Diferencia entre revisiones de «Crimen y castigo (tr. anónima)/Sexta Parte/Capítulo II»

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Línea 72:
Raskolnikof se puso en pie de un salto, permaneció asi un momento y se volvió a sentar sin pronunciar palabra. Ligeras convulsiones sacudían los músculos de su cara.
 
‑Sus labios vuelven a temblar como el otro díàdía ‑dijo Porfirio Petrovitch en un tono de cierto interés‑. Creo que no me ha comprendido usted, Rodion Romanovitch ‑añadió tras una pausa‑. Ésta es la razón de su sorpresa. He venido para explicárselo todo, pues desde ahora quiero llevar este asunto con franqueza absoluta.
 
‑Yo no soy el culpable ‑balbuceó Raskolnikof, defendiéndose como el niño al que sorprenden haciendo algo malo.
Línea 82:
Raskolnikof, con los codos en la mesa, se revolvía el cabello con las manos. Porfirio Petrovitch esperaba sin dar la menor muestra de impaciencia. De pronto, el joven dirigió al magistrado una mirada despectiva.
 
‑Vuelve usted a su antigua táctica, Porfirio Petrovitch. ¿NoseNo se cansa usted de emplear siempre los mismos procedimientos?
 
‑¿Procedimientos? ¿Qué necesidad tengo de emplearlos ahora? La cosa cambiaría si habláramos ante testigos. Pero estamos solos. Yo no he venido aquí a cazarle como una liebre. Que confiese usted o no en este momento, me importa muy poco. En ambos casos, mi convicción seguiría siendo la misma.