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algunas veces la descrita primero, como la especie y la otra como la variedad. Pero surgen á veces casos de gran dificultad, que yo no enumeraré aquí, al decidir si hay que clasificar ó no una forma como variedad de otra, aun cuando estén estrechamente unidas por lazos intermedios; ni siempre resolverá la dificultad la naturaleza de las formas intermedias que se suponen comunmente híbridas. En muchísimos casos, sin embargo, se coloca una forma como variedad de otra, no porque se hayan encontrado los lazos intermedios, sino porque la analogía lleva al observador á suponer, bien que existen en alguna parte, bien que han existido antes, y aquí hay una puerta abierta para la entrada de la duda y de las conjeturas.
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ORIGEN DE LAS ESPECIES
De aquí que al determinar si una forma debe ser considerada como especie ó como variedad, la única guía segura parece ser seguir la opinion de los naturalistas de sano juicio y mucha experiencia; en muchos casos nos es preciso, sin embargo, decidir segun la mayoría de los naturalistas, porque pocas son las variedades bien señaladas y conocidas que no hayan sido colocadas como especies, al ménos por algunos jueces competentes.
algunas veces la descrita primero, como la especie y la otra co-

mo la variedad. Pero surgen á veces casos de gran dificultad,
Que variedades de esta naturaleza distan mucho de ser cosa rara, no puede disputarse. Compárense las varias floras de la Gran Bretaña, de Francia o de los Estados Unidos trazadas por diferentes botánicos, y véase qué sorprendente es el número de formas que han sido colocadas por un botánico como buenas especies y por otro como meras variedades. Mr. H. C. Watson, al cual debo gratitud por haberme ayudado de todos modos, me ha señalado ciento ochenta y dos plantas inglesas que, generalmente son consideradas como variedades, y que todas han sido colocadas como especies por botánicos; y al hacer esta lista ha omitido muchas variedades insignificantes, pero que, sin embargo, han sido clasificadas como especies por algunos botánicos, y ha omitido por entero varios géneros polimorfos. En los géneros que comprenden las formas más polimorfas, dá Mr. Babington doscientas cincuenta y una especies, mientras que Mr. Benthan da solamente ciento doce ¡una diferencia de ciento treinta y nueve formas dudosas! Entre los animales que se juntan para cada nacimiento y que cambian mucho de lugar, raramente pueden encontrarse dentro del mismo país formas dudosas colocadas por un zoólogo como especie, y por otro
que yo no enumeraré aquí, al decidir si hay que clasificar ó
no una forma como variedad de otra, aun cuando estén estre-
chamente unidas por lazos intermedios; ni siompre resolverá
la dificultad la naturaleza de las formas intermedias que se
suponen comunmente híbridas. En muchísimos casos, sin em-
bargo, se coloca una forma como variedad de otra, no porque
se hayan encontrado los lazos intermedios, sino porque la ana-
logía lleva al observador á suponer, bien que existen en alguna
parte , bien que han existido antes, y aquí hay una puerta
abierta para la entrada de la duda y de las conjeturas.
De aquí que al determinar si una forma debe ser considerada
como especie ó como variedad, la única guia segura pareco
ser seguir la opinion de los naturalistas de sano juicio y mu-
cha experiencia; en muchos casos nos es preciso, sin embargo,
decidir segun la mayoría de los naturalistas, porque pocas
son las variedades bien señaladas y conocidas que no hayan
sido colocadas como especios, al menos por algunos jueces
competentes.
Quo variedades de esta naturaleza distan mucho de ser
cosa rara, no puede disputarse. Compárense las varias lloras
de la Gran Bretaña, de Francia o de los Estados Unidos trazadas
por diferentes botánicos, y véase qué sorprendente es el número
de formas que han sido colocadas por un botánico como buenas
especies y por otro como meras variedades. Mr. II. C. Watson,
al cual debo gratitud por haberme ayudado de todos modos,
me ha señalado ciento ochenta y dos plantas inglesas que, ge-
neralmente son consideradas como variedades, y que todas han
sido colocadas como especies por botánicos; y al hacer esta lista
ha' omitido muchas variedades insignificantes, pero que, sin
embargo, han sido clasificadas como especies por algunos bo-
tánicos, y ha omitido por entero varios géneros polimorfos.
En los géneros que comprenden las formas más polimorfas, dá
Mr. Babington doscientas cincuenta y una especies, mientras
que Mr. Benthan da solamente ciento doce ¡una diferencia de
ciento treinta y nueve formas dudosas! Entre los animales que
se juntan para cada nacimiento y que cambian mucho de lugar,
raramente pueden encontrarse dentro del mismo país formas
dudosas colocadas por un zoólogo como especie, y por otro