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solamente pudo tinturarse en todas las ciencias generalmente, sino que supo y profesó cada una de ellas en particular, de modo que hizo creer á las gentes que solo á aquella se habia aplicado y dedicado de todo punto, igualando, y a veces excediendo á los mas hábiles facultativos.

Hallábase en su tiempo tan decaida la Arquitectura, que aunque habia de ella alguna noticia, era tan corrompida y distante de la nobleza y grandiosidad de los siglos Romanos, que nada bueno producia. Alberti fue el primero que intentó restaurar la pureza de este arte, y arrojando la barbarie de los siglos Góticos, introdujo el orden y la proporción, de suerte que fue llamado universalmente el Vitruvio Florentino. La fama que adquirió indujo al Papa Nicolao V á que se valiese de él para algunas fábricas de Roma, poniendo en él toda su confianza en virtud de las alabanzas que de su mérito le hizo Biondo Forlivese, sugeto á quien estimaba el Pontífice particularmente.

Hizo el diseño de la Iglesia de S. Francisco para Segismundo Pandolfo Malatesta, Señor de Rímino, la que se empezó año 1447, y fue uno de los mas suntuosos edificios de Italia. Se concluyó en 1550: y ya que el Vasari es tan prolijo en cosas de mucha menor importancia que esta, y en la descripción de este magnifico Templo fue escaseando las palabras, no obstante que pudo muy bien haber observado en el tiempo que estuvo en Rímino todas las partes de la fábrica, cuando pintó el S. Francisco para el Altar mayor; nosotros para suplir en parte esta negligencia, y para honrar en lo posible la memoria del Arquitecto, haremos aqui una sucinta relación de todo lo que nos pareció digno de notarse cuando vimos