Diferencia entre revisiones de «Página:Las siete tragedias de Sófocles - Biblioteca Clásica - CCXLVII (1921).pdf/103»
→No corregido: Pre-formateo de texto |
(Sin diferencias)
|
Revisión del 01:10 9 may 2021
ORESTES.— Me ves cuando los dioses me han obligado a venir...
Electra.—Me acabas de dar una noticia mucho más grata que la anterior , si es que efectivamente el dios te hizo venir a casa; pues todo esto lo tengo yo como cosa divina .
Orestes.—Por una parte temo cohibirte en tu ale gria , y siento por otra ver que te dejas arrebatar por el gozo .
Electra.—¡ Ah !, ya que después de tanto tiempo te has decidido a este tan deseado viaje para mostrarte en mi presencia , no quieras , cuando tan llena me ves de aflicción ...
Orestes.—¿Qué quieres que no haga?
Electra.—Privarme del placer de contemplar tu hermosa cara .
Orestes.—No ciertamente , y me enojaria si otros quisieran privarte .
Electra.—¿Estás de acuerdo conmigo?
Orestes.—¿Cómo no?
Electra.—¡Amigas! Oi la voz que nunca esperaba oir ; ni creia tampoco en mi desdicha, que hubiera po dido contener, ni en silencio ni a gritos , el estallido de mis sentimientos al oirla ; pero ya te tengo : me apa reciste con esa hermosísima cara que yo ni en mis des gracias he olvidado .
Orestes.—Déjate ahora de todo discurso inútil y no me digas si la madre es mala , ni si Egisto dilapida nues tro patrimonio y lo despilfarra y derrocha vanamente ; pues la conversación nos haria perder la oportunidad . Lo que convenga hacer en el momento presente es lo que me has de decir: dónde me oculto o dónde me presento para lograr con mi venida que los enemigos