Diferencia entre revisiones de «Descripción Geográfico-Moral de la Diócesis de Goathemala/Tomo 1/Jocotan»

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Que de los tres Pueblos se hàn quexado del demaciado rigor de su corregidor, tequiandolos en sus personas, y cavallerias para eviar viveres al golfo, sin pagarles lo que se debe; y que dos años há les quitaron con violencia sus maizes, frejoles, y gallinas; por lo que experimentaron dos años de ambre calamitosa, en que muchso murieron y muchos desampararon sus Pueblos; Y que padecen mucho en el violento reparto de algodon, que les haze; de suerte, que las Yndias trabajan todo el año para el corregidor, sin poder hacer cosa alguna para sus maridos; y que semejantes violencias les haze sufrir un teniente que tiene en Jocotàn.
== Reflexiones. ==
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{{grandeinicial|Q}}uando el Señor Presidente pasó á Omoa, trancitó por la Valle de Copán frondosa, y mui fructifera para todo genero de siembras, y tambien de tabacos podria aumentarla, dixo á sus moradores alguna cosa; estos, disimulando sus Ydeas, pues en lo que menos pienzan es en Dios, y en el Rey, ocupados enteramente de su libertad, ofrecieron una gran siembra de tabacos; pero á condicion, de que havian de gabricar Yglecia,
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y poner ministro que los asistiera. En efecto hicieron esta suplica vagamente, sin otro efecto; pues habiendoles ofrecido la licencia, ya no se hablò mas palabra.
 
El verdadero concepto de esta ocurrencia es; que notarian en el Señor Presidente alguna inclinacion á poner {{abbr|dha|dicha}} Valle en la devida formalidad, como ciertamente se debiera poner; y para que no se llebara á efecto, pensaron en pedir Yglecia, y ministro, y que hasta que lo huviera no se hablàra mas, ni de orden de vecindario, ni de tabacos, por que no podian estar asistidos en lo espiritual; pero despues que aumentarian copiosamente la Real hazienda, por que el territorio era mui proporcionado para este fruto.
 
Como estoy tan curtido en estos enrredos, mentiras, y trampas con que esta especie de gente ilude todas las leyes Eccleciasticas, Reales, y Divinas; no dexé de alabar el artificio que me havía yá sucedido en semejante caso (como dixe en la Parroquia de San Agustin de la Real Corona) y persuadirme desde luego, que para evitar que el Señor Presidente no los pusiera en orden de Pueblo; hallaron el medio, de que, primero se havia de pensar en Yglecia, y Ministro; pero sin otro objeto, que no tener jamàs ni ministro, ni Yglecia ni pueblo, ni union, sino puramente libertad, y ninguna sugecion.
 
De esto se tratará con mas claridad en el lugar citado, por aora baste decir, que es mui verisimil haya mas gente, que la que aparece en las respuestas del cura; por que diez y ocho familias que en ellas suenan, y pobres, no son bastantes para tantos tabacos para edificar Yglecia, y dotar ministro, ni para establecer Pueblo.
 
No parandome en varias cosas, que pudiera reflexionar sobre las respuestas del cura en orden al tedio, que manifiestan los Yndios para oir missa, y las pocas personas, que concurren á ella, y explicacion de la doctrina christiana; sobre lo poco, que le imprime el hallarse tantos casados separados de sus consortes, cuios vicios estàn tocados en varias Parroquias, por ser generales en todas; paso al retardamiento en bautizar á los Niños, sobre lo que me pidió remedio, y con esto pude instruirme en el asunto, que me tenia con algun cuidado, no hallando el verdadero fundametno de este abuso general en todo el Arzobispado.
 
Dixe al cura; que para tomar el remedio proporcionado al abuso del retardamiento de los bautismos de los Parbulos, me dixera, que juicio tenia sobre el asunto, á que me respondió; que por derechos Parroquiales, perciven los curas quatro Reales de los Niños, que se bautizan; y que estos quatro Reales, solamente se persiven en los bautismos solemnes; que los Yndios estàn en la comprehencion, que el tiempo mas arriesgado de que mueran los Niños son los quatro, seis, ó mas meses desde su nacimientos; con cuyo motivo, por escusar los quatro Reales, por si mueren, no quieren bautizarlso en esse tiempo; pero pasado yá, los presentan por creer, que yá no corren riesgo de morir. Ynstele á que me manifestara si tenia algun otro fundamento, y me dixo que no.
 
De que infiero lo primero, que no creo sea este el motivo; por que en esta parte creo ciertamente que los curas no permitirian por el ruin interez de quatro reales exponer à que murieran los Niños sin ser bautizados; antes bien me persuado, que por evitar esste riesgo, y por que los Yndios no los presentarian hasta el tiempo, que les
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há prefixado su capricho, se hán dado á partido de bautizarlso insolemnemente.
 
