Diferencia entre revisiones de «Ovidio Metamorfosis I»
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a nuevos cuerpos: dioses, estas empresas mías –pues vosotros los mutasteis–
aspirad, y, desde el primer origen del cosmos
hasta mis tiempos, perpetuo desarrollad mi poema.
uno solo era de la naturaleza el rostro en todo el orbe,
al que dijeron Caos, ruda y desordenada mole
Línea 26:
lo frío pugnaba con lo caliente, lo humedecido con lo seco,
lo mullido con lo duro, lo sin peso con lo que tenía peso. 20
pues del cielo las tierras, y de las tierras escindió las ondas,
y el fluente cielo segregó del aire espeso.
Línea 37:
y presa fue de la gravedad suya; el circunfluente humor 30
lo último poseyó y contuvo al sólido orbe.
esta acumulación sajó, y sajada en miembros la rehizo:
en el principio, la tierra, para que no desigual por ninguna
Línea 57:
nieve cubre, alta, a dos; otras tantas entre ambas colocó 50
y templanza les dio, al estar mezclada con el frío la llama.
y su peso que el del agua, más ligero, en tanto es él más pesado que el fuego;
allí también las nieblas, allí aposentarse las nubes
ordenó, y los que habrían de conmover, los truenos, las humanas mentes, 55
y con los rayos, hacedores de relámpagos, los vientos.
tuvieran el aire; apenas ahora se les impide a ellos,
cuando cada uno gobierna sus soplos por diverso trecho,
Línea 74:
De ello encima impuso, fluido y de gravedad carente,
el éter, y que nada de la terrena hez tiene.
cuando, las que presa mucho tiempo habían sido de una calina ciega, 70
las estrellas empezaron a hervir por todo el cielo,
Línea 81:
cedieron para ser habitaran a los nítidos peces las ondas,
la tierra a las fieras acogió, a los voladores el agitable aire. 75
faltaba todavía, y que dominar en los demás pudiera:
nacido el hombre fue, sea que a él con divina simiente lo hizo
Línea 95:
se vistió de las desconocidas figuras, transformada, de los hombres.
por sí misma, sin ley, la confianza y lo recto honraba. 90
Castigo y miedo no habían, ni palabras amenazantes en el clacado
Línea 120:
corrientes ya de leche, ya corrientes de néctar pasaban,
y doradas desde la verde encina goteaban las mieles.
bajo Júpiter el cosmos estaba, surgió la plateada prole,
que el oro inferior, más preciosa que el dorado bronce. 115
Línea 159:
la última de los celestes, la Astrea, las tierras abandona. 150
que aspiraron dicen al reino celeste los Gigantes,
y que acumulados levantaron hacia las altas estrellas sus montes.
Línea 173:
y violento fue: bien sabrías que de sangre habían nacido.
gime hondo, y, todavía no divulgados por recién cometidos,
los impuros banquetes recordando de la mesa de Licaón, 165
ingentes en su ánimo y dignas de Júpiter concibió unas iras,
y el consejo convoca: demora niguna contuvo a los convocados.
Láctea de nombre tiene, por su candor mismo notable.
Por ella el camino es de los altísimos hacia los techos del gran Tonante 170
Línea 188:
Éste lugar es, al que, si a las palabras la audacia se diera, 175
no temería yo llamar los Palatinos del gran cielo.
más excelso él por su lugar, y apoyado en su cetro marfileño,
terrorífica, de su cabeza sacudió tres y cuatro veces
Línea 210:
cuando contra mí, que el rayo, que a vosotros os tengo y gobierno,
ha levantado sus insidias, conocido por su fiereza, Licaón?”
tal reclaman: así, cuando una mano impía se ensañó 200
con la sangre de César para extinguir de Roma el nombre,
Línea 221:
Júpiter de nuevo con este discurso los silencios rompió:
Mas, qué lo cometido, cuál sea su satisfacción, os mostraré. 210
Había alcanzado la infamia de ese tiempo nuestros oídos;
Línea 258:
los que merecieron padecer, así consta mi sentencia, sus castigos.”
añaden. Otros sus partes con asentimientos cumplen. 245
Es, aun así, la perdición del humano género causa de dolor
Línea 269:
pueblo desemejante promete, de origen maravilloso.
pero temió que acaso el sagrado éter por causa de tantos fuegos
no concibiera llamas, y que el lejano eje ardiera. 255
Línea 279:
un castigo place inverso, a la raza mortal bajo las ondas 260
perder, y borrascas lanzar desde todo el cielo.
y a cuantos soplos ahuyentan a las congregadas nubes,
y suelta al Noto: con sus mojadas alas el Noto vuela,
Línea 300:
Había ordenado; ellos regresan, y de sus fontanas las bocas relajan,
y en desenfrenada carrera ruedan a las superficies.
tembló y con su movimiento vías franqueó de aguas.
