encomendando al príncipe heredero y
a los demás sus hijos el amor y beneficio de los vasallos, y a
los vasallos, la fidelidad y servicio de su rey, y la guarda de las
leyes que les dejaba; afirmando que todas las había ordenado
su padre el Sol. Con esto despidió los vasallos, y a los hijos
hizo en secreto otra plática, que fue la última, en que
les mandó siempre tuviesen en la memoria que eran hijos del
Sol, para le respetar y adorar como a dios y como padre; díjoles
que, a imitación suya, hiciesen guardar sus leyes y
mandamientos, y que ellos fuesen los primeros en guardarles, para dar
ejemplo a los vasallos; y que fuesen mansos y piadosos, que redujesen
los indios por amor, atrayéndolos con beneficios y no por
fuerza, que los forzados nunca les serían buenos vasallos, que
los mantuviesen en justicia, sin consentir agravio entre ellos; y en
suma, les dijo que en sus virtudes mostrasen ellos; y en suma, les
dijo que en sus virtudes mostrasen que eran hijos del Sol,
confirmando con las obras de lo que certificaban con las palabras,
para que los indios les creyesen; donde no, que harían burla
dellos si les viesen decir uno y hacer otro. Mandóles que todo
lo que les dejaba encomendado, lo encomendasen ellos a sus hijos y
descendientes de generación en generación, para que
cumpliesen y guardasen lo que se padre el Sol mandaba, afirmando que
todas eran palabras suyas, y que así las dejaba por vía
de testamento y última voluntad. Díjoles que le llamaba
el Sol, y que se iba a descansar con él; que se quedasen en
paz, que desde el cielo tenía cuidado dellos, y les favorecía
y socorrería en todas sus necesidades. Diciendo estas cosas y
otras semejantes, murió el Inca Manco Cápac; dejó
por príncipe heredero a Sinchi Roca, su hijo primogénito,
y de la Coya Mama Ocllo Huaco, su mujer y hermana. Demás del
príncipe dejaron estos reyes otros hijos y hijas, los cuales
casaron entre sí, unos con otros, por guardar limpia la
sangre, que fabulosamente decían descender del Sol; porque es
verdad que tenían en suma veneración la que descendía
limpia destos reyes, sin mezcla de otra sangre, porque la tuvieron
por divina, y toda la demás por humana, aunque fuese de
grandes señores de vasallos, que llaman curacas.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">El
Inca Sinchi Roca casó con Mama Ocllo o Mama Cora (como otros
quieren), su hermana mayor, por imitar el ejemplo del padre, y el de
los abuelos Sol y Luna; porque en su gentilidad tenían que la
Luna era hermana y mujer del Sol. Hicieron este casamiento por
conservar la sangre limpia y porque el hijo heredero le perteneciese
el reino, tanto por su madre como por su padre, y por otras razones
que adelante diremos más largo. Los demás hermanos,
legítimos, y no legítimos, también casaron unos
con otros, por conservar y aumentar la sucesión de los Incas.
Dijeron que el casar destos hermanos unos con otros lo había
ordenado el Sol, y que el Inca Manco Cápac lo había
mandado porque no tenían sus hijos con quien casar, para que
la sangre se conservase limpia; pero que después no pudiese
nadie casar con la hermana, sino sólo el Inca heredero; lo
cual guardaron ellos, como lo veremos en el proceso de la historia.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Al
Inca Manco Cápac lloraron sus vasallos con mucho sentimiento:
duró el llanto y las obsequias muchos meses. Embalsamaron su
cuerpo para tenerlo consigo y no perderlo de vista; adorándole
por dios, hijo del Sol; ofreciéronle muchos sacrificios de
carneros, corderos y ovejas, y conejos caseros, de aves, de mieses y
legumbres, confesándole por señor de todas aquellas
cosas que les había dejado. Lo que yo, conforme a lo que vi de
la condición y naturaleza de aquellas gentes, puedo conjeturar
el origen deste príncipe Manco Inca, que sus vasallos, por sus
grandezas, llamaron Manco Cápac, es que debió de ser
algún indio de buen entendimiento, prudencia y consejo, y que
alcanzó bien la mucha simplicidad de aquellas naciones, y vio
la necesidad que tenían de doctrina y enseñanza para la
vida natural, y con astucias y sagacidad para ser estimado, fingió
aquella fábula, diciendo que él y su mujer eran hijos
del Sol, que venían del cielo, y que su padre los enviaba para
que doctrinasen y hiciesen bien a aquellas gentes; y para hacerse
creer debió de ponerse en la figura y hábito de trujo,
particularmente las orejas, tan grandes como los Incas las traían,
que cierto eran increíbles a quien no las hubiera visto, como
yo, y al que las viera ahora (si las usan) se le hará extraño
imaginar cómo pudieron agrandarlas tanto; y como con los
beneficios y honras que a sus vasallos hizo, confirmase la fábula
de su genealogía, creyeron firmemente los indios que era hijo
del Sol venido del cielo, y lo adoraron por tal, como hicieron los
gentiles antiguos, con ser menos brutos, a otros que les hicieron
semejantes beneficios; porque es así que aquella gente a
ninguna cosa atiende tanto como a mirar si lo que hacen los maestros
conforma con lo que les dicen; y hallando conformidad en la vida y en
la doctrina, no han menester argumentos para convencerlos a lo que
quisieren hacer dellos. He dicho esto porque ni los Incas de la
sangre real, ni la gente común, no dan otro origen de sus
reyes, sino el que se ha visto en sus fábulas historiales, las
cuales se semejan unas a otras, y todas concuerdan en hacer a Manco
Cápac primer Inca. </FONT></FONT>
</P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.14.CAPÍTULO VII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
VII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.15.DE ALGUNAS LEYES QUE LOS INCAS TUVIERON EN SU GOBIERNO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DE
ALGUNAS LEYES QUE LOS INCAS TUVIERON EN SU GOBIERNO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Nunca
tuvieron pena pecuniaria ni confiscación de bienes, porque
decían que castigar en la hacienda y dejar vivos los
delincuentes no era desear quitar los malos de la república,
sino la hacienda a los malhechores, y dejarlos con más
libertad para que hiciesen mayores males. Si algún curaca se
rebelaba (que era lo que más rigurosamente castigaban los
Incas) o hacía otro delito que mereciese pena de muerte,
aunque se la diesen, no quitaban el estado al sucesor, sino que se lo
daban, representándole la culpa y la pena de su padre para que
se guardase otro tanto. Pedro de Cieza de León dice de los
Incas a este propósito lo que se sigue, capítulo veinte
y uno: "Y tuvieron otro aviso para no ser aborrecidos de los
naturales, que nunca quitaron el señorío de ser
caciques a los que les venía de herencia y eran naturales; y
si por ventura alguno cometía delito, o se hallaba culpado en
tal manera que mereciese ser desprivado del señorío que
tenía, daban y encomendaban el cacicazgo a sus hijos o
hermanos, y mandaban que fuesen obedecidos por todos, etc."
Hasta aquí es de Pedro de Cieza. Lo mismo guardaban en la
guerra, que nunca descomponían los capitanes naturales de las
provincias de donde era la gente que traían para la guerra;
dejábanles con los oficios aunque fuesen maeses de campo, y
dábanles otros de la sangre real por superiores; y los
capitanes holgaban mucho de servir como tenientes de los Incas, cuyos
miembros decían que eran siendo ministres y soldados suyos; lo
cual tomaban los vasallos por grandísimo favor. No podía
el juez arbitrar sobre la pena que la ley mandaba dar, sino que la
había de ejecutar por entero, so pena de muerte, por
quebrantador del mandamiento real. Decían que dando licencia
al juez para poder arbitrar, disminuían la majestad de la ley,
hecha por el rey con acuerdo y parecer de hombres tan graves y
experimentados como los había en el consejo; la cual
experiencia y gravedad faltaba en los jueces particulares, y que era
hacer venales los jueces y abrirles puerta para que, o por cohechos o
por ruegos, pudiesen comprarles la justicia, de donde nacería
grandísima confusión en la república, porque
cada juez haría lo que quisiese, y que no era razón que
nadie se hiciese legislador sino ejecutor de lo que mandaba la ley,
por rigurosa que fuese. Cierto, mirado el rigor que aquellas leyes
tenían, que por la mayor parte (por liviano que fuese el
delito, como hemos dicho) era la pena de muerte, se puede decir que
eran leyes de bárbaros; empero considerado bien el provecho
que de aquel mismo rigor se le seguía a la república,
se podrá decir que eran leyes con tanta severidad, y de amar
los hombres naturalmente la vida y aborrecer la muerte, venían
a aborrecer el delito que la causaba; y de aquí nacía
que apenas se ofrecía en todo el año delito que
castigar en todo el imperio del Inca; porque todo él, con ser
mil y trescientas leguas de largo, y haber tanta variedad de naciones
y lenguas, se gobernaba por unas mismas leyes y ordenanzas, como si
no fuera más de sola una casa; valía también
mucho para que aquellas leyes las guardasen con amor y respeto, que
las tenían por divinas; porque como en su vana creencia tenían
a sus reyes por hijos del Sol, y al Sol por su dios, tenían
por mandamiento divino cualquiera común mandamiento del rey,
cuando más las leyes particulares que hacía para el
bien común. Y así decían ellos que el Sol las
mandaba hacer, y las revelaba a su hijo el Inca; y de aquí
nacía tenerse por sacrilegio y anatema el quebrantador de la
ley, aunque no se supiese su delito; y acaeció muchas veces
que los tales delincuentes, acusados de su propia conciencia, venían
a publicar ante la justicia sus ocultos pecados; porque demás
de creer que su ánima se condenaba, creían por muy
averiguado que por su causa y por su pecado venían los males a
la república, como enfermedades, muertes y malos años,
y otra cualquiera desgracia común o particular; y decían
que querían aplacar a su dios con su muerte, para que por su
pecado no enviase más males al mundo; y destas confesiones
públicas entiendo que ha nacido el querer afirmar los
españoles historiadores que confesaban los indios del Perú
en secreto, como hacemos los cristianos, y que tenían
confesores diputados; lo cual es relación falsa de los indios,
que lo dicen por adular los españoles y congraciarse con
ellos, respondiendo a las preguntas que les hacen conforme al gusto
que sienten en el que les pregunta, y no conforme a la verdad: que
cierto no hubo confesiones secretas en los indios (hablo de los del
Perú, y no me entremeto en otras naciones, reinos o provincias
que no conozco), sino las confesiones públicas que hemos
dicho, pidiendo castigo ejemplar.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">No
tuvieron apelaciones de un tribunal para otro en cualquier pleito que
hubiese civil o criminal, porque no pudiendo arbitrar el juez, se
ejecutaba llanamente en la primera sentencia la ley que trataba de
aquel caso, y se fenecía el pleito; aunque según el
gobierno de aquellos reyes y la vivienda de sus vasallos, pocos casos
civiles se les ofrecían sobre qué pleitar. En cada
pueblo había juez para los casos que allí se
ofreciesen; el cual era obligado a ejecutar la ley, en oyendo las
partes, dentro de cinco días. Si se ofrecía algún
caso de más calidad o atrocidad que los ordinarios, que
requiriese juez superior, iban al pueblo metrópoli de la tal
provincia, y allí lo sentenciaban; que en cada cabeza de
provincia había gobernador superior para todo lo que se
ofreciese, porque ningún pleitante saliese de su pueblo o de
su provincia a pedir justicia. Porque los reyes Incas entendieron
bien que a los pobres, por su pobreza, no les estaba bien seguir su
justicia fuera de su tierra ni en muchos tribunales, por los gastos
que se hacen y molestias que se padecen, que muchas veces monta más
esto que lo que van a pedir; por lo cual dejan perecer su justicia,
principalmente si pleitan contra ricos y poderosos, los cuales con su
pujanza ahogan la justicia de los pobres. Pues queriendo aquellos
príncipes remediar estos inconvenientes, no dieron lugar a que
los jueces arbitrasen, ni hubiese muchos tribunales, ni los
pleitantes saliesen de sus provincias. De las sentencias que los
jueces ordinarios daban en lo pleitos hacían relación
cada luna a otros jueces superiores, y aquéllos a otros más
superiores, que los había en la corte de muchos grados,
conforme a la calidad y gravedad de los negocios; porque en todos los
ministerios de la república había orden de menores a
mayores, hasta los supremos, que eran los presidentes o visorreyes de
las cuatro partes del imperio. La relación era para que viesen
si se había administrado recta justicia, porque los jueces
inferiores no se descuidasen de hacerla; y no la habiendo hecho, eran
castigados rigurosamente. Esto era como residencia secreta que les
tomaban cada mes. La manera de dar estos avisos al Inca y a los de su
consejo supremo era por ñudos, dados en cordoncillos de
diversos colores, que por ellos se entendían como por cifras,
porque los ñudos de tales y tales colores decían los
delitos que se habían castigado, y ciertos hilillos de
diferentes colores, que iban asidos a los cordones más
gruesos, decían la pena que se había dado y la ley que
se había ejecutado; y desta manera se entendían, porque
no tuvieron letras; y adelante haremos capítulo aparte, donde
se dará más larga relación de la manera del
contar que tuvieron por estos ñudos, que cierto muchas veces
ha causado admiración a los españoles ver que los
mayores contadores dellos se yerren en su aritmética, y que
los indios estén tan ciertos en las suyas de particiones y
compañías, que cuanto más dificultosa, tanto más
fáciles se muestran; porque los que las manejan no entienden
en otra cosa de día y de noche, y así están
diestrísimos en ella.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Si
se levantaba alguna disensión entre dos reinos y provincias
sobre términos o sobre los pastos, enviaba el Inca un juez de
los de la sangre real, que habiéndose informado, y visto por
sus ojos lo que a ambas partes convenía, procurarse
concertarlas, y el concierto que se hiciese diese por sentencia, en
nombre del Inca, que quedase por ley inviolable, como pronunciada por
el mismo rey. Cuando el juez no podía concertar las partes,
daba relación al Inca de lo que había hecho, con aviso
de lo que convenía a cada una de las partes, y de lo que ellas
dificultaban, con lo cual daba el Inca sentencia hecha ley, y cuando
no le satisfacía la relación del juez, mandaba se
suspendiese el pleito hasta la primera visita que hiciese de aquel
distrito, para que habiéndolo visto por sus ojos, lo
sentenciase él mismo. Esto tenían los vasallos por
grandísima merced y favor del Inca. </FONT></FONT>
</P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.16.CAPÍTULO VIII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
VIII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.17.LA DESCRIPCIÓN DEL TEMPLO DEL SOL Y SUS GRANDES RIQUEZAS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
DESCRIPCIÓN DEL TEMPLO DEL SOL Y SUS GRANDES RIQUEZAS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Uno
de los principales ídolos que los reyes Incas y sus vasallos
tuvieron fue la imperial ciudad del Cozco, que la adoraban los indios
como a cosa sagrada, por haberla fundado el primer Inca Manco Cápac,
y por las innumerables victorias que ella tuvo en las conquistas que
hizo, y porque era casa y corte de los Incas sus dioses. De tal
manera era su adoración, que aun en cosas muy menudas la
demostraban; que si dos indios de igual condición se topaban
en los caminos, el uno que fuese del Cozco y el otro que viniese a
él, el que iba era respetado y acatado del que venía,
como superior del inferior, sólo por haber estado e ir de la
ciudad, cuanto más si era vecino della, y mucho más si
era natural. Lo mismo era en las semillas y legumbres, o cualquiera
otra cosa que llevasen del Cozco a otras partes; que aunque en la
calidad no se aventajase, sólo por ser de aquella ciudad era
más estimada que las de otras regiones y provincias. De aquí
se sacará lo que habría en cosas mayores. Por tenerla
en esta veneración la ennoblecieron aquellos reyes lo más
que pudieron con edificios suntuosos y casas reales, que muchos
dellos hicieron para sí, como en la descripción della
diremos que algunas de las casas; entre las cuales, y en la que más
se esmeraron, fue la Casa y Templo del Sol, que la adornaron de
increíbles las grandezas de aquella casa, que no me atreviera
yo a escribirlas si no las hubieran escrito todos los españoles
historiadores del Perú; ni lo que ellos dicen, ni lo que yo
diré, alcanza a significar las que fueron. Atribuyen el
edificio de aquel templo al rey Inca Yupanqui, abuelo de Huayna
Cápac, no porque él lo fundase, que desde el primer
Inca quedó fundado, sino porque lo acabó de ordenar y
poner en la riqueza y majestad que los españoles lo hallaron.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Viniendo,
pues, a la traza del templo, es de saber que el aposento del Sol era
lo que agora es la iglesia del divino Santo Domingo, que por no tener
la precisa anchura y largura suya, no la pongo aquí; la
piedra, en cuanto su tamaño, vive hoy. Es labrada de cantería
llana, muy prima y pulida.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
altar mayor (digámoslo así para darnos a entender,
aunque aquellos indios no supiesen hacer altar) estaba al Oriente. La
techumbre era de madera muy alta, porque tuviese mucha corriente; la
cubija fue de paja, porque no alcanzaron a hacer teja. Todas las
cuatro paredes del templo estaban cubiertas de arriba abajo de
planchas y tablones de oro. En el testero, que llamamos altar mayor,
tenían puesta la figura del Sol, hecha de una plancha de oro,
al doble más gruesa que las otras planchas que cubrían
las paredes. La figura estaba hecha con su rostro en redondo, y con
sus rayos y llamas de fuego, todo de una pieza, ni más ni
menos que la pintan los pintores. Era tan grande, que tomaba todo el
testero del templo de pared a pared. No tuvieron los Incas otros
ídolos suyos ni ajenos con la imagen del Sol en aquel templo
ni otro alguno, porque no adoraban otros sino al Sol, aunque no falta
quien diga lo contrario.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Esta
figura del Sol cupo en suerte, cuando los españoles entraron
en aquella ciudad, a un hombre noble, conquistador de los primeros,
llamado Mancio Sierra de Leguizamón, que yo conocí y
dejé vivo cuando me vine a España, gran jugador de
todos los juegos, que con ser tan grande la imagen la jugó y
perdió en una noche. De donde podremos decir, siguiendo al
padre M. Acosta, que nació el refrán que dice: "Juega
el sol antes que amanezca". Después el tiempo adelante,
viendo el cabildo de aquella ciudad cuán perdido andaba este
su hijo por el juego, por apartarlo dél lo eligió un
año por alcalde ordinario. El cual acudió al servicio
de su patria con tanto cuidado y diligencia (porque tenía muy
buenas partes de caballero), que todo aquel año no tomó
naipe en la mano. La ciudad, viendo esto, le ocupó otro año,
y otros muchos en oficios públicos. Mancio Sierra, con la
ocupación ordinaria, olvidó el juego, y lo aborreció
para siempre, acordándose de los muchos trabajos y necesidades
en que cada día se ponía. Donde se ve claro cuánto
ayude la ociosidad al vicio, y cuán de provecho sea la
ocupación a la virtud. Volviendo a nuestra historia, decimos
que por sola aquella pieza que cupo de parte de un español, se
podrá sacar el tesoro que en aquella ciudad y su templo
hallaron los españoles. A un lado y a otro de la imagen del
Sol estaban los cuerpos de los reyes muertos puestos por su
antigüedad como hijos de ese Sol, embalsamados que (no se sabe
cómo) parecían estar vivos; estaban asentados en sus
sillas de oro, puestas sobre los tablones de oro en que solían
asentarse. Tenían los rostros hacia el pueblo; sólo
Huayna Cápac se aventajaba de los de más, que estaba
puesto delante de la figura del Sol, vuelto el rostro hacia él,
como hijo más querido y amado, por haberse aventajado de los
demás; pues mereció que en vida le adorasen por dios
por las virtudes y ornamentos reales que mostró desde muy
mozo. Estos cuerpos escondieron los indios con el demás
tesoro, que los más dellos no han parecido hasta hoy. El año
1559, el licenciado Polo descubrió cinco dellos, tres de reyes
y dos de reinas. La puerta principal del templo miraba al Norte, como
hoy está, sin la cual había otras menores para servicio
del templo. Todas éstas estaban aforradas con planchas de oro
en forma de portada. Por defuera del templo, por lo alto de las
paredes del templo, corría una azanefa de oro de un tablón
de más de una vara en ancho en forma de corona que abrazaba
todo el templo. </SPAN> </FONT></FONT>
</P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.18.CAPÍTULO IX|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
IX</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.19.DEL CLAUSTRO DEL TEMPLO, Y LA DE LOS APOSENTOS DE LA LUNA Y ESTRELLAS, TRUENO Y RELÁMPAGO, Y ARCO DEL CIELO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DEL
CLAUSTRO DEL TEMPLO, Y LA DE LOS APOSENTOS DE LA LUNA Y ESTRELLAS,
TRUENO Y RELÁMPAGO, Y ARCO DEL CIELO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Pasado
el templo, había un claustro de cuatro lienzos; el uno dellos
era el lienzo del templo. Por todo lo alto del claustro había
una azanefa de un tablón de oro de más de una vara en
ancho, que servía de corona al claustro; en lugar della
mandaron poner los españoles, en memoria de la pasada, otra
azanefa blanca de yeso, del anchor de la de oro; yo la dejé
viva en las paredes que estaban en pie y no se había
derribado. Alrededor del claustro había cinco cuadras o
aposentos grandes, cuadrados cada uno de por sí, no trabado
con otros, cubiertos en forma de pirámide, de los cuales se
hacía los otros tres lienzos del claustro.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">La
una cuadra de aquéllas estaba dedicada para aposento de la
Luna, mujer del Sol, y era la que estaba más cerca de la
capilla mayor del templo; toda ella y sus puertas estaban aforradas
con tablones de plata, porque por el color blanco viesen que era
aposento de la Luna; teníanla puesta su imagen y retrato como
al Sol, hecho y pintado un rostro de mujer en un tablón de
plata. Entraban en aquel aposento a visitar la Luna y a encomendarse
a ella, porque la tenían por hermana y mujer del Sol, y madre
de los Incas y de toda su generación; y así la llamaban
Mamacullia, que es Madre Luna: no le ofrecían sacrificios como
el Sol. A una mano y a la otra de la figura de la Luna estaban los
cuerpos de las reinas difuntas, puestas por su orden y antigüedad.
Mama Oclla, madre de Huayna Cápac, estaba delante de la Luna,
rostro a rostro con ella, y aventajada de las demás por haber
sido madre de tal hijo.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Otro
aposento de aquellos, el más cercano a la Luna, estaba
dedicado al lucero Venus, y a las Siete Cabrillas, y a todas las
demás estrellas en común. A la estrella Venus llamaban
Chasca, que quiere decir de cabellos largos y crespos; honrábanla
porque decían que era paje del Sol, que andaba más
cerca dél, unas veces delante, y otras veces en pos. A las
Siete Cabrillas respetaban por la extrañeza de su apostura y
conformidad de su tamaño. A las estrellas tenían por
criadas de la Luna, y así les dieron el aposento cerca del de
su señora, porque estuviesen más a mano para el
servicio della, porque decían que las estrellas andan en el
cielo con la Luna como criadas suyas, y no con el Sol, porque las ven
de noche, y no de día.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Este
aposento estaba entapizado de plata también como el de la
Luna, y la portada era de plata; tenia todo lo alto del techo
sembrado de estrellas grandes y chicas, a semejanza del cielo
estrellado. El otro aposento junto al de las estrellas era dedicado
al relámpago, trueno y rayo: estas tres cosas nombraban y
comprendían debajo deste nombre Illapa, y con el verbo que le
juntaban distinguían las significaciones del nombre, que
diciendo viste la Illapa, entendían por el relámpago;
si decían oíste la Illapa, entendían por el
trueno, y cuando decían la Illapa cayó en tal parte, o
hizo tal daño, entendían por el rayo.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">No
los adoraron por dioses, mas de respetarlos por criados del Sol. Lo
mismo sintieron dellos que la gentilidad antigua sintió del
rayo, que la tuvo por instrumento y armas de su dios Júpiter.
Por lo cual los Incas dieron aposento al relámpago, trueno y
rayo en la casa del Sol como a criados suyos, y estaba todo él
guarnecido de oro. No dieron estatua ni pintura al trueno, relámpago
y rayo, porque no pudiendo retratarlos al natural (que siempre lo
procuraban de imágenes), los respetaban con el nombre de
Illapa, cuya trina significación no han alcanzado hasta ahora
los historiadores españoles, que ellos hubieran hecho dél
un dios trino y uno, dándoselo a los indios, asemejando su
idolatría a nuestra santa religión; que en otras cosas
de menos apariencia y color han hecho trinidades, componiendo nuevos
nombres en el lenguaje, no habiéndolas imaginado los indios.
Yo escribo, como otras veces he dicho, lo que mamé en la leche
y vi y oí a mis mayores; y a acerca del trueno queda atrás
dicho lo que más tuvieron.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Otro
aposento (que era el cuarto) dedicaron al arco del cielo; porque
alcanzaron que procedía del Sol, y por ende lo tomaron los
reyes Incas por divisa y blasón, porque se jactaban descender
del Sol. Este aposento estaba todo guarnecido de oro. En un lienzo
dél sobre las planchas de oro tenían pintado muy al
natural el arco del cielo, tan grande que tomaba de una pared a otra
con todos sus colores al vivo; llamaban al arco Chuycu, y con tenerle
en esta veneración, cuando le veían en el aire cerraban
la boca y ponían la mano delante, porque decían que si
le descubrían los dientes los gastaba y empodrecía.
Esta simplicidad tenían entre otras sin dar razón para
ello. El quinto y último aposento estaba dedicado para el sumo
sacerdote y para los demás sacerdotes que asistían al
servicio del templo, que todos habían de ser Incas de la
sangre real. Éstos tenían aquel aposento, no para
dormir ni comer en él, sino que era sala de audiencia para
ordenar los sacrificios que se habían de hacer, y para todo lo
demás que conviniese al servicio del templo. Estaba este
aposento también, como los demás, guarnecido con oro de
alto abajo. </SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.20.CAPÍTULO X|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
X</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.21.DEL FAMOSO TEMPLO DE TITICACA, Y DE SUS FÁBULAS Y ALEGORÍAS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DEL
FAMOSO TEMPLO DE TITICACA, Y DE SUS FÁBULAS Y ALEGORÍAS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Entre
otros templos famosos que en el Perú había dedicados al
Sol, que en ornamento y riqueza de oro y plata podían competir
con el del Cozco, hubo uno en la isla llamada Titicaca, que quiere
decir sierra de plomo; es compuesto de Titi, que es plomo, y de Caca,
que es sierra; hanse de pronunciar ambas sílabas Caca en lo
interior de la garganta, porque pronunciadas como suenan las letras
españolas quiere decir tío, hermano de madre. El lago
llamado Titicaca, donde está la isla, tomó el mismo
nombre della, la cual está de tierra firme poco más de
dos tiros de arcabuz; tiene de circuito de cinco a seis mil pasos,
donde dicen los Incas que el Sol puso aquellos sus dos hijos, varón
y mujer, cuando los envió a la tierra para que doctrinasen y
enseñasen la vida humana a la gente barbarísima que
entonces había en aquella tierra. A esta fábula añaden
otra de siglos más antiguos. Dicen que después del
diluvio vieron los rayos del Sol en aquella isla y en aquel gran lago
primero que en otra parte alguna. El cual tiene por partes setenta y
ochenta brazas de fondo, y ochenta leguas de contorno. De sus
propiedades, y causas por que no admita barcos que anden encima de
sus aguas, escribía el padre Blas Valera, en lo cual yo no me
entremeto, porque dice que tiene mucha piedra imán.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
primer Inca Manco Cápac, favorecido desta fábula
antigua y de su buen ingenio, inventiva y sagacidad, viendo que los
indios la creían y tenían el lago y la isla por lugar
sagrado, compuso la segunda fábula, diciendo que él y
su mujer eran hijos del Sol, y que su padre los había puesto
en aquella isla para que de allí fuesen por toda la tierra
doctrinando aquellas gentes, como al principio desta historia se dijo
largamente. Los Incas amautas, que eran los filósofos y sabios
de su república, reducían la primera fábula a la
segunda, dándosela por pronóstico o profesía, si
así se puede decir. Decían que el haber echado el Sol
en aquella isla sus primeros rayos para alumbrar el mundo, había
sido señal y promesa de que en el mismo lugar pondría
sus dos primeros hijos para que enseñasen y alumbrasen
aquellas gentes, sacándolas de las bestialidades en que
vivían, como lo habían hecho después aquellos
reyes. Con estas invenciones y otras semejantes, hechas en su favor,
hicieron los Incas creer a los demás indios que eran hijos del
Sol, y con sus muchos beneficios lo confirmaron. Por estas dos
fábulas tuvieron los Incas, y todos lo de su imperio, aquella
isla por lugar sagrado, y así mandaron hacer en ella un
riquísimo templo, todo aforrado con tablones de oro, dedicado
al Sol, donde universalmente todas las provincias sujetas al Inca
ofrecían cada año mucho oro y plata, y piedras
preciosas, en hacinamiento de gracias al Sol por los dos beneficios
que en aquel lugar les había hecho. Aquel templo tenía
el mismo servicio que el templo del Cozco. De las ofrendas de oro y
plata había tanta cantidad amontonada en la isla, fuera de lo
que para el servicio del templo estaba labrado, que lo que dicen los
indios acerca de esto más es para admirar que para lo creer.
El padre Blas Valera, hablando de la riqueza de aquel templo, y de lo
mucho que fuera dél había sobrado y amontonado, dice
que los indios trasplantados (que llaman Mitmac), que viven en
Capacavano, le certificaron que era tanto lo que había sobrado
de oro y plata, que pudieran hacer dello otro templo desde los
fundamentos hasta la cumbre, sin mezcla de otro material; y que luego
que los indios supieron la entrada de los españoles en aquella
tierra, y que iban tomando para sí cuanta riqueza hallaban, la
echaron toda aquella a aquel gran lago.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Otro
cuento semejante se me ofrece, y es que en valle de Orcos, que está
seis leguas al sur del Cozco, hay una laguna pequeña que tiene
menos de media legua de circuito; empero muy honda, y rodeada de
cerros altos. Es fama que los indios echaron en ella mucho tesoro de
lo que había en el Cozco, luego que supieron la ida de los
españoles; y que entre otras riquezas echaron la cadena de oro
que Huayna Cápac mandó hacer, de la cual diremos en su
lugar; doce o trece españoles moradores del Cozco, no de los
vecinos que tienen indios, sino de los mercaderes y tratantes,
movidos de esta fama hicieron compañía a pérdida
o ganancia para desaguar aquella laguna y gozar de su tesoro.
Sondáronla y hallaron que tenía veinte y tres o veinte
y cuatro brazas de agua, sin el cieno, que era mucho. Acordaron hacer
una mina por parte del oriente de la laguna, por do pasa el río
llamado Yucay; porque por aquella parte está la tierra más
baja que el suelo de la laguna, y por las otras partes no podían
desaguarla porque está rodeada de sierras; no abrieron el
desaguadero a tajo abierto desde lo alto (que quizá les fuera
mejor) por parecerles más barato entrar por debajo de tierra
con el socavón. Empezaron su obra el año de mil
quinientos y cincuenta y siete, con grandes esperanzas de haber el
tesoro, y entrados ya más de cincuenta pasos por el cerro
adelante, toparon con una peña; pedernal, y porfiando con
ella, vieron que sacaban más fuego que piedra, por lo cual,
gastados muchos ducados de su caudal, perdieron sus esperanzas y
dejaron la empresa. Yo entré por la cueva dos o tres veces
cuando andaban en la obra. Así que hay fama pública
como la tuvieron aquellos españoles de haber escondido los
indios infinito tesoro en lagos, cuevas y en montañas, sin que
haya esperanza de que se pueda cobrar. </SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.22.CAPÍTULO XI|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XI</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.23.LA CASA DE LAS VÍRGENES DEDICADAS AL SOL|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
CASA DE LAS VÍRGENES DEDICADAS AL SOL</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Tuvieron
los reyes Incas, en su gentilidad y vana religión, cosas
grandes dignas de mucha consideración, y una dellas fue la
profesión de perpetua virginidad que las mujeres guardaban en
muchas casas de recogimiento, que para ellas en muchas provincias de
sus impero edificaron; y para que se entienda qué mujeres eran
éstas, a quién se dedicaban, y en qué se
ejercitaban, lo diremos cómo ello era; porque los
historiadores españoles que desta tratan pasan por ello
conforme al refrán que dice: "Como gato por brasas".
