Diferencia entre revisiones de «Crimen y castigo (tr. anónima)/Tercera Parte/Capítulo VI»

Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
Sin resumen de edición
Línea 30:
‑¡Óyeme! ‑exclamó Rasumikhine, cogiendo de súbito a su amigo por un hombro‑. Hace un momento divagabas. Después de pensarlo bien, te aseguro que divagabas. Has dicho que la pregunta sobre los pintores era un lazo. Pero reflexiona. Si tú hubieses tenido «eso» sobre la conciencia, ¿habrías confesado que habías visto a los pintores? No: habrías dicho que no habías visto nada, aunque esto hubiera sido una mentira. ¿Quién confiesa una cosa que le compromete?
 
‑Si yo hubiese tenido «eso» sobre la conciencia, seguramente habría dicho que había visto a los pintores, y el piso abierto ‑lijo‑dijo Raskolnikof, dando muestras de mantener esta conversación con profunda desgana.
 
‑Pero ¿por qué decir cosas que le comprometen a uno?