Diferencia entre revisiones de «Discurso de Eduardo Frei pronunciado en el teatro Caupolicán con motivo del plebiscito de 1980 (27 de agosto de 1980)»

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== Un acuerdo nacional ==
 
Estoy cierto que estas bases generales permitirán la posibilidad de un gran acuerdo en que participe el pueblo chileno y también las Fuerzas Armadas, instituciones que pertenecen a Chile y que no deben comprometerse con determinadas fórmulas políticas o económicas. Nunca en la historia se parcializaron, y por ello es que siempre gozaron de universal respeto.
 
Un ilustre general escribió en Recuerdos de un Soldado: “Legal o ilegal, la dictadura deprime el espíritu de los ciudadanos, sobre todo el espíritu de los ciudadanos que tienen una conciencia limpia” .
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Este camino es el que conviene a los trabajadores, a los jóvenes, a los intelectuales que requieren un horizonte; también a la mujer chilena que quiere paz y seguridad, y a los empresarios cuyo aporte es indispensable.
 
Todo el país cree que es una tarea inmediata crear ocupaciones y terminar o disminuir la cesantía que abruma y desespera a miles de hogares.
Todo el país ve con preocupación cómo se está destruyendo la clase media.
 
Todo el país cree que es necesario defender la industria, la minería y la agricultura nacionales. Nadie ignora los cambios operados en el mundo económico, la necesidad imperiosa de exportar y abrir nuestra economía, los están haciendo los países socialistas, capitalista o de economía mixta, y terminar con el exceso de proteccionismo y de los monopolios.
 
Pero otra cosa es lanzar a un país como el nuestro a una competencia en condiciones que no acepten ni resistan las más poderosas naciones.
 
Siempre se está diciendo que hay que temer al cambio.Este país sabe bien que las condiciones de la economía mundial son hoy muy diferentes a las de hace años, y su pueblo señores no está compuesto por insensatos incapaces de medir las nuevas realidades, sino por hombres responsables que durante decenios manifestaron su buen sentido común.
 
Sólo en las condiciones antes propuestas será posible establecer un diálogo abierto que permita perfeccionar y adicionar otros planteamientos básicos a los que yo he hecho.
 
La inmensa mayoría de los chilenos quiere vivir en paz y en orden; que se respeten sus derechos; que desaparezca el temor que corrompe las almas.
 
Estamos igualmente ciertos de que esa gran mayoría comprende que es necesario un consenso fundamental que permita rehacer toda nuestra vida democráticapolítica. Ningún partido solo puede echarse sobre los hombros esta tarea. Bastarían tres ejemplos para fundamentar esta afirmación.
 
Una comisión, llamada de Los 24, en la que participan hombres de todas posiciones, elaboraron las bases de una Constitución democrática llegando a pleno acuerdo sobre sus disposiciones. Hace pocos días 120 personalidades, profesores universitarios, hombres de ciencia, literatos, políticos de intachable pasado, han expresado al país su pensamiento. Su prestigio y sus nombres son garantías de que hay chilenos capaces de asegurar el porvenir; y a ellos se están agregando nuevas y valiosas adhesiones.
 
Por su parte, dirigentes representativos del mundo sindical, en un manifiesto reciente, han expresado su predisposición para concurrir a la suscripción de un pacto político-social que permita hacer un gobierno en paz y tranquilidad.
 
 
== La democracia no es el caos ==