Diremos particularmente de la casa que había en el Cozco, a
cuya semejanza se hicieron después las que hubo en todo el
Perú.</SPAN> </FONT></FONT>
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Es
así que un barrio de los de aquella ciudad se llamaba
Acllahuaci, quiere decir casa de escogidas; el barrio es el que está
entre las dos calles que salen de la plaza mayor y van al convento de
Santo Domingo, que solía ser Casa del Sol. La una de las
calles es la que sale del rincón de la plaza, a mano izquierda
de la iglesia mayor, y va Norte Sur. Cuando yo salí de aquella
ciudad el año de mil y quinientos y sesenta, era esta calle la
principal de los Mercaderes. La otra calle es la que sale del medio
de la plaza donde dejé la cárcel, y va derecha al mismo
convento dominico, también Norte Sur. La frente de la casa
salía a la plaza mayor, entre las dos calles dichas, y las
espaldas della llegaban a la calle que las atraviesa de oriente a
poniente; de manera que estaba dicha isla entre la plaza y las tres
calles; quedaba entre ella y el Templo del Sol otra isla grandísima
de casas, y una plaza grande que hay delate del templo. De donde se
ve claro la falta de relación verdadera que tuvieron los
historiadores, que dicen que las vírgenes estaban en el Templo
del Sol, y que eran sacerdotisas, y que ayudaban a los sacerdotes en
los sacrificios, habiendo tanta distancia de la una casa a la otra, y
siendo la principal intención de aquellos reyes Incas que en
ésta de las monjas no entrasen hombres, ni en la del Sol
mujeres. Llamábase Casa de Escogidas, porque las escogían
o por linaje, o por hermosura. Habían de ser vírgenes,
y para seguridad de que lo eran las escogían de ocho años
abajo.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Y
porque las vírgenes de aquella casa del Cozco eran dedicadas
para mujeres del Sol, habían de ser de su misma sangre, quiero
decir hijas de los Incas, así del rey como de sus deudos, los
legítimos y limpios de sangre ajena; porque de las mezcladas
con sangre ajena, que llamamos bastardas, no podían entrar en
esta casa del Cozco, de la cual vamos hablando; y la razón
desto decían que como no se sufría dar al Sol mujer
corrupta, sino virgen, así tampoco era lícito darle la
bastarda con mezcla de sangre ajena. Porque habiendo de tener hijos
del Sol como ellos imaginaban, no era razón que fueran
bastardos mezclados de sangre divina y humana. Por tanto, habían
de ser legítimas de la sangre real, que era la misma del Sol.
Había de ordinario más de mil y quinientas monjas, y no
había tasa de las que podían ser.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Dentro,
en la casa, había mujeres mayores de edad que vivían en
la misma profesión, envejecidas en ella; que habían
entrado con las mismas condiciones, y por ser ya viejas, y por el
oficio que hacían, las llamaban Mamacuna, que, interpretándolo
superficialmente, bastaría decir matrona; empero, para darle
toda su significación, quiere decir mujer que tiene cuidado de
hacer oficio de madre, porque es compuesto de mama, que es madre, y
desta partícula cuna, que por sí no significa nada, y
en composición significa lo que hemos dicho, sin otras muchas
significaciones, según las diversas composiciones que recibe.
Hacíales bien el nombre, porque unas hacían oficio de
abadesas, otras de maestras de novicias para enseñarlas, así
en el culto divino de su idolatría, como en las cosas que
hacían de manos para su ejercicio, como hilar, tejer, coser.
Otras eran porteras, otras provisoras de la casa para pedir lo que
habían menester, lo cual se les proveía
abundantísmamente de la hacienda dél porque eran
mujeres suyas. </SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.24.CAPÍTULO XII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.25.LOS ESTATUTOS Y EJERCICIOS DE LA VÍRGENES ESCOGIDAS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LOS
ESTATUTOS Y EJERCICIOS DE LA VÍRGENES ESCOGIDAS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Vivían
en perpetua clausura hasta acabar la vida con guarda de perpetua
virginidad; no tenían locutorio ni torno, ni otra parte alguna
por donde pudiesen hablar ni ver hombres ni mujer, sino eran ellas
mismas unas con otras; porque decían que las mujeres del Sol
no habían de ser tan comunes que las viese nadie; y esta
clausura era tan grande, que aun el propio Inca no quería
gozar del privilegio que como rey podía tener de las ver y
hablar, porque nadie se atreviese a pedir semejante privilegio. Sola
la Coya, que es la reina y sus hijas, tenían licencia de
entrar en la casa y hablar con las encerradas así mozas como
viejas.</SPAN> </FONT></FONT>
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Con
la reina y sus hijas enviaba el Inca a las visitar, y saber cómo
estaban, y qué habían menester. Esta casa alcancé
yo a ver entera de sus edificios, que sólo ella y la del Sol,
que eran barrios, y otros cuatro galpones grandes que habían
sido casas de los reyes Incas, respetaron los indios en su general
levantamiento contra los españoles, que no las quemaron (como
quemaron todo lo demás de la ciudad) porque la una había
sido casa del Sol su dios, y la otra casa de sus mujeres, y las otras
de sus reyes. Tenían entre otras grandezas de su edificio una
calleja angosta, capaz de dos personas, la cual atravesaba toda la
casa. Tenía la calleja muchos apartados a una mano y a otra,
donde había oficinas de la casa, donde trabajaban las mujeres
de servicio. A cada puerta de aquéllas había porteras
de mucho recaudo; en el último apartado, al fin de la calleja,
estaban las mujeres del Sol, donde no entraba nadie. Tenía la
casa su puerta principal, como las que acá llaman puerta
reglar, la cual no se abría sino para la reina y para recibir
las que entraban para ser monjas.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Al
principio de la calleja, que era la puerta del servicio de la casa,
había veinte porteros de ordinario para llevar y traer hasta
la segunda puerta lo que en la casa hubiese de entrar y salir. Los
porteros no podían pasar de la segunda puerta, so pena de la
vida, aunque se lo mandasen de allá dentro, ni nadie lo podía
mandar so la misma pena.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Tenían
para servicio de las monjas y de la casa quinientas mozas, las cuales
también habían de ser doncellas hijas de los Incas del
privilegio que el primer Inca dio a los que redujo a su servicio, no
de los de la casa real, porque no entraban para mujeres del Sol sino
para criadas. No querían que fuesen hijas de alienígenas,
sino hijas de Incas, aunque de privilegio. Las cuales mozas también
tenían sus mamacunas de la misma casta, y doncellas que les
ordenaban lo que debían hacer. Y estas mamacunas no eran sino
las que envejecían en la casa, que llegadas a tal edad les
daban el nombre y la administración, como diciéndoles:
ya podéis ser madres y gobernar la casa. En el repartimiento
que los españoles hicieron para sus moradas de las casas
reales de la ciudad del Cozco cuando la ganaron, cupo la mitad deste
convento a Pedro del Barco, de quien adelante haremos mención;
fue la parte de las oficinas, y la otra mitad cupo al licenciado de
la Gama, que yo alcancé en mis niñeces; y después
fue de Diego Ortiz de Guzmán, caballero natural de Sevilla,
que yo conocí y dejé vivo cuando vine a España.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
principal ejercicio que las mujeres del Sol hacían era hilar y
tejer y hacer todo lo que el Inca traía sobre su persona, de
vestido y tocado, y también para la Coya, su mujer legítima.
Labraban asimismo toda la ropa finísima que ofrecían al
Sol en sacrificio; lo que el Inca traía en la cabeza era una
trenza llamada Llautu, ancha como el dedo merguerite y muy gruesa,
que venía a ser casa cuadrada, que daba cuatro o cinco vueltas
a la cabeza, y la borla colorada, que le tomaba de una sien a otra.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
vestido era una camiseta que descendía hasta las rodillas, que
llaman Uncu. Los españoles le llaman Cusma; no es del general
lenguaje, sino vocablo intruso de alguna provincia particular. Traía
una manta cuadrada de dos piernas en lugar de capa, que llaman
Yacolla. Hacían asimismo estas monjas para el Inca unas bolsas
que son cuadradas, de una cuarta en cuadro; tráenlas debajo
del brazo asida a una trenza muy labrada de dos dedos de ancho,
puesta como tahalí del hombro izquierdo al costado derecho. A
esas bolsas llaman Chuspa; servían solamente de traer la yerba
llamada Cuca, que los indios comen, la cual entonces no era tan común
como ahora, porque no la comía sino el Inca y sus parientes, y
algunos curacas, a quien el rey, por mucho favor y merced, enviaba
algunos cestos della por año.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">También
hacían unas borlas pequeñas de dos colores, amarillo y
colorado, llamado Paycha, asidas a una trenza delgada de una braza en
largo, las cuales no eran para el Inca, sino para los de su sangre
real; traíanlas sobre su cabeza, caían las borlas sobre
la sien derecha.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.26.CAPÍTULO XIII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XIII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.27.NUEVAS PROVINCIAS QUE EL INCA SUJETA, Y UNA ACEQUIA PARA REGAR LOS PASTOS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">NUEVAS
PROVINCIAS QUE EL INCA SUJETA, Y UNA ACEQUIA PARA REGAR LOS PASTOS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
Inca Páhuac Mayta y sus tíos, habiendo dado fin a su
jornada y dejado los gobernadores y ministros necesarios para
instruir los nuevos vasallos, se volvieron al Cozco, donde fueron
recibidos del Inca con muchas fiestas y grandes favores y mercedes,
cuales convenían a tan gran conquista como la que hicieron,
con la cual acrecentó el Inca Viracocha su imperio hasta los
términos posibles, porque al Oriente llegaba hasta el pie de
la gran Cordillera y Sierra Nevada, y al Poniente hasta la mar, y al
Mediodía hasta la última provincia de los chancas, más
de doscientas leguas de la ciudad; y por estas tres partes ya no
había qué conquistar, porque por la una parte le
atajaba la mar, y por la otra las nieves y grandes montañas de
los Antis; y al Sur le atajaban los desiertos que hay entre el Perú
y el reino de Chili. Mas con todo esto, como el reinar sea
insaciable, le nacieron nuevos cuidados de la parte de Chinchasuyu,
que es al Norte; deseó aumentar su imperio lo que pudiese por
aquella banda; y habiéndolo comunicado con los de su consejo,
mandó levantar treinta mil hombres de guerra, y eligió
seis Incas de los más experimentados que fuesen con él.
Proveído de todo lo necesario, salió con su ejército
por el camino de Chinchasuyu, dejando por gobernador de la ciudad a
su hermano el Inca Páhuac Mayta. Llegó a la privincia
Antahuylla, que es de la nación Chaca; la cual, por la
traición que hicieron al Inca Yáhuar Huácac al
rebelarse contra él, fue llamada traidora por sobrenombre; y
dura este apellido entre los indios hasta hoy, que jamás dicen
Chanca que no añaden Auca, que quiere decir traidor. También
significa tirano, alevoso, fementido, y todo lo demás que
puede pertenecer a la tiranía y alevosía todo lo
contiene este adjetivo Auca; también significa guerrear y dar
batalla, porque se vea cuánto comprende el lenguaje común
del Perú con una palabra sola.</SPAN> </FONT></FONT>
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Con
la fiesta y regocijo que como gente afligida pudieron hacer los
chacas, fue recibido el Inca Viracocha. El cual se mostró muy
afable con todos ellos, y a los más principales regaló,
así con palabras como con dádivas que les dio de
vestido y otras presas, porque perdieron el temor del delito pasado,
que como no había sido el castigo conforme a la maldad, temían
si había de llegar entonces o después. El Inca, demás
del común favor que a todos hizo, visitó las provincias
todas; proveyó en ellas lo que le pareció convenir.
Hecho esto, recogió el ejército, que estaba alojado en
diversas provincias. Caminó a las que estaban por sujetar. La
más cercana, llamada Huaytara, grande y muy poblada de gente
rica y belicosa, y que había sido del bando de los rebelados.
La cual se rindió luego que el Inca Viracocha envió sus
mensajeros, mandándoles que le obedeciesen; y así
salieron con mucha humildad a recibirle por señor, porque
estaban escarmentados de la batalla de Yahuarpampa. El Inca los
recibió con mucha afabilidad, y les mandó decir que
viviesen quietos y pacíficos, que era lo que más les
convenía.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">De
allí pasó a otra provincia llamada Pocra, por otro
nombre Huamanca, y a otras que se dicen Asancaru, Parco, Picuy y
Acos, las cuales todas se dieron con mucha facilidad, y holgaron ser
de su imperio, porque el Inca Viracocha era deseado en todas partes
por las maravillas que habían hecho. Habiéndolas
ganado, despidió el ejército. Ordenó lo que al
beneficio común de los vasallos convenía, y entre otras
cosas que mandó hacer, fue sacar una acequia de agua de más
de doce pies de hueco que corría más de ciento y veinte
leguas de largo; empezaba de lo alto de las sierras que hay entre
Parcu y Picuy, de unas hermosas fuentes que allí nacen, que
parecen caudalosos ríos. Y corría el acequia hacia los
Rucanas, servía de regar los pastos que hay por aquellas
despoblados, que tienen diez y ocho leguas de travesía, y de
largo toman casi todo el Perú.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Otra
acequia semejante atraviesa casi todo Cuntisuyu, y corre del Sur al
Norte más de ciento y cincuenta leguas por lo alto de las
sierras más altas que hay en aquellas provincias, y sale a los
quechuas, y sirve o servía solamente para regar los pastos
cuando el otoño detenía sus aguas. Destas acequias para
regar los pastos hay muchas en todo el imperio que los Incas
gobernaron; es obra digna de la grandeza y gobierno de tales
príncipes. Puédese igualar estas acequias a las mayores
obras que en el mundo ha habido, y darles el primer lugar,
consideradas las sierras altísimas por donde las llevaban, las
peñas grandísimas que rompían sin instrumentos
de acero, ni hierro, sino que con unas piedras quebrantaban otras a
pura fuerza de brazos, y que no supieron hacer cimbras para sobre
ellas armar arcos y puentes con que atajar las quebradas y los
arroyos. Si algún arroyo hondo se le atravesaba, iban a
descabezarlo hasta su nacimiento, rodeando las sierras todas que se
le ofrecían por delante. Las acequias eran de diez o doce pies
de hueco por la parte de la sierra a que iban arrimadas. Rompían
la misma sierra para el paso del agua, y por la parte de afuera les
ponían grandes losas de piedras labradas por todas sus seis
partes de vara y media, y de dos varas de largo, y más de vara
de alto, las cuales iban puestas a la hila, pegadas unas a otras, y
fortalecidas por la parte de afuera con grandes céspedes y
mucha tierra arrimada a las losas, para que el ganado que atravesase
de una parte a otra no desportillase la acequia.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Ésta,
que viene atravesando todo el distrito llamado Cuntisuyu, vide en la
provincia llamada Quechua, que es al fin del mismo distrito, y tiene
todo lo que he dicho, y la miré con mucha atención; y
cierto son obras tan grandes y admirables, que exceden a toda pintura
y encarecimiento que dellas se pueda hacer. Los españoles,
como extrenajeros, no han hecho caso de semejantes grandezas, ni para
sustentarlas, sin para estimarlas, ni aun para haber hecho mención
dellas en sus historias; antes parece que a sabiendas o con sobra de
descuido, que es lo más cierto, han permitido que se pierdan
todas. Lo mismo ha sido de las acequias que los indios tenían
sacadas para regar las tierras de pan, que han dejado perder las dos
tercias partes que hoy y muchos años atrás no sirven
ya, sino las acequias que no pueden dejar de sustentar por la
necesidad que tienen dellas. De las que se han perdido, grandes y
chicas, viven todavía los rastros y señales.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.28.CAPÍTULO XIV|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XIV</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.29.LA FÁBRICA Y ORNAMENTO DE LAS CASAS REALES|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
FÁBRICA Y ORNAMENTO DE LAS CASAS REALES</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
servicio y ornamento de las casas reales de los Incas, reyes que
fueron del Perú, no era de menos grandeza, riqueza y majestad
que todas las demás cosas magníficas que para su
servicio tenían; antes parece que en algunas dellas, como se
podrá notar, excedieron a todas las casas de los reyes y
emperadores que hasta hoy se sabe que hayan sido en el mundo. Cuanto
a lo primero, los edificios de sus casas, templos, jardines y baños,
fueron en extremo pulidos, de cantería maravillosamente
labrada, tan ajustadas las piedras unas con otras, que no admitían
mezcla; y aunque es verdad que se la echaban, era de un barro
colorado (que en su lengua llaman Lancac Allpa, pues es barro
pegajoso), hecho leche, del cual barro no quedaba señal
ninguna entre las piedras; por lo cual dicen los españoles que
labraban sin mezcla. Otros dicen que echaban cal, y engáñanse;
porque los indios del Perú no supieron hacer cal ni yeso, teja
ni ladrillo.</SPAN> </FONT></FONT>
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">En
muchas casas reales y templos del Sol echaron plomo derretido, y
plata, y oro por mezcla. Pedro de Cieza, capítulo noventa y
cuatro, lo dice también, que huelgo alegar los historiadores
españoles para mi abono. Echábanlo para mayor majestad,
lo cual fue la principal causa de la total destrucción de
aquellos edificios; porque por haber hallado estos metales en algunos
dellos, los han derribado todos buscando oro y plata, que los
edificios eran de suyo tan bien labrados de tan buena piedra,
que duraran muchos siglos si los dejaran vivir. Pedro de Cieza,
capítulo cuarenta y dos, sesenta y noventa y cuatro, dice lo
mismo de los edificios, que duraran mucho si no los derribaran. Con
planchas de oro chaparon los templos del Sol y los aposentos reales,
donde quiera que los había; pusieron muchas figuras de hombres
y mujeres, y de aves del aire y del agua, y de animales bravos, como
tigres, osos, leones, zorras, perros y gatos cervales, venados,
huanacus y vicuñas y de las ovejas domésticas, todo de
oro y plata vaciado al natural en su figura y tamaño, y los
ponían por las paredes, en los vacíos y concavidades,
que yendo labrándolos dejaban para aquel afecto. Pedro de
Cieza, capítulo cuarenta y cuatro, lo dice largamente.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Contrahacían
yerbas y plantas de las que nacen por los muros, y las ponían
por las paredes que parecía haberse nacido en ellas. Sembraban
las paredes de lagartijas y mariposas, ratones y culebras grandes y
chicas, que parecían andar subiendo y bajando por ellas. El
Inca se sentaba de ordinario en un asiento de oro macizo que llaman
Tiana. Era de una tercia en alto, sin braceras ni espaldar, con algún
cóncavo para el asiento. Poníanla sobre un gran tablón
cuadrado de oro. Las vasijas de todo el servicio de la casa, así
de la mesa como de la botillería y cocina, chicas y grandes,
todas eran de oro y plata, y las había en cada casa de
depósito para cuando el rey caminase, que no las llevaban de
unas partes a otras, sino que cada casa de las del Inca, así
las que había por los caminos reales como las que había
por las provincias, todas tenían lo necesario para cuando el
Inca llegare a ellas, caminando con su ejército o visitando
sus reinos. Había también en estas casas reales muchos
graneros y horones, que los indios llaman Pirua, hechos de oro y
plata, no para encerrar grano, sino para grandeza y majestad de la
casa y del señor della.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Juntamente
tenían mucha ropa de cama y de vestir siempre nueva, porque el
Inca no se ponía un vestido dos veces, que luego lo daba a sus
parientes. La ropa de la cama toda era de mantas y frezadas de lana
de vicuña, que es tan fina y tan regalada, que entre otras
cosas preciadas de aquella tierra, se la han traído para la
cama del rey don Felipe segundo. Echábanlas debajo y encima.
No supieron o no quisieron la invención de los colchones; y
puédese afirmar que no la quisieron, pues con haberlos visto
en las camas de los españoles, nunca los han querido admitir
en las suyas, por parecerles demasiado regalo y curiosidad para la
vida natural que ellos profesaban.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Tapices
por las paredes no los usaban, porque, como se ha dicho, las
entapizaban con oro y plata. La comida era abundantísima,
porque se aderezaba para todos los Incas parientes que quisiesen ir a
comer con el rey, y para los criados de la casa real, que eran
muchos. La hora de la comida principal de los Incas y de toda la
gente común era por la mañana, de las ocho a las nueve;
a la noche cenaban con luz del día livianamente, y no hacían
más comidas que estas dos. Fueron generalmente malos
comedores; quiero decir de poco comer; en el beber fueron más
viciosos; no bebían mientras comían, pero después
de la comida se vengaban, porque duraba el beber hasta la noche. Esto
se usaba entre los ricos, que los pobres, que era la gente común,
en toda cosa tenían escasez, pero no necesidad. Acostábanse
temprano y madrugaban mucho a hacer sus haciendas.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.30.CAPÍTULO XV|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XV</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.31.CONTRAHACÍAN DE ORO Y PLATA CUANTO HABÍA PARA ADORNAR LAS CASAS REALES|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CONTRAHACÍAN
DE ORO Y PLATA CUANTO HABÍA PARA ADORNAR LAS CASAS REALES</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">En
todas las casas reales tenían hechos jardines y huertos donde
el Inca se recreaba. Plantaban en ellos todos los árboles
hermosos y vistosos, posturas de flores y plantas olorosas y hermosas
que en el reino había; a cuya semejanza contrahacían de
oro y plata muchos árboles y otras matas menores al natural,
con sus hojas, flores y frutas; unas que empezaban a brotar, otras a
medio sazonar, otras del todo perfeccionadas en su tamaño.
Entre éstas y otras grandezas hacían maizales
contrahechos al natural, con sus hojas, mazorca y caña, con
sus raíces y flor, y los cabellos que hecha la mazorca eran de
oro, y todo lo demás de plata, soldado lo uno con lo otro. Y
la misma diferencia hacían en las demás plantas, que la
flor o cualquiera otra cosa que amarilleaba la contrahacían de
oro, y lo demás de plata.</SPAN> </FONT></FONT>
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">También
había animales chicos y grandes contrahechos y vaciados de oro
y plata, como eran conejos, ratones, lagartijas, culebras, mariposas,
zorras, gatos monteses, que domésticos no los tuvieron. Había
pájaros de todas suertes, unos puestos por los árboles,
como que cantaban; otros como que estaban volando y chupando la miel
de las flores. Había venados y gamos, leones y tigres, y todos
los demás animales y aves que en la tierra se criaban, cada
cosa puesta en su lugar como mejor contrahiciese a lo natural.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">En
muchas casas o en todas tenían baños con grandes
tinajones de oro y plata, en que se lavaban, y caños de plata
y oro, por los cuales venía el agua a los tinajones. Y donde
había fuentes de agua caliente natural, también tenían
baños hechos de gran majestad y riqueza. Entre otras grandezas
tenían montones y rimeros de rajas de leña,
contrahechos al natural de oro y plata, como que estuvieron de
depósitos para gastar en el servicio de las casas.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">La
mayor parte destas riquezas hundieron los indios, luego que vieron
los españoles deseosos de oro y plata; y de tal manera la
escondieron, que nunca más ha aparecido, ni se espera que
aparezca si no es que se hallen acaso, porque se entiende que los
indios que hoy viven no saben los sitios do quedaron aquellos
tesoros, y que sus padres y abuelos no quisieron dejarles noticias
dellos porque las cosas que habían sido dedicadas para el
servicio de sus reyes no querían que sirviesen a otros.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.32.CAPÍTULO XVI|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XVI</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.33.CÓMO ENTERRABAN LOS REYES: DURABAN LAS OBSEQUIAS UN AÑO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CÓMO
ENTERRABAN LOS REYES: DURABAN LAS OBSEQUIAS UN AÑO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Las
obsequias que hacían a los reyes Incas eran muy solemnes,
aunque prolijas. El cuerpo difunto embalsamaban, que no se sabe cómo
quedaban tan enteros que parecían estar vivos, como atrás
dijimos de cinco cuerpos de los Incas que se hallaron año de
mil y quinientos y cincuenta y nueve. Todo lo interior dellos
enterraban en el templo que tenían en el pueblo que llamaron
Tampu, que está el río abajo de Yucay, menos de cinco
leguas de la ciudad del Cozco, donde hubo edificios muy grandes y
soberbios de cantería, de los cuales Pedro de Cieza, capítulo
noventa y cuatro, dice que le dijeron por muy cierto que se halló
en cierta parte del palacio real o del Templo del Sol oro derretido
en lugar de mezcla, con que juntamente con el betún que ellos
ponen quedaban las piedras asentadas unas con otras; palabras son
suyas sacadas a la letra.</SPAN> </FONT></FONT>
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Cuando
moría el Inca o algún curaca de los principales, se
mataban y se dejaban enterrar vivos los criados más
favorecidos y las mujeres más queridas, diciendo que querían
ir a servir a sus reyes y señores a la otra vida; porque como
ya lo hemos dicho, tuvieron en su gentilidad que después desta
vida había otra semejante a ella corporal, y no espiritual.
Ofreciánse ellos mismos a la muerte, o se la tomaban por sus
manos, por el amor que a sus señores tenían. Y lo que
dicen algunos historiadores que los mataban para enterrarlos con sus
amos o maridos, es falso; porque fuera gran inhumanidad, tiranía
y escándalo que dijera que, en achaque de enviarlo con sus
señores, mataban a los que tenían por odiosos. Lo
cierto es que ellos mismos se ofrecían a la muerte, y muchas
veces eran tantos, que los atajaban los superiores, diciéndoles
que de presente bastaban los que iban, que en adelante poco a poco,
como fuesen muriendo, irían a servir a sus señores.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Los
cuerpos de los reyes, después de embalsamados, ponían
delante de la figura del Sol en el Templo del Cozco, donde les
ofrecían muchos sacrificios, como a hombres divinos que decían
ser hijos de ese Sol. El primer mes de la muerte del rey le lloraban
cada día con gran sentimiento y muchos alaridos todos los de
la ciudad; salía a los campos cada barrio de por sí,
llevaban las insignias del Inca, sus banderas, sus armas y ropa de su
vestir, la que dejaban de enterrar para hacer las obsequias. En sus
llantos, a grandes voces recitaban sus hazañas hechas en la
guerra, y las mercedes y beneficios que había hecho a las
provincias de donde eran naturales los que vivían en aquel tal
barrio. Pasado el primer mes, hacían lo mismo, de quince a
quince días, a cada llena y conjunción de luna; y esto
duraba todo el año; al fin dél hacían su cabo de
año con toda la mayor solemnidad que podían, y con los
mismos llantos, para los cuales había hombres y mujeres
señaladas y aventajadas en habilidad, como endechaderas, que
cantando en tonos tristes y funerales decían las grandezas y
virtudes del rey muerto. Lo que hemos dicho hacía la gente
común de aquella ciudad, lo mismo hacían los Incas de
la parentela real, pero con mucha más solemnidad y ventajas,
como de príncipes a plebeyos.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Lo
mismo se hacía en cada provincia de las del imperio,
procurando cada señor della que por la muerte de su Inca se
hiciese el mayor sentimiento que fuese posible. Con estos llantos
iban a visitar los lugares donde aquel rey había parado en
aquella tal provincia, en el campo, caminando, o en el pueblo para
hacerles alguna merced; los cuales puestos, como se ha dicho, tenían
en gran veneración; allí eran mayores sus llantos y
alaridos, y en particular recitaban la gracia, merced o beneficio que
en aquel tal lugar les había hecho. Y esto baste de las
obsequias reales, a cuya semejanza hacían parte dellas en las
provincias por sus caciques; que yo me acuerdo haber visto en mis
niñeces algo dello. En una provincia de las que llaman
Quechua, vi que salía gran cuadrilla al campo a llorar sus
curaca; llevaban sus vestidos hechos pendones. Y los gritos que daban
me despertaron a que preguntase qué era aquello, y me dijeron
que eran las obsequias del cacique Huamampallpa, que así se
llamaba el difunto. </SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.34.CAPÍTULO XVII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XVII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.35.POSTAS Y CORREOS, Y LOS DESPACHOS QUE LLEVABAN|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">POSTAS
Y CORREOS, Y LOS DESPACHOS QUE LLEVABAN</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Chasqui
llamaban a los correos que había puestos por los caminos para
llevar con brevedad los mandatos del rey, y traer las nuevas y avisos
que por sus reinos y provincias, lejos o cerca, hubiese de
importancia. Para lo cual tenían a cada cuarto de legua cuatro
o seis indios mozos y ligeros, los cuales estaban en dos chozas para
repararse de las inclemencias del cielo. Llevaban los recaudos por su
vez, ya los de una choza, ya los de la otra; los unos miraban a la
parte del camino, y los otros a la otra, para descubrir los
mensajeros antes que llegasen a ellos, y apercibirse para tomar el
recaudo, porque no se perdiese tiempo alguno. Y para esto ponían
siempre las chozas en alto, y también las ponían de
manera que se viesen las unas a las otras. Estaban a cuarto de legua,
porque decían que aquello era lo que un indio podía
correr con ligereza y aliento sin cansarse.</SPAN> </FONT></FONT>
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Llmáronlos
chasqui, que quiere decir trocar, o dar y tomar, que es lo mismo,
porque trocaban, daban y tomaban de uno en otro, los recaudos que
llevaban. No les llamaron cacha, que quiere decir mensajeros, porque
este nombre lo daban al embajador o mensajero propio que
personalmente iba del un príncipe a otro, o del señor
al súbito. El recaudo o mensaje que los chasquis llevaban era
de palabra, porque los indios del Perú no supieron escribir.
