Diferencia entre revisiones de «Memnon, o la cordura humana»

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Confuso, absorto, y rendido al peso de su sentimiento, se volvia medio muerto á su casa, y al ir á entrar, la encontró llena de alguaciles y escribanos que cargaban con los muebles á nombre de sus acreedores. Paróse casi sin sentido debaxo de un plátano, y se encuentra con la linda dama de aquella mañana, que se andaba paseando con su amado tio, y que no se pudo tener de risa al ver á Memnon con su parche. Cerró la noche, y se acostó Memnon sobre un monton de paja, cerca de las paredes de su casa: entróle calentura, se aletargó con la fuerza de ella, y se le apareció en sueños un espíritu celestial; el qual era resplandeciente como el Sol, y tenia seis hermosas alas, pero sin piés, ni cabeza, ni cola, y no se parecia á cosa ninguna. ¿Quién eres? le dixo Memnon. Tu genio bueno, le respondió. Pues vuélveme, repuso Memnon, mi ojo, mi salud, mi caudal, mi cordura; y de seguida le contó de qué modo todo lo habia perdido aquel dia. Aventuras son esas, replicó el espíritu, que nunca suceden en el mundo donde nosotros vivimos. ¿En qué mundo vivis? le dixo el hombre afligido. Mi patria, respondió el genio, dista quinientos millones de leguas del Sol, y es aquella estrellita junto á Sirio, que estás viendo desde aquí. ¡Lindo pais! dixo Memnon. ¿Con que no teneis bribonas que engañan á los hombres de bien, ni amigos íntimos que les estafan su dinero y les sacan un ojo, ni deudores que quiebren, ni sátrapas que se rian de vosotros quando os niegan justicia? No, le dixo el morador de la estrella, nada de eso: no nos engañan las mugeresmujeres, porque no las hay;
no hacemos excesos de glotonería, porque no comemos; ni hay deudores
que quiebren, porque no tenemos plata ni oro; no nos pueden sacar los
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Díxole entónces Memnon: Señor ilustrísimo, ¿sin mozas y sin comer, en
qué pasais el tiempo? En cuidar, dixodijo el genio, de los demas globos
que estan á nuestro cargo, y yo soy venido á consolarte. ¡Ay! replicó
Memnon, ¿porqué no habéis venido la noche pasada, y me hubiérais
estorbado hacer tanto disparate? Porque estaba con Asan, tu hermano
mayor, le dixodijo el morador de los cielos, el qual es mas desventurado
que tú, habiendo su magestad el clemente rey de las Indias, en cuyo
palacio tiene la honra de estar empleado, mandádole sacar ámbos ojos
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Memnon arrancando un sollozo. Como no es posible, respondió el otro,
ser completamente inteligente, completamente fuerte, completamente
poderoso, ó completamente feliz. Nosotros mismos estamos muy distantes de serlo; un globo hay á la verdad donde todo eso se encuentra; pero todo va por grados en los cien mil millones de mundos sembrados en el espacio. En el segundo hay ménos placer y ménos sabiduría que en el primero; en el tercero ménos que en el segundo; y así se sigue hasta el postrero, donde todo el mundo es enteramente loco. Mucho me temo, dixodijo Memnon, que nuestro globo sea justamente esa casa de orates del universo, que vos decisdecís. No tanto como eso, dixo el espíritu, pero le anda cerca; y es preciso que cada cosa ocupe su sitio señalado. En tal caso, dixodijo Memnon, muy descaminados van ciertos poetas, y ciertos filósofos, que dicen que _todo está bien_. Razon llevan, dixo el filósofo del otro mundo, si contemplan la colocacion del universo entero. ¡Ha! replicó el pobre Memnon, eso no lo creeré miéntras fuere tuerto.