Diferencia entre revisiones de «Página:¡¡Maldito dinero!! (1857).pdf/31»

(Sin diferencias)

Revisión del 00:39 14 jun 2021

Esta página ha sido corregida
— 29 —

V., pues bien, ensáyese ya que todo lo peor que puede sucedernos es, no el que se provoque un mal, sino el que deje de realizarse un bien.

—Desde luego es ya un mal y bien grave, que un pueblo pierda una esperanza; sin contar con que el Gobierno anunciará la supresion de algunos impuestos confiando en un recurso que ha de desvanecerse forzosamente. Su observacion de V. tendria alguna fuerza, si despues de la emision de billetes y de su depreciacion, el equilibrio de todos los valores se restableciera instantánea y simultáneamente para todos los productos y en todos los puntos del territorio. Si no sucediera mas que esto, todo ello no pasaria de una mistificacion general en que, lo mejor que podriamos hacer, seria reirnos unos de otros; pero por desgracia no es este el resultado. Ya se ha hecho varias veces la esperiencia, y siempre que un déspota ha querido alterar la moneda.....

—¿Pero quién habla de alterar la moneda?

—¡Oh! ¡Dios mio! Entre forzar á todo el mundo á que reciba en pago de cualquier producto, trozos de papel que se han bautizado oficialmente con el nombre de francos, ú obligar á que se admita por el peso de cinco gramos una moneda, que no pesa mas que dos, por que se le ha querido llamar franco, no sé que es peor. No hay argumento favorable á la creacion de asignados, que no pueda repetirse en defensa de la moneda legal. En efecto, bajo el punto de vista que miraba V. el problema ha un instante, multiplicar los instrumentos de cambio es multiplicar los cambios y por consiguiente, debe creerse que lo mas sencillo es duplicar el número de escudos, y dar á cada uno legislativamente el nombre primitivo. Pues bien, siempre que esto se haga la depreciacion es infalible. Ya creo ha-