Las palabras eran pocas, muy concertadas y corrientes, porque no se
trocasen, y por ser muchas no se olvidasen. El que venía con
el mensaje daba voces llegando a la vista de la choza, para que se
apercibiese el que había de ir, como hace el correo en tocar
su bocina, para que le tengan ensillada la posta, y en llegando donde
le podían entender daba su recaudo, repitiéndolo dos, y
tres, y cuatro veces, hasta que lo entendía el que lo había
de llevar; y si no entendía, aguardaba a que llegase y diese
muy en forma su recaudo; y desta manera pasaba de uno en otro hasta
donde había de llegar.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Otros
recaudos llevaban, no de palabra, sino por escrito, digámoslo
así, aunque hemos dicho que no tuvieron letras, las cuales
eran ñudos, dados en diferentes hilos de diversos colores, que
iban puestos por su orden, mas no siempre de una misma manera, sino
unas veces antepuesto el un color al otro, y otras veces trocados al
revés; y esta manera de recaudos eran cifras, por las cuales
se entendía el Inca y sus gobernadores, para lo que había
de hacer, y los ñudos y los colores de los hilos significaban
el número de gente, armas, o vestidos, o bastimento, o
cualquier otra cosa que se hubiese de hacer, enviar o aprestar. A
estos hilos añudados llamaban los indios quipu (que quiere
decir añudar, y ñudo, que sirve de nombre y verbo), por
los cuales se entendían en sus cuentas. En otra parte,
capítulo de por sí, diremos largamente cómo eran
y de qué servían. Cuando había prisa de
mensajes, añadían correos, y ponían en cada
posta ocho y diez y doce indios chasquis. Tenían otra manera
de dar aviso por estos correos, y era haciendo ahumadas de día
de uno en otro, y llamaradas de noche. Para lo cual tenían
siempre los chasquis apercibido el fuego y los hachos, y velaban
perpetuamente de noche y de día por su rueda, para estar
apercibidos para cualquier suceso que se ofreciese. Esta manera de
aviso por los fuegos era solamente cuando había algún
levantamiento y rebelión de reino o provincia grande, y
hacíase para que el Inca lo supiese dentro de dos o tres horas
cuando mucho (aunque fuese de quinientas o seiscientas leguas de la
corte), y mandase apercibir lo necesario para cuando llegase la nueva
cierta de cuál provincia o reino era el levantamiento. Éste
era el oficio de los chasquis y los recaudos que llevaban.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.36.CAPÍTULO XVIII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XVIII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.37.CONTABAN POR HILOS Y ÑUDOS: HABÍA GRAN FIDELIDAD EN LOS CONTADORES|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CONTABAN
POR HILOS Y ÑUDOS: HABÍA GRAN FIDELIDAD EN LOS
CONTADORES</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Quipu
quiere decir añudar y ñudo, y también se toma
por la cuenta, porque los ñudos la daban de toda cosa. Hacían
los indios hilos de diversos colores; unos eran de un color solo,
otros de dos colores, otros de tres, y otros de más, porque
los colores simples y los mezclados, todos tenían su
significación de por sí; los hilos eran muy torcidos,
de tres o cuatro liñudos, y gruesos como un huso de hierro, y
largos de a tres cuartas de vara, los cuales ensartaban en otro hilo
por su orden a la larga, a manera de rapcejos. Por los colores<SPAN LANG="es-ES">
sacaban lo que se contenía en aquel tal hilo, como el oro por
el amarillo, y la plata por el blanco, y por colorado a gente de
guerra.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Las
cosas que no tenían colores iban puestas por su orden,
empezando de las de más calidad, y procediendo hasta las de
menos, cada cosa en su género, como en las mieses y legumbres.
Pongamos por comparación las de España; primero el
trigo, luego la cebada, luego el garbanzo, haba, mijo, etc. Y así
también cuando daban cuenta de las armas, primero ponían
las que tenían por más nobles, como lanzas, y luego
dardos, arcos y flechas, porras y hachas, hondas y las demás
armas que tenían. Y hablando de los vasallos, daban cuenta de
los vecinos de cada pueblo, y luego en junto los de cada provincia.
En el primer hilo ponían los viejos de sesenta años
arriba; en el segundo, los hombres maduros de cincuenta arriba, y el
tercero contenía los de cuarenta; y así de diez a diez
años, hasta los niños de teta. Por la misma orden
contaban las mujeres, por las edades.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Algunos
destos hilos tenían otros hilitos delgados del mismo color,
como hijuelas, o excepciones de aquellas reglas generales, como
digamos en el hilo de los hombres o mujeres de tal edad, que se
entendían ser casados; los hilitos significaban el número
de los viudos o viudas que de aquella edad había aquel año,
porque esta cuentas eran anuales, y no daban razón más
que de un año solo.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Los
ñudos se daban por su orden de unidad, docena, centena,
millar, decena de millar, y pocas veces o nunca pasaban a la centena
de millar; porque como cada pueblo tenía su cuenta de por sí,
y cada metrópoli la de su distrito, nunca llegaba el número
destos o de aquellos a tanta cantidad que pasase al centena de
millar, que en los números que hay de allí abajo tenían
harto. Mas si se ofreciera haber de contar por el número
centena de millar, también lo contaran, porque en su lenguaje
pueden dar todos los números del guarismo como él los
tiene; mas porque no había para qué usar de los números
mayores, no pasaban del decena de millar. Estos números
contaban por ñudos dados en aquellos hilos, cada número
dividido del otro; empero los ñudos de cada número
estaban dados todos juntos debajo de una vuelta, a manera de los
ñudos que se dan en el cordón del bienaventurado
patriarca San Francisco, y podíase hacer bien porque nunca
pasaban de nueve, como no pasan de nueve las unidades y decenas, etc.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">En
lo más alto de los hilos ponían el número mayor,
que era el decena de millar, y más bajo el millar, y así
hasta la unidad. Los ñudos de cada número y de cada
hilo iban parejos unos con otros, ni más ni menos que los pone
un buen contador para hacer una suma grande. Estos ñudos o
quipus los tenían indios de por sí a cargo, los cuales
llamaban quipucamayu, quiere decir el que tiene cargo de las cuentas;
y aunque en aquel tiempo había poca diferencia en los indios
de buenos o malos, que según su poca malicia y el buen
gobierno que tenían, todos se podían llamar buenos; con
todo eso elegían para este oficio y para otro cualquiera los
más aprobados y los que hubiesen dado más larga
experiencia de su bondad. No se los daban por favor ajeno, porque
entre aquellos indios jamás se usó favor ajeno sino el
de su propia virtud. Tampoco se daban vendidos ni arrendados, porque
ni supieron arrendar, ni comprar, ni vender, porque no tuvieron
moneda. Trocaban unas cosas por otras, esto es, las cosas de comer y
no más, que no vendían los vestidos, ni las casas, ni
heredades.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Con
ser los quipucamayus tan fieles y legales, como hemos dicho, habían
de ser en cada pueblo conforme a los vecinos dél, que por muy
pequeño que fuese el pueblo había de haber cuatro, y de
allí arriba hasta veinte y treinta, y todos tenían unos
mismos registros; aunque por ser los registros todos unos mismos,
bastaba que hubiera un contador o escribano; querían los Incas
que hubiese muchos en cada pueblo y en cada facultad, por excusar la
falsedad que podía haber entre los pocos; y decían que
habiendo muchos habían de ser todos en la maldad o ninguno.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.38.CAPÍTULO XIX|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XIX</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.39.LO QUE ASENTABAN EN SUS CUENTAS, Y CÓMO SE ENTENDÍAN|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LO
QUE ASENTABAN EN SUS CUENTAS, Y CÓMO SE ENTENDÍAN</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Éstos
asentaban por sus ñudos todo el tributo que daban cada año
al Inca, poniendo cada cosa por sus géneros, especies y
calidades. Asentaban la gente que iba a la guerra, la que moría
en ella, los que nacían y fallecían cada año por
sus meses. En suma, decimos que escribían en aquellos ñudos
todas las cosas que consistían en cuenta de número,
hasta poner las batallas y recuentos que se daban, hasta decir
cuántas embajadas habían traido al Inca, y cuántas
pláticas y razonamientos había hecho el rey. Pero lo
que contenía la embajada, ni las palabras del razonamiento, ni
otro suceso historial, no podían decirlo por los ñudos,
porque consiste en oración, ordenada de viva voz o por
escrito, la cual no se puede referir por ñudos, porque el ñudo
dice número, mas no la palabra. Para remedio desta falta
tenían señales que mostraban los hechos historiales
hazañosos, o haber habido embajada, razonamiento o plática
hecha en paz o en guerra. Las cuales pláticas tomaban los
indios quipucamayus de memoria, en suma, en breves palabras, y las
encomendaban a la memoria, y por tradición las enseñaban
a los sucesores de padres a hijos y descendientes, principal y
particularmente en los pueblos o provincias donde habían
pasado, y allí se conservaban más que en otra parte,
porque los naturales se preciaban dellas. También usaban de
otro remedio para que sus hazañas, y las embajadas que traían
al Inca, y las respuestas que el Inca daba, se conservasen en la
memoria de las gentes; y es que los amautas, que eran los filósofos
y sabios, tenían cuidado de ponerlas en prosa, en cuentos
historiales, breves como fábulas, para que por sus edades los
contasen a los niños y a los mozos, y a la gente rústica
del campo, para que pasando de mano en mano, de edad en edad, se
conservasen en la memoria de todos. También ponían las
historias en modo fabuloso, con su alegoría, como hemos dicho
de algunas y adelante diremos de otras. Asimismo los haravicus, que
eran los poetas, componían versos brevos y compendiosos, en
los cuales encerraban la historia, o la embajada, o la respuesta del
rey. En suma, decían en los versos todo lo que no podían
poner en los ñudos; y aquellos versos cantaban en sus triunfos
y en sus fiestas mayores, y los recitaban a los Incas noveles cuando
los armaban caballeros; y desta manera guardaban la memoria de sus
historias. Empero, como la experiencia lo muestra, todos eran
remedios perecederos, porque las letras son las que perpetúan
los hechos; mas como aquellos Incas no las alcanzaron, valiéronse
de lo que pudieron inventar; y como si los ñudos fueran
letras, eligieron historiadores y contadores, que llamaron
quipucamayu, que es el que tiene cargo de los ñudos, para que
por ellos y por los hilos, y por los colores de los hilos, y con el
favor de los cuentos y de la poesía, escribiesen y retuviesen
la tradición de sus hechos. Ésta fue la manera del
escribir que los incas tuvieron en su república.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">A
estos quipucamayus acudían los curacas y los hombres nobles,
en sus provincias, a saber las cosas historiales que de sus
antepasados deseaban saber, o cualquier otro acaecimiento notable que
hubiese pasado en aquella tal provincia; porque éstos, como
escribanos y como historiadores, guardaban los registros, que eran
los quipus anuales que de los sucesos dignos de memoria se hacían,
y como obligados por el oficio estudiaban perpetuamente en las
señales y cifras que en los ñudos había, para
conservar en la memoria la tradición que de aquellos hechos
famosos tenían, porque, como historiadores, habían de
dar cuenta dellos cuando se la pidiesen, por el cual oficio eran
reservados de tributo y de cualquiera otro servicio; y así
nunca jamás soltaban los ñudos de las manos.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Por
la misma orden daban cuenta de sus leyes y ordenanzas, ritos y
ceremonias, que por el color del hilo y por el número de los
ñudos sacaban la ley que prohibía tal o tal delito, y
la pena que se daba al quebrantador della. Decían el
sacrificio y ceremonia que en tales y tales fiestas se hacían
al Sol. Declaraban las ordenanza y fuero que hablaba en favor de las
viudas, o de los pobres o pasajeros; y así daba cuenta de
todas las demás cosas tomadas de memoria por tradición.
De manera que cada hilo y ñudo les traía a la memoria
lo que en sí contenía, a semejanza de los mandamientos
o artículos de nuestra santa fe católica y obras de
misericordia, que por el número sacamos lo que debajo dél
se nos manda. Así se acordaban los indios por los ñudos
de las cosas que sus padres y abuelos les habían enseñado
por tradición, la cual tomaban con grandísima atención
y veneración, como cosas sagradas de su idolatría y
leyes de sus Incas; y procuraban conservarlas en la memoria por la
falta que tenían de escritura; y el indio, que no había
tomado de memoria por tradición las cuentas o cualquiera otra
historia que hubiese pasado entre ellos, eran ignorante en lo uno y
en lo otro como el español o cualquiera otro extranjero. Yo
traté los quipus y ñudos con los indios de mi padre y
con otros curacas, cuando por San Juan y Navidad venían a la
ciudad a pagar sus tributos. Los curacas ajenos rogaban a mi madre
que me mandase les cotejase sus cuentas, porque como gente
sospechosa, no se fiaban de los españoles que les tratasen
verdad en aquel particular, hasta que yo les certificaba della,
leyéndoles los traslados que de sus tributos me traían
y cotejándolos con sus ñudos; y desta manera supe
dellos tanto como los indios.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.40.CAPÍTULO XX|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XX</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.41.LA DESCRIPCIÓN DE LA IMPERIAL CIUDAD DEL COZCO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
DESCRIPCIÓN DE LA IMPERIAL CIUDAD DEL COZCO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">El
Inca Manco Cápac fue el fundador de la ciudad del Cozco, la
cual los españoles honraron con renombre largo y y honroso,
sin quitarle su propio nombre; dijéronla la gran ciudad del
Cozco, cabeza de los reinos y provincias del Perú. También
la llamaron la nueva Toledo; mas luego se les cayó de la
memoria este segundo nombre, por la impropiedad dél; porque
Cozco no tiene río que la ciña como a Toledo, ni le
asemeja en el sitio, que su población empieza de la laderas y
faldas de un cerro alto, y se tiende a todas partes por un llano
grande y espacioso. Tiene calles anchas y largas, y plazas muy
grandes, por lo cual los españoles todos en general, y los
escribanos reales y los notarios en sus escrituras públicas,
usan del primer título; porque Cozco e su imperio fue otra
Roma en el suyo; y así se pude cotejar la una con la otra,
porque<SPAN LANG="es-ES"> se asemejan en las cosas más
generosas que tuvieron. La primera y principal, en haber sido
fundadas por sus primeros reyes. La segunda, en las muchas y diversas
naciones que conquistaron y sujetaron a su imperio. La tercera, en
las leyes tantas y tan buenas y bonísimas que ordenaron para
el gobierno de sus repúblicas. La cuarta, en los varones
tantos y tan excelentes que engendraron, y con sus buena doctrina
urbana y militar criaron. En los cuales Roma hizo ventaja al Cozco,
no por haberlos criado mejores, sino por haber sido más
venturosa en haber alcanzado letras y eternizado con ellas a sus
hijos, que los tuvo no menos ilustres por las ciencias que excelentes
por las armas, los cuales se honraron al trocado unos a otros; éstos,
haciendo hazañas en la guerra y en la paz, y aquéllos,
escribiendo las unas y las otras para honra de su patria y perpetua
memoria de todos ellos; no sé cuáles dellos hicieron
más, si los de las armas o los de las plumas; que por ser
estas facultades tan heroicas corren lanzas parejas, como se ve en el
muchas veces grande Julio César, que las ejercitó ambas
con tantas ventajas, que no se determina en cuál dellas fue
más grande. También se duda cuál destas dos
partes de varones famosos debe más a la otra, si los
guerreadores a los escritores, porque escribieron sus hazañas
y las eternizaron para siempre, o si los de las letras a los de las
armas, porque les dieron tan grandes hechos como los de cada día
hacían, para que tuvieran que escribir toda su vida. Ambas
partes tienen mucho que alegar cada una en su favor; dejarlas hemos,
por decir la desdicha de nuestra patria; que aunque tuvo hijos
esclarecidos en armas, y de gran juicio y entendimiento, y muy
hábiles y capaces para las ciencias, porque no tuvieron
letras, no dejaron memoria de sus grandes hazañas y agudas
sentencias; y así perecieron ellas y ellos juntamente con su
república. Sólo quedaron algunos de sus hechos y dichos
encomendados a una tradición, flaca y miserable enseñanza
de palabra de padres a hijos, la cual también se ha perdido
con la entrada de la nueva gente, y trueque de señorío
y gobierno ajeno, como suele acaecer siempre que se pierden y truecan
los imperios.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Yo,
incitado del deseo de la conservación de las antiguallas de mi
patria, esas pocas que han quedado, porque no se pierdan del todo, me
dispuse al trabajo tan excesivo, como hasta aquí me ha sido y
adelante me ha de ser, el escribir su antigua república hasta
acabarla; y porque la ciudad del Cozco, madre y señora della,
no quede olvidada en su particular, determiné dibujar en este
capítulo la descripción della, sacada de la misma
tradición, que como a hijo natural me cupo, y de lo que yo con
propios ojos vi, diré los nombres antiguos que sus barrios
tenían, que hasta el año 1560, que yo salí
della, se conservaban en su antigüedad. Después acá
se han trocado algunos nombres de aquellos por las iglesias
parroquiales que en algunos barrios se han labrado.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
rey Manco Cápac, considerando bien las comodidades que aquel
hermoso valle del Cozco tiene, el sitio llano, cercado por todas
partes de sierras altas, con cuatro arroyos de agua, aunque pequeños,
que riegan todo el valle, que en medio dél había una
hermosísima fuente de agua salobre para hacer sal, y que la
tierra era fértil y el aire sano, acordó fundar su
ciudad imperial en aquel sitio, conformándose, como decían
los indios, con la voluntad de su padre el Sol, que según la
seña que le dio de la barrilla de oro, quería que
asentase allí su corte, porque había de ser cabeza de
su imperio. El temple de aquella ciudad antes es frío que
caliente; mas no tanto que obligue a que busquen fueron para
calentarse; basta entrar en un aposento donde no corra el aire para
perder el frío que traen de la calle; mas si hay brasero
encendido, sabe muy bien; y si no lo hay, se pasan sin él. Lo
mismo en la ropa del vestir, que si se hacen a andar como de verano,
les basta; y si como de invierno, se hallan bien. En la ropa de la
cama es lo mismo, que si no quieren más de una frisada, tienen
harto, y si quieren tres, no acongojan; y esto es todo el año,
sin diferencia del invierno al verano, y lo mismo es en cualquiera
otra región fría, templada o caliente de aquella
tierra, que siempre es de una misma manera. En el Cozco, por
participar, como decimos, más de frío y seco que de
calor y húmedo, no se corrompe la carne; que si cuelgan un
cuarto della en un aposento que tenga ventanas abiertas, se conserva
ocho días, y quince, y treinta, y ciento, hasta que se seca
como un tasajo. Esto vi en la carne del ganado que han llevado de
España, si por ser la del carnero de acá más
caliente que la de allá hará lo mismo, o no sufrirá
tanto, que esto lo ví; porque en mis tiempos, como adelante
diremos, aún no se mataban carneros de Castilla, por la poca
cría que había dellos. Por ser el temple frío,
no hay moscas en aquella ciudad, sino muy pocas, y ésas se
hallan al sol, que en los aposentos no entra ninguna. Mosquitos de
los que pican no hay ninguno, ni otras sabandijas enfadosas; de todas
es limpia aquella ciudad. Las primeras casas y moradas della se
hicieron en laderas y faldas del cerro llamado Sacsahuaman, que está
entre el oriente y el septentrión de la ciudad. En la cumbre
de aquel cerro edificaron después los sucesores deste Inca
aquella soberbia fortaleza poco estimada, antes aborrecida de los
mismos que la ganaron, pus la derribaron en brevísimo tiempo.
La ciudad estaba dividida en las dos partes que el principio se dijo,
Hanan Cozco, que es Cozco el alto, y Hurin Cozco, que es Cozco el
bajo. Dividíalas el camino de Antisuyu, que es el que va al
Oriente; la parte septentrional se llamaba Collcampata. Collcam deber
ser la dicción de la lengua particular de los Incas, no sé
qué signifique. Pata quiere decir andén. También
significa grada de escalera, y porque los andenes se hacen en forma
de escalera, les dieron este nombre; también quiere decir
poyo, cualquiera que sea.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">En
aquel andén fundó el Inca Manco Cápac su casa
real, que después fue de Paullu, hijo de Huayna Cápac.
Yo alcancé della un galpón muy grande y espacioso, que
servía de plaza en días lluviosos, para solemnizar en
él sus fiestas principales. Sólo aquel galpón
quedaba en pie cuando salí del Cozco; que otros semejantes, de
que diremos, los dejé todos caídos. Luego se sigue,
yendo en cerco hacia el Oriente, otro barrio llamado Cantutpata,
quiere decir andén de clavellinas. Llaman Cantut a unas flores
muy lindas, que asemejan en parte a las clavellinas de España.
Antes de los españoles no había clavellinas en aquella
tierra. Seméjase el Cantut, en rama y hoja y espinas, a las
cambroneras de la Andalucía; son matas muy grandes, y porque
en aquel barrio las había grandísimas (que aun yo las
alcancé), le llamaron así. Siguiendo el mismo viaje en
cerco al Levante, se sigue otro barrio llamado Pumarurcu, quiere
decir viga de leones; puma es león; curcu: viga; porque en
unas grandes vigas que había en el barrio ataban los leones
que presentaban al Inca, hasta domesticarlos y ponerlos donde habían
de estar. Luego se sigue otro barrio grandísimo, llamado
Tococachi; no sé qué signifique la compostura deste
nombre, porque toco quiere decir ventana; cachi es la sal que se
come. En buena compostura de aquel lenguaje dirá sal de
ventana, que no sé qué quisiesen decir por él,
si no es que sea nombre propio y tenga otra significación que
yo no sepa. en este barrio estuvo edificado primero el convento del
divino San Francisco. Torciendo un poco al Mediodía, yendo en
cerco, se sigue el barrio que llaman Munaycenca, quiere decir ama la
nariz, porque muna es amar o querer, y cenca es nariz. A qué
fin pusiesen tal nombre no lo sé; debió ser con alguna
ocasión o superstición, que nunca los ponían
acaso. Yendo todavía con el cerco al Mediodía, se sigue
otro gran barrio, que llaman Rimacpampa; quiere decir la plaza que
habla, porque en ella se apregonaban algunas ordenanzas de las que
para el gobierno de la república tenían hechas.
Apregonábanlas a sus tiempos para que los vecinos las supiesen
y acudiesen a cumplir lo que por ellas se les mandaba; y porque la
plaza estaba en aquel barrio de Rimacpampa, está otro al
mediodía de la ciudad, que se dice Pumachupan, quiere decir
cola de león, porque aquel barrio fenece en punta por dos
arroyos que al fin dél se juntan haciendo punta de escuadra.
También le dieron este nombre por decir que era aquel barrio
lo último de la ciudad; quisieron honrarle con llamarle Cola y
Cabo de León. Sin esto, tenían leones en él y
otros animales fieros. Lejos deste barrio, al poniente dél,
había un pueblo de más de trescientos vecinos, llamado
Cayaucachi. Estaba aquel pueblo más de mil pasos de las
últimas casas de la ciudad. Esto era el año de mil y
quinientos sesenta; ahora, que es el año de mil seiscientos y
dos que escribo esto, está ya (según me han dicho)
dentro del Cozco, cuya población se ha extendido tanto, que lo
ha abrazado en sí por todas partes.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Al
poniente de la ciudad, otros mil pasos della, había otro
barrio llamado Chaquillchaca, que también es nombre
impertinente para compuesto, si ya no es propio. Por allí sale
el camino real que va a Cuntisuyo; cerca de aquel camino están
dos caños de muy linda agua, que va encañada por debajo
de tierra; no saben decir los indios de dónde la llevaron,
porque es obra muy antigua, y también porque van faltando las
tradiciones de cosas tan particulares. Llaman Collquemachachuay a
aquellos caños, quiere decir culebra de plata, porque el agua
se asemeja en lo blanco a la plata, y los caños a las
culebras, en las vueltas que van dando por la tierra. También
me han dicho que llega ya la población de la ciudad hasta
Chaquillchaca. Yendo con el mismo cerco, volviendo del Poniente hacia
el Norte, había otro barrio, llamado Pichu. También
estaba fuera de la ciudad. Adelante deste, siguiendo el mismo cerco,
había otro barrio, llamado Quillipata, el cual también
esta fuera de lo poblado. Más adelante, al norte de la ciudad,
yendo con el mismo cerco, está el gran barrio llamado
Carmenca, nombre propio, y no de la lengua general. Por él
sale el camino real que va a Chinchasuyu. Volviendo con el cerco
hacia el Oriente, está luego el barrio llamado Huacapuncu,
quiere decir la Puerta del Santuario, porque huaca, como en su lugar
declaramos, entre otras muchas significaciones que tiene, quiere
decir templo o santuario. Puncu es puerta; llamáronle así
porque por aquel barrio entra el arroyo que pasa por medio de la
plaza principal del Cozco, y con el arroyo baja una calle muy ancha y
larga, y ambos atraviesan toda la ciudad, y legua y media della van a
juntarse con el camino ral de Collasuyu. Llamaron aquella entrada
Puerta del Santuario o del Templo porque demás de los barrios
dedicados para Templo del Sol y para la casa de las vírgenes
escogidas, que eran sus principales santuarios, tuvieron toda aquella
ciudad por cosa sagrada, y fue uno de sus mayores ídolos; y
por este respeto llamaron a esta entrada del arroyo y de la calle
Puerta del Santuario, y a la salida del mismo arroyo y calle dijeron
Cola del León, por decir que su ciudad era santa en sus leyes
y vana religión, y un león en sus armas y milicia. Este
barrio Huacapuncu llega a juntarse con el de Collcampata, de donde
empezamos a hacer el cerco de los barrios de la ciudad, y así
queda hecho el cerco entero.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.42.CAPÍTULO XVIII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XVIII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER><A NAME="5.43.CONTABAN POR HILOS Y ÑUDOS: HABÍA GRAN FIDELIDAD EN LOS CONTADORES|outline"></A>
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN STYLE="font-style: normal">CONTABAN
POR HILOS Y ÑUDOS: HABÍA GRAN</SPAN><SPAN STYLE="font-weight: medium">
</SPAN><SPAN STYLE="font-style: normal">FIDELIDAD EN LOS CONTADORES</SPAN></FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Quipu
quiere decir añudar y ñudo, y también se toma
por la cuenta, porque los ñudos la daban de toda cosa. Hacían
los indios hilos de diversos colores; unos eran de un color solo,
otros de dos colores, otros de tres, y otros de más, porque
los colores simples y los mezclados, todos tenían su
significación de por sí; los hilos eran muy torcidos,
de tres o cuatro liñudos, y gruesos como un huso de hierro, y
largos de a tres cuartas de vara, los cuales ensartaban en otro hilo
por su orden a la larga, a manera de rapcejos. Por los colores<SPAN LANG="es-ES">
sacaban lo que se contenía en aquel tal hilo, como el oro por
el amarillo, y la plata por el blanco, y por colorado a gente de
guerra.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Las
cosas que no tenían colores iban puestas por su orden,
empezando de las de más calidad, y procediendo hasta las de
menos, cada cosa en su género, como en las mieses y legumbres.
Pongamos por comparación las de España; primero el
trigo, luego la cebada, luego el garbanzo, haba, mijo, etc. Y así
también cuando daban cuenta de las armas, primero ponían
las que tenían por más nobles, como lanzas, y luego
dardos, arcos y flechas, porras y hachas, hondas y las demás
armas que tenían. Y hablando de los vasallos, daban cuenta de
los vecinos de cada pueblo, y luego en junto los de cada provincia.
En el primer hilo ponían los viejos de sesenta años
arriba; en el segundo, los hombres maduros de cincuenta arriba, y el
tercero contenía los de cuarenta; y así de diez a diez
años, hasta los niños de teta. Por la misma orden
contaban las mujeres, por las edades.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Algunos
destos hilos tenían otros hilitos delgados del mismo color,
como hijuelas, o excepciones de aquellas reglas generales, como
digamos en el hilo de los hombres o mujeres de tal edad, que se
entendían ser casados; los hilitos significaban el número
de los viudos o viudas que de aquella edad había aquel año,
porque esta cuentas eran anuales, y no daban razón más
que de un año solo.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Los
ñudos se daban por su orden de unidad, docena, centena,
millar, decena de millar, y pocas veces o nunca pasaban a la centena
de millar; porque como cada pueblo tenía su cuenta de por sí,
y cada metrópoli la de su distrito, nunca llegaba el número
destos o de aquellos a tanta cantidad que pasase al centena de
millar, que en los números que hay de allí abajo tenían
harto. Mas si se ofreciera haber de contar por el número
centena de millar, también lo contaran, porque en su lenguaje
pueden dar todos los números del guarismo como él los
tiene; mas porque no había para qué usar de los números
mayores, no pasaban del decena de millar. Estos números
contaban por ñudos dados en aquellos hilos, cada número
dividido del otro; empero los ñudos de cada número
estaban dados todos juntos debajo de una vuelta, a manera de los
ñudos que se dan en el cordón del bienaventurado
patriarca San Francisco, y podíase hacer bien porque nunca
pasaban de nueve, como no pasan de nueve las unidades y decenas, etc.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">En
lo más alto de los hilos ponían el número mayor,
que era el decena de millar, y más bajo el millar, y así
hasta la unidad. Los ñudos de cada número y de cada
hilo iban parejos unos con otros, ni más ni menos que los pone
un buen contador para hacer una suma grande. Estos ñudos o
quipus los tenían indios de por sí a cargo, los cuales
llamaban quipucamayu, quiere decir el que tiene cargo de las cuentas;
y aunque en aquel tiempo había poca diferencia en los indios
de buenos o malos, que según su poca malicia y el buen
gobierno que tenían, todos se podían llamar buenos; con
todo eso elegían para este oficio y para otro cualquiera los
más aprobados y los que hubiesen dado más larga
experiencia de su bondad. No se los daban por favor ajeno, porque
entre aquellos indios jamás se usó favor ajeno sino el
de su propia virtud. Tampoco se daban vendidos ni arrendados, porque
ni supieron arrendar, ni comprar, ni vender, porque no tuvieron
moneda. Trocaban unas cosas por otras, esto es, las cosas de comer y
no más, que no vendían los vestidos, ni las casas, ni
heredades.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Con
ser los quipucamayus tan fieles y legales, como hemos dicho, habían
de ser en cada pueblo conforme a los vecinos dél, que por muy
pequeño que fuese el pueblo había de haber cuatro, y de
allí arriba hasta veinte y treinta, y todos tenían unos
mismos registros; aunque por ser los registros todos unos mismos,
bastaba que hubiera un contador o escribano; querían los Incas
que hubiese muchos en cada pueblo y en cada facultad, por excusar la
falsedad que podía haber entre los pocos; y decían que
habiendo muchos habían de ser todos en la maldad o ninguno.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.44.CAPÍTULO XIX|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XIX</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.45.LO QUE ASENTABAN EN SUS CUENTAS, Y CÓMO SE ENTENDÍAN|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LO
QUE ASENTABAN EN SUS CUENTAS, Y CÓMO SE ENTENDÍAN</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Éstos
asentaban por sus ñudos todo el tributo que daban cada año
al Inca, poniendo cada cosa por sus géneros, especies y
calidades. Asentaban la gente que iba a la guerra, la que moría
en ella, los que nacían y fallecían cada año por
sus meses. En suma, decimos que escribían en aquellos ñudos
todas las cosas que consistían en cuenta de número,
hasta poner las batallas y recuentos que se daban, hasta decir
cuántas embajadas habían traido al Inca, y cuántas
pláticas y razonamientos había hecho el rey. Pero lo
que contenía la embajada, ni las palabras del razonamiento, ni
otro suceso historial, no podían decirlo por los ñudos,
porque consiste en oración, ordenada de viva voz o por
escrito, la cual no se puede referir por ñudos, porque el ñudo
dice número, mas no la palabra. Para remedio desta falta
tenían señales que mostraban los hechos historiales
hazañosos, o haber habido embajada, razonamiento o plática
hecha en paz o en guerra. Las cuales pláticas tomaban los
indios quipucamayus de memoria, en suma, en breves palabras, y las
encomendaban a la memoria, y por tradición las enseñaban
a los sucesores de padres a hijos y descendientes, principal y
particularmente en los pueblos o provincias donde habían
pasado, y allí se conservaban más que en otra parte,
porque los naturales se preciaban dellas. También usaban de
otro remedio para que sus hazañas, y las embajadas que traían
al Inca, y las respuestas que el Inca daba, se conservasen en la
memoria de las gentes; y es que los amautas, que eran los filósofos
y sabios, tenían cuidado de ponerlas en prosa, en cuentos
historiales, breves como fábulas, para que por sus edades los
contasen a los niños y a los mozos, y a la gente rústica
del campo, para que pasando de mano en mano, de edad en edad, se
conservasen en la memoria de todos. También ponían las
historias en modo fabuloso, con su alegoría, como hemos dicho
de algunas y adelante diremos de otras. Asimismo los haravicus, que
eran los poetas, componían versos brevos y compendiosos, en
los cuales encerraban la historia, o la embajada, o la respuesta del
rey. En suma, decían en los versos todo lo que no podían
poner en los ñudos; y aquellos versos cantaban en sus triunfos
y en sus fiestas mayores, y los recitaban a los Incas noveles cuando
los armaban caballeros; y desta manera guardaban la memoria de sus
historias. Empero, como la experiencia lo muestra, todos eran
remedios perecederos, porque las letras son las que perpetúan
los hechos; mas como aquellos Incas no las alcanzaron, valiéronse
de lo que pudieron inventar; y como si los ñudos fueran
letras, eligieron historiadores y contadores, que llamaron
quipucamayu, que es el que tiene cargo de los ñudos, para que
por ellos y por los hilos, y por los colores de los hilos, y con el
favor de los cuentos y de la poesía, escribiesen y retuviesen
la tradición de sus hechos. Ésta fue la manera del
escribir que los incas tuvieron en su república.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">A
estos quipucamayus acudían los curacas y los hombres nobles,
en sus provincias, a saber las cosas historiales que de sus
antepasados deseaban saber, o cualquier otro acaecimiento notable que
hubiese pasado en aquella tal provincia; porque éstos, como
escribanos y como historiadores, guardaban los registros, que eran
los quipus anuales que de los sucesos dignos de memoria se hacían,
y como obligados por el oficio estudiaban perpetuamente en las
señales y cifras que en los ñudos había, para
conservar en la memoria la tradición que de aquellos hechos
famosos tenían, porque, como historiadores, habían de
dar cuenta dellos cuando se la pidiesen, por el cual oficio eran
reservados de tributo y de cualquiera otro servicio; y así
nunca jamás soltaban los ñudos de las manos.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Por
la misma orden daban cuenta de sus leyes y ordenanzas, ritos y
ceremonias, que por el color del hilo y por el número de los
ñudos sacaban la ley que prohibía tal o tal delito, y
la pena que se daba al quebrantador della. Decían el
sacrificio y ceremonia que en tales y tales fiestas se hacían
al Sol. Declaraban las ordenanza y fuero que hablaba en favor de las
viudas, o de los pobres o pasajeros; y así daba cuenta de
todas las demás cosas tomadas de memoria por tradición.
