Diferencia entre revisiones de «Página:R.E.-Tomo III-Nro.09-Id.06.djvu/2»

 
Sin resumen de edición
Cuerpo de la página (para ser transcluido):Cuerpo de la página (para ser transcluido):
Línea 3: Línea 3:
Todas las teorías de la física, antes distintas, apartadas, á veces opuestas, hoy se estrechan y se funden: son rayos de luz que convergen á un foco. No hay progreso parcial que no refluya á los más lejanos extremos de la ciencia: todo descubrimiento en una teoría salva sus naturales límites y pasa á las demás: de este modo la concepción de Mayer sobre el calor ha trascendido hasta la misma química, y aún pugna por llegar á las altas regiones de la metafísica; así la hipótesis del éter condensa dentro de una misma unidad y reduce á un solo problema de mecánica, el calor, la luz, el magnetismo y todos los fenómenos eléctricos.
Todas las teorías de la física, antes distintas, apartadas, á veces opuestas, hoy se estrechan y se funden: son rayos de luz que convergen á un foco. No hay progreso parcial que no refluya á los más lejanos extremos de la ciencia: todo descubrimiento en una teoría salva sus naturales límites y pasa á las demás: de este modo la concepción de Mayer sobre el calor ha trascendido hasta la misma química, y aún pugna por llegar á las altas regiones de la metafísica; así la hipótesis del éter condensa dentro de una misma unidad y reduce á un solo problema de mecánica, el calor, la luz, el magnetismo y todos los fenómenos eléctricos.


Pero este extraordinario movimiento en que han tomado parte activa todas las naciones europeas, —ménos España por desgracia nuestra,— desgracia que no es maravilla , sino antes bien consecuencia, más que lógica, fatal, de nuestra historia; porque sin matemáticas la física no existe, y nuestra patria desde los árabes acá no ha tenido ni un matemático de primer órden, es decir, á la altura de Newton, Descartes, Pascal, Leibnitz, Bernouilli, Lagrange, Cauchy, etc. —este magnífico y extraordinario movimiento, repetimos, ni ha terminado, ni terminará hasta que se elabore por completo la gran síntesis de la época moderna, que ha de ser gloria de nuestra edad y asombro de las futuras.
Pero este extraordinario movimiento en que han tomado parte activa todas las naciones europeas, —ménos España por desgracia nuestra,— desgracia que no es maravilla, sino antes bien consecuencia, más que lógica, fatal, de nuestra historia; porque sin matemáticas la física no existe, y nuestra patria desde los árabes acá no ha tenido ni un matemático de primer órden, es decir, á la altura de Newton, Descartes, Pascal, Leibnitz, Bernouilli, Lagrange, Cauchy, etc. —este magnífico y extraordinario movimiento, repetimos, ni ha terminado, ni terminará hasta que se elabore por completo la gran síntesis de la época moderna, que ha de ser gloria de nuestra edad y asombro de las futuras.


Sin embargo, dos tendencias, entre otras varias menos importantes, se marcan ya; frente á frente se hallan, y aspiran al dominio exclusivo de la ciencia: séanos permitido, para terminar nuestro trabajo, dar una sucinta idea de cada una de ellas.
Sin embargo, dos tendencias, entre otras varias menos importantes, se marcan ya; frente á frente se hallan, y aspiran al dominio exclusivo de la ciencia: séanos permitido, para terminar nuestro trabajo, dar una sucinta idea de cada una de ellas.