Diferencia entre revisiones de «Página:Las siete tragedias de Sófocles - Biblioteca Clásica - CCXLVII (1921).pdf/77»

→‎No corregido: Pre-formateo de texto
(Sin diferencias)

Revisión del 01:02 9 may 2021

Esta página no ha sido corregida
57
ELECTRA

robusto ramo que con sus hojas ha cubierto de sombra todo el suelo de Micenas . Esto he oido contar a uno que se hallaba presente cuando ella exponia su sueño al Sol . Ya no sé más, sino que me envia por mor del miedo . Ahora , por los dioses lares te suplico que me obedez cas y no caigas en la insensatez; pues si me desatien des vas a caer en nuevas desgracias .

Electra.—Pues , querida , de todo eso que llevas en las manos no pongas nada en la tumba del padre . Por que ni es justo ni piadoso que deposites en ella las obla ciones fúnebres de esa odiosa mujer, ni que ofrezcas sus libaciones al padre . Échalo todo al viento, u ocúl talo profundamente en la tierra , de modo que nada de ello pueda llegar a la tumba del padre, sino que le sir van a ella cuando muera como de salvaguardia para el infierno . Porque si esa mujer no fuese la más im pudente de todas las nacidas , nunca habria tenido la osadia de derramar libaciones en la tumba de aquel a quien ella misma mató . Considera tú , si te parece , como puede el cadáver que yace en el sepulcro recibir con agrado las ofrendas de esa que le asesinó ignominiosa mente , le mutiló como si fuera enemigo y, para purifi carse, en la cabeza de él limpió las manchas ( 1 ) . ¿Crees acaso que envia esas ofrendas en descargo de su parri cidio? No es posible . Tiralas , pues . Córtate en cambio un rizo de tu cabello , y con otro del de esta desgracia da- poco es, pero es lo único que tengo – ofrécele este desaliñado cabello y también mi cinturón , aunque no ( 1 ) Según el escoliasta y los antiguos lexicógrafos, los asesinos creían librarse de las represalias a que su crimen les exponía, cor tando a sus víctimas las extremidades de los miembros, que les ataban en seguida debajo de las axilas. Y lavando al mismo tiempo sobre la cabeza de la víctima el instrumento homicida, creían así echar sobre ella la responsabilidad de la sangre derramada.