Diferencia entre revisiones de «Las metamorfosis: Libro III»

Contenido eliminado Contenido añadido
Línea 262:
===Júpiter, Sémele y Baco===
 
El rumor en ambiguo está: a algunos más violenta de lo justo
les pareció la diosa, otros la alaban y digna de su severa
virginidad la llaman; las partes encuentran cada una sus causas. 255
Sola de Júpiter la esposa no tanto de si lo culpa o lo aprueba
diserta, cuanto del desastre de la casa nacida de Agenor
se goza, y, de su tiria rival recabado, transfiere
de su estirpe a los socios su odio: sobreviene, he aquí, que a la previa,
una causa reciente, y se duele de que grávida de la simiente del del gran 260
Júpiter esté Sémele. Entonces su lengua en disputas desata:
«¿He conseguido qué, pues, tantas veces con las disputas?», dijo.
«A ella misma de buscar yo he; a ella, si máxima Juno
ritualmente me llamo, la perderé, si a mí con mi diestra, de gemas guarnecidos,
los cetros sostener me honra, si soy reina, y de Júpiter 265
la hermana y la esposa -cierto la hermana-. Mas, pienso yo, 'con el hurto se ha
contentado ella, y del tálamo breve es la injuria nuestro':
ha concebido, esto faltaba, y manifiestos los crímenes lleva
en su útero pleno, y madre, lo que apenas a mí me ha tocado, del único
Júpiter quiere hacerse: tanta es su confianza en su hermosura. 270
Que la engañe a ella haré, y no soy Saturnia, si no,
por el Júpiter suyo sumergida, penetra en las estigias ondas».
Se levanta tras esto de su solio y en una fulva nube recóndita
al umbral acude de Sémele y no las nubes antes eliminó
de simularse una vieja y de ponerse a las sienes canas 275
y surcarse la piel de arrugas y curvados con tembloroso
paso sus miembros llevar; su voz también la hizo de vieja,
y la propia era Béroe, de Sémele la epidauria nodriza.
Así pues, cuando buscada conversación y mucho tiempo hablando
al nombre vinieron de Júpiter, suspira y: «Pido 280
Júpiter que sea», dice, «temo, aun así, todo: muchos
en nombre de los divinos en tálamos entraron pudorosos.
Y no, aun así, que sea Júpiter bastante es; dé una prenda de su amor,
si sólo el verdadero éste es, y tan grande y cual por la alta
Juno es recibido, tan grande y tal, pedirásle, 285
te dé a ti sus abrazos, y sus insignias antes coja».
Con tales palabras a la ignorante Cadmeida Juno
había formado: le ruega ella a Júpiter, sin nombre, un regalo.
A la cual el dios: «Elige», le dice, «ningún rechazo sufrirás,
y para que más lo creas, del estigio torrente también cómplices 290
han de ser los númenes: el temor y el dios él de los dioses es».
Alegre con su mal y demasiado pudiendo y próxima a morir de su amante
por la complacencia, Sémele: «Cual la Saturnia», dijo,
«te suele abrazar, de Venus cuando al pacto entráis,
date a mí tal». Quiso el dios la boca de quien hablaba 295
tapar: había salido ya su voz apresurada bajo las auras.
Gimió hondo, y puesto que ni ella no haber deseado, ni él
no haber jurado puede, así pues, afligidísimo, al alto
éter ascendió y con su rostro obedientes a las nubes
arrastró, a las que borrascas, y mezclados relámpagos con vientos 300
añadió y truenos y el inevitable rayo.
Con todo, hasta donde puede, fuerzas a sí quitarse intenta
y no con el fuego que al centímano había derribado, a Tifeo,
ahora ármase con ése: demasiada fiereza en él hay.
Hay otro más leve rayo, al que la diestra de los Cíclopes 305
de violencia y de llama menos, menos añadió de ira:
armas segundas los llaman los altísimos; los empuña a ellos y en la casa
entra Agenórea. El cuerpo mortal los tumultos
no soportó etéreos, y con los dones conyugales ardió.
Inacabado todavía el pequeño, del vientre de su genetriz 310
es arrebatado y, tierno, si de creer digno es, cóselo dentro
de su paterno muslo y los maternos tiempos completa.
Furtivamente a él en sus primeras cunas Ino, su tía materna,
lo cría, después, dado a ellas, las ninfas Niseidas en las cavernas
lo ocultaron suyas y de leche alimentos le dieron. 315
 
===Tiresias===