Mueveme á esto lo que dice este cura, y él que há {{abbr|dho|dicho}} que los lleven á bautizar aunque nada le den. Mueveme lo que yà dixé en otra parte, sobre lo que me sucedio con un examinador, que havia sido cura en dos Parroquias; pues hablando de esta practica, replicar, que de lo contrario no querrian los Yndios bautizar á sus hijos, y replicò hasta, que mandé que no se hablára en semejante asunto. Mueveme el que muchos Yndios no repararian en dar en los quatro Reales, ni aún los dan ellos, sino los Padrinos. Mueveme la tenacidad con que hán de hacerse todas las cosas como ellos quieren, y que hàn de pervalecer sus costumbres contra todas las leyes; y una vez que la hàn hecho, de que se bautizen assi los Niños, y hay sobrada ignorancia en muchos curas; no es estraño creer, que se persuadan, que pueden hazerlo assi. Y en suma me mueven otros fundamentos, que suprimo, por no ser cansado en el asunto.
 
Yniero lo segundo; que en las valles, y vegas, de que habla el cura, ninguno hay, que sepa administrar el bautizmo en caso de nececidad; por que si huviera alguno, no havria el riesgo, que dice, de que murieran los Niños sin ser bautizados.
 
Suspendase para no errar el juicio, en el asunto; y encaso de haverse de formar entiendo; que lo mas verisimil es, el que miran con mucha indeferencia los Sacramentos, y se ponen en poca pena de recivirlos, ó no recivirlos.
 
Sobre este principio, que es mui verisimil, si huviera de decir mi dictamen es; que como estos micerables no tienen la instruccion competente sobre las verdades del christianismo, ni aparece medio como puedan tenerla en las presentes circunstancias, permite Dios por sus altos juicios ciertos excesos, ocn que podamos ver con toda claridad quanto falta para asegurarnos de la Religion; por que la indeferencia, quando menos, o la repugnancia, que tienen estos micerables al Christianismo, llena de oprobio aùn lo mas sagrado de ella, que es los Sacrametnos; el bautizmo, como se recive, es como quieren, sin las solemnidades de la Yglecia.
 
La confirmacion en unas partes no quieren recivirlo, por que dicen, que enferman; en otras la reciben muchas veces, por tener muchos compadres. La comunion es mui frequentemente á fuerza, y entre varios abusos. La penitencia sin dispocicion alguna, y tambien por fuerza. La extrema-uncion del mismo modo. El orden sacerdotal no lo recive, ni quiere Yndio alguno en esta {{abbr|Arpado|Arzobispado}}. El matrimonio entre deshonestidades, sin saber lo que se reciven, y sin mas voluntad, que la del cura, y de sus Padres de todo lo qual nacen inumerables desordenes de separaciones, incestos, adulterios, y la ninguna crianza de los hixos; sentando todo sobre el fundamento, que hán de casarse á los doce y catorze años; por que desde essa edad viven amancevados y dados ál a lu=
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xuria: como si semejantes matrimonios, en vez de extinguir este fuego, no fuera el medio mas eficaz para avivarlo, como lo está enseñando (ojala no lo enceñara tanto) la experiencia.
 
Aunque este cura dice lo bastante del correxidor desde este Partido, para que no se tuviera por ageno, en quien solamente desea algun remedio para lo espiritual, y Eccleciastico, introducirse en este punto; con todo por mirarlo ageno de mi idea, é inspeccion solo dire; que las violencias, que usan algunos corregidores, y Alcaldes mayores ceden en gravissimo perjuicio aun del bien espiritual de los Yndios; por que dominados del espiritu de codicia, todo lo atropellan por aumentar los caudales; de modo, que abrumados de tales extorsiones, mueren muchos, y otros abandonan sus Pueblos, y familias como se vé en esta, y en algunas otras Parroquias.
 
De aqui pasan á varias questiones con los curas; por que desearian, que estos no persivieran utilidad alguna de los Yndios para cargar ellos con todo; con este motivo trahen varias acusasiones á la Audiencia; apartando, que los curas se exceden en la percepcion de sus derechos; con lo que aburridos estos, ni cobran lo que les pertenece, ni faborecen á los Yndios contra las violencias de lso Alcaldes mayores; por que por lo comun el juicio, que se forma es que estan llenos de codicia los curas, y los Alcaldes que proceden con equidad, y justificacion; no queriendo ver un argumento tan debuelto como es, el que los curas aùn con ren tas proporcionadas, nada les sobra en muchos años de vida; y los Alcaldes con rentas escasas, y en cinco años de govierno hacen tantos caudales, que ni aùn parece creible. Que consequencias nacen de este desorden apenas las podra saver, sino solo Dios, que las permite por fines que ignoramos los hombres.
 
Noto; que la negociacion, de que se habló arriva, no se justificó; y hay indicios de haver sido acusacion maliciosa; pero el Provisor tuvo por conveniente apercevirlo, y aùn multarlo en 100 pesos, para evitar talvez un pleito muy largo, y odioso.