De manera que cada hilo y ñudo les traía a la memoria
lo que en sí contenía, a semejanza de los mandamientos
o artículos de nuestra santa fe católica y obras de
misericordia, que por el número sacamos lo que debajo dél
se nos manda. Así se acordaban los indios por los ñudos
de las cosas que sus padres y abuelos les habían enseñado
por tradición, la cual tomaban con grandísima atención
y veneración, como cosas sagradas de su idolatría y
leyes de sus Incas; y procuraban conservarlas en la memoria por la
falta que tenían de escritura; y el indio, que no había
tomado de memoria por tradición las cuentas o cualquiera otra
historia que hubiese pasado entre ellos, eran ignorante en lo uno y
en lo otro como el español o cualquiera otro extranjero. Yo
traté los quipus y ñudos con los indios de mi padre y
con otros curacas, cuando por San Juan y Navidad venían a la
ciudad a pagar sus tributos. Los curacas ajenos rogaban a mi madre
que me mandase les cotejase sus cuentas, porque como gente
sospechosa, no se fiaban de los españoles que les tratasen
verdad en aquel particular, hasta que yo les certificaba della,
leyéndoles los traslados que de sus tributos me traían
y cotejándolos con sus ñudos; y desta manera supe
dellos tanto como los indios.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.46.CAPÍTULO XX|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XX</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.47.LA DESCRIPCIÓN DE LA IMPERIAL CIUDAD DEL COZCO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
DESCRIPCIÓN DE LA IMPERIAL CIUDAD DEL COZCO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">El
Inca Manco Cápac fue el fundador de la ciudad del Cozco, la
cual los españoles honraron con renombre largo y y honroso,
sin quitarle su propio nombre; dijéronla la gran ciudad del
Cozco, cabeza de los reinos y provincias del Perú. También
la llamaron la nueva Toledo; mas luego se les cayó de la
memoria este segundo nombre, por la impropiedad dél; porque
Cozco no tiene río que la ciña como a Toledo, ni le
asemeja en el sitio, que su población empieza de la laderas y
faldas de un cerro alto, y se tiende a todas partes por un llano
grande y espacioso. Tiene calles anchas y largas, y plazas muy
grandes, por lo cual los españoles todos en general, y los
escribanos reales y los notarios en sus escrituras públicas,
usan del primer título; porque Cozco e su imperio fue otra
Roma en el suyo; y así se pude cotejar la una con la otra,
porque<SPAN LANG="es-ES"> se asemejan en las cosas más
generosas que tuvieron. La primera y principal, en haber sido
fundadas por sus primeros reyes. La segunda, en las muchas y diversas
naciones que conquistaron y sujetaron a su imperio. La tercera, en
las leyes tantas y tan buenas y bonísimas que ordenaron para
el gobierno de sus repúblicas. La cuarta, en los varones
tantos y tan excelentes que engendraron, y con sus buena doctrina
urbana y militar criaron. En los cuales Roma hizo ventaja al Cozco,
no por haberlos criado mejores, sino por haber sido más
venturosa en haber alcanzado letras y eternizado con ellas a sus
hijos, que los tuvo no menos ilustres por las ciencias que excelentes
por las armas, los cuales se honraron al trocado unos a otros; éstos,
haciendo hazañas en la guerra y en la paz, y aquéllos,
escribiendo las unas y las otras para honra de su patria y perpetua
memoria de todos ellos; no sé cuáles dellos hicieron
más, si los de las armas o los de las plumas; que por ser
estas facultades tan heroicas corren lanzas parejas, como se ve en el
muchas veces grande Julio César, que las ejercitó ambas
con tantas ventajas, que no se determina en cuál dellas fue
más grande. También se duda cuál destas dos
partes de varones famosos debe más a la otra, si los
guerreadores a los escritores, porque escribieron sus hazañas
y las eternizaron para siempre, o si los de las letras a los de las
armas, porque les dieron tan grandes hechos como los de cada día
hacían, para que tuvieran que escribir toda su vida. Ambas
partes tienen mucho que alegar cada una en su favor; dejarlas hemos,
por decir la desdicha de nuestra patria; que aunque tuvo hijos
esclarecidos en armas, y de gran juicio y entendimiento, y muy
hábiles y capaces para las ciencias, porque no tuvieron
letras, no dejaron memoria de sus grandes hazañas y agudas
sentencias; y así perecieron ellas y ellos juntamente con su
república. Sólo quedaron algunos de sus hechos y dichos
encomendados a una tradición, flaca y miserable enseñanza
de palabra de padres a hijos, la cual también se ha perdido
con la entrada de la nueva gente, y trueque de señorío
y gobierno ajeno, como suele acaecer siempre que se pierden y truecan
los imperios.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Yo,
incitado del deseo de la conservación de las antiguallas de mi
patria, esas pocas que han quedado, porque no se pierdan del todo, me
dispuse al trabajo tan excesivo, como hasta aquí me ha sido y
adelante me ha de ser, el escribir su antigua república hasta
acabarla; y porque la ciudad del Cozco, madre y señora della,
no quede olvidada en su particular, determiné dibujar en este
capítulo la descripción della, sacada de la misma
tradición, que como a hijo natural me cupo, y de lo que yo con
propios ojos vi, diré los nombres antiguos que sus barrios
tenían, que hasta el año 1560, que yo salí
della, se conservaban en su antigüedad. Después acá
se han trocado algunos nombres de aquellos por las iglesias
parroquiales que en algunos barrios se han labrado.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
rey Manco Cápac, considerando bien las comodidades que aquel
hermoso valle del Cozco tiene, el sitio llano, cercado por todas
partes de sierras altas, con cuatro arroyos de agua, aunque pequeños,
que riegan todo el valle, que en medio dél había una
hermosísima fuente de agua salobre para hacer sal, y que la
tierra era fértil y el aire sano, acordó fundar su
ciudad imperial en aquel sitio, conformándose, como decían
los indios, con la voluntad de su padre el Sol, que según la
seña que le dio de la barrilla de oro, quería que
asentase allí su corte, porque había de ser cabeza de
su imperio. El temple de aquella ciudad antes es frío que
caliente; mas no tanto que obligue a que busquen fueron para
calentarse; basta entrar en un aposento donde no corra el aire para
perder el frío que traen de la calle; mas si hay brasero
encendido, sabe muy bien; y si no lo hay, se pasan sin él. Lo
mismo en la ropa del vestir, que si se hacen a andar como de verano,
les basta; y si como de invierno, se hallan bien. En la ropa de la
cama es lo mismo, que si no quieren más de una frisada, tienen
harto, y si quieren tres, no acongojan; y esto es todo el año,
sin diferencia del invierno al verano, y lo mismo es en cualquiera
otra región fría, templada o caliente de aquella
tierra, que siempre es de una misma manera. En el Cozco, por
participar, como decimos, más de frío y seco que de
calor y húmedo, no se corrompe la carne; que si cuelgan un
cuarto della en un aposento que tenga ventanas abiertas, se conserva
ocho días, y quince, y treinta, y ciento, hasta que se seca
como un tasajo. Esto vi en la carne del ganado que han llevado de
España, si por ser la del carnero de acá más
caliente que la de allá hará lo mismo, o no sufrirá
tanto, que esto lo ví; porque en mis tiempos, como adelante
diremos, aún no se mataban carneros de Castilla, por la poca
cría que había dellos. Por ser el temple frío,
no hay moscas en aquella ciudad, sino muy pocas, y ésas se
hallan al sol, que en los aposentos no entra ninguna. Mosquitos de
los que pican no hay ninguno, ni otras sabandijas enfadosas; de todas
es limpia aquella ciudad. Las primeras casas y moradas della se
hicieron en laderas y faldas del cerro llamado Sacsahuaman, que está
entre el oriente y el septentrión de la ciudad. En la cumbre
de aquel cerro edificaron después los sucesores deste Inca
aquella soberbia fortaleza poco estimada, antes aborrecida de los
mismos que la ganaron, pus la derribaron en brevísimo tiempo.
La ciudad estaba dividida en las dos partes que el principio se dijo,
Hanan Cozco, que es Cozco el alto, y Hurin Cozco, que es Cozco el
bajo. Dividíalas el camino de Antisuyu, que es el que va al
Oriente; la parte septentrional se llamaba Collcampata. Collcam deber
ser la dicción de la lengua particular de los Incas, no sé
qué signifique. Pata quiere decir andén. También
significa grada de escalera, y porque los andenes se hacen en forma
de escalera, les dieron este nombre; también quiere decir
poyo, cualquiera que sea.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">En
aquel andén fundó el Inca Manco Cápac su casa
real, que después fue de Paullu, hijo de Huayna Cápac.
Yo alcancé della un galpón muy grande y espacioso, que
servía de plaza en días lluviosos, para solemnizar en
él sus fiestas principales. Sólo aquel galpón
quedaba en pie cuando salí del Cozco; que otros semejantes, de
que diremos, los dejé todos caídos. Luego se sigue,
yendo en cerco hacia el Oriente, otro barrio llamado Cantutpata,
quiere decir andén de clavellinas. Llaman Cantut a unas flores
muy lindas, que asemejan en parte a las clavellinas de España.
Antes de los españoles no había clavellinas en aquella
tierra. Seméjase el Cantut, en rama y hoja y espinas, a las
cambroneras de la Andalucía; son matas muy grandes, y porque
en aquel barrio las había grandísimas (que aun yo las
alcancé), le llamaron así. Siguiendo el mismo viaje en
cerco al Levante, se sigue otro barrio llamado Pumarurcu, quiere
decir viga de leones; puma es león; curcu: viga; porque en
unas grandes vigas que había en el barrio ataban los leones
que presentaban al Inca, hasta domesticarlos y ponerlos donde habían
de estar. Luego se sigue otro barrio grandísimo, llamado
Tococachi; no sé qué signifique la compostura deste
nombre, porque toco quiere decir ventana; cachi es la sal que se
come. En buena compostura de aquel lenguaje dirá sal de
ventana, que no sé qué quisiesen decir por él,
si no es que sea nombre propio y tenga otra significación que
yo no sepa. en este barrio estuvo edificado primero el convento del
divino San Francisco. Torciendo un poco al Mediodía, yendo en
cerco, se sigue el barrio que llaman Munaycenca, quiere decir ama la
nariz, porque muna es amar o querer, y cenca es nariz. A qué
fin pusiesen tal nombre no lo sé; debió ser con alguna
ocasión o superstición, que nunca los ponían
acaso. Yendo todavía con el cerco al Mediodía, se sigue
otro gran barrio, que llaman Rimacpampa; quiere decir la plaza que
habla, porque en ella se apregonaban algunas ordenanzas de las que
para el gobierno de la república tenían hechas.
Apregonábanlas a sus tiempos para que los vecinos las supiesen
y acudiesen a cumplir lo que por ellas se les mandaba; y porque la
plaza estaba en aquel barrio de Rimacpampa, está otro al
mediodía de la ciudad, que se dice Pumachupan, quiere decir
cola de león, porque aquel barrio fenece en punta por dos
arroyos que al fin dél se juntan haciendo punta de escuadra.
También le dieron este nombre por decir que era aquel barrio
lo último de la ciudad; quisieron honrarle con llamarle Cola y
Cabo de León. Sin esto, tenían leones en él y
otros animales fieros. Lejos deste barrio, al poniente dél,
había un pueblo de más de trescientos vecinos, llamado
Cayaucachi. Estaba aquel pueblo más de mil pasos de las
últimas casas de la ciudad. Esto era el año de mil y
quinientos sesenta; ahora, que es el año de mil seiscientos y
dos que escribo esto, está ya (según me han dicho)
dentro del Cozco, cuya población se ha extendido tanto, que lo
ha abrazado en sí por todas partes.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Al
poniente de la ciudad, otros mil pasos della, había otro
barrio llamado Chaquillchaca, que también es nombre
impertinente para compuesto, si ya no es propio. Por allí sale
el camino real que va a Cuntisuyo; cerca de aquel camino están
dos caños de muy linda agua, que va encañada por debajo
de tierra; no saben decir los indios de dónde la llevaron,
porque es obra muy antigua, y también porque van faltando las
tradiciones de cosas tan particulares. Llaman Collquemachachuay a
aquellos caños, quiere decir culebra de plata, porque el agua
se asemeja en lo blanco a la plata, y los caños a las
culebras, en las vueltas que van dando por la tierra. También
me han dicho que llega ya la población de la ciudad hasta
Chaquillchaca. Yendo con el mismo cerco, volviendo del Poniente hacia
el Norte, había otro barrio, llamado Pichu. También
estaba fuera de la ciudad. Adelante deste, siguiendo el mismo cerco,
había otro barrio, llamado Quillipata, el cual también
esta fuera de lo poblado. Más adelante, al norte de la ciudad,
yendo con el mismo cerco, está el gran barrio llamado
Carmenca, nombre propio, y no de la lengua general. Por él
sale el camino real que va a Chinchasuyu. Volviendo con el cerco
hacia el Oriente, está luego el barrio llamado Huacapuncu,
quiere decir la Puerta del Santuario, porque huaca, como en su lugar
declaramos, entre otras muchas significaciones que tiene, quiere
decir templo o santuario. Puncu es puerta; llamáronle así
porque por aquel barrio entra el arroyo que pasa por medio de la
plaza principal del Cozco, y con el arroyo baja una calle muy ancha y
larga, y ambos atraviesan toda la ciudad, y legua y media della van a
juntarse con el camino ral de Collasuyu. Llamaron aquella entrada
Puerta del Santuario o del Templo porque demás de los barrios
dedicados para Templo del Sol y para la casa de las vírgenes
escogidas, que eran sus principales santuarios, tuvieron toda aquella
ciudad por cosa sagrada, y fue uno de sus mayores ídolos; y
por este respeto llamaron a esta entrada del arroyo y de la calle
Puerta del Santuario, y a la salida del mismo arroyo y calle dijeron
Cola del León, por decir que su ciudad era santa en sus leyes
y vana religión, y un león en sus armas y milicia. Este
barrio Huacapuncu llega a juntarse con el de Collcampata, de donde
empezamos a hacer el cerco de los barrios de la ciudad, y así
queda hecho el cerco entero.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.48.CAPÍTULO XXI|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XXI</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.49.LA FORTALEZA DEL COZCO. EL GRANDOR DE SUS PIEDRAS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
FORTALEZA DEL COZCO. EL GRANDOR DE SUS PIEDRAS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Maravillosos
edificios hicieron los Incas, reyes del Perú, en fortalezas,
en templos, en casas reales, en jardines, en pósitos y en
caminos, y otras fábricas de grande excelencia, como se
muestra hoy por las ruinas que dellas han quedado; aunque mal se
puede ver por los cimientos lo que fue todo el edificio.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">La
obra mayor y más soberbia que mandaron hacer para mostrar su
poder y majestad, fue la fortaleza del Cozco, cuyas grandezas son
increíbles a quien no las ha visto, y al que las ha visto y
mirado con atención le hacen imaginar, y aun creer, que son
hechas por vía de encantamiento, y que las hicieron demonios y
no hombres; porque la multitud de las piedras, tantas y tan grandes,
como las que hay puestas en las tres cercas (que más son peñas
que piedra), causa admiración imaginar cómo las
pudieron cortar de las canteras de donde se sacaron, porque los
indios no tuvieron hierro ni acero para las cortar ni labrar; pues
pensar cómo las trajeron al edificio, es dar en otra
dificultad no menor, porque no tuvieron bueyes, ni supieron hacer
carros, ni hay carros que las puedan sufrir, ni bueyes que basten a
tirarlas; llevábanlas arrastrando a fuerza de brazos, con
gruesas maronas; ni los caminos por do las llevaban eran llanos, sino
sierras muy ásperas con grandes cuestas, por do las subían
y bajaban a pura fuerza de hombres. Muchas dellas llevaron a diez,
doce, quince leguas, particularmente la piedra, o por decir mejor, la
peña que los indios llaman Saycusca, que quiere decir cansada
(porque no llegó al edificio), se sabe que la trajeron de
quince leguas de la ciudad, y que pasó el río de Yucay,
que es poco menor que Guadalquivir por Córdoba. Las que
llevaron de más fueron de Muyna, que está cinco leguas
del Cozco; pues pasar adelante con la imaginación, y pensar
cómo pudieron ajustar tanto unas piedras tan grandes, que
apenas puedan meter la punta de un cuchillo por ellas, es nunca
acabar. Muchas de ellas están tan ajustadas, que apenas se
aparece la juntura; para ajustarlas tanto era menester levantar y
asentar la una piedra sobre la otra muy muchas veces, porque no
tuvieron escuadra, ni supieron valerse siquiera de una regla para
asentarla encima de una piedra, y ver por ella si estaba ajustada con
la otra. Tampoco supieron hacer grúas, ni garruchas, ni otro
ingenio alguno que les ayudara a subir y bajar las piedras, siendo
ellas tan grandes que espantan, como lo dice el M. R. P. José
de Acosta, hablando desta misma fortaleza, que yo, por tener la
precisa medida del grandor de muchas de ellas, me quiero valer de la
autoridad deste gran varón, que aunque la he pedido a los
condiscípulos, y me la han enviado, no ha sido la relación
tan clara y distinta como yo la pedía de los tamaños de
las piedras mayores, que quisiera la medida por varas y ochavas, y no
por brazas, como me la enviaron; quisiérala con testimonios de
escribanos, porque lo más maravilloso de aquel edificio es la
increíble grandeza de las piedras, por el incomportable
trabajo que era menester para las alzar. y bajar hasta ajustarlas y
ponerlas como están; porque no se alcanza cómo se pudo
hacer con no más ayuda de costa que la de los brazos. Dice,
pues, el padre Acosta, libro sexto, capítulo catorce: "Los
edificios y fábricas que los Incas hicieron en fortalezas, en
templos, en caminos, en casas de campo y otras, fueron muchos y de
excesivo trabajo, como lo manifiestan el día de hoy las ruinas
y pedazos que han quedado como se ven en el Cozco, y en diversas
partes de su reino, acudía grandísimo número de
todas provincias, porque la labor es extraña y para espantar,
y no usaban de mezcla, ni tenían hierro ni acero para cortar y
labrar las piedras, ni machinas, ni instrumentos para traerlas; y con
todo esos están tan sólidamente labradas, que en muchas
partes apenas se ve la juntura de unas con otras. Y son tan grandes
muchas piedras destas, como está dicho, que sería cosa
increíble sin no se viese. En Tiaguanaco medí yo una
piedra de treinta y ocho pies de largo, y de diez y ocho de ancho, y
el grueso sería de seis pies; y en la muralla de la fortaleza
del Cozco, que es de manpostería, hay muchas piedras de mucha
mayor grandeza, y lo que más admira es que no siendo cortadas
éstas que digo de la muralla por regla, sino entre sí
muy desiguales en el tamaño y en la facción, encajan
unas con otras con increíble juntura, sin mezcla. Todo esto se
hacía a poder de mucha gente, y con sufrimiento en el labrar,
porque para encajar una piedra con otra era forzoso proballa muchas
veces, no estando las más dellas iguales ni llanas, etc.".
Todas son palabras del padre Acosta sacadas a la letra, por las
cuales se verá la dificultad y el trabajo con que hicieron
aquella fortaleza, porque no tuvieron instrumentos ni machinas de que
ayudarse.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Lo
Incas, según lo manifiesta aquella su fábrica, parece
que quisieron mostrar por ella la grandeza de su poder, como se ve en
la inmensidad y majestad de la obra, la cual se hizo más para
admirar que no para otro fin. También quisieron hacer muestra
del ingenio de sus maestros y artífices, no sólo en la
labor de la cantería pulida (que los españoles no
acaban de encarecer), más también en la obra de la
cantería tosca, en la cual no mostraron menos primor que en la
otra. Pretendieron asimismo mostrarte hombres de guerra en la traza
del edificio, dando a cada lugar lo necesario para la defensa contra
los enemigos.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">La
fortaleza edificaron en un cerro alto, que está al septentrión
de al ciudad, llamado Sacsa huaman, de cuya faldas empieza la
población del Cozco, y se tiende a todas faldas empieza la
población del Cozco, y se tiende a todas partes por gran
espacio. Aquel cerro (a la parte de la ciudad) está derecho,
casi perpendicular, de manera que está segura la fortaleza de
que por aquella banda la acometan los enemigos en escuadrón
formado, ni de otra manera, ni hay sitio por allí donde puedan
plantar artillería, aunque los indios no tuvieron noticia
della hasta que fueron los españoles. Por la seguridad que por
aquella banda tenía, les pareció que bastaba cualquier
defensa, y así echaron solamente un muro grueso de cantería
de piedra, ricamente labrada por todas cinco partes, si no era por el
trasdós, como dicen los albañís; tenía
aquel muro más de doscientas brazas de largo. Cada hilada de
piedra era de diferente altor, y todas las piedras de cada hilada muy
iguales, y asentadas por hilo con muy buena trabazón, y tan
ajustadas unas con otras por todas cuatro partes, que no admitían
mezcla. Verdad es que no se la echaban de cal y arena, porque no
supieron hacer cal; empero echaban por mezcla una lechada de un barro
colorado que hay muy pegajoso, para que hinchese y llenase las
picaduras que al labrar la piedra se hacían. En esta cerca
mostraron fortaleza y pulicía, porque el muro eran grueso, y
la labor muy pulida a ambas partes.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.50.CAPÍTULO XXII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XXII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.51.TRES MUROS DE LA CERCA, LO MÁS ADMIRABLE DE LA OBRA|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">TRES
MUROS DE LA CERCA, LO MÁS ADMIRABLE DE LA OBRA</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">En
contra deste muro, por la otra parte tiene el cerro un llano grande;
por aquella banda suben a lo alto del cerro con muy poca cuesta, por
donde los enemigos podían arremeter en escuadrón
formado. Allí hicieron tres muros uno delante de otro, como va
subiendo el cerro; tendrá cada muro más de doscientas
brazas del largo. Van<SPAN LANG="es-ES"> hechos en forma de media
luna, porque van a cerrar y juntarse con el otro muro pulido que está
a la parte de la ciudad. En el primer muro de aquellos tres quisieron
mostrar la pujanza de su poder, que aunque todos tres son de una
misma obrar, aquél tiene la grandeza de ella, donde pusieron
las piedras mayores, que hacen increíble el edificio a quien
no lo ha visto, y espantable a quien lo mira con atención, si
considera bien la grandeza, y la multitud de piedras, y el poco aliño
que tenían para las cortar, labrar y asentar en la obra.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Tengo
para mí que no son sacadas de canteras, porque no tienen
muestras de haber sido cortadas, sino que llevaban las peñas
sueltas y desasidas (que los canteros llaman tormos), que por
aquellas sierras hallaban acomodadas para la obra, y como las
hallaban así las asentaban, porque unas son cóncavas de
un cabo, y convejas de otro, y sesgas de otro. Unas con puntas a las
esquinas, y otras sin ellas, las cuales faltas o demasías no
las procuraban quitar ni emparejar, ni añadir, sino que el
vacío y cóncavo de una peña grandísima lo
henchían con el lleno y convejo de otra peña tan grande
y mayor, si mayor la podían hallar, y por el semejante el
sesgo o derecho de una peña igualaban con el derecho o sesgo
de otra; y la esquina que faltaba a una peña la suplían
sacándola de otra, no en pieza chica, que solamente hinchiese
aquella falta, sino arrimando otra peña con una punta sacada
de ella, que cumpliese la falta de la otra, de manera que la
intención de aquellos indios parece que fue no poner en aquel
muro piedras chicas, aunque fuese para cumplir las faltas de las
grandes, sino que todas fuesen de admirable grandeza, y que unas a
otras se abrazasen, favoreciéndose todas, supliendo cada cual
la falta de la otra, para mayor majestad del edificio. Y esto es lo
que el padre Acosta quiso encarecer diciendo: "Lo que más
admira es que no siendo cortadas éstas de la muralla por
regla, sino entre sí muy desiguales en el tamaño y en
la facción, encajan unas con otras con increíble
juntura, sin mezcla. Con ir asentadas tan sin orden, regla ni compás,
están las peñas por todas partes tan ajustadas unas con
otras como la cantería pulida; la haz de aquellas peñas
labraron toscamente, casi las dejaron como se estaban en su
nacimiento; solamente para las junturas labraron de cada peña
cuatro dedos, y aquello muy labrado; de manera que de lo tosco de la
haz, y de lo pulido de las junturas, y del desorden del asiento de
aquellas peñas y peñascos, vinieron a hacer una galana
y vistosa labor".</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Un
sacerdote, natural de Montilla, que fue al Perú, después
que yo estoy en España, y volvió en breve tiempo,
hablando de esta fortaleza, particularmente de la monstruosidad de
sus piedras, me dijo que antes de verlas nunca jamás imaginó
creer que fuesen tan grandes como le habían dicho; y que
después que las vio le parecieron mayores que la fama, y que
entonces le nació otra duda más dificultosa, que fue
imaginar que no pudieron asentarlas en la obra sino por arte del
demonio. Cierto tuvo razón de dificultar el cómo se
asentaron en el edificio, aunque fuera con la ayuda de todas las
máquinas que los ingenieros y maestros mayores de por acá
tienen, cuanto más tan sin ellas, porque en esto excede
aquella obra a las siete que escriben por maravillas del mundo;
porque hacer una muralla tan larga y ancha como la de Babilonia, y un
coloso de Rodas, y las pirámides de Egipto, y las demás
obras, bien se ve cómo se pudieron hacer, que fue acudiendo
gente innumerable, y añadiendo de día y día y de
año en año material a material, y más material,
eso me da que sea de ladrillo o betún, como la muralla de
Babilonia, o de bronce y cobre, como el coloso de Rodas, o de piedra
y mezcla, como las pirámides; en fin, se alcanza el cómo
las hicieron, que la pujanza de la gente, mediante el largo tiempo,
lo venció todo. Más imaginar cómo pudieron
aquellos indios tan sin máquinas, ingenios ni instrumentos
cortar, labrar, levantar y bajar peñas tan grandes (que más
son pedazos de sierra que piedras de edificio), y ponerlas tan
ajustadas como están, no se alcanza; y por esto lo atribuyen a
encantamiento, por la familiaridad tan grande que con los demonios
tenían.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">En
cada cerca, casi en medio de ella, había una puerta, y cada
puerta tenía una piedra levadiza del ancho y alto de la
puerta, con que la cerraban. A la primera llamaron Tiupuncu, que
quiere decir puerta del Arenal, porque aquel llano es algo arenoso de
arena de hormigón. Llaman tiu al arenal y a la arena. Y puncu
quiere decir puerta. A la segunda llamaron Acahuana Puncu, porque el
maestro mayor que la hizo se llamaba Acahuana, pronunciaba la sílaba
ca en lo interior de la garganta. La tercera se llamó
Viracocha Puncu, consagrada a su dios Viracocha; aquella
fantasma de quien hablamos largo, que se apareció al príncipe
Viracocha Inca, y le dio aviso del levantamiento de los chancas, por
lo cual lo tuvieron por defensor y nuevo fundador de la ciudad del
Cozco, y como a tal le dieron aquella puerta, pidiéndole fuese
guarda della y defensor de la fortaleza, como ya en tiempos pasados
lo había sido de toda la ciudad y de todo su imperio. Entre un
muro y otro de quellos tres, por todo lo largo dellos, hay un espacio
de veinte y cinco o treinta pies; está terraplenado hasta lo
alto de cada muro; no sabré decir si el terrapleno es del
mismo cerro que va subiendo, o si es hecho a mano; debe de ser de lo
uno y de lo otro. Tenía cada cerca su antepecho de más
de una vara en alto, de donde se podía pelear con más
defensa que al descubierto.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.52.CAPÍTULO XXIII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XXIII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.53.TRES TORREONES, LOS MAESTROS MAYORES Y LA PIEDRA CANSADA|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">TRES
TORREONES, LOS MAESTROS MAYORES Y LA PIEDRA CANSADA</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Pasadas
aquellas tres cercas, hay una plaza larga y angosta, donde había
tres torreones en triángulo prolongado conforme al sitio. Al
principal dellos, que estaba en medio, llamaron Móyoc Marca,
quiere decir fortaleza redonda, porque estaba hecha en redondo; en
ella había una fuente de mucha y muy buena agua, traída
de lejos por debajo de tierra. Los indios no saben decir de dónde,
ni por dónde. Entre el Inca y los del supremo consejo andaba
secreta la tradición de semejantes cosas. En aquel torreón
se aposentaban los reyes cuando subían a la fortaleza a
recrearse, donde todas las paredes estaban adornadas de oro y plata,
con animales, y aves, y plantas, contrahechos al natural, y encajadas
en ellas, que servían de tapicería. Había
asimismo mucha vajilla, y todo el demás servicio que hemos
dicho que tenían las casas reales.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
segundo torreón llamaron Páucar Marca, y al tercero
Sácllac Marca; ambos eran cuadrados, tenían muchos
aposentos para los soldados que había de guarda, los cuales se
remudaban por su orden; habían de ser de los Incas del
privilegio, que los de otras naciones no podían entrar en
aquella fortaleza, porque era casa del Sol, de armas y de guerra,
como lo era el templo de oración y sacrificios. Tenían
su capitán general como alcalde; había de ser de la
sangre real y de los legítimos, el cual tenía sus
tenientes y ministros, para cada ministerio el suyo; para la milicia
de los soldados; para la provisión de los bastimentos; para la
limpieza y pulicía de las armas; para el vestido y calzado que
había de depósito para la gente de guarnición
que en la fortaleza había.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Debajo
de los torreones había labrado debajo de tierra otro tanto
como encima; pasaban las bóvedas de un torreón a otro,
por las cuales se comunicaban los torreones también como por
cima. En aquellos soterraños mostraron grande artificio;
estaban labrados con tantas calles y callejas, que cruzaban de una
parte a otra con vueltas y revueltas, y tantas puertas, unas en
contra de otras, y todas de un tamaño, que a poco trecho que
entraban en el laberinto perdían el tino y no acertaban a
salir, y aun los muy pláticos no usaban entrar sin guía,
la cual había de ser un ovillo de hilo grueso que al entrar
dejaban atado a la puerta para salir guiándose por él.
