Diferencia entre revisiones de «Nativa/XIX»

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{{encabezado|título=[[Nativa]] : 19<br>Una carga en dispersi&oacute;n|[[Eduardo Acevedo Díaz]]}}
|autor=[[Eduardo Acevedo Díaz]]
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<p>Dos d&iacute;as despu&eacute;s de este episodio y al rayar del &uacute;ltimo, sentados se encontraban junto a un fog&oacute;n Cuar&oacute;, Esteban y uno de los dos &laquo;tapes&raquo; que viv&iacute;an como agregados al vivac; y al rededor de otro, algo m&aacute;s lejos, -encendido al lado de un segundo alojamiento-, Ladislao, Mercedes y la mujer del guaran&iacute; ausente a esa hora. Luis Mar&iacute;a no se hab&iacute;a levantado a&uacute;n. Bajo el follaje y los trinos y gorjeos de mil pajarillos que saludaban la luz, desde el canto de la calandria, del sabi&aacute;, del cardenal, del tordo, del jilguero, del dorado, los arrullos de la paloma, los silbos de la perdiz de monte, los gritos estridentes de los horneros y gargantillas, hasta los ronquillos baturrillos filarm&oacute;nicos de la ratonera, la urraca, la tijereta y el churrinche, al punto de no quedar un solo miembro de la fauna ornitol&oacute;gica sin tomar parte en la embrollada y encantadora sinfon&iacute;a-, bajo esa atm&oacute;sfera, decimos, cargada de ox&iacute;geno y de m&uacute;sicas aturdidoras, nuestros hombres poniendo o&iacute;dos sordos a tales conciertos la hab&iacute;an emprendido con el &laquo;mate&raquo; que circulaba sin cesar, sin perjuicio de atender entre sorbo y sorbo a dos regulares churrascos de carne de novillo que se aderezaban al rescoldo destinados al desayuno. La estimulante infusi&oacute;n prepar&aacute;bales el est&oacute;mago y llev&aacute;bales contento al esp&iacute;ritu. Todo ello no les imped&iacute;a el fumar sus gruesos cigarrillos de tabaco negro picado por ellos mismos sobre la suela de la carona, un trozo cualquiera de madera o en la palma de la mano, con sus grandes cuchillos siempre afilados y de temple, cuyo uso era tan complejo, que de &eacute;l se serv&iacute;an para esa y diez o doce operaciones distintas.</p>