Diferencia entre revisiones de «Discurso de Eduardo Frei de la Patria Joven»

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Línea 13:
En una hora en que muchos chilenos dudaban en el destino de su propia patria, en una hora en que muchos creían que nuestra nación había perdido vitalidad, y que no tenía mensaje que enseñar, en una hora en que muchos temblaban y comenzaban a preparar su fuga de Chile, en una hora en que parecía para muchos que este país se desintegraba y en el corazón de tantos y tantos pobres había como una especie de amargura y escepticismo sobre las instituciones, las leyes y los hombres que dirigían su patria, ustedes han traído una respuesta, respuesta que es una afirmación de fe frente a la duda, que es una afirmación de valor frente a la cobardía.
 
Y esta respuesta no podría darla un hombre. La tenía que dar Chile. Y como todas las cosas grandes, que dejan una honda huella en la historia y que traducen realmente el alma de una nación, comenzó esta marcha tan sencillamente. Me pregunto: ¿eran doce?, ¿o eran veinte los que partieron, cuando surgió esta idea, cuando German Becker la echó a andar? Eran tan pocos, que algunos pensaron que Ésteéste sería un simple caminar de juventud; apenas tal vez un acto de propaganda, acaso un signo de entusiasmo juvenil. Pero bruscamente, como la luz que atraviesa las tinieblas, el pueblo se comenzó a encontrar en ustedes y empezaron a salir las gentes a los caminos, a las plazas y a las calles. ¡Allá vienen!, decían y salían con banderas, pero sobre todo, con el corazón, a recibirlos a ustedes, muchachos de Chile, que en esta hora respondieron por Chile y transformaron a Chile. ¡Gracias! ¡Gracias!, ustedes han hecho más, yo diría que han integrado la patria. Han integrado su geografía. Ustedes, muchachos del norte, traen la lección del heroísmo. En sus pies hay sal de la pampa y polvo del desierto y en vuestra piel, impregnados, el cobre y el hierro, el salitre y la plata. Es el norte que llega.
 
Ustedes, muchachos del sur, con sus canciones, han conmovido a las viejas araucarias y a los milenarios alerces, cuyos troncos calcinados parecen al viajero cementerios de heroes antiguos. Traen ustedes en su mirada los lagos, los ríos y los bosques, y en sus manos, los frutos de nuestra tierra.
Línea 21:
Ustedes traen esta lección a Chile, que muchas veces empequeñecido no se da cuenta de que tiene un territorio que amar, como un amigo querido. Ustedes nos traen un mensaje. Vamos a construir una nueva patria. Ahí está la tierra y el artesano. Ahí está nuestro Chile, en una nueva expresión de solidaridad humana y de justicia social. Ese es el mensaje de ustedes, mensaje que no nace de ningún mandato de afuera, sino que resuena en los pasos de nuestros propios pies, sobre nuestro propio suelo chileno. Por eso ustedes están aquí y han traído no sólo el mensaje de la tierra, la montaña y el mar. Han traído también el clamor de la gente de Chile.
 
¿Por qué esta multitud nunca igualada en la historia de Chile? ¿Cuántos hay aquí? ¿Trescientos o cuatrocientos mil? ¿Quién puede contarlos? ¿QuiÉnQuién puede desafiar la realidad con la propaganda? ¿Por qué están? Porque ustedes son la respuesta, son el mensaje, son el clamor de Chile.
Este movimiento y este hombre que está aquí para hablarles, representan la realización de grandes tareas en el porvenir de la patria. Tareas que significan una revolución en libertad. Una transformación profunda de Chile. Respaldada por la presencia de ustedes nunca como ahora mi voz ha tenido una autoridad, porque es la voz del pueblo de Chile.