Bien muchacho, con otros de mi edad, subí muchas veces a la
fortaleza, y con estar ya arruinado todo el edificio pulido, digo lo
que estaba sobre la tierra, y aun mucho de los que estaba debajo, no
osábamos entrar en algunos pedazos de aquellas bóvedas
que habían quedado, sino hasta donde alcanzaba la luz del sol,
por no perdernos dentro, según el miedo que los indios nos
ponían.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">No
supieron hacer bóvedas de arco. Yendo labrando las paredes,
dejaban para los soterraños unos canecillos de piedra, sobre
los cuales echaban en lugar de vigas piedras largas, labradas a todas
seis haces, muy ajustadas, que alcanzaban de una pared a otra. Todo
aquel gran edificio de la fortaleza fue de cantería pulida y
cantería tosca, ricamente labrada con mucho primor, donde
mostraron los Incas lo que supieron y pudieron, con deseo que la obra
se aventajase en artificio y grandeza a todas las demás que
hasta allí habían hecho, para que fuese trofeo de sus
trofeos, y así fue el último dellos porque pocos años
después que se acabó entraron los españoles en
aquel imperio, y atajaron otros tan grandes que se iban haciendo.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Entendieron
cuatro maestros mayores en la fábrica de aquella fortaleza. El
primero y principal a quien atribuyen la traza de la obra fue Huallpa
Rimachi, Inca; y para decir que era el principal, le añadieron
el nombre Apu, que es capitán o superior en cualquier
ministerio; y así le llaman Apu Huallpa Rimachi; al que le
sucedió le llaman Inca Maricanchi. El tercero fue Acahuana
Inca; a éste atribuyen mucha parte de los grandes edificios de
Tiahuanacu, de los cuales hemos dicho atrás. El cuarto y
último de los maestros se llamó Calla Cunchuy. En
tiempo de éste trujeron la piedra cansada, a la cual puso el
maestro mayor su nombre, porque en ella se conservase su memoria,
cuya grandeza, también como de las demás son iguales, e
increíble. Holgara poner aquí la medida cierta del
grueso y alto de ella; no he merecido haberla precisa; remítome
a los que la han visto. Dicen los indios que del mucho trabajo que
pasó por el camino hasta llegar allí se cansó y
lloró sangre, y que no pudo llegar al edificio. La piedra no
está labrada, sino tosca, como la arrancaron de donde estaba
escuadrada. Mucha parte de ella está metida debajo de tierra
que yo la dejé, porque imaginaron que debajo de ella había
gran tesoro, y cavaron como pudieron para sacarlo; más antes
que llegasen al tesoro imaginado, se les hundió aquella gran
peña, y escondió la mayor parte de su grandor; y así
lo más de ella está debajo de tierra. A una de sus
esquinas altas tiene un agujero o dos, que, si no me acuerdo mal,
pasan las esquinas de una parte a otra. Dicen los indios que aquellos
agujeros son los ojos de la piedra por do lloró la sangre; del
polvo que en los agujeros se recoge, y del agua que llueve y corre
por la piedra abajo, se hace una mancha o señal algo bermeja,
porque la tierra es bermeja en aquel sitio. Dicen los indios que
aquella señal quedó de la sangre que derramó
cuando lloró. Tanto como esto afirmaban esta fábula, y
yo se la oí muchas veces.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">La
verdad historial, como la contaban los Incas amautas, que eran los
sabios filósofos y doctores en toda cosa de su gentilidad, es
que traían la piedra más de veinte mil indios,
arrastrándola con grandes maromas. Iban con gran tiento; el
camino por do la llevaban es áspero, con muchas cuestas agras
que subir y bajar; la mitad de la gente tiraba de las maromas por
delante; la otra mitad iba sosteniendo la peña con otras
maromas que llevaban asidas atrás, porque no rodase por las
cuestas abajo y fuese a para donde no pudiesen sacarla.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">En
una de aquellas cuestas (por descuido que hubo entre los que iban
sosteniendo, que no tiraron todos a la par) venció el peso de
la peña a la fuerza de los que la sostenían, y se soltó
por la cuesta abajo, y mató tres o cuatro mil indios de los
que la iban guiando; mas con toda esta desgracia, la subieron y
pusieron en el llano donde ahora está. La sangre que derramó
dicen que es la que lloró, porque la lloraron ellos y porque
no llegó a ser puesta en el edificio. Decían que se
cansó, y que no pudo llegar allá, porque ellos se
cansaron de llevarla; de manera que lo que por ellos pasó
atribuyen a la peña. De esta suerte tenían otras muchas
fábulas, que enseñaban por tradición a sus hijos
y descendientes, para que quedase memoria de los acaecimientos más
notables que entre ellos pasaban.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Los
españoles, como envidiosos de sus admirables victorias,
debiendo sustentar aquella fortaleza, aunque fuera reparándola
a su costa, para que por ellas vieran en siglos venideros cuán
grandes habían sido las fuerzas y el ánimo de los que
la ganaron, y fuera eterna memoria de sus hazañas, no
solamente no la sustentaron, mas ellos propios la derribaron para
edificar las casas particulares que hoy tienen en la ciudad de Cozco,
que por ahorrar la costa y la tardanza y pesadumbre con que los
indios labraban las piedras para los edificios, derribaron todo lo
que de cantería pulida estaba edificado dentro de las cercas,
que no hay casa en la ciudad que no haya sido labrada con aquella
piedra, a lo menos las que han labrado los españoles.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Las
piedras mayores, que servían de vigas en los soterraños,
sacaron para umbrales y portadas, y las piedras menores, para los
cimientos y paredes; y para las gradas de las escaleras buscaban las
hiladas de piedra del altor que les convenía; y habiéndola
hallado, derribaban todas las hiladas que había encima de la
que habían menester, aunque fuesen diez o doce hiladas, o
muchas más. De esta manera echaron por tierra aquella gran
majestad, indigna de tal estrago, que eternamente hará lástima
a los que la miraren con atención de lo que fue. Derribáronla
con tanta priesa, que aun yo no alcancé de ella sino las pocas
reliquias que he dicho. Las tres murallas de peñas dejé
en pie, porque no las pueden derribar por la grandeza de ellas; y aun
con todo eso, según me han dicho, han derribado parte dellas,
buscando la cadena o maroma de oro que Huayna Cápac hizo,
porque tuvieron conjeturas o rastros que la habían enterrado
por allí.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Dio
principio a la fábrica de aquella no bien encarecida y mal
dibujada fortaleza, el buen rey Inca Yupanqui, décimo de los
Incas, aunque otros quieren decir que fue su padre Pachacútec
Inca; diciendo porque dejó la traza y el modelo hecho, y
recogida grandísima cantidad de piedra y peñas, que no
hubo otro material en aquella obra. Tardó en acabarse más
de cincuenta años, hasta los tiempos de Huayna Cápac, y
aun dicen los indios que no estaba acabada, porque la piedra cansada
la habían traído para otra gran fábrica que
pensaban hacer, la cual con otras muchas que por todo aquel imperio
se hacían, atajaron las guerras civiles, que poco después
entre los dos hermanos Huáscar Inca y Atahuallpa se
levantaron, en cuyo tiempo entraron los españoles que las
atajaron y derribaron de el todo como hoy están.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.54.CAPÍTULO XXIV|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XXIV</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.55.DEL MAÍZ, Y LO QUE LLAMAN ARROZ, Y DE OTRAS SEMILLAS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DEL
MAÍZ, Y LO QUE LLAMAN ARROZ, Y DE OTRAS SEMILLAS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Los
frutos que el Perú tenía, de que se mantenáis
antes de los españoles, eran de diversas maneras: unos que se
crían sobre la tillara y otros debajo della. De los frutos que
se crián encima de la tierra tiene el primer lugar el
grano, que los mexicanos y los baloventanos llaman maíz. Es de
dos maneras: el uno es duro, que llaman muruchu, y el otro tierno y
de mucho regalo, que llaman capia. Cómenlo en lugar de pan,
tostado o cocido en agua simple; la semilla del maíz duro es
la que se ha traído a España; la del tierno no ha
llegado acá. En unas provincias se cría más
tierno y delicado que en otras, particularmente en la que llaman
Rucana. Para sus sacrificios solemnes, como ya se ha dicho, hacían
pan de maíz, que llaman zancu, y para su comer, no de
ordinario, sino de cuando en cuando por vía de regalo, hacían
el mismo pan, que llaman huminta; diferenciábase en los
nombres, no porque el pan fuese diferente, sino porque el uno era
para sacrificios y el otro para su comer simple; la harina la molían
las mujeres en unas losas anchas, donde echaban el grano, y encima
dél traían otra losa hecha a manera de media luna, no
redonda, sino algo prolongada, de tres dedos de canto. En los
cornejales de la piedra hecha media luna ponían las manos, y
así la traían de canto de una parte a otra sobre el
maíz; con esta dificultad molían su grano y cualquiera
otra cosa que hubiesen de moler, por lo cual dejaban de comer pan de
ordinario.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">No
molían en morteros, aunque los alcanzaron, porque en ellos se
muele a fuerza de brazos por los golpes que dan; y la piedra como
media luna, con el peso que tiene, muele lo que tomaba debajo, y la
india la trae con facilidad por la forma que tiene, subiéndola
y bajándola de una parte a otra, y de cuando en cuando recoge
en medio de la losa con la una mano lo que está moliendo para
remolerlo, y con la otra tiene la piedra, la cual con alguna
semejanza podríamos llamar batán, por los golpes que le
hacen dar a una mano y a la otra. Todavía se están con
esta manera de moler para lo que han menester. También hacían
gachas, que llaman api, y las comían con grandísimo
regocijo, diciéndoles mil donaires, porque era muy raras
veces. La harina, porque se diga todo, la apartaban del afrecho,
echándola sobre una manta de algodón limpia, en la cual
la traían con la mano, asentándola por toda ella. La
flor de la harina, como cosa tan dedicada, se pega a la manta; el
afrecho, como más grueso, se aparta della, y con facilidad lo
quitan, y vuelven a recoger en medio de la manta la harina que estaba
pegada a ellas; y quitada aquélla, echaban otra tana, y así
iban cerniendo toda la que habían menester; y el cerner la
harina más era para el pan que hacían los españoles
que no para el que los indios comían, porque no era tan
áspero, principalmente el del maíz tierno, que sea
menester quitarlo. Cernían de la manera que hemos dicho por
falta de cedazos, que no llegaron allá de España
mientras no hubo trigo. Todo lo cual vi por mis ojos, y me sustenté
hasta los nueve o diez años con la zara, que es el maíz
cuyo pan tiene tres nombres; Cancu era el de los sacrificios; Humin,
el de sus fiestas y regalo; Tanta (pronunciada la primera sílaba
en el paladar) es el pan común; la zara tostada llaman cancha,
quiere decir maíz tostado; incluye en sí el nombre
adjetivo, y el sustantivo hase de pronunciar con M, porque con la N
significa barrio de vecindad o un gran cercado. A la zara cocida
llaman musti (y los españoles mote), quiere decir maíz
cocido, incluyendo en sí ambos nombres. De la harina del maíz
hacen las españolas los bizcochillos y fruta de sartén,
y cualquiera otro regalo, así para sanos como para enfermos;
para cuyo medicamento, en cualquiera género de cura que sea,
los médicos experimentados han desterrado la harina del trigo
y usan de la del maíz. De la misma harina y agua simple hacen
el brebaje que beben, y del brebaje, acedándolo, como los
indios saben hacer, se hace muy lindo vinagre; de las cañas,
antes que madure el grano, se hace muy linda miel. Porque las cañas
son dulces; las cañas secas y sus hojas son de mucho
mantenimiento y muy agradable para las bestias. De las hojas de la
mazorca y del matelillo se sirven los que hacen estatuas para que
salgan muy livianas. Algunos indios más apasionados de la
embriaguez que la demás comunidad, echan la zara en remojo, y
la tienen así hasta que echa sus raíces; entonces
la muelen toda como está, y la cuecen en la misma agua con
otras cosas, y colada la guardan hasta que se sazona. Hácese
un brebaje fortísimo, que embriaga repentinamente; llámanle
vinapu, y en otro lenguaje, sora. Los Incas lo prohibieron por ser
tan violento para la embriaguez. Después acá me dicen
se ha vuelto a usar por algunos viciosos. De manera que de la zara y
de sus partes sacan los provechos que hemos dicho, sin otros muchos
que han hallado para la salud, por vía de medicina, así
en bebida como en emplastos, según que en otra parte dijimos.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
segundo lugar de las mieses que se crían sobre la haz de la
tierra dan a la que llaman quinua, y el español, mujo o arroz
pequeño, porque en el grano y el color se le asemeja algo. La
planta en que se cría se asemeja mucho al bledo, así en
el tallo como en la hoja y en la flor, que es donde se cría la
quinua; las hojas tiernas comen los indios y los españoles en
sus guisados, porque son sabrosas y muy sanas. También comen
el grano en sus potajes hechos de muchas maneras. De la quinua hacen
los indios brebaje para beber, como del maíz. Los indios
herbolarios usan de la harina de la quinua para algunas enfermedades.
El año de mil y quinientos noventa me enviaron del Perú
esta semilla, pero llegó muerta, que aunque se sembró
en diversos tiempos, no nació. Sin estas semillas tienen los
indios del Perú tres o cuatro maneras de frisoles, del talle
de las habas, aunque menores; son de comer, en sus guisados usan
dellos, llámanles purutu; tienen chochos, como los de España,
algo mayores y más blancos; llámanlos tarvi. Sin los
frisoles de comer tienen otros frisoles que no son de comer; son
redondos, como hechos con turquesa; son de muchos colores y del
tamaño de los garbanzos, en común les llaman chuy; y
diferenciándolos por los colores, les dan muchos nombres,
dellos ridiculosos, dellos bien apropiados, que por excusar
prolilidad los dejamos de decir; usaban dellos en muchas maneras de
juegos que había, así de muchachos como de hombres
mayores; yo me acuerdo haber jugado los unos y los otros.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.56.CAPÍTULO XXV|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XXV</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.57.DE LAS LEGUMBRES QUE SE CRÍAN DEBAJO DE LA TIERRA|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DE
LAS LEGUMBRES QUE SE CRÍAN DEBAJO DE LA TIERRA</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Otras
muchas legumbres se crían debajo de la tierra, que los indios
siembran y les sirven de mantenimiento, principalmente en las
provincias estériles de zara. Tiene el primer lugar la que
llaman papa, que les sirve de pan; cómenla cocida y asada, y
también la echan en los guisados, pasada al hielo y al sol
para que se conserve, como en otra parte dijimos; se llama chunu. Hay
otra que llaman oca, es de mucho regalo, es larga y gruesa como el
dedo mayor de la mano; cómenla cruda porque es dulce, y cocida
y en sus guisados, y la pasan al sol para conservarla, y sin echarla
miel ni azúcar parece conserva, porque tiene mucho de dulce;
entonces se llama cavi. Otra hay semejante a ésta en el talle,
mas no en el gusto, antes contraria, porque toca en amargo, y no se
puede comer sino cocida, llamada añus. Dicen los indios que
comida es contraria a la potencia generativa para que no les hiciese
daño; los que se preciaban de galanes tomaban en la una mano
una varilla o un palillo mientras la comían, y comida así
decían que perdía su virtud y no dañaba. Yo les
oí la razón, y algunas veces vi el hecho, aunque daban
a entender que lo hacían más por vía de
donaire que no por dar crédito a la burlería de sus
mayores.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Las
que los españoles llaman batatas, y los indios del Perú
apichu, las hay de cuatro o cinco colores, que unas son coloradas,
otras blancas, y otras amarillas, y otras moradas, pero en el gusto
difieren poco unas de otras; las menos buenas son las que han traído
a España. También hay las calabazas o melones, que acá
llaman calabazas romanas, y en el Perú capallu; criánse
como los melones, coménlas cocidas o guisadas; crudas no se
pueden comer. Calabazas de que hacen vasos las hay muchas y muy
buenas, llámanlas mati; de las de comer, como las de España,
no las había antes de los españoles. Hay otra fruta que
nace debajo de la tierra, que los indios llaman inchic y los
españoles mani (todos los nombres que los españoles
ponen a las frutas y legumbres del Perú son del lenguaje de
las islas de Barlovento, que los han introducido ya en su lengua
española, por eso damos cuenta dellos; el inchic semeja mucho
en la médula y en el gusto a las almendras; si se come crudo,
ofende a la cabeza, y si tostado, es sabroso y provechoso con miel;
hacen dél muy buen turrón. También sacan del
inchic muy lindo aceite para muchas enfermedades. Demás destas
frutas nace otra de suyo debajo de tierra, que los indios llaman
cuchuchu; hasta ahora no sé que los españoles le hayan
dado nombre, y es porque no hay desta fruta en las islas de
Barlovento, que son tierras muy calientes, sino en el Collao, que es
tierra muy fría; es sabrosa y dulce, cómese cruda, y es
provechosa para los estómagos de no buena digestión;
son como raíces, mucho más largos que el anís.
No echa hojas, sino que la haz de la tierra donde ella nace verdeguea
por encima, y en esto conocen los indios que hay cuchuchu debajo; y
cuando se pierde aquel verdor ven que está sazonando, y
entonces lo sacan. Esta fruta y el inchil más son regalos de
la gente curiosa y regalada que no mantenimiento de la gente común
y pobre, aunque ellos las cogen y las presentan a los ricos y
poderosos.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.58.CAPÍTULO XXVI|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XXVI</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.59.DE LAS FRUTAS DE ÁRBOLES MAYORES|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DE
LAS FRUTAS DE ÁRBOLES MAYORES</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Hay
otra fruta muy buena que los españoles llaman pepino, porque
se le parece algo en el talle, pero no en el gusto, ni en lo
saludable que son para los enfermos de calenturas, ni en la buena
digestión que tienen; antes son contrarios a los de España;
el nombre que los indios le dan se me ha ido de la memoria, aunque
fatigándola yo en este paso muchas veces y muchos días,
y reprendiéndola por la mala guarda que ha hecho y hace de
muchos vocablos de nuestro lenguaje, me ofreció por
disculparse este nombre cacham por pepino; no sé si me engaña,
confiada de que por la distancia del lugar y ausencia de los míos,
no podré averiguar tan aína el engaño; mis
parientes, los indios y mestizos del Cozco, y todo el Perú,
serán jueces desta mi ignorancia, y de otras muchas que
hallarán en esta mi obra; perdónenmelas, pues soy suyo,
y que sólo por servirles tomé un trabajo tan
incomportable como esto lo es para mis pocas fuerzas (sin ninguna
esperanza de galardón suyo ni ajeno); los pepinos son de tres
tamaños, y los más pequeños, que tienen forma de
corazón, son los mejores; nacen en matas pequeñas. Otra
fruta que llaman chilli llegó al Cozco año de mil
quinientos y cincuenta y siete. Es de muy buen gusto y de mucho
regalo. Nace en unas plantas bajas, casi tendidas por el suelo;
tienen un granujado por cima como el madroño, y es del mismo
tamaño, no redonda, sino algún tanto prolongada en
forma de corazón.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Otras
muchas frutas hay que nacen en sus árboles altos (que las
dichas más parecen legumbres); unas se dan en tierras muy
calientes, como las marítimas, y en los Antis; otras se crían
en tierras más templadas, como son los valles calientes del
Perú; mas porque las unas y las otras se alcanzaban todas y se
gozan en todas partes, no será necesario hacer división
entre ellas, sino que se diga como salieron; y haciendo principio de
la que los españoles llaman guayabas, y los indios savintu,
decimos que son redondas, del tamaño de manzanas medianas, y,
como ellas, con hollejo y sin corteza. Dentro, en la médula,
tiene muchas pepitas o granillos redondos, menores que los de la uva.
Unas son amarillas por de fuera, y coloradas por de dentro; éstas
son de dos suertes, unas tan agrias que no se pueden comer; otras son
dulces, de muy buen gusto; otras hay verdes por de fuera, y blancas
por de dentro; son mejores que las coloradas con muchas ventajas, y
al contrario, en muchas regiones marítimas tienen las
coloradas por mejores que las blancas. Los españoles hacen
conserva della y de otras frutas después que yo salí
del Perú, que antes no se usaba. En Sevilla vi la del savintu,
que la trajo del Nombre de Dios un pasajero amigo mío, y por
ser fruta de mi tierra me convidó a ella.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Otra
fruta llaman los indios pacay, y los españoles guabas; criánse
en unas vainas verdes de una cuarta más y menos de largo, y
dos dedos de ancho; abierta la vaina, se hallan unas vedijitas
blancas, ni más ni menos que algodón, tan parecidas a
él, que ha habido españoles bisoños que, no
conociendo la fruta, han reñido con los indios que se la
daban, entendiendo que por burlar dellos les daban a comer algodón.
Son muy dulces, pasadas al sol se guardan largo tiempo; dentro, en
las vedijitas o capullos, tienen una pepita negra como habas
pequeñas, que no son de comer.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">La
fruta que los españoles llaman peras, por parecerse a las de
España en el color verde y en el talle, llaman los indios
palta, porque de una provincia de este nombre se comunicó a
las demás. Son dos y tres veces mayores que las peras grandes
de España; tiene una vaina tierna y delgada; debajo della
tiene la médula, que será de un dedo en grueso; dentro
della se cría un cuesco o hueso, como quieren los muy mirados;
es de la misma forma de la pera, y tan grueso como una pera de las
comunes de acá; no se ha experimentado que sea de provecho
para cosa alguna; la fruta es muy sabrosa, muy saludable para los
enfermos; comida con azúcar, es comer de una conserva muy
regalada.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Hay
otra fruta grosera que los indios llaman rucna, y los españoles
lucma, porque no quede sin la corrupción que a todos los
nombres les dan. Es fruta basta, no nada delicada ni regalada, aunque
toca antes en dulce que en agro ni amargo, ni se sabe que sea dañosa
para la salud, más de que es manjar bronco y grosero; son del
talle y tamaño de las naranjas comunes; tienen dentro en la
médula un cuesco muy semejante a la castaña en el color
de la cáscara, y en el grueso della, y en el color blanco de
la médula, aunque es amarga y no de comer. Tuvieron una suerte
de ciruelas, que los indios llaman ussun; son coloradas y dulces;
comidas hoy hacen echar otro día la orina tan colorada, que
parece que tiene mezcla de sangre.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.60.CAPÍTULO XXVII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XXVII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.61.DEL ÁRBOL MULLI Y DEL PIMIENTO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DEL
ÁRBOL MULLI Y DEL PIMIENTO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Entre
estas frutas podemos poner la del árbol llamado mulli; nace de
suyo por los campos, da su fruto en racimos largos y angostos; el
fruto son unos granillos redondos del tamaño del culantro
seco; las hojas son menudas y siempre verdes. El grano, estando
sazonado, tiene en la superficie un poco de dulce muy sabroso y muy
suave; pasado de allí, lo demás es muy amargo. Hacen
brebaje de aquel grano para beber; tráenlo blandamente entre
las manos en agua caliente, hasta que ha dado todo el dulzor que
tenía, y no han de llegar a lo amargo porque se pierde todo.
Cuelan aquella agua, y la guardan tres o cuatro días hasta que
llega a sazón; es muy linda de beber, muy sabrosa y muy sana
para males de urina, ijada, riñones y vejiga, y mezclada con
el brebaje de maíz lo mejora y lo hace más sabroso. La
misma agua cocida, hasta que se espese, se convierte en miel muy
linda; la misma agua, puesta al sol, con no sé qué que
le añaden, se aceda y se hace muy lindo vinagre. De la leche y
resina del mulli dijimos en otra parte cuán provechosa era
para heridas. El cocimiento de sus hojas en agua es saludable para
lavarse las piernas y el cuerpo, y para echar de sí la sarna,
curar las llagas viejas; palillos hechos de las ramas tiernas son muy
buenos para limpiar los dientes. Conocí el valle del Cozco
adornado de innumerables árboles destos tan provechosos, y en
pocos años le vi casi sin ninguno; la causa fue que se hace
dellos muy lindo carbón para los braseros; y aunque al
encender chispa mucho, después de encendido guarda el fuego
hasta convertirse en ceniza.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Con
estas frutas de los indios, pudiéramos poner el condimento que
echan en todo lo que comen, sea guisado, sea cocido o asado, no lo
han de comer sin el que llaman uchu, y los españoles,
pimientos de las Indias, aunque allá le llaman axi, que es
nombre del lenguaje de las islas de Barlovento. Los de mi tierra son
tan amigos del uchu, que no comerán sin él aunque no
sea sino unas yerbas crudas. Por el gusto que con él reciben
en lo que comen, prohibían el comerlo en su ayuno riguroso,
por que lo fuese más riguroso, como en otra parte dijimos. Es
el pimiento de tres o cuatro maneras; el común es grueso, algo
prolongado y sin punta; llámanle recot uchu, quiere decir
pimiento grueso, a diferencia del que se sigue; cómenlo
sazonado o verde, antes que acabe de tomar su color perfecto, que es
colorado. Otros hay amarillos, y otros morados, aunque en España
no he visto más de los colorados. Hay otros pimientos largos
de un jeme poco más poco menos, delgados como el dedo meñique
o merguerite; éstos tenían por más hidalgos que
los pasados, y así se gastaban en la casa real y en toda la
parentela; la diferencia de su nombre se me ha ido de la memoria;
también le llaman uchu como al pasado, pero el adjetivo es el
que me falta. Otro pimiento hay menudo y redondo, ni más ni
menos que una guinda con su pezón o palillo; llámanle
chinchi ullu, quema mucho más que los otros sin comparación,
críase en poca cantidad, y por ende es más estimado.
Las sabandijas ponzoñosas huyen del pimiento y de su planta. A
un español venido de México oí decir que era muy
bueno para la vista, y así comía por postre a todas sus
comidas dos pimientos asados. Generalmente todos los españoles
que de Indias vienen a España lo comen de ordinario, y lo
quieren más que las especies de la India Oriental. Los indios
lo estiman tanto, que lo tienen en más que todas las frutas
que hemos dicho.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.62.CAPÍTULO XXVIII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XXVIII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.63.DEL ÁRBOL MAGUEY Y DE SUS PROVECHOS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DEL
ÁRBOL MAGUEY Y DE SUS PROVECHOS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Entre
estas frutas podremos poner el árbol que los españoles
llaman maguey, y los indios chachau, por los muchos provechos que dél
se sacan, de los cuales hemos hecho mención en otra parte.
Pero el padre Blas Valera dice otras muchas más virtudes del
chachau, y no es razón que se callen, aunque las diremos más
brevemente que su paternidad. Dice que es feo a la vista , y que el
madero es liviano, que tiene una corteza, y que son largos de a
veinte pies, y gruesos como el brazo y como la pierna, el meollo
esponjoso y muy liviano, del cual usan los pintores y escultores de
imágenes. Las hojas son gruesas y largas de media braza; nacen
todas al pie como las del cardo hortense; y por ende lo llaman los
españoles cardón, y las hojas, con más propiedad
podríamos llamar pencas; tiene espinas también como las
hojas del cardo. El zumo dellas es muy amargo; sirve de quitar las
manchas de la ropa, y de curar las llagas canceradas o inflamadas, y
de extirpar los gusanos de las llagas. El mismo zumo, cocido con sus
propias raíces en agua llovediza, es muy bueno para quitar el
cansancio al que se lavare con ella, y para hacer diversos lavatorios
medicinales. De las hojas que se sazonan y secan al pie del tronco,
sacan cáñamo fortísimo, de que hacen las suelas
del calzado, y las sogas, jáquimas y cabestros, y otras cosas
groseras, de las que cortan antes que se sequen (majadas las ponen a
las corrientes de los arroyos para que se laven y pierdan la
bascosidad que tienen); sacan otro cáñamo menos grosero
que el pasado, de que hacían hondas que traían en al
cabeza y hacían ropa de vestir donde había falta de
lana o de algodón; parecía al anjeo que traen de
Flandes, o la estopa más basta que tejen en España.
Otro cáñamo sacan más sutil que los que hemos
dicho, de que hacen muy lindo hilo para redes, con que cazan los
pájaros; pónenlas en algunas quebradas angostas entre
cerro y cerro, asidas de un árbol a otro, y ojean la parte
baja los pájaros que hallan, los cuales, huyendo de la gente,
caen en las redes, que son muy sutiles y teñidas de verde,
para que con el verdor del campo y de los árboles no se
parezcan las redes y caigan los pájaros en ellas con más
facilidad. Hacen las redes largas, de seis, ocho, doce, quince y
veinte brazas y más de largo; las hojas del maguey son
acanaladas, y en ellas se recoge agua llovediza; es provechosa para
diversas enfermedades. Los indios la cogen, y della hacen brebaje
fortísimo, mezclándola con el maíz, o con la
quinua, o con la semilla del árbol mulli. También hacen
della miel y vinagre. Las raíces del chachau muelen, y hacen
dellas panecillos de jabón, con que las indias se lavan las
cabezas, quitan el dolor dellas, y las manchas de la cara. Crían
los cabellos, y los ponen muy negros. Hasta aquí es del padre
Blas Valera; sólo añadí yo el largo de las
redes, por ser cosa notable, y porque él no lo dice. Ahora
diremos cómo crían los cabellos, y cómo los
ennegrecen, que es cosa bárbara y espantable.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Las
indias del Perú todas traen el cabello largo y suelto, sin
tocado alguno; cuando mucho, traen una cinta ancha como el dedo
pulgar, con que ciñen la cabeza, si no son las coyas, que por
el mucho frío que en la tierra de ellas hace, la traen
cubierta. Son las indias naturalmente amicísimas del cabello
muy negro y muy largo, porque lo traen al descubierto. Cuando se les
pone de color castaño, o se les ahorquilla, o se les cae al
peinar, lo cuecen al fuego en una caldera de agua con yerbas dentro.
