Diferencia entre revisiones de «El combate de la tapera»

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Línea 26:
Viendo esto el sargento Sanabria gritó con voz pujante:
 
—¡Alto!
—Alto!
 
El destacamento se paró.
Línea 50:
Empezaban afanosamente a rehacerlos, en cuclillas, apoyadas en las piernas de los hombres, cuando caía ya la noche.
 
—Nadie pite—dijo el sargento—. Carguen con poco ruido de baqueta y reserven los naranjeros hasta que yo ordene... ¡Cabo Mauricio! Vea que esos mandrias no se duerman si no quieren que les chamusquee las cerdas... ¡Mucho ojo y la oreja parada!
 
—Descuide, sargento—contestó el cabo con gran ronquera—; no hace falta la advertencia, que aquí hay más corazón que garganta de sapo.
Línea 68:
—Dales chinaza a los de avanzada, sin pijotearles.
 
Ciriaca se encaminó a saltos, evitando las “rosetas”, agachoseagachóse y fue pasando el “chifle” de boca en boca.
 
Mientras esto hacía, el dragón de un flanco le acariciaba las piernas y el otro le hacía cosquillas en el seno, cuando ya no era que le pellizcaba alguna forma más mórbida, diciendo: “luna“¡luna llena!”.
 
—¡Te ha de alumbrar muerto, zafao!—contestaba ella riendo al uno; y al otro:—¡largá lo ajeno, indino!; y al de más allá:—¡a ver si aflojás el chisme, mamón!
Línea 78:
—¡Poca vara alta quiero yo!—gritó el sargento con acento estentóreo—.Estamos para clavar el pico, y andan a los requiebros, golosos. Apartate Ciriaca, que aurita no más chiflan las redondas!
 
En ese momento acrecentoseacrecentóse el rumor sordo, y sonó una descarga entre voceríos salvajes.
 
El pelotón contestó con brío.