Desorbitadas se lanzan por los abiertos campos las corrientes 285
Línea 331:
largos ayunos los doman, por causa del indigente sustento.
tierra feraz mientras tierra fue, pero en el tiempo aquel
parte del mar y ancha llanura de súbitas aguas. 315
Línea 367:
y, después de día largo, sus desnudadas copas las espesuras
muestran y el limo retienen que en su fronda ha quedado.
y que las desoladas tierras hacían hondos silencios,
Deucalión, con lágrimas brotadas, así a Pirra se dirige: 350
Línea 400:
di, Temis, por qué arte la merma del género nuestro
reparable es, y presta ayuda, clementísima, a estos sumergidos estados.” 380
y velaos la cabeza, y soltaos vuestros ceñidos vestidos,
y los huesos tras vuestra espalda arrojad de vuestra gran madre.”
Línea 414:
esa gran madre la Tierra es: piedras en el cuerpo de la tierra
a los huesos creo que se llama; lanzarlas tras la espalda se nos manda.”
su esperanza, aun así, en duda está: hasta tal punto ambos desconfían
de las celestes admoniciones; pero, ¿qué intentarlo dañará?
Línea 435:
De ahí que un género duro somos y avezado en sufrimientos
y pruebas damos del origen de que hemos nacido. 415
por sí misma los parió, después de que el viejo humor por el fuego
se caldeó del sol, y el cieno y los húmedos charcos
Línea 458:
les devolvió antiguas, en parte nuevos prodigios creó.
entonces te engendró, y de los pueblos nuevos, desconocida sierpe,
el terror eras: tan grande espacio de un monte ocupabas. 440
Línea 474:
sus sienes ceñía de cualquier árbol Febo.
le dio el azar ignorante, sino la salvaje ira de Cupido.
El Delio hacía poco, por su vencida sierpe soberbio,
Línea 548:
¡Ay de mí, que por ningunas hierbas el amor es sanable,
y no sirven a su dueño las artes que sirven a todos!”
huye, y con él mismo sus palabras inconclusas abandona,
entonces también pareciendo hermosa; desnudaban su cuerpo los vientos,
Línea 575:
el pie, hace poco tan veloz, con morosas raíces se prende,
su cara copa posee: permanece su nitor solo en ella.
siente todavía trepidar bajo la nueva corteza su pecho,
y estrechando con sus brazos esas ramas, como a miembros, 555
Línea 591:
asiente y, como una cabeza, pareció agitar su copa.
una espesura: le llaman Tempe; por ellos el Peneo, desde el profundo
Pindo derramándose, merced a sus espumosas ondas, rueda, 570
Línea 607:
y pronto los caudales otros que, por donde los llevara su ímpetu a ellos,
hacia el mar abajan, cansadas de su errar, sus ondas.
con sus llantos aumenta sus aguas, y a su hija, tristísimo, a Ío,
plañe como perdida: no sabe si de vida goza 585
o si está entre los manes, pero a la que no encuentra en ningún sitio
estar cree en ningún sitio y en su ánimo lo peor teme.
a ella y “Oh virgen de Júpiter digna y que feliz con tu
lecho ignoro a quién has de hacer, busca”, le había dicho, “las sombras 590
Línea 625:
cuando el dios, produciendo una calina, las anchas tierras
ocultó, y detuvo su fuga, y le arrebató su pudor. 600
y de que la faz de la noche hubieran causado unas nieblas voladoras
en el esplendor del día admirada, no que de una corriente ellas
Línea 650:
hasta que al Arestórida, para ser custodiada, la entregó, a Argos.
de donde por sus turnos tomaban, de dos en dos, descanso,
los demás vigilaban y en posta se mantenían.
Línea 694:
arrastra. Éll mismo, lejos, de un monte la sublime cima
ocupa, desde donde sentado otea hacia todas partes.
más tiempo soportar puede y a su hijo llama, al que la lúcida Pléyade
de su vientre había parido, y que a la muerte dé, le impera, a Argos. 670
Línea 716:
la flauta hacía poco había sido, en razón de qué fue descubierta.
“entre las hamadríadas muy célebre, las Nonacrinas, 690
náyade una hubo; las ninfas Siringe la llamaban.
Línea 742:
entre sí unidos, el nombre retuvieron de la muchacha.
los ojos se habían postrado, y cubiertas sus luces por el sueño.
Apaga al instante su voz y refuerza su sopor, 715
Línea 777:
se yergue, y teme hablar, no a la manera de la novilla 745
muja, y tímidamente las palabras interrumpidas reintenta.
Ahora que Épafo generado fue de la simiente del gran Júpiter por fin
se cree, y por las ciudades, juntos a los de su madre,
templos posee. 750
del Sol engendrado, Faetón, al cual, un día, que grandes cosas decía
y que ante él no cedía, de que fuera Febo su padre soberbio,
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