La una de las yerbas debía de ser la raíz del chachau,
que el padre Blas Valera dice que, según yo lo vi hacer
algunas veces, más de una echaban; empero, como muchacho y
niño, ni pedía cuenta de cuántas eran las
yerbas, ni cuáles eran. Para meter los cabellos dentro en la
caldera, que con los menjurjes hervía al fuego, se echaba la
india de espaldas; al pescuezo le ponían algún reparo
porque el fuego no la ofendiese. Tenían cuenta con que el agua
que hervía no llegase a la cabeza, porque no cociese las
carnes; para los cabellos que quedaban fuera del agua, también
los mojaban con ella, para que gozasen de la virtud de las yerbas del
cocimiento. Desta manera estaban en aquel tormento voluntario, estoy
por decir casi dos horas, aunque como muchacho no lo noté
entonces con cuidado, para poderlo decir ahora ajustadamente; mas no
dejé de admirarme del hecho, por parecerme riguroso contra las
mismas que lo hacían. Pero en España he perdido la
admiración viendo lo que muchas damas hacen para cambiar sus
cabellos, que perfuman con azufre y los mojan con agua fuerte de
dorar, y los ponen al sol en medio del día por los
caniculares, y hacen otros condumios que ellas se saben, que no sé
cuál es peor y más dañoso para la salud, si esto
o aquello. Las indias, habiendo hecho otros lavatorios para quitar
las horruras del conocimiento, sacaban sus cabellos más negros
y más lustrosos que las plumas del cuervo recién
mudado. Tanto como esto y mucho más puede el deseo de la
hermosura. </SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.64.CAPÍTULO XXIX|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XXIX</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.65.DEL TRIGO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DEL
TRIGO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Ya
que se ha dado relación de las aves, será justo la
demos de la mieses, plantas y legumbres de que carecía el
Perú. Es de saber que el primero que llevó trigo a mi
patria (yo llamo así a todo el imperio que fue de los Incas)
fue una señora noble, llamada María de Escobar, casada
con un caballero que se decía Diego de Chaves, ambos naturales
de Trujillo. A ella conocí en mi pueblo, que muchos años
después que fue al Perú se fue a vivir a aquella
ciudad; a él no conocí porque falleció en los
Reyes.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Esta
señora, digna de un gran estado, llevó el trigo al
Perú, a la ciudad de Rimac. Por otro tanto adoraron los
gentiles a Ceres por diosa, y desta matrona no hicieron cuenta los de
mi tierra; qué año fuese no lo sé; mas de que la
semilla fue tan poco que la anduvieron conservando y multiplicando
tres años, sin hacer pan de trigo, porque no llegó a
medio almud lo que llevó, y otros lo hacen de menor cantidad;
es verdad que repartían la semilla aquellos primeros tres años
a veinte y a treinta granos por vecino; y aún habían de
ser los más amigos, para que gozasen todos de la nueva mies.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Por
este beneficio que esta valerosa mujer hizo al Perú, y por los
servicios de su marido, que fue de los primeros conquistadores, le
dieron en la ciudad de los Reyes un buen repartimiento de indios, que
pereció con la muerte de ellos. El año de mil
quinientos y cuarenta y siete aún no había pan de trigo
en el Cozco (aunque ya había trigo), porque me acuerdo que el
obispo de aquella ciudad, don fray Juan Solano, dominico, natural de
Antequera viniendo huyendo de la batalla de Huarina, se hospedó
en casa de mi padre con otros catorce o quince de sus camaradas, y mi
madre los regaló con pan de maíz; y los españoles
venían tan muertos de hambre, que mientras les aderezaron de
cenar tomaban puñados de maíz crudo, que echaban a sus
cabalgaduras, y se lo comían como si fueran almendras
confitadas; la cebada no se sabe quién la llevó; créese
que algún grano della fue entre el trigo, porque por mucho que
aparten estas dos semillas, nunca se apartan del todo. </SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="5.66.CAPÍTULO XXX|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XXX</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="5.67.DE LA VID, Y EL PRIMERO QUE METIÓ UVAS EN EL COZCO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DE
LA VID, Y EL PRIMERO QUE METIÓ UVAS EN EL COZCO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">De
la planta de Noé dan la honra a Francisco de Caravantes,
antiguo conquistador de los primeros del Perú, natural de
Toledo, hombre noble. Este caballero, viendo la tierra con algún
asiento y quietud, envió a España por planta; y el que
vino por ella, por llevarla más fresca, la llevó de las
Islas Canarias, de uva prieta, y así salió casa toda la
uva tinta, y el vino es todo aloque, no del todo tinto, y aunque han
llevado ya otras muchas plantas, hasta la moscatel, mas con todo eso
aún no hay vino blanco.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Por
otro tanto como este caballero hizo en el Perú, adoraron los
gentiles por dios al famoso Baco, y a él se lo han agradecido
poco o nada. Los indios, aunque ya por este tiempo vale barato el
vino, lo apetecen poco, porque se contentan con su antiguo brebaje
hecho de zara y agua. Juntamente con lo dicho oí en el Perú
a un caballero fidedigno que un español curioso había
hecho almácigo de pasas llevadas de España, y que
prevaleciendo algunos granillos de las pasas nacieron sarmientos;
empero tan delicados, que fue menester conservarlos en el almácigo
tres o cuatro años, hasta que tuvieron vigor para ser
plantados, y para las pasas acertaron a ser de uvas prietas, y que
por eso salía todo el vino del Perú tinto o aloque,
porque no es del todo prieto como el tinto de España; pudo ser
que hubiese sido lo uno y lo otro, porque las ansias que los
españoles tuvieron por ver cosas de su tierra en las Indias,
han sido tan bascosas y eficaces, que ningún trabajo ni
peligro se les ha hecho grande para dejar de intentar el efecto de su
deseo.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
primero que metió uvas de su cosecha en la ciudad del Cozco
fue el capitán Bartolomé de Terrazas, de los primeros
conquistadores del Perú, y uno de los que pasaron a Chilli con
el adelantado don Diego de Almagro. Este caballero conocí yo;
fue nobilísimo de condición, magnífico, liberal,
con las demás virtudes naturales de caballero. Plantó
una viña en su repartimiento de indios, llamado Achanquillo,
en la provincia de Cuntusuyu, de donde, año de mil quinientos
y cincuenta y cinco, por mostrar el fruto de sus manos y la
liberalidad de su ánimo, envió treinta indios, cargados
de muy hermosas uvas, a Garcilaso de la Vega, mi señor, su
íntimo amigo, con orden que diese su parte a cada uno de los
caballeros de aquella ciudad para que todos gozasen del fruto de su
trabajo.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Fue
gran regalo, por ser fruta nueva de España, y la magnificencia
no meno, porque si se hubieran de vender las uvas, se hicieran dellas
más de cuatro o cinco mil ducados. Yo gocé buena parte
de las uvas, porque mi padre me eligió por embajador del
capitán Bartolomé de Terraza y con dos pajecillos
indios llevé a cada casa principal dos fuentes dellas.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<BR><BR>
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<BR><BR>
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in; page-break-before: always">
<BR>
</P>
<H1 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER><A NAME="6.SEGUNDA PARTE|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif">SEGUNDA PARTE</FONT></H1>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
<BR>
</P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.1.CAPÍTULO I|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
I</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.2.EL VALOR DE LAS COSAS COMUNES ANTES DE GANAR EL PERÚ|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">EL
VALOR DE LAS COSAS COMUNES ANTES DE GANAR EL PERÚ</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">De
las cosas comunes diremos en particular solas tres, que bastarán
para que sean testigos de lo que vamos probando, y no diré
más, por que se excuse la prolijidad que causarían los
innumerables que deste jaez pudiéramos decir. El primer
testigo sea que una dehesa que hoy es mayorazgo de los buenos de
Extremadura, en la ciudad de Trujillo, que vale cada año más
de ocho mil ducados de renta, la compraron los antecesores de los que
hoy la poseen en doscientos mil maravedíes de principal, y
esto fue poco antes que se ganara el Perú. El segundo testigo
sea que en esta ciudad de Córdoba, un hombre noble que
falleció en ella pocos años antes que se descubrieran
las Indias, en su testamento, entre otras cosas, manda que se haga
cierta fiesta a Nuestra Señora, y que la misa sea cantada, y
que predigue a ella un religioso de la orden del divino San
Francisco, y que se le dé de limosna para que coma aquel día
el convento treinta maravedíes. La renta de las posesiones que
para esta obra pía y para otras dejó mandadas valía
entonces cuatrocientos y cincuenta maravedíes. Los cofrades de
aquella fiesta, que son los escribanos reales, viendo lo mucho que la
renta ha crecido, dan de limosna al convento (de más de
cincuenta años a esta parte) cantidad de veinte a treinta
ducados, subiendo unos años al número mayor, y otros
bajando al número menor; y ha habido año de dar
cuarenta escudos en oro, que son diez y seis mil maravedíes,
en lugar de los treinta maravedíes que el testador mandó;
porque ha crecido tanto la renta, que este año de mil y
seiscientos y seis rentan las posesiones en dinero y en dádivas
más de novecientos ducados. El testigo tercero sea, que en la
ciudad de Badajoz, naturaleza de mi padre, hay cuatro mayorazgos,
entre otros muchos que allí hay, los cuales fundó
después de viuda una mujer noble en cuatro hijos, la cual fue
señora de una villa cercada con siete leguas de término,
y de muchas dehesas muy buenas. La villa le quitó el rey
Enrique Tercero, por el buen gobierno, a título de que por ser
mujer y haber guerras entonces entre Portugal y Castilla, y estar la
villa cerca de la raya, no podría defenderla; diole en juro
perpetuo cuarenta y cinco mil maravedíes diole en juro
perpetuo cuarenta y cinco mil maravedíes de renta, que en
aquel tiempo rentaba la villa. Habrá sesenta años que
se vendió en ciento y veinte mil ducados, y hoy vale más
de trescientos mil. Dirá el que ahora la pose con título
de señor lo que vale de renta, que yo no lo sé. Aquella
señora dejó este juro al hijo mayor por mejorarle, y a
los otros tres dejó a cuatro y a cinco mil maravedíes
de renta en dehesas; hoy les vale a sus dueños ducados por
maravedíes, y antes más que menos; y al que fue
mejorado, por ser su mayorazgo en juro, no le ha crecido una blanca,
que si fuera en posesiones no fuera lo mismo. De la propia manera ha
crecido el valor y precio de todas las demás cosas que se
gastan en la república, así de bastimento como de
vestido y calzado, que todo ha subido de precio de la manera que se
ha dicho; y todavía sube, que el año de mil quinientos
y sesenta, que entré en España, me costaron los dos
primeros pares de zapatos de cordobán que en Sevilla rompí
a real y medio cada par, y hoy, que es año de mil seiscientos
y trece, valen en Córdoba los de aquel jaez, que eran de una
suela, cinco reales, con ser Córdoba ciudad más barata
que Sevilla. Y subiendo de lo más bajo, que es el calzado, a
lo más alto de las cosas que se contratan, que son los censos,
digo que aquel año de mil quinientos sesenta se daban los
dineros a censo de diez mil maravedíes por mil de renta; y
aunque cuatro años después, por buena gobernación,
los mandaron subir a catorce mil el millar, este año no los
quiere tomar nadie (si son en cantidad y han de ser bien impuestos)
menos de a veinte mil el millar; y muchos hombres, señores de
vasallos, viendo la barata han tomado y toman censos a veinte mil el
millar para redimir los que tenían de a catorce mil. Demás
de lo que se ha dicho, es cosa cierta y notoria que dentro de pocos
días que la armada del Perú entra en Sevilla, suena su
voz hasta las últimas provincias del Viejo Orbe, porque como
el trato y contrato de los hombres se comunique, y pase de una
provincia a otra, y de un reino a otro, y todo esté colgado de
la esperanza del dinero, y aquel imperio sea un mar de oro y plata,
llegan sus crecientes a bañar y llenar de contento y riquezas
a todas las naciones del mundo, mercedes que nuestro Triunvirato les
ha hecho. (Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque).</FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="6.3.CAPÍTULO II|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
II</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.4.LA SANGRIENTA BATALLA DE LAS SALINAS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
SANGRIENTA BATALLA DE LAS SALINAS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Rodrigo
Orgóñez, como bravo soldado que era, apercibió
su gente bien de mañana, y puso en escuadrón los
infantes, con sus mangas de arcabuceros a una mano y a otra del
escuadrón, aunque sus arcabuceros eran pocos, y muchos de los
de su contrario, que fueron los que le destruyeron y vencieron. Los
capitanes de la infantería era Cristóbal de Sotelo,
Hernando de Alvarado, Juan de Moscoso, Diego de Salinas. La gente de
a caballo repartió en dos cuadrillas; en la una fueron Juan
Tello y Vasco de Guevara, y en la otra Francisco de Chaves y Ruy
Díaz. Orgóñez, como caudillo, quiso andar suelto
con su compañero Pedro de Lerma, con achaque de gobernar el
campo; pero su intención no era sino tener libertad para
pasarse de una parte a otra buscando a Hernando Pizarro para
encontrarse con él. Su artillería puso a un lado del
escuadrón, donde pudiese ofender a sus enemigos. Puso por
delante un arroyo que pasaba por aquel llano y una ciénaga
pequeña que allí hay, entendiendo que fueran pasos
dificultosos para sus contrarios.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Pedro
de Valdivia, que era maese de campo, y Antonio de Villalba, sargento
mayor, ordenaron su gente por los mismos términos que Rodrigo
Orgóñez la suya. Pusieron el escuadrón con muy
hermosas mangas de arcabuceros, que fueron los que hicieron el hecho.
Hicieron dos escuadrones de a cien caballos contra los de Orgóñez.
Hernando Pizarro con su compañero, que se llamaba Francisco de
Barahona, tomó la delantera del un escuadrón de los
caballos, y Alonso de Alvarado la de los otros. Gonzalo Pizarro, como
general de la infantería quiso pelear a pie. Así fueron
a encontrarse con los de Almagro, y pasaron el arroyo y la ciénaga,
sin contradicción de los enemigos, porque antes de pasar, les
echaron una rociada de pelotas que les hizo mucho daño, y aun
los desordenó de manera que con facilidad pudieron romperlos;
porque los infantes y caballos se retiraron del puesto donde estaban
por alejarse de la arcabucería. Lo cual visto por Orgóñez,
desconfiando de la victoria, mandó jugar la artillería,
y una pelota que entró por el escuadrón contrario llevó
cinco soldados de una hilera, que los atemorizó de manera que
si entraran otras cuatro o cinco, desbarataran del todo el escuadrón.
Mas Gonzalo Pizarro y el maese de campo Valdivia se pusieron delante,
y esforzaron los soldados y les mandaron que con la pelotas que
llevaban de alambre tirasen a las picas de los contrarios, que les
hacían ventaja en ellas. Porque los de Almagro, a falta de
arcabuces, se habían armado de picas, y querían los de
Pizarro quitárselas, porque sus caballos rompiesen el
escuadrón más de cincuenta picas, como lo dicen
Agustín de Zárate y Francisco López de Gómara.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Las
pelotas de alambre (para los que no las han visto) se hacen en el
mismo molde que las comunes; toman una cuarta o una tercia de hilo de
hierro, y a cada cabo del hilo hacen un garabatillo como un anzuelo
pequeño, y ponen el un cabo del hilo en el un medio molde, y
el otro en el otro medio; y para dividir los medios moldes ponen en
medio un pedazo de una hoja de cobre o de hierro delgado como papel,
luego echan el plomo derretido, el cual se encorpora con los
garabatillos del hilo de hierro, y sale de pelota en dos medios
divididos, asidos al hilo de hierro. Para echarlos en el arcabuz los
juntan como si fuera pelota entera; y al salir del arcabuz se
apartan, y con el hilo de hierro que llevan en medio cortan cuanto
por delante topan. Por este cortar mandaron tirar a las picas, como
lo dicen los historiadores; porque con las pelotas comunes no
pudieran quebrar tantas picas como quebraron. No tiraron a los
piqueros por no hacer tanto daño en ellos; quisieron mostrar a
sus contrarios la ventaja que en los arcabuces les tenían.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Esta
invención de pelotas llevó de Flandes al Perú el
capitán Pedro de Vergara con los arcabuces que allá
pasó. Yo alcancé en mi tierra algunas dellas, y en
España las he visto y las he hecho, y allá conocí
un caballero que se decía Alonso de Loaya, natural de
Trujillo, que salió de aquella batalla herido de una pelota
destas, que lo cortó la quijada baja con todos los dientes
bajos y parte de las muelas; fue padre de Francisco de Loaya, que hoy
vive en el Cozco, uno de los pocos hijos de conquistadores que gozan
de los repartimientos de sus padres. La invención de las
pelotas de alambre debieron de sacar de ver echar los pedazos de
cadena que echan en las piezas de artillería para que hagan
más daños en los enemigos. Volviendo al cuento de
nuestra batalla, decimos que Rodrigo Orgóñez y su
compañero Pedro de Lerma, viendo el daño que la
arcabucería había hecho en los suyos, arremetieron con
el escuadrón de caballos en que iba Hernando Pizarro a ver si
pudiesen matarle, que era lo que deseaban, porque la victoria de la
batalla ya la veían declinarse al bando de sus enemigos.
Pusiéronse bien enfrente dél y de su compañero,
que por las señas de las ropillas de terciopelo naranjado,
eran bien conocidos. Arremetieron con ellos, los cuales salieron al
encuentro con grande ánimo y bizarría. Rodrigo Orgóñez,
que llevaba lanza de ristre, encontró a Francisco de Barahona,
y acertó a darle en el barbote (en el Perú, a falta de
celadas borgoñonas, ponían los de a caballo barbotes
postizos a la celadas de infantes con que cubrían el rostro);
la lanza rompió el barbote, que era de plata y cobre, y le
abrió la cabeza, y dio con él en el suelo, y pasando
adelante atravesó a otro la lanza por los pechos, y echando
mano al estoque, fue haciendo maravillas de su persona; mas duró
poco, porque de un arcabuzazo le hirieron con un perdigón en
la frente, de que perdió la vista y las fuerzas.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Pedro
de Lerma y Hernando Pizarro se encontraron de las lanzas, y porque
eran jinetes, y no de ristre, será necesario que digamos cómo
usaban dellas. Es así que entonces y después acá,
en todas las guerras civiles que los españoles tuvieron,
hacían unas bolsas de cuero asidas a unos correones fuertes
que colgaban del arzón delantero de la silla y del pescuezo
del caballo, y ponían el cuento de la lanza en la bolsa, y la
metían debajo del brazo, como si fuera de ristre. Desta manera
hubo bravísimos encuentros en las batallas que en el Perú
se dieron entre los españoles, porque el golpe era con toda la
pujanza del caballo y del caballero. Lo cual no fue menester para con
los indios, que bastaba herirles con golpe del brazo y no de ristre.
Después del primer encuentro, si la lanza quedaba sana,
entonces la sacaban del bolsón, y usaban della como lanza
jineta. Damos particular cuenta de las armas defensivas y ofensivas
que en aquella mi tierra se usaban, para que se entienda mejor lo que
fuéremos diciendo. Volviendo al encuentro de Hernando Pizarro
y Pedro de Lerma, es así que por ser las lanzas largas, y
blandear más de lo que sus dueños quisieran, fueron los
encuentros bajos. Hernando Pizarro hirió malamente a su
contrario en un muslo, rompiéndole las coracinas y la cota que
llevaba puesta. Pedro de Lerma dio al caballo de Hernando Pizarro en
lo alto del copete; de manera que con la cuchillada del hierro de la
lanza cortó algo del pellejo, y rompió las cabezadas, y
dio en lo alto del arzón delantero, que (con ser la silla de
armas) lo desencajó y sacó de su lugar, y pasando
delante la lanza rompió las coracinas y la costa, y hirió
a Hernando Pizarro en el vientre, no de herida mortal, porque el
caballo, del bravo encuentro de la lanza se delomó a aquel
tiempo, y cayó en tierra, y con su caída libró
de la muerte al caballero que a no suceder así se tuvo por
cierto que pasara la lanza de la otra parte. En este paso, loando
ambos historiadores las proezas de Orgóñez, dicen casi
unas mismas palabras; las últimas de Agustín de Zárate
en aquella loa son las que siguen: "Y cuando Rodrigo Orgóñez
acometió, le hirieron con un perdigón de arcabuz en la
frente, habiéndole pasado la celada, y él con su lanza
, después de herido, mató dos hombres, y metió
un estoque por la boca a un criado de Hernando Pizarro, pensando que
era su amo, porque iba muy bien ataviado". Hasta aquí es
de Zárate. Sobre lo cual es de advertir que quien dio en
España la relación desta batalla debió de ser
del bando contrario de Hernando Pizarro, porque en su particular la
dio siniestra. Que dijo que Hernando Pizarro vistió a un
criado suyo con las vestiduras y divisas que había dicho que
sacaría el día de la batalla, para que los que le
buscasen (mirando por el criado ataviado) se descuidasen dél.
En lo cual le motejó de cobarde y pusilánime; y esta
fama se divulgó por toda España, y fue al Perú;
y el Consejo Real de las Indias, para certificarse deste particular,
llamó a un soldado famoso que se halló en aquella
batalla de don Diego Almagro, que se decía Silvestre González;
y, entre otras cosas, le preguntó si en el Perú tenían
a Hernando Pizarro por cobarde. El soldado, aunque de bando
contrario, dijo, abonándole, todo lo que de Hernando Pizarro y
de su desafío, y de Orgóñez, y de los
compañeros, hemos dicho que era la pública voz y fama
de aquella batalla. Esto pasó en Madrid en los últimos
años de la prisión de Hernando Pizarro, que fueron
veinte y tres; y el soldado contó a mí lo que le pasó
en el Consejo Real de las Indias. El que echó la mala fama,
para darle dolor, dijo que era criado el que decimos que era su
compañero. Dijo que iba muy ataviado, y fue verdad, porque
llevaba la misma divisa de Hernando Pizarro, que era la ropilla de
terciopelo naranjado muy acuchillada. Quitó de la verdad, y
añadió de lo falso en hacer criado al que era
compañero. Viendo los suyos a Hernando Pizarro caído,
entendiendo que era muerto, arremetieron con los de don Diego de
Almagro, y los unos y los otros pelearon bravísimamente con
mucha mortandad de ambas partes, porque se encendió el fuego
más de lo que pensaron, y se hirieron y mataron con grandísima
rabia y desesperación, como si no fueran todos de una misma
nación, ni de una religión, ni acordándose que
habían sido hermanos y compañeros en armas, para ganar
aquel imperio con tanto trabajo como lo ganaron. Duró la pelea
sin reconocer la victoria mucho más tiempo del que se imaginó,
porque los de Almagro, aunque eran muchos menos en números,
eran iguales en valor y ánimo a los de Pizarro, y así
resistieron la pujanza de los enemigos y la ventaja de los arcabuces,
a costa de sus vidas, vendiéndolas bien hasta que se vieron
consumidos, muertos y heridos, y los que pudieron volvieron las
espaldas. Entonces se mostró más cruel la rabia con que
habían peleado; que aunque los vieron vencidos y rendidos, no
los perdonaron, antes mostraron mayor seña. </SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.5.CAPÍTULO III|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
III</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.6.EL MARQUÉS HACE REPARTIMIENTO DEL REINO Y PROVINCIA DE LOS CHARCAS, Y GONZALO PIZARRO VA A LA CONQUISTA DE LA CANELA|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">EL
MARQUÉS HACE REPARTIMIENTO DEL REINO Y PROVINCIA DE LOS
CHARCAS, Y GONZALO PIZARRO VA A LA CONQUISTA DE LA CANELA</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Sosegada
la guerra, y los indios puestos en paz, hizo el marqués
repartimiento dellos en los más principales españoles
que se hallaron en aquella conquista; dio un repartimiento muy bueno
a su hermano Hernando Pizarro, y otro a Gonzalo Pizarro, en cuyo
distrito se descubrieron, años después, las minas de
plata de Potosí, en las cuales supo a Hernando Pizarro, como a
vecino de aquella ciudad (aunque él estaba ya en España),
una mina que dieron a sus ministros para que le enviasen plata della.
<SPAN LANG="es-ES">La cual salió tan rica, que en más
de ocho meses sacaron della plata acendrada, finísima, de toda
ley, sin hacer otro beneficio al metal más de fundirlo.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Añadimos
esta riqueza aquí porque se me fue de la memoria cuando
tratamos de aquel famoso cerro en la primera parte de estos
comentarios. A Garcilaso de la Vega, mi señor, dieron el
repartimiento llamado Tapacri. A Gabriel de Rojas dieron otro mucho
bueno, y lo mismo a otros muchos caballeros en espacio de más
de cien leguas de término que aquella ciudad entonces tenía,
del cual dieron después parte a la ciudad que llamaron de la
Paz.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">No
valían aquellos repartimientos entonces cuando se dieron sino
muy poco, aunque tenían muchos indios, y eran de tierra muy
fértil y abundante, hasta que se descubrieron las minas del
Potosí; entonces subieron las rentas a diez por uno, que los
repartimientos que rentaban a dos, tres, cuatro mil pesos, rentaron
después a veinte, treinta y cuarenta mil pesos. El marqués
don Francisco Pizarro, habiendo mandado fundar la villa que llamaron
de la Plata, que hoy se llama ciudad de la Plata, y habiendo
repartido los indios de su jurisdicción en los ganadores y
conquistadores della, que todo fue año de mil y quinientos y
treinta y ocho y treinta y nueve, no habiendo reposado aún dos
años de las guerras civiles y conquistas pasadas, pretendió
otras tan dificultosas y más trabajosas, como luego se dirá.
Con la muerte de don Diego de Almagro quedó el marqués
solo gobernador de más de setecientas leguas de tierras que
hay Norte Sur, desde los Charcas a Quitu, donde tenía bien que
hacer en apaciguar y allanar las nuevas conquistas que sus capitanes
en diversas partes hacían, y en proveer de justicia y quietud
para los pueblos que ya tenían pacíficos; pero como el
mandar y señorear sea insaciable, no contento con lo que
tenía, procuró nuevos descubrimientos, porque su ánimo
belicoso pretendía llevar y pasar adelante las buenas andanzas
que hasta allí había tenido.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Todo
nueva que fuera de los términos de Quitu y fuera de lo que los
reyes Incas señorearon, había una tierra muy larga y
ancha donde se criaba canela, por lo cual llamaron la Canela.
Parecióle enviar a la conquista de ella a su hermano Gonzalo
Pizarro, para que tuviese otra tanta tierra que gobernar como él;
y habiéndolo consultado con los de su secreto, renunció
la gobernación de Quitu en el dicho su hermano, para que los
de aquella ciudad le socorriesen en lo que hubiese menester, porque
de allí había de hacer su entrada, por estar la Canela
al levante de Quitu. Con esta determinación envió a
llamar a Gonzalo Pizarro, que estaba en los Charcas ocupado en la
nueva población de la ciudad de la Plata, y en dar orden y
asiento para gozar del repartimiento de indios que le había
cabido. Gonzalo Pizarro vino luego al Cozco, donde su hermano estaba;
y habiendo platicado entre ambos la conquista de la Canela, se
apercibió para ella, aceptando con muy buen ánimo, la
jornada, por mostrar en ella el valor de su persona para semejantes
hazañas.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Hizo
en el Cozco más de doscientos soldados, los ciento de a
caballo, y los demás infantes; gastó con ellos más
de sesenta mil ducados. Fue a Quitu, quinientas leguas de camino,
donde estaba Pedro de Puelles por gobernador. Por el camino peleó
con los indios que andaban alzados; tuvo batallas ligeras con ellos;
pero los de Huánucu le apretaron malamente, tanto, que, como
dice Agustín de Zárate, libro cuarto, capítulo
primero, le envió el marqués socorro con Francisco de
Chaves.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Gonzalo
Pizarro, libre de aquel peligro y de otros no tan grandes, llegó
a Quitu. Mostró a Pedro de Puelles las provisiones del marqués
su hermano; fue obedecido. Y como gobernador de aquel reino aderezó
lo necesario para su jornada: hizo más de otros cien soldados,
que por todos fueron trescientos y cuarenta, los ciento y cincuenta
de a caballo, y los demás infantes.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Llevó
más de cuatro mil indios de paz cargados con sus armas y
bastimento, y lo demás necesario para la jornada, como hierro,
hachas, machetes, sogas y maromas de cáñamo, y clavazón
para lo que por allá se les ofreciese.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Llevaron
asimismo cerca de cuatro mil cabezas de ganado de puercos, y de las
ovejas mayores de aquel imperio, que también ayudaron a llevar
parte de la munición y carguío.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Dejó
en Quitu por su lugarteniente a Pedro de Puelles, y habiendo
reformado y dado nueva orden en ciertas cosas que tenían
necesidad de reformación, salió de Quitu por Navidad
del año mil y quinientos y treinta y nueve. Anduvo en buena
paz y muy regalado de los indios todo lo que duró el camino,
hasta salir del imperio de los Incas. Luego entró en una
provincia que los historiadores llamaban Quixos. Y porque en esta
jornada de la Canela, Francisco López de Gómara y
Agustín de Zárate van muy conformes, contando los
sucesos della casi por unas mismas palabras, y porque yo las oí
a muchos de los que en este descubrimiento se hallaron con Gonzalo
Pizarro, diré, recogiendo de los unos y de los otros, lo que
pasó.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Es
así que en aquella provincia de los Quixos, que es al norte de
Quitu, salieron muchos indios de guerra a Gonzalo Pizarro; mas luego
que vieron los muchos españoles y caballos que llevaban, se
retiraron la tierra adentro, donde nunca más parecieron. Pocos
días desto tembló la tierra bravísmamente, que
se cayeron muchas casas en el pueblo donde estaba. Abrióse la
tierra por muchas partes; hubo relámpagos, truenos, rayos,
tantos y tan espesos, que se admiraron los españoles muy
mucho; juntamente llovió muchos días tanta agua, que
parecía que la echaban a cántaros; admiróles la
novedad de la tierra, tan diferente de la que habían visto en
el Perú. Pasados cuarenta o cincuenta días que tuvieron
esta tormenta, procuraron pasar la Cordillera Nevada; y aunque iban
bien apercibidos (como aquella Sierra sea tan extraña), les
cayó tanta nieve y hizo tanto frío, que se helaron
muchos indios, porque visten poca ropa, y ésa de muy poco
abrigo. Los españoles, por huir del frío y de la nieve,
y de aquella mala región, desampararon el ganado y la comida
que llevaban, entendiendo hallarla dondequiera que hubiese población
de indios. Pero sucedióles en contra, porque pasada aquella
Cordillera tuvieron mucha necesidad de bastimento, porque la tierra
que hallaron (por ser estéril) no tenía habitadores.
Diéronse priesa a salir della, llegaron a una provincia y
pueblo que llamaban Zumaco, puesto a las faldas de un volcán,
donde hallaron comida; pero tan cara, que en dos meses que allí
estuvieron no les cesó de llover jamás ni sólo
un día, con que recibieron mucho daño, que se les
perdió mucha ropa de la que llevaban de vestir.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">En
aquella provincia llamada Zumaco, que está debajo de la
Equinocial, o muy cerca, se crían los árboles que
llaman canela, la que iban a buscar. Son muy altos, con hojas grandes
como el laurel, y la fruta son unos racimos de fruta menuda, que se
crían en capullos como de bellota. Y aunque el árbol y
sus hojas, raíces y corteza huelen y saben a canela, la más
perfecta canela son los capullos. Por los montes se crían
muchos árboles de aquellos, incultos, y dan fruto; pero no es
tan bueno como el que sacan los indios de los árboles que
plantan y cultivan en sus tierras para sus granjerías con sus
comarcanos; mas no con los del Perú. Los cuales nunca
quisieron ni quieren otras especies que su uchu, que los españoles
llaman allá ají, y en España pimiento.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.7.CAPÍTULO IV|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
IV</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.8.LA MUERTE DEL MARQUÉS DON FRANCISCO PIZARRO Y SU POBRE ENTIERRO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
MUERTE DEL MARQUÉS DON FRANCISCO PIZARRO Y SU POBRE ENTIERRO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Sintiendo
el ruido que los del Chili llevaban, algunos indios del servicio del
marqués entraron donde estaba, y le avisaron de la gente que
venía, y de qué manera venía. El marqués,
que estaba hablando con su alcalde mayor, el doctor Velázquez,
y con el capitán Francisco de Chaves, que era como su teniente
general, y con Francisco Martín de Alcántara, su
hermano materno, y con otros doce o trece criados de casa, con el
aviso de los indios sospechó lo que fue. Mandó a
Francisco de Chaves que cerrase la puerta de la sala y de la cuadra
donde estaban, mientras él y los suyos se armaban para salir a
defenderse de los que venían. Francisco de Chaves, entendiendo
que era alguna pendencia particular de soldados, y que bastaría
su autoridad a apaciguarla (en lugar de cerrar las puertas como le
fue mandado), salió a ellos y los halló que subían
ya la escalera. Y turbado de ver lo que no pensó, les preguntó
diciendo: </SPAN><SPAN LANG="es-AR">“</SPAN><SPAN LANG="es-ES">¿Qué
es lo que mandan vuestas mercedes?</SPAN><SPAN LANG="es-AR">”.
