Diferencia entre revisiones de «Sahih Al Bujari: Prólogo»
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Desde su nacimiento en la Península árabe, el Islam fue una religión llamada a innovar al mundo. En un principio, el Profeta Muhammad (B y P) personalmente era el lazo que unía a Dios con los musulmanes a través de la revelación. El recitaba a los musulmanes el Sagrado Corán y les informaba sobre las obligaciones y las prohibiciones. Desde esa época ya se daba una clara diferencia entre el Corán, (la palabra de Dios), y las palabras del Profeta (B y P). Sabemos que el Profeta Muhammad (B y P) ordenó que se registre por escrito el Corán y se memorice en el corazon de los musulmanes. A la vez; prohibió que se registren sus palabras por escrito para evitar que se mezclen con el Corán, puro e incorruptible. Esto lo convirtió en la única fuente de toda guía divina.
Sin embargo, después de la muerte del Profeta Muhammad (B y P), los sahabis comenzaron a registrar los dichos y obras del Profeta (B y P), una vez que la Revelación había terminado y estaba claramente definido lo que era el Corán.
Y es así que las fuentes legales del Islam tomaron su forma actual; hoy podemos resumirlas en:
· El Sagrado Corán, la palabra de Dios.
· La Sunna, conformada por innumerables relatos de dichos y obras del Profeta Muhammad (B y P); (los hadices). Estos, venían a reemplazar la persona del fallecido Profeta (B y P) describiendo precisamente su carácter, apariencia y costumbres.
· Al Iÿmâ’, el consenso de los sahabas del profeta (B y P) o de las primeras tres generaciones de musulmanes.
· Al Qiâs, el razonamiento analógico para trasladar un veredicto legal a otro caso similar al original.
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