Diferencia entre revisiones de «Crimen y castigo (tr. anónima)/Sexta Parte/Capítulo VIII»

Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
Sin resumen de edición
Línea 32:
Sin embargo, las lágrimas de Sonia le habían conmovido; sentía una fuerte presión en el pecho.
 
«Pero ¿qué razón hay para que esté tan apenada? ‑pensó‑. ¿Qué soy yo para ella? ¿Por qué llora y quiere acompañarme, por lejos que vaya, como si fuera mi hermana o mi madre? ¿Querrá ser mi criada, mi niñera...?u
 
‑Santíguate... Di al menos unas cuantas palabras de alguna oración ‑suplicó la muchacha con voz humilde y temblorosa.
Línea 120:
Raskolnikof empezó a temblar. El «teniente Pólvora» estaba ante él. Había salido de pronto de la tercera habitación.
 
« Es el destino ‑pensó Raskolnikof‑. ¿Qué hace este hombre aquí?»
 
‑¿Viene usted a vernos? ¿Con qué objeto?
Línea 164:
Raskolnikof se estremeció.
 
‑¿Svidrigailof? ¿Se ha matado Svidrigailof?‑‑exclamó ‑exclamó.
 
‑¿Cómo? ¿Le conocía usted?