Uno dellos le dio por respuesta una estocada. Él, viéndose
herido, para defenderse echó mano a su espada; luego cargaron
todos sobre él, y uno dellos le dio una cuchillada tan buena
en el pescuezo, que como dice Gómara, capítulo ciento y
cuarenta y cinco, le llevó la cabeza a cercén, y rodó
el cuerpo la escalera abajo. Los que estaban en la sala, que eran
criados del marqués, salieron a ver el ruido, y viendo muerto
a Francisco de Chaves, volvieron huyendo como mercenarios, y se
echaron por las ventanas que salían a un huerto de la casa; y
entre ellos fue el doctor Juan Velázquez con la vara en la
boca, porque no le estorbase las manos, como que por ella le hubiesen
de respetar los contrarios. Los cuales entraron en la sala, y no
hallando gente en ella, pasaron a la cuadra. El marqués,
sintiéndolos tan cerca, salió a medio armar, que no
tuvo lugar a atarse las correas de una coracinas que se había
puesto. Sacó embarazada una adarga y una espada en la mano.
Salieron con él su hermano Francisco Martín de
Alcántara y dos pajes, ya hombres, el uno llamado Juan de
Vargas, hijo de Gómez de Tordoya, y el otro Alonso Escandón.
Los cuales no sacaron armas defensivas porque no tuvieron lugar de
poderlas tomar. El marqués y su hermano se pusieron a la
puerta, y la defendieron valerosamente gran espacio de tiempo, sin
poderles entrar los enemigos. El marqués, con gran ánimo,
decía a su hermano: </SPAN><SPAN LANG="es-ES">“</SPAN><SPAN LANG="es-AR">Muera,
que traidores son</SPAN><SPAN LANG="es-ES">”</SPAN><SPAN LANG="es-AR">.
Peleando valientemente los unos y los otros, mataron al hermano del
marqués, porque no llevaba armas defensivas. Uno de los pajes
se puso luego en su lugar, y él y su señor defendían
la puerta tan varonilmente, que los enemigos desconfiaban de poderla
ganar; y temiendo que durara mucho la pelea vendría socorro al
marqués y los matarían a todos tomándolos en
medio. Juan de Rada y otro de los compañeros arrebataron en
brazos a Narváez, y lo arrojaron la puerta adentro para que el
marqués se cebase en él, y entre tanto entrasen los
demás. Así sucedió que el marqués recibió
a Narváez con una estocada y otras heridas que le dio, de que
murió luego. Entre tanto entraron los demás y los unos
acudieron al marqués, y los otros a los pajes. Los cuales
murieron peleando como hombres y dejaron mal heridos a cuatro de los
contrarios. Viendo solo al marqués, acudieron todos a él,
y le cercaron de todas partes; él se defendió buen
espacio de tiempo como quien era, saltando a unas partes y a otras,
trayendo la espada con tanta fuerza y destreza, que hirió
malamente a tres de sus contrarios; pero como eran tantos para uno
solo, y su edad pasaba ya de los sesenta y cinco años, se
desalentó de manera que unos de sus enemigos se le acercó
y le dio una estocada por la garganta, de que cayó en el suelo
pidiendo confisión a grandes voces; y caído como
estaba, hizo una cruz con la mano derecha, y puso la boca sobre ella;
y besándola expiró el famoso sobre los famosos don
Francisco Pizarro, el que tanto enriqueció y engrandeció
y hoy engrandece la corona de España y a todo el mundo, con
las riquezas del imperio que ganó; como se ve, y como atrás
en muchas partes hemos dicho. Y con todas sus grandezas y riquezas
acabó tan desamparado y pobre, que no tuvo con qué, ni
quien lo enterrase. Donde la fortuna en menos de una hora igualó
su disfavor y miseria al favor y prosperidad que en el discurso de
toda su vida le había dado. </SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="6.9.CAPÍTULO V|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
V</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.10.DON DIEGO DE ALMAGRO SE HACE JURAR POR GOBERNADOR DEL PERÚ, ENVÍA SUS PROVISIONES A DIVERSAS PARTES DEL REINO, Y LA CONTRADICCIÓN DELLAS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DON
DIEGO DE ALMAGRO SE HACE JURAR POR GOBERNADOR DEL PERÚ, ENVÍA
SUS PROVISIONES A DIVERSAS PARTES DEL REINO, Y LA CONTRADICCIÓN
DELLAS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
m</SPAN><SPAN LANG="es-AR">arqués falleció, como se ha
dicho, por la demasiada confianza de Francisco Chaves, que no cerró
las puertas como le fue mandado; que a cerrarlas, mientras los
contrarios las rompían, tuvieran lugar de armarse los que con
el marqués estaban; y quizá sobrepujaran a los de don
Diego. Pues siendo no más de cuatro, que eran el marqués,
y su hermano, y sus dos pajes, y mal armados, mataron cuatro, como
dicen los autores, y hicieron otros; de creer es que si estuvieran
bien apercibidos, bastaban los cuatro y los otros que se echaron por
las ventanas a defenderse de los enemigos y aun a vencerlos, que
cuando no alcanzaran la victoria, pudiera llegar el socorro con
tiempo. Mas cuando la desgracia viene, mal se remedia por consejos
humanos. El negro que Gómara dice que mataron los de Almagro
fue que sintiendo el tropel que traían peleando con el
marqués, subió por el escalera arriba y ayudar a su
señor, o morir con él; y cuando llegó a la
puerta sintió que ya lo habían muerto; quiso echar el
cerrojo por defuera para dejarlos encerrados y llamar la justicia;
yendo el negro juntando las puertas, acertó a salir uno de los
de dentro, y sintiendo la intención del esclavo arremetió
contra él y lo mató a estocadas. Fueron siete los que
murieron por parte del marqués, y entre ellos un criado de
Francisco Chaves. Luego salieron a la plaza los de Almagro con las
espadas ensangrentadas cantando la victoria. Así acabó
el buen marqués, más por negligencia y confianza de los
suyos, que no por la pujanza de sus enemigos. Con el alboroto de su
muerte se levantó un gran ruido por toda la ciudad: unos, que
gritaban diciendo: “Aquí del rey, que matan al marqués”.
Otros que a grandes voces decían: “Muerto es ya el
tirano, y vengada la muerte de don Diego de Almagro”. En esta
vocería y confusión salieron muchos del un bando y del
otro, cada cual a favorecer su partido, y en la plaza hubo muchas
revueltas y pendencias, donde hubo muertos y heridos; mas luego
cesaron los del bando del marqués con la certificación
de que era muerte. Los de Chili sacaron a don Diego de Almagro el
mozo a la plaza, diciendo que no había otro rey en el Perú
sino don Diego de Almagro. El cual, sosegaba la revuelta de aquel
día, se hizo jurar del cabildo por gobernador de la tierra,
sin que nadie osase contradecirlo, aunque todos los del cabildo eran
del bando contrario; pero no osó nadie hablar ni contradecir
lo que pedían los victoriosos. Quitó los ministros que
había de la justicia, y puso otros de su bando. Prendió
los hombres más ricos y poderosos que en la ciudad de los
Reyes había, porque eran del bando contrario; en suma, se
apoderó de toda la ciudad. Tomó los quintos del rey,
que era una grandísima suma la que estaba recogida. Lo mismo
hizo de los bienes de los difuntos y de los ausentes, y bien lo hubo
menester todo para socorrer a los suyos, que estaban tan pobres como
se ha dicho.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Nombró
a Juan de Rada, por su capitán general. Hizo capitanes a Juan
Tello de Guzmán, natural de Sevilla, y a Francisco de Chaves,
deudo muy cercano del otro Francisco de Chaves que mataron con el
marqués; que eso tienen las guerras civiles, ser hermanos
contra hermanos. Nombró también por capitán a
Cristóbal Sotelo, y nombró otros ministros de guerra. A
fama destas cosas acudieron a la ciudad de los Reyes todos los
españoles que por tierra andaban vaganzos y perdidos; y
así hizo don Diego más de ochocientos hombres de
guerra. Envió a todas las ciudades del Perú, como fue
al Cozco, Arequepa, a los Charcas y, por la costa abajo de la mar, a
Trujillo, y la tierra adentro a los Chachapuyas, a requerir y a
mandar absolutamente que le recibiesen por gobernador de todo aquel
imperio. En una o en dos ciudades le obedecieron más por miedo
que por amor, porque no tenían fuerzas para resistir a
cincuenta hombres que don Diego envió a ellas; las demás
ciudades resistieron, como luego diremos.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">En
el Perú es común lenguaje decir la costa abajo y las
costa arriba, no porque haya cuesta que subir y bajar en la costa,
que en figura redonda no la puede haber, sino que se dice la costa
abajo por al nueva navegación que el viento sur hace en
aquella mar a los que vienen del Perú a Panamá, que es
como decir cuesta abajo, porque corre allí siempre aquel
viento. Y al contrario dicen costa arriba yendo de Panamá al
Perú, por la contradicción del mismo viento, que les
hace ir forcejeando como si subiesen cuesta arriba. Juan de Rada
proveía todo lo que se ha dicho, en nombre de don Diego, muy
absolutamente, sin dar parte a los demás capitanes y
compañeros que habían sido en la muerte del marqués;
de lo cual nació envidia y rencor en todos los demás
principales, y trataron de matar a Juan de Rada.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Sabido
el motín, dieron garrote a Francisco de Chaves, que era el
principal de la liga, y mataron a otros muchos, y entre ellos a
Antonio de Orihuela, natural de Salamanca, aunque era recién
llegado de España, porque supieron que por el camino había
dicho que eran unos tiranos; y él fue tan mal mirado en su
salud, que habiéndolo dicho se fue a meter entre ellos.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Uno
de los ministros de don Diego envió por la costa a tomar la
posesión de aquellos pueblos y hacer gente para su valía,
y tomar armas y caballos a los vecinos señores de indios, que
favorecían la contraria, que todos los más eran sus
enemigos, fue un caballero llamado García de Alvarado. El cual
fue a Trujillo, quitó el cargo de justicia a Diego de Mora,
aunque era teniente de don Diego de Almagro, porque supo que avisaba
de todo lo que pasaba a Alonso de Alvarado, que era del bando
contrario.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Y
en la ciudad de San Miguel degolló a Francisco de Vozmediano,
y a Hernando de Villegas, y hizo otros grandes desafueros; y mató
en Huánucu a Alonso de Cabrera, mayordomo que había
sido del marqués don Francisco Pizarro, porque juntaba algunos
compañeros para huirse con ellos al bando del rey.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Otro
ministro de don Diego, llamado Diego Méndez, fue a los
Charcas, a la villa de la Plata, donde halló el pueblo sin
gente, porque los vecinos de él se habían ido por unas
partes y por otras a juntarse con los de la ciudad del Cozco para ser
con ellos de la parte del rey, como luego veremos. Diego Méndez
tomó en aquella villa mucho oro que los vecinos tenían
escondido en poder de sus indios; los cuales en común son tan
flacos, que por cualquiera amenaza que les hagan descubren todo lo
que saben.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Tomó
asimismo más de sesenta mil pesos de plata acendrada de las
minas que llamaron de Porco, que entonces aún no eran
descubiertas las de Potosí. Confiscó y puso en cabeza
de don Diego de Almagro los indios y las haciendas que eran del
marqués don Francisco Pizarro, que eran riquísimas. Lo
mismo hizo de los indios del capitán Diego de Rojas, y de
Peranzures, y de Gabriel de Rojas, y de Garcilaso de la Vega, y de
todos los demás vecinos de aquella villa, que todos los más
eran amigos de los Pizarros. Otro mensajero envió a la
provincia de Chachapuya, donde andaba Alonso de Alvarado
pacificándola. El cual, luego que vio las provisiones de Diego
y sus cartas, aunque en ellas le hacía grandes promesas si le
obedecía, y grandes amenazas si le contradecía, dio por
respuesta prender al mensajero, y persuadir a cien españoles
que consigo tenía que siguiesen y sirviesen a Su Majestad, y
con el consentimiento dellos alzó bandera. Y aunque don Diego
le escribió con otros mensajeros, nunca le quiso obedecer;
antes respondió que no le recibiría por gobernador
hasta ver expreso mandato de Su Majestad hasta entonces se había
hecho. Todo esto hizo Alonso de Alvarado confiado en la aspereza de
aquella provincia, que, como otras veces hemos dicho, es asperísima,
y esperaba Alvarado, aunque tenía poca gente, defenderse hasta
que se juntasen otros del bando de Pizarro a servir al emperador, que
bien sabía que habían de acudir muchos; y así
estuvo esperando lo que sucediese, haciendo llamamiento a la gente
que por la costa hubiese. Donde lo dejaremos por decir de otros que
hicieron lo mismo. Los mensajeros que con las provisiones y poderes
de don Diego de Almagro fueron al Cozco, no se atrevieron a hacer de
hecho insolencia alguna como habían hecho en otras partes, que
aunque en aquella ciudad había muchos de su valía,
había más del servicio del rey, y eran hombres más
principales, ricos y poderosos que tenían reparticiones de
indios; y los de don Diego eran pobres soldados recién
entrados en la tierra, que deseaban semejantes revueltas para medrar
ellos también. Eran alcaldes a la sazón en aquella
ciudad Diego de Silva, ya otra vez por mi nombrado, hijo de Feliciano
de Silva, natural de Rodrigo, y Francisco de Carvajal, que después
fue maese de campo de Gonzalo Pizarro.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Los
cuales, habiendo visto las provisiones, por no irritar a los del
bando de don Diego a que hiciesen algún destino, respondieron,
y todo el cabildo con ellos, no contradiciendo ni obedeciendo; y
dijeron que para hecho tan solemne era necesario que don Diego
enviara poder más bastante del que envió, y que luego
que lo enviase lo recibirían por gobernador. Esto dijeron con
determinación de no recibirle, mas de entretenerle para que
hubiese tiempo y lugar de juntarse los que de su bando estaban
ausentes, que los más estaban fuera de la ciudad en sus
repartimientos y minas de oro, que casi todos los repartimientos del
Cozco las tienen.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="6.11.CAPÍTULO VI|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
VI</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.12.EL AUTOR DICE CÓMO SE HABÍA GONZALO PIZARRO CON LOS SUYOS. CUENTA LA MUERTE DE VELA NÚÑEZ. LA LLEGADA DE FRANCISCO CARVAJAL A LOS REYES. EL RECIBIMIENTO QUE SE LE HIZO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">EL
AUTOR DICE CÓMO SE HABÍA GONZALO PIZARRO CON LOS SUYOS.
CUENTA LA MUERTE DE VELA NÚÑEZ. LA LLEGADA DE FRANCISCO
CARVAJAL A LOS REYES. EL RECIBIMIENTO QUE SE LE HIZO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">Yo
conocí</SPAN><SPAN LANG="es-AR"> a Gonzalo Pizarro de vista en
la ciudad del Cozco, luego que fue a ella, después de la
batalla de Huarina hasta la de Sacsahuana, que fueron casi seis
meses, y los más de aquellos días estuve en su casa, y
vi el trato de su persona en casa y fuera de ella. Todos le hacían
honra como a superior, acompañándole doquiera que iba,
a pie o a caballo, y él se había con todos, así
vecinos como soldados, tan afablemente, y tan como hermano, que
ninguno se quejaba de él; nunca vi que nadie le besase la
mano, ni él la daba aunque se la pidiesen por comedimiento: a
todos quitaba la gorra llanamente, y nadie que lo mereciese dejó
de hablar de vuesa merced. A Carvajal, como lo hemos dicho, llamaba
padre; yo se lo oí una vez que estando yo con el gobernador,
que como a niño y muchacho me tenía consigo, llegó
a hablarle Francisco de Carvajal; y aunque en el aposento no había
quien pudiese oírle sino yo, se recató de mí, y
le habló al oído de manera que aun la voz no le oí.
Gonzalo Pizarro le respondió pocas palabras; y una de ellas
fue decirle: “Mirad, padre”. Vile comer algunas veces,
comía siempre en público; poníanle una mesa
larga, que por lo menos hacía cien hombres; sentábase a
la cabecera de ella, y a una mano y otra, en espacio de dos asientos,
no se asentaba nadie; de allí adelante se sentaban a comer con
él todos los soldados que querían, que los capitanes y
los vecinos nunca comían con él, sino en sus casas. Yo
comí dos veces a su mesa, porque me lo mandó, y uno de
los días fue el día de la fiesta de la Purificación
de Nuestra Señora; su hijo del marqués, y yo con ellos,
comimos en pie todos tres en aquel espacio que quedaba de la mesa sin
asientos , y él nos daba de su plato lo que habíamos de
comer; y vi todo lo que he dicho, y como testigo de vista lo
certifico. Los historiadores debieron de tener relatores apasionados
de odio y rencor, para informarles lo que escribieron. También
le notan que llevando todos los quintos, y rentas reales, y los
tributos de los indios vacos, y de los que andaban contra él,
que todo venía a ser más que las dos tercias partes de
la renta del Perú, no pagaba la gente de guerra, y que la
traía muy descontenta; y cuando le mataron, no dicen que le
hallaron tesoros escondidos: donde se ve adúltero, con gran
encarecimiento de su delito, como es razón que se acriminen
casos semejantes, principalmente en los que mandan y gobiernan.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Volviendo
a nuestra historia, es de saber que en el tiempo que Gonzalo Pizarro
estuvo de esta vez en la ciudad de los Reyes, acaeció la
desgraciada muerte de Vela Núñez, hermano del visorrey
Blasco Núñez de Vela, que la causó el capitán
Juan de la Torre, el cual se había casado años antes
con una india, hija de un curaca de los de la provincia de Puerto
Viejo. Los indios, viéndose favorecidos con el parentesco de
aquel español, estimándolo más que a sus
tesoros, le descubrieron una sepultura de los señores sus
antepasados, donde había más de ciento y cincuenta mil
ducados en oro y esmeraldas finas. Juan de la Torre, viéndose
tan rico, deseó huirse de Gonzalo Pizarro, y venirse a España
a gozar de sus riquezas; mas pareciéndole que según los
delitos que contra el servicio de Su Majestad había hecho
(porque fue uno de los que pelearon las barbas del visorrey, y se las
puso por medalla), no venía seguro, tentó a Vela Núñez
para que se huyese con él en un navío de los que en el
puerto había, para que en España, él y sus
deudos le apadrinasen y favoreciesen, por haberle sacado de poder del
tirano, y teniendo ya el consentimiento de Vela Núñez,
por hablillas y novelas que se inventaron, de que Su Majestad
confirmaba la gobernación a Gonzalo Pizarro, mudó
parecer, porque siendo así no quería perder la gracia y
amistad de Gonzalo Pizarro, de quien esperaba grandes mercedes; y
porque Vela Núñez, o otro por él no descubriese
a Pizarro al trato que con él había hecho, que fuera
causa de su muerte, quiso ganar por la mano al que lo hubiese de
descubrir, y así dio cuenta de ella a Gonzalo Pizarro, por lo
cual cortaron la cabeza a Vela Núñez, y hicieron
cuartos a otro sobre ello, aunque se murmuró que Gonzalo
Pizarro lo había hecho más por persuasión del
licenciado Carvajal, que no por gana que tuviese de matarle; porque
siempre Pizarro sospechó de la blanda condición de Vela
Núñez, que antes había sido incitado que
incitador. Así acabó este buen caballero, por culpa de
un traidor que lo fue de todas maneras. Francisco de Carvajal,
teniendo días antes nuevas de la ida de Gonzalo Pizarro a los
Reyes, y mandato suyo, vino de los Charcas a juntarse con él a
la misma ciudad. Salió Gonzalo Pizarro, buen rato fuera de
ella a recibirle; hízole un solemne y triunfal recibimiento,
como a capitán que tantas victorias había ganado, y
tantos enemigos había desperdigado. Dejó Carvajal en la
villa de la Plata a Alonso de Mendoza por capitán y teniente
de Gonzalo Pizarro; trujo consigo cerca de un millón de pesos
de plata, de lo que había sacado de las minas de Potosí,
y de los indios vacos, de que tuvo bien que gastar Gonzalo Pizarro;
donde le repitió Carvajal lo que en la carta le había
escrito acerca de hacerse rey. Dejarlos hemos a ellos y todos sus
ministros y amigos, particularmente los vecinos de las ciudades de
aquel imperio, ocupados en la paz y quietud de los indios y españoles
que en él había, y en el aumento de la santa fe
católica, en la doctrina y enseñanza de los naturales,
y en el aprovechamiento de sus haciendas, y del común de los
mercaderes y tratantes, que con las guerras y revueltas pasadas no
osaba nadie granjear ni mercadear, porque todo andaba a peligro de
que se lo quitasen a sus dueños, como lo hacían; los
unos, con color descubierto de tiranos, robándolo; y los otros
con decir que lo habían menester para servicio del rey. Que
río revuelto (como dice el refrán), ganancia es de
pescadores. Pasarnos hemos a España a decir lo que Su Majestad
Imperial proveyó, sabida la revuelta y alteración del
Perú y la prisión del visorrey Blasco Núñez
Vela. </SPAN><SPAN LANG="es-ES"> </SPAN></FONT></FONT>
</P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.13.CAPÍTULO VII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
VII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.14.LOS CAPITANES QUE JUSTICIARON, Y CÓMO LLEVARON SUS CABEZAS A DIVERSAS PARTES DEL REINO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LOS
CAPITANES QUE JUSTICIARON, Y CÓMO LLEVARON SUS CABEZAS A
DIVERSAS PARTES DEL REINO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Pasados
los coloquios referidos, sucedió otro muy diferente con un
soldado que se decía Diego de Tapia, que yo conocí de
quien hicimos mención en nuestra historia de la Florida, libro
sexto, capítulo diez y ocho. El cual había sido soldado
de Carvajal, de su propia compañía, y muy querido suyo,
porque era buen soldado y muy ágil para cualquier cosa. Era
pequeño de cuerpo y muy pulido en todo, y se le había
huído a Carvajal antes de la batalla Huarina. Puesto delante
dél, lloró a lágrima viva con mucha ternura y
pasión, y entre otras cosas de mucho sentimiento, le dijo:
“Señor mío, padre mío, mucho me pesa de
ver a vuesa merced en el punto en que está; plugiera a Dios,
señor mío, que se contentaran con matarme a mí,
y dejaran a vuesa merced con la vida, que yo diera la mía por
muy bien empleada. ¡Oh señor mío, cuánto
me duele verlo así! Si vuesa merced se huyera cuando yo me
huí, no se viera como se ve”. Carvajal le dijo que creía
muy bien su dolor y sentimiento, y le agradecería mucho su
voluntad, y el deseo de trocar su vida por la ajena, que bien
mostraba la amistad que le había tenido. Y a lo de la huída
le dijo: “Hermano Diego de Tapia, pues que éramos tan
grandes amigos, ¿por qué cuando os huisteis no me lo
dijisteis, y nos fuéramos ambos?”. Dio bien que reír
su respuesta a los que le conocían, y les causó
admiración ver cuán en sí estaba para responder
a todo lo que se le ofrecía. Todo esto y mucho más pasó
el día de la batalla con Francisco de Carvajal. Gonzalo
Pizarro estuvo solo, que no le vio nadie, porque él lo mandó
así, si no fue Diego Centeno y otros seis o siete soldados
principales que estaban con él guardándole.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">El
día siguiente se hizo justicia de Gonzalo Pizarro y de su
maese de campo y capitanes, los que prendieron el día de la
batalla, que como dice Gomara, capítulo ciento y ochenta y
siete, fueron Juan de Acosta, Francisco Maldonado, Juan Vélez
de Guevera, Dionisio de Bobadilla, Gonzalo de los Nidos, a quien dice
que le sacaron la lengua por el colodrillo, y no dice por qué;
y fue por grandes blasfemias que dijo contra la majestad imperial. A
todos éstos y a otros muchos ahorcaron, que aunque eran hijos
dalgo no quisieron guardarles su preeminencia, porque fueron
traidores a su rey. Después de ahorcados les cortaron las
cabezas para enviarlas a diversas ciudades del reino. Las de Juan de
Acosta y Francisco Maldonado se pusieron en el rollo de la plaza del
Cozco, en sendas jaulas de hierro; yo las vi allí, aunque uno
de los autores (que es el Palentino), capítulo noventa y uno,
diga que la de Acosta llevaron a la ciudad de los Reyes. La de
Dionisio de Bobadilla y otra con ella llevaron a Arequepa, donde se
cumplió muy por entero el pronóstico que la buena Juana
de Leyton echó al mismo Bobadilla cuando llevó a
aquella ciudad la cabeza de Lope de Mendoza, que le dijo que muy
presto la quitarían de allí y pondrían la suya
en el mismo lugar; así se cumplió muy a la letra.
Diéronse priesa a ejecutar la justicia en Gonzalo Pizarro y
sus ministros, porque temían, como dicen los autores, que
mientras él vivía no estaba segura la tierra. A Pizarro
condenaron a cortar la cabeza por traidor, y que le derribasen las
casas que tenían en el Cozco, y sembrasen de sal, y pusiesen
un pilar de piedra con un letrero que dijese: “Estas son las
casas del traidor de Gonzalo Pizarro”, etc.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Todo
lo cual vi yo cumplido, y las casas eran las que le cupieron en el
repartimiento de aquella ciudad se hizo cuando la ganaron él y
sus hermanos; y el sitio en lengua de indio se llamaba Coracora, que
quiere decir herbazal. Gonzalo Pizarro, el día de su prisión,
como se ha dicho, estuvo en la tienda del capitán Diego
Centeno, donde le trataron con el mismo respeto que en su mayor
prosperidad y señorío. No quiso comer aquel día,
aunque se lo pidieron; casi todo él lo gastó en
pasearse a solas muy imaginativo; y a buen rato de la noche dijo a
Diego Centeno: “Señor, ¿estamos seguros esta
noche?”. Quiso decir si le matarían aquella noche o
aguardarían al día venidero, porque bien entendía
Gonzalo Pizarro que las horas eran años para sus contrarios
hasta haberle muerto. Diego Centeno, que lo entendió, dijo:
“Vuesa señoría puede dormir seguro, que no hay
que imaginar en eso”. Ya pasada la medianoche, se recostó
un poco sobre la cama y durmió como una hora; luego volvió
a pasearse hasta el día, y con la luz de él pidió
confesor, y se detuvo con él hasta el mediodía, donde
lo dejaremos por pasarnos a Francisco de Carvajal, para decir lo que
hizo aquel día, que no anduvo tan destinado como uno de los
autores le hace, sino muy en contra, como yo lo diré, no por
obligación de beneficios que cosa más hubiese recibido
de Francisco de Carvajal; antes deseó matar a mi padre después
de la batalla de Huarina, y procuró hallar causas para ello
sacadas de sus imaginaciones y sospechas; y conforme a esto antes
había de decir yo mal dél que volver por su honra; pero
la obligación del que escribe los sucesos de sus tiempos para
dar cuenta dellos a todo el mundo, me obliga y aun fuerza, si así
se puede decir, a que sin pasión, ni afición diga la
verdad de los que pasó; y juro como cristiano que muchos pasos
de los que hemos escrito los he acortado y cercenado por no mostrarme
aficionado o apasionado en escribir tan en contra de lo que los
autores dicen, particularmente el Palentino, que debió de ir
tarde a aquella tierra, y oyó al vulgo muchas fábulas
compuestas a gusto de los que las quisieron inventar, siguiendo sus
bandos y pasiones.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Estas
cosas que he dicho y otras que diré tan menudas que pasaron en
aquellos días, las oí en mis niñeces a los que
hablaban en ellas, que en aquel tiempo y años después
no había conversación de gente noble en que poco o
mucho no se hablase destos sucesos. Después, en edad madura,
las oí a persona y personas que fueron guardas de Francisco de
Carvajal y de Gonzalo Pizarro, que las tiendas donde estuvieron
presos estaban muy cerca la una de la otra, y aquellos soldados que
los guardaban, que eran de los principales, se pasaban de la una a la
otra remudándose; y así lo vieron todo, y lo contaban
en particular, como testigos de vista.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.15.CAPÍTULO VIII|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
VIII</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.16.LA VENGANZA QUE AGUIRRE HIZO DE SU AFRENTA, Y LAS DILIGENCIAS DEL CORREGIDOR POR HABERLE A LAS MANOS, Y CÓMO AGUIRRE SE ESCAPÓ|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
VENGANZA QUE AGUIRRE HIZO DE SU AFRENTA, Y LAS DILIGENCIAS DEL
CORREGIDOR POR HABERLE A LAS MANOS, Y CÓMO AGUIRRE SE ESCAPÓ</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Aguirre
no fue a su conquista, aunque los de la villa de Potocsi le ayudaban
con todo lo que hubiese menester; más él se excusó
diciendo que lo que le había menester para su consuelo era
buscar la muerte, y darle priesa para que llegase aína, y con
esto se quedó en el Perú, y cumplido el término
del oficio del licenciado Esquivel, dio en andarse tras él
como hombre desesperado para matarle como quiera pudiese, para vengar
su afrenta. El licenciado, certificado por sus amigos desta
determinación, dio en ausentarse y apartarse del ofendido; y
no como quiera, sino trescientas y cuatrocientas leguas en medio,
pareciéndole que viéndole ausente y tan lejos le
olvidaría Aguirre; mas él cobraba tanto más
ánimo cuanto más el licenciado le huía, y le
seguía por el rastro dondequiera que iba. La primera jornada
del licenciado fue hasta la ciudad de los Reyes, que hay trescientas
y veinte leguas de camino; mas adentro de quince días estaba
Aguirre con él; de allí dio el licenciado otro vuelo
hasta la ciudad de Quito, que hay cuatrocientas leguas de camino;
pero a poco más de veinte días estaba Aguirre en ella,
lo cual sabido por el licenciado, volvió y dio otro salto
hasta el Cozco, que son quinientas leguas de camino; pero a pocos
días después vino Aguirre, que caminaba a pie y
descalzo, y decía que un azotado no había de andar a
caballo ni parecer donde gente lo viesen. Desta manera anduvo Aguirre
tras su licenciado tres años y cuatro meses. El cual, viéndose
cansado de andar tan largos caminos y que no le aprovechaban,
determinó hacer asiento en el Cozco, por parecerle que
habiendo en aquella ciudad un juez tan riguroso y justiciero no se le
atrevería Aguirre a hacer cosa alguna contra él. Y así
tomó para su morada una casa calle en medio de la iglesia
Mayor, donde vivió con mucho recato; traía de ordinario
una cota vestida debajo del sayo, y su espada y daga ceñida,
aunque era contra su profesión. En aquel tiempo un sobrino de
mi padre, hijo de Gómez de Tordoya, y de su mismo nombre,
habló al licenciado Esquivel, porque era de la patria,
extremeño y amigo, y le dijo: <SPAN LANG="es-AR">“Muy
notorio es a todo el Perú cuán canino y diligente anda
Aguirre por matar a vuesa merced; yo quiero venirme a su posada
siquiera a dormir de noche en ella, que sabiendo Aguirre que estoy
con vuesa merced no se atreverá a entrar en su casa”. El
licenciado lo agradeció, y dijo que él andaba rectado y
su persona segura, que no se quitaba una cota ni sus armas ofensivas,
que esto bastaba; que lo demás era escandalizar la ciudad, y
mostrar mucho temor a un hombrecillo como Aguirre; dijo esto porque
era pequeño de cuerpo y de ruin talla, mas el deseo de la
venganza le hizo tal de persona y ánimo, que pudiera igualarse
con Diego García de Paredes y Juan de Urbina, los famosos de
aquel tiempo, pues se atrevió a entrar un lunes a mediodía
en casa del licenciado, y habiendo andado por ella muchos pasos, y
pasado por un corredor bajo y alto, y por una sala alta, y una
cuadra, cámara y recámara, donde tenía sus
libros, le halló durmiendo sobre uno de ellos y le dio una
puñalada en la sien derecha, de que lo mató, y después
le dio otras dos o tres por el cuerpo, mas no le hirió por la
cota que tenía vestida, pero los golpes se mostraron por la
roturas del sayo. Aguirre volvió a desandar lo andado, y
cuando se vio a la puerta de la calle halló que se le había
caído el sombrero, y tuvo ánimo de volver por él,
y lo cobró y salió a la calle; mas ya cuando llegó
a este paso iba todo cortado, sin tiento ni juicio; pues no entró
en la iglesia a guarecerse en ella teniendo la calle en medio. Fuese
hacia San Francisco, que entonces estaba el convento al oriente de la
iglesia; y habiendo andado buen trecho de la calle, tampoco acertó
a ir al monasterio. Tomó a mano izquierda por una calle que
iba a parar donde fundaron el convento de Santa Clara. En aquella
plazuela halló dos caballeros mozos, cuñados de Rodrigo
de Pineda, y llegándose a ellos, les dijo: “Escóndanme,
escóndanme”, sin saber decir otra palabra; que tan tonto
y perdido iba como esto. Los caballeros, que le conocían y
sabían su pretensión, le dijeron: “¿Habéis
muerto al licenciado Esquivel?”. Aguirre dijo “Sí,
señor; escóndanme, escóndanme”. Entonces
le metieron los caballeros en la casa del cuñado, donde a lo
último della había tres corrales grandes, y en el uno
dellos había una zahurda donde encerraban los cebones a sus
tiempos.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Allí
lo metieron y le mandaron que en ninguna manera saliese de aquel
lugar, ni asomase la cabeza, porque no acertase a verle algún
indio que entrase en el corral, aunque el corral era excusado: que no
habiendo ganado dentro, no tenían a qué entrar en él.
