Diferencia entre revisiones de «Las nanas infantiles»

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No olvidemos que el objeto fundamental de la nana es dormir al niño que no tiene sueño. Son canciones para el día y la hora en que en niño tiene ganas de jugar. En Tamames se canta:
 
:Duérmete, mi niño, <br>
:que tengo que hacer, <br>
:lavarte la ropa, <br>
:ponerme a coser. <br>
 
Y a veces la madre realiza una verdadera batalla que termina con azotes, llantos y sueño al fin. Nótese cómo al niño recién nacido no se le canta la nana casi nunca. Al niño recién nacido se le entretiene con el esbozo melódico dicho entre dientes, y en cambio, se da mucha más importancia al ritmo físico, al balanceo. La nana requiere un espectador que siga con inteligencia sus accidentes y se distraiga con la anécdota, tipo o evocación de paisaje que la canción
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por las melodías. Pero las melodías son dramáticas, siempre de un dramatismo incomprensible para el oficio que ejercen, yo he recogido en Granada seis versiones de esta nana:
 
:A la nana, nana, nana,<br>
:a la nanita de aquel<br>
:que llevó el caballo al agua<br>
:y lo dejó sin beber.<br>
 
En Tamames (Salamanca) existe ésta:
 
:Las vacas de Juana <br>
:no quieren comer; <br>
:llévalas al agua, <br>
:que querrán beber. <br>
 
En Santander se canta:
 
:Por aquella calle a la larga <br>
:hay un gavilán perdío <br>
:que dicen que va a llevarse <br>
:la paloma de su nío. <br>
 
Y en Pedrosa del Príncipe (Burgos):
 
:A mi caballo le eché <br>
:hojitas de limón verde <br>
:y no las quiso comer. <br>
 
Los cuatro textos, aunque de personajes diferentes y de sentimientos distintos, tienen un mismo ambiente. Es decir: la madre evoca un paisaje de la manera más simple y hace pasar por él a un personaje al que rara vez da nombre. Solamente conozco dos tipos bautizados en el ámbito de la nana: Pedro Neleira, de la Villa del Grado, que
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representación intelectual. En esta nana (la más popular del reino de Granada),
 
:A la nana, nana, nana, <br>
:a la nanita de aquel <br>
:que llevó el caballo al agua <br>
:y lo dejó sin beber..., <br>
 
El niño tiene un juego lírico de belleza pura antes de entregarse al sueño. Ese aquel y su caballo se alejan por el camino de ramas
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con su niño en la canción. En la región de Guadix se canta:
 
:A la nana, niño mío, <br>
:a la nanita y haremos <br>
:en el campo una chocita <br>
:y en ella nos meteremos. <br>
 
Se van los dos. El peligro está cerca. Hay que reducirse, achicarse, que las paredes de la chocita nos toquen en la carne. Fuera nos
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Hay algún ejemplo en España, Salamanca y Murcia, en el cual la madre hace de niño, al revés:
 
:Tengo sueño, tengo sueño, <br>
:tengo ganas de dormir. <br>
:Un ojo tengo cerrado, <br>
:otro ojo a medio abrir. <br>
 
Usurpa el puesto del niño de una manera autoritaria, y, claro está, como el niño carece de defensa, tiene forzosamente que dormirse.
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La actitud del niño en esta clase de nanas es casi siempre de protesta, más o menos acentuada, según su sensibilidad. Yo he presenciado infinidad de casos en mi larga familia en los cuales el niño ha impedido rotundamente la canción. Han llorado, han pataleado hasta que la nodriza ha cambiado, con gran disgusto parte de ella, el disco y ha roto con otra canción en la cual se compara el sueño del niño con el bovino rubor de la rosa. En Trubia se canta a los niños esta añada, que es una lección de desencanto.
 
:Crióme mi madre <br>
:feliz y contentu, <br>
:cuando me dormía <br>
:me iba diciendo: <br>
."¡Ea, ea, ea!, <br>
:tú has de ser marqués, <br>
:conde o cabaIleru"; <br>
:y por mi desgracia <br>
:yo aprendí a "goxeru". <br>
:Facía los "goxos" <br>
:en mes de Xineru <br>
:y por el verano <br>
:cobraba el dineru. <br>
:Aquí está la vida <br>
:del pobre "goxeru». <br>
:"¡Ea, ea, ea!", etc., etc. <br>
 
Oigan ahora ustedes esta nana que se canta en Cáceres, de rara pureza melódica, que parece hecha para cantar a los niños que no
tienen madre y cuya severidad lírica es tan madura que más bien parece canto para morir que canto para el primer sueño:
 
:Duérmete, mi niño, duerme, <br>
:que tu madre no está en casa, <br>
:que se la llevó la Virgen <br>
:de compañera a su casa. <br>
 
De este tipo existen varias en el norte y oeste de España, que es donde la nana toma acentos más duros y miserables. En Orense se canta otra nana por una doncella cuyos senos todavía ciegos esperan el rumor resbaladizo de su manzana cortada:
 
:Ora, ora, niño, ora; <br>
:¿quién vos hai de dar la teta <br>
:si tu pai va no monte <br>
:y tua mai na leña seca? <br>
 
Las mujeres de Burgos cantan:
 
:Échate, niño, al ron ron, <br>
:que tu padre está al carbón <br>
:y tu madre a la manteca <br>
:no te puede dar la teta. <br>
 
Estas dos nanas tienen mucho parecido. La antigüedad venerable de las dos está suficientemente clara. Ambas melodías están escritas en un tetracordo, dentro del cual desenvuelven su esquema. Por la