Dijéronle que ellos le proveerían de comer sin que
nadie lo supiese; y así lo hicieron, que comido y cenando a la
mesa del cuñado, cada uno dellos disimuladamente metía
en las faltriqueras todo el pan y carne, y cualquiera otra cosa que
buenamente podían; y después de comer, fingiendo cada
uno de por sí que iba a la provisión natural, se ponía
a la puerta de la zahurda, y proveía al pobre Aguirre; y así
lo tuvieron cuarenta días naturales.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">El
corregidor, luego que supo la muerte del licenciado Esquivel, mandó
repicar las campanas y poner indios Cañaris por guardas a las
puertas de los conventos, y centinelas alrededor de toda la ciudad, y
mandó apregonar que nadie saliese de la ciudad sin licencia
suya. Entró en los conventos, católos todos, que no le
faltó sino derribarlos. Así estuvo la ciudad en esta
vela y cuidado más de treinta días, sin que hubiese
nueva alguna de Aguirre, como si se le hubiera tragado la tierra. Al
cabo deste tiempo aflojaron las diligencias, quitaron las centinelas,
pero no las guardas de los caminos reales que todavía se
guardaban con rigor. Pasados cuarenta días del hecho les
pareció a aquellos caballeros (que el uno dellos se decía
Fulano Santillán y el otro Fulano Cataño, caballeros
muy nobles, que los conocí bien, y el uno dellos hallé
en Sevilla cuando vine a España) que sería bien poner
en más cobro a Aguirre, y librarse ellos del peligro que
corrían de tenerle en su poder; porque el juez era riguroso, y
temían no les sucediese alguna desgracia. Acordaron sacarle
fuera de la ciudad en público y no a escondidas, y que saliese
en hábito negro, para lo cual le raparon el cabello y la
barba, y le lavaron la cabeza, el rostro, y el pescuezo, y las mano,
y brazos hasta los codos con agua; en la cual habían echado
una fruta silvestre, que ni es de comer ni de otro provecho alguno:
los indios le llaman vitoc; es de color, forma y tamaño de una
berenjena de las grandes; la cual, partida en pedazos, y echada en
agua, y dejándola estar así tres o cuatro días,
y lavándose después con ella el rostro y las manos, y
dejándola enjugar al aire, a tres o cuatro veces que se laven
pone la tez más negra que de un Etíope, y aunque
después se laven con otra agua limpia, no se pierde ni quita
el color negro hasta que han pasado diez días; y entonces se
quita con el hollejo de la misma tez, dejando otro como el que antes
estaba. Así pusieron al buen Aguirre, y lo vistieron como a
negro del campo con vestidos bajos y viles; y un día de
aquéllos, a mediodía, salieron con él por las
calles y plaza hasta el cerro que llaman Carmenca, por donde va el
camino para ir a los Reyes, y hay muy buen trecho de calle y plaza,
desde la casa de Rodrigo de Pineda hasta el cerro Carmenca. El
negro Aguirre iba a pie delante de sus amos; llevaba un arcabuz al
hombro, y uno de sus amos llevaba otro en el arzón, y el otro
llevaba en la mano un halconcillo de los de aquella tierra, fingiendo
que iban a caza.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Así
llegaron a lo último del pueblo donde estaban las guardas. Las
cuales les preguntaron si llevaban licencia del corregidor para salir
de la ciudad. El que llevaba el halcón, como enfadado de su
propio descuido, dijo al hermano: “Vuesa merced me espera aquí
o se vaya poco a poco, que yo vuelvo por la licencia y le alcanzaré
muy aína”. Diciendo esto, volvió a la ciudad y no
curó de la licencia. El hermano se fue con su negro a toda
buena diligencia hasta salir de la jurisdicción del Cozco, que
por aquella parte son más de cuarenta leguas de camino; y
habiéndole comprado un rocín y dándole una poca
de plata, le dijo: “Hermano, ya estáis en tierra libre
que podéis iros donde bien os estuviere, que yo no puedo hacer
más por vos”. Diciendo esto se volvió al Cozco, y
Aguirre llegó a Huamanca, donde tenía un deudo muy
cercano, hombre noble y rico de los principales vecinos de aquella
ciudad. El cual lo recibió como a propio hijo, y le dijo y
hizo mil regalos y caricias; y después de muchos días
lo envió bien proveído de lo necesario. No ponemos aquí
su nombre por haber recibido en su casa y hecho mucho bien a un
delincuente contra la justicia real. Así escapó
Aguirre, que fue una cosa de las maravillosas que en aquel tiempo
acaecieron en el Perú, así por el rigor del Juez y las
muchas diligencias que hizo, como porque las tonterías que
Aguirre hizo el día de su hecho parece que le fueron antes
favorables que dañosas; porque si entrara en algún
convento, en ninguna manera escapara, según las diligencias
que en todos ellos se hicieron, aunque entonces no había más
de tres, que era el de Nuestra Señora de la Mercedes, y del
seráfico San Francisco, y del divino Santo Domingo. El
corregidor quedó como corrido y afrentado de que no le
hubiesen aprovechado sus muchas diligencias para castigar a Aguirre
como lo deseaba. Los soldados bravos y facinerosos decían que
si hubiera muchos Aguirre por el mundo, tan deseosos de vengar sus
afrentas, que los pesquisidores no fueran tan libres e insolentes.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="6.17.CAPÍTULO IX|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
IX</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.18.CÓMO CELEBRAN INDIOS Y ESPAÑOLES LA FIESTA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO EN EL COZCO. UNA PENDENCIA PARTICULAR QUE LOS INDIOS TUVIERON EN UNA FIESTA DE AQUÉLLAS|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CÓMO
CELEBRAN INDIOS Y ESPAÑOLES LA FIESTA DEL SANTÍSIMO
SACRAMENTO EN EL COZCO. UNA PENDENCIA PARTICULAR QUE LOS INDIOS
TUVIERON EN UNA FIESTA DE AQUÉLLAS</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Porque
la historia pide que cada suceso se cuente en su tiempo y lugar,
ponemos estos dos siguientes al principio de este libro octavo,
porque sucedieron en el Cozco después de la guerra de
Francisco Hernández Girón y antes de la llegada del
visorrey que los de aquel reino esperaban. Guardando, pues, esta
regla, decimos que la fiesta que los católicos llamamos <I>Corpus
Christi</I> se celebraba solemnísimamente en la ciudad de
Cozco después que se acabaron las guerras que el demonio
inventó en aquel imperio por estorbar la predicación de
nuestro Santo Evangelio, que la postrera fue la de Francisco
Hernández Girón, y plega a Dios que lo sea. La misma
solemnidad habrá ahora, y mucho mayor, porque después
de aquella guerra que se acabó al fin del año de mil y
quinientos y cincuenta y cuatro, han sucedido cincuenta y siete años
de paz hasta el presente, que es de mil y seiscientos y once, cuando
se escribe este capítulo.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Mi
intención no es sino escribir los sucesos de aquellos tiempos
y dejar los presentes para los que quisieron tomar el trabajo de
escribirlos. Entonces había en aquella ciudad cerca de ochenta
vecinos, todos caballeros nobles, hijosdalgo, que por vecinos (como
en otras partes lo hemos dicho) se entienden los señores de
vasallos que tienen repartimientos de indios. Cada uno de ellos tenía
cuidado de adornar las andas que sus vasallos habían de llevar
en la procesión de la fiesta. Componíanlas con seda y
oro, y muchas ricas joyas, con esmeralda y otras piedras preciosas. Y
dentro en las andas ponían la imagen de Nuestro Señor o
de Nuestra Señora, o de otro santo o santa de la devoción
del español, o de los indios sus vasallos. Semejaban las andas
a las que en España llevan las cofradías en las tales
fiestas.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Los
caciques de todo el distrito de aquella gran ciudad venían a
ella a solemnizar la fiesta, acompañados de sus parientes y de
toda la gente noble de sus provincias. Traían todas las galas,
ornamentos e invenciones que en tiempo de sus reyes Incas usaban en
la celebración de sus mayores fiestas (de las cuales dimos
cuenta en la primera parte de estos <I>Comentarios</I>); cada nación
traía el blasón de su linaje de donde se preciaba
descender.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Unos
venían (como pintan a Hércules) vestidos con la piel de
león, y sus cabezas encajadas en las del animal, porque se
preciaban descender de un león. Otros traían las alas
de un ave muy grande que llaman cuntur, puestas a la espaldas, como
las que pintan a los ángeles, porque se precian descender de
aquella ave. Y así venían otros con otras divisas
pintadas, como fuentes, ríos, lagos, sierras, montes, cuevas,
porque decían que sus primeros padres salieron de aquellas
cosas. Traían otras divisas extrañas con los vestidos
chapados de oro y plata. Otros con guirnaldas de oro y plata; otros
venían hechos monstruos, con máscaras feísimas,
y en las manos pellejinas de diversos animales, como que los hubiesen
cazado, haciendo grandes ademanes, fingiéndose locos y tontos,
para agradar a sus reyes de todas maneras. Unos con grandezas y
riquezas, y otros con locuras y miserias; y cada provincia con lo que
le parecía que era mejor invención, de más
solemnidad, de más fausto, de más gusto, de mayor
disparate y locura; que bien entendían que la variedad de las
cosas deleitaba la vista, y añadía gusto y contento a
los ánimos. Con las cosas dichas, y otras muchas que se pueden
imaginar, que yo no acierto a escribirlas, solemnizaban aquellos
indios las fiestas de sus reyes. Con las mismas (aumentándolas
todo lo más que podían) celebraban en mis tiempos la
fiesta del Santísimo Sacramento, Dios verdadero, redentor y
Señor nuestro. Y hacíanlo con grandísimo
contento, como gente ya desengañada de las vanidades de su
gentilidad pasada.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">El
Cabildo de la Iglesia y el de la Ciudad hacían por su parte lo
que convenía a la solemnidad de la fiesta. Hacían un
tablado en el hastial de la iglesia, de la parte de afuera que sale a
la plaza, donde ponían el Santísimo Sacramento en una
muy rica custodia de oro y plata. El Cabildo de la Iglesia se ponía
a la mano derecha, y el de la Ciudad a la izquierda. Tenía
consigo a los Incas que habían quedado de la sangre real, por
honrarles y hacer alguna demostración de que aquel imperio era
dellos.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Los
indios de cada repartimiento pasaban con sus andas, con toda su
parentela y acompañamiento, cantando cada provincia en su
propia lengua particular materna, y no en la general de la corte, por
diferenciarse las unas de las otras.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Llevaban
sus atambores, flautas, caracolas, y otros instrumentos rústicos
musicales. Muchas provincias llevaban sus mujeres en pos de los
varones, que les ayudaban a tañer y cantar.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Los
cantares que iban diciendo eran en loor de Dios Nuestro Señor,
dándole gracias por la merced que les había hecho en
traerlos a su verdadero conocimiento; también rendían
gracias a los españoles sacerdotes y seculares, por haberles
enseñado la doctrina cristiana. Otras provincias iban sin
mujeres, solamente los varones; en fin, todo era a la usanza del
tiempo de sus reyes.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">A
lo alto del cementerio, que está a siete u ocho gradas más
alto que la plaza, subían por una escalera a adorar el
Santísimo Sacramento en sus cuadrillas, cada una dividida de
la otra diez o doce pasos en medio, porque no se mezclasen unas con
otras. Bajaban a la plaza por otra escalera que estaba a mano derecha
del tablado. Entraba cada nación por su antigüedad (como
fueron conquistadas por los Incas), que los más modernos eran
los primeros, y así los segundos y terceros, hasta los
últimos, que eran los Incas. Los cuales iban delante de los
sacerdotes en cuadrilla de menos gente y más pobreza, porque
habían perdido todo su imperio, y sus casas y heredades
particulares.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">Yendo
pasando las cuadrillas como hemos dicho, para ir en procesión,
llegó la de los Cañaris, que aunque la van con sus
andas en cuadrilla de por sí, porque hay muchos indios de
aquella nación que viven en ella, y el caudillo dellos era
entonces don Francisco Cillchi, cañari, de quien hicimos
mención en el cerco y mucho aprieto en que el príncipe
Manco Inca tuvo a Hernando Pizarro y a los suyos cuando este cañari
mató en la plaza de aquella ciudad al indio, capitán
del Inca, que desafió a los españoles a batalla
singular. Este don Francisco subió las gradas del cementerio
muy disimulado, cubierto con su manta y las manos debajo della, con
sus andas, sin ornamento de seda ni oro, más de que iban
pintadas de diversos colores, y en los cuatro lienzos del chapitel
llevaba pintadas cuatro batallas de indios y españoles.</FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Llegando
a lo alto del cementerio, en derecho del Cabildo de la ciudad, donde
estaba Garcilaso de la Vega, mi señor, que era corregidor
entonces, y teniente el licenciado Monjaraz, que fue un letrado de
mucha prudencia y consejo, desechó el indio cañari la
manta que llevaba en lugar de capa, y uno de los suyos se la tomó
de los hombros, y él quedó en cuerpo con otra manta
ceñida (como hemos dicho que se la ciñen cuando quieren
pelear o hacer cualquier otra cosa de importancia); llevaba en la
mano derecha una cabeza de indio contrahecha asida por los cabellos.
Apenas la hubieron visto los Incas, cuando cuatro o cinco dellos
arremetieron con el cañari y lo levantaron alto del suelo para
dar con él de cabeza en tierra. También se alborotaron
los demás indios que había de la una parte y de la otra
del tablado donde estaba el Santísimo Sacramento; de manera
que obligaron al licenciado Monjaraz a ir a ellos para ponerlos en
paz. Preguntó a los Incas que por qué se habían
escandalizado. El más anciano respondió diciendo: <SPAN LANG="es-AR">“Este
perro auca, en lugar de solemnizar la fiesta, viene con esta cabeza a
recordar cosas pasadas que estaban muy bien olvidadas”.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Entonces
el teniente preguntó al cañari que qué era
aquello. Respondió diciendo: “Señor, yo corté
esta cabeza a un indio que desafió a los españoles que
estaban cercados en esta plaza con Hernando Pizarro, y Gonzalo
Pizarro, y Juan Pizarro, mis señores, y mis amos, y otros
doscientos españoles. Y ninguno dellos quiso salir al desafío
del indio, por parecerles antes infamia que honra pelear con un
indio, uno a uno. Entonces yo les pedí licencia para salir al
duelo, y me la dieron los cristianos, y así salí y
combatí con el desafiador, y le vencí y corté la
cabeza en esta plaza.” Diciendo esto, señaló con
el dedo el lugar donde había sido la batalla. Y volviendo a su
respuesta, dijo: “Estas cuatro pinturas de mis andas son cuatro
batallas de indios y españoles, en las cuales me hallé
en servicio dellos. Y no es mucho que tal día como hoy me
honre yo con la hazaña que hice en servicio de los
cristianos.” El inca respondió: “Pero traidor,
¿hiciste tú esa hazaña con fuerzas tuyas, sino
en virtud deste señor Pachacámac que aquí
tenemos presente, y en la buena dicha de los españoles? ¿No
sabes que tú y todo tu linaje érades nuestros esclavos,
y que no hubiste esa victoria por tus fuerzas y valentía, sin
por la que he dicho? Y si lo quieres experimentar ahora que todos
somos cristianos, vuélvete a poner en esa plaza con tus armas
y te enviaremos un criado, el menor de los nuestros, y te hará
a ti y a todos los tuyos. ¿No sabes que en esos mismos días,
y en esta misma plaza, cortamos treinta cabezas de españoles,
y que un Inca tuvo rendidas dos lanzas a dos hombres de a caballo y
se las quitó de la mano, y a Gonzalo Pizarro se la hubiera de
quitar si su esfuerzo y destreza no le ayudara? ¿No sabes que
dejamos de hacer guerra a los españoles y desamparamos el
cerco, y nuestro príncipe se desterró voluntariamente y
dejó su imperio a los cristianos, viendo tantas y tan grandes
maravillas como el Pachacámac hizo en favor y amparo dellos?
¿No sabes que matamos por esos caminos allí arriba en
aquella fortaleza? ¿No fuera bien que miraras todas estas
cosas y otras muchas que pudiera yo decir para que tú no
hicieras un escándalo, disparate y locura como las que has
hecho?” Diciendo esto volvió al teniente, y le dijo:
“Señor, hágase justicia como se debe hacer para
que no seamos baldonados de los que fueron nuestros esclavos”.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">El
licenciado Monjaraz, habiendo entendido lo que el uno y el otro
dijeron, quitó la cabeza que el cañari llevaba en la
mano, y le mandó desceñir la manta que llevaba ceñida,
y que no tratase más de aquellas cosas en público ni en
secreto, so pena que lo castigaría rigurosamente. Con esto
quedaron satisfechos los Incas y todos los indios de la fiesta, que
se habían escandalizado de la libertad y desvergüenza del
cañari, y todos en común, hombres y mujeres, le
llamaron auca, auca, y salió la voz por toda la plaza. Con
esto pasó la procesión adelante, y se acabó con
la solemnidad acostumbrada. Dícenme que en estos tiempos
alargan el viaje della dos tantos más que solía andar,
porque llegan hasta San Francisco y vuelven a la iglesia por muy
largo camino. Entonces no andaba más que el cerco de las dos
plazas Cusipata y Huacaypata, que tantas veces hemos nombrado. Sea la
Majestad Divina loada, que se digna de pasearlas alumbrando aquellos
gentiles, y sacándoles de las tinieblas en que vivían.</SPAN></FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="6.19.CAPÍTULO X|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
X</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.20.DE UN CASO ADMIRABLE QUE ACAECIÓ EN EL COZCO|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">DE
UN CASO ADMIRABLE QUE ACAECIÓ EN EL COZCO</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-ES">El
segundo suceso es el que veremos bien extraño, que pasó
en el Cozco en aquellos años, después de la guerra de
Francisco Hernández Girón, que por </SPAN><SPAN LANG="es-AR">habérmelo
mandado algunas personas graves y religiosas que me habían
oído contarlo, y por haberme dicho que será en servicio
de la Santa Madre Iglesia Romana, madre y señora nuestra,
dejarlo escrito en el discurso de nuestra historia, me pareció
que yo como hijo, aunque indigno, de tal madre, estaba obligado a
obedecerles y dar cuenta del caso, que es el que se sigue.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Ocho
o nueve años antes de lo que se ha referido, se celebraba cada
año en el Cozco la fiesta del divino San Marcos, como podían
los moradores de aquella ciudad. Salía la procesión del
convento del bienaventurado Santo Domingo, que, como atrás
dijimos, se fundó en la casa y templo que era del Sol en
aquella gentilidad antes que el Evangelio llegara a aquella ciudad.
Del convento iba la procesión a una ermita que está
junto a las casas que fueron de don Cristóbal Paullu, Inca. Un
clérigo, sacerdote antiguo en la tierra, que se decía
el padre Porras, devoto del bienaventurado Evangelista, queriendo
solemnizar su fiesta, llevaba cada año un toro manso en la
procesión, cargado de guirnaldas de muchas maneras de flores.
Yendo ambos cabildos, eclesiástico y seglar, con toda la demás
ciudad, el año de quinientos y cincuenta y seis, iba el toro
en medio de toda la gente, tan manso como un cordero, y así
fue y vino con la procesión. Cuando llegaron de vuelta al
convento (porque no cabía toda la gente en la iglesia),
hicieron calle los indios y la demás gente común en la
plaza que está antes del templo. Los españoles entraron
dentro haciendo calle desde la puerta hasta la capilla mayor. El
toro, que iba poco adelante de los sacerdotes, habiendo entrado tres
o cuatro pasos del umbral de la iglesia tan manso como se ha dicho,
bajó la cabeza, y con una de sus armas asió por la
horcajadura a un español que se decía Fulano de
Salazar, y levantándolo en alto lo echó por cima de sus
espaldas y dio con él en una de las puertas de la iglesia, y
de allí cayó fuera de ella, sin más daño
de su persona. La gente se alborotó con la novedad del toro,
huyendo a todas partes; mas él quedó tan manso como
había ido y venido en toda la procesión, y así
llegó hasta la capilla mayor. La ciudad se admiró del
caso, e imaginando que no podía ser sin misterio, procuró
con diligencia saber la causa. Halló que seis o siete meses
antes, en cierto pleito o pendencia que el Salazar tuvo con un
eclesiástico, había incurrido en descomunión, y
que él, por parecerle que no era menester, no se había
absuelto de la descomunión. Entonces se absolvió y
quedó escarmentado para no caer en semejante yerro. Yo estaba
entonces en aquella ciudad, y me hallé presente al hecho; vi
la procesión y después oí el cuento a los que lo
contaban mejor y más largamente referido que lo hemos
relatado.</SPAN> </FONT></FONT></P>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal; page-break-before: always"><A NAME="6.21.CAPÍTULO XI|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">CAPÍTULO
XI</FONT></FONT></H2>
<H2 LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=CENTER STYLE="font-style: normal"><A NAME="6.22.LA EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA CONTRA EL PRÍNCIPE. LAS CONSULTAS QUE SE HACÍAN PARA PROHIBIRLA. EL VISORREY NO QUISO OÍRLAS. EL BUEN ÁNIMO CON QUE EL INCA RECIBIÓ LA MUERTE|outline"></A>
<FONT FACE="Book Antiqua, serif"><FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt">LA
EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA CONTRA EL PRÍNCIPE. LAS
CONSULTAS QUE SE HACÍAN PARA PROHIBIRLA. EL VISORREY NO QUISO
OÍRLAS. EL BUEN ÁNIMO CON QUE EL INCA RECIBIÓ LA
MUERTE</FONT></FONT></H2>
<P LANG="es-ES" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
</P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif">Determinado
el visorrey<SPAN LANG="es-AR"> de ejecutar su sentencia, mandó
hacer un tablado muy solemne en la plaza Mayor de aquella ciudad, y
que se ejecutase la muerte de aquel príncipe, porque así
convenía a la seguridad y quietud de aquel imperio. Admiró
la nueva desto a toda la ciudad, y así procuraron los
caballeros y religiosos graves de juntarse todos y pedir al visorrey
no se hiciese cosa tan fuera de piedad, que la obominaría todo
el mundo dondequiera que se supiese, y que su mismo rey se enfadaría
dello. Que se contentase con enviarlo a España en perpetuo
destierro, que era más largo tormento y más penoso que
matarlo brevemente. Estas cosas y otras platicaban los de aquella
ciudad, determinados de hablar al visorrey con todo el encarecimiento
posible hasta hacerle requerimiento y protestaciones para que no
ejecutase la sentencia. Mas él, que tenía espías
puestas por la ciudad para que le avisasen cómo tomaban la
sentencia los moradores della, y qué era lo que platicaban y
trataban cerca dél, sabiendo la junta que estaba hecha para
hablarle y requerirle, mandó cerrar las puertas de su casa, y
que su guardia se pusiese a la puerta y no dejase entrar a nadie, so
pena de la vida. Mandó asimismo que sacasen al Inca y le
cortasen la cabeza con toda brevedad, porque se quietase aquel
alboroto, que temió no se le quitasen de las manos.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Al
pobre príncipe sacaron en una mula con una soga al cuello, y
las manos atadas, y un pregonero delante que iba pregonando su muerte
y la causa de ella, que era tirano, traidor contra la corona de la
majestad católica. El príncipe, oyendo el pregón,
no entendiendo el lenguaje español, preguntó a los
religiosos que con él iban qué era lo que aquel hombre
iba diciendo. Declaráronle que le mataban porque era auca
contra el rey su señor. Entonces mandó que le llamasen
aquel hombre, y cuando le tuvo cerca le dijo: “No digas eso que
vas pregonando, pues sabes que es mentira, que yo no he hecho
traición, ni he pensado hacerla, como todo el mundo lo sabe.
Di que me matan porque el visorrey lo quiere, y no por mis delitos,
que no he hecho ninguno contra él ni contra el rey de
Castilla; yo llamo al Pachacámac, que sabe que es verdad lo
que digo”. Con esto pasaron adelante los ministros de la
justicia. A la entrada de la plaza salieron una gran banda de mujeres
de todas las edades, algunas dellas de su sangre real y las demás
mujeres y hijass de los caciques de la comarca de aquella ciudad, y
con grandes voces y alaridos, con muchas lágrimas (que también
les causaron en los religiosos y seculares españoles), le
dijeron: “Inca, ¿por qué te llevan a cortar la
cabeza, qué delitos, qué traiciones has hecho para
merecer tal muerte? Pide a quien te la da que mande matarnos a todas,
pues somos tuyas por sangre y naturaleza, que más contentas y
dichosas iremos en tu compañía que quedar por siervas y
esclavas de los que te matan.” Entonces temieron que hubiera
algún alboroto en la ciudad, según el ruido, grita y
vocería que levantaron los que miraban la ejecución de
aquella sentencia, tan no pensada ni imaginada por ellos. Pasaban de
trescientas mil ánimas los que estaban en aquellas dos plazas,
calles, ventanas y tejados para poderla ver. Los ministros se dieron
priesa hasta llegar al tablado, donde el príncipe subió
y los religiosos que le acompañaban, y el verdugo en pos
dellos con su alfanje en la mano. Los indios, viendo su Inca tan
cercano a la muerte, de lástima y dolor que sintieron,
levantaron murmullo, vocería, gritos y alaridos; de manera que
no se podían oír. Los sacerdotes que hablaban con el
príncipe le pidieron que mandase callar aquellos indios. El
Inca alzó el brazo derecho con la mano abierta, y la puso en
derecho del oído, y de allí la bajó poco a poco
hasta ponerla sobre el muslo derecho. Con lo cual, sintiendo los
indios que les mandaba callar, cesaron de su grita y vocería,
y quedaron con tanto silencio, que parecía no haber ánima
nacida en toda aquella ciudad. De lo cual se admiraron mucho los
españoles, y el visorrey entre ellos, el cual estaba a una
ventana mirando la ejecución de su sentencia. Notaron con
espanto la obediencia que los indios tenían a sus príncipes,
que aun en aquel paso la mostrasen como todos los vieron. Luego
cortaron la cabeza al Inca; el cual recibió aquella pena y
tormento con el valor y grandeza de ánimo que los Incas y
todos los indios nobles suelen recibir cualquiera inhumanidad y
crueldad que les hagan; como se habrán visto algunas en
nuestra historia de la Florida, y en ésta y otras en las
guerras que en Chile han tenido y tienen los indios araucos con los
españoles, según lo han escrito en verso los autores de
aquellos hechos, sin otros muchos que se hicieron en México y
en el Perú por españoles muy calificados, que yo conocí
algunos dellos; pero dejámoslos de decir por no haber odiosa
nuestra historia.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Demás
del buen ánimo con que recibió la muerte aquel pobre
príncipe (antes rico y dichoso, pues murió cristiano),
dejó lastimados los religiosos que le ayudaron a llevar su
tormento, que fueron los de San Francisco, Nuestra Señora de
las Mercedes, de Santo Domingo y San Agustín, sin otros muchos
sacerdotes clérigos; los cuales todos, de lástima de
tal muerte en un príncipe tal y tan grande, lloraron
tiernamente y dijeron muchas misas por su ánima. Y se
consolaron con la magnanimidad que en aquel paso mostró, y
tuvieron que contar de su paciencia y actos que hacía de buen
cristiano, adorando las imágines de Cristo Nuestro Señor
y de la Virgen su Madre, que los sacerdotes le llevaban delante. Así
acabó este Inca, legítimo heredero de aquel imperio por
línea recta de varón desde el primer Inca Manco Cápac,
hasta él, que, como lo dice el padre Blas Valera, fueron más
de quinientos años, y cerca de seiscientos. Éste fue el
general sentimiento de aquella tierra y la relación nacida de
la compasión y lástima de los naturales y españoles.
Puede ser que el visorrey haya tenido más razones para
justificar su hecho.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Ejecutada
la sentencia en el buen príncipe, ejecutaron el destierro de
sus hijos y parientes a la ciudad de los Reyes, y el de los mestizos
a diversas partes del Nuevo Mundo y Viejo, como atrás se dijo.
Qgue lo antepusimos de su lugar por contar a lo último de
nuestra obra y trabajo lo más lastimero de todo lo que en
nuestra tierra ha pasado y hemos escrito, porque en todo sea
tragedia, como lo muestran los finales de los libros desta segunda
parte de nuestros <I>Comentarios</I>.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-top: 0.07in; margin-bottom: 0.07in">
<FONT SIZE=4 STYLE="font-size: 16pt"><FONT FACE="Book Antiqua, serif"><SPAN LANG="es-AR">Sea
Dios loado por todo.</SPAN></FONT></FONT></P>
<P LANG="es-ES" CLASS="western" ALIGN=JUSTIFY STYLE="margin-bottom: 0in">
<BR>
</P>
[[Comentarios reales : 21|XXI]] -
[[Comentarios reales : 22|XXII]] -
[[Comentarios reales : 23|XXIII]] -
[[Comentarios reales : 24|XXIV]]
[[Comentarios reales : 25|XXV]] -
[[Comentarios reales : 26|XXVI]] -
[[Comentarios reales : 27|XXVII]] -
[[Comentarios reales : 28|XXVIII]] -
[[Comentarios reales : 29|XXIX]] -
[[Comentarios reales : 30|XXX]]
</div>
</br>
<div style="text-align:center; font-weight: bold; background: #cae1ff; border: 2px solid #6a5acd; margin-top: 5em; padding: 1em; padding-bottom: 2em">
<div style="font-size: 170%">Segunda Parte</div>
</br>
<div style="font-size: 100%">1617</div>
[[Comentarios reales : 31|I]] -
[[Comentarios reales : 32|II]] -
[[Comentarios reales : 33|III]] -
[[Comentarios reales : 34|IV]] -
[[Comentarios reales : 35|V]] -
[[Comentarios reales : 36|VI]] -
[[Comentarios reales : 37|VII]] -
[[Comentarios reales : 38|VIII]] -
[[Comentarios reales : 39|IX]] -
[[Comentarios reales : 40|X]] -
[[Comentarios reales : 41|XI]]
</div>
</br>
|