Diferencia entre revisiones de «Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/218»

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tanta, que por la delantera, lados, ni rezaga, ninguna cosa de los campos que se podían ver, habia dellos vacía. Los cuales pelearon con nosotros tan fuertemente por todas partes, que casi no nos conociamos unos á otros: tan juntos y envueltos andaban con nosotros <ref>La batalla junto á Otumba.</ref>. Y cierto creimos ser aquel el último de nuestros días, según el mucho poder de los indios y la poca resistencia que en nosotros hallaban, por ir, como íbamos, muy cansados, y casi todos heridos y desmayados de hambre. Pero quiso nuestro Señor mostrar su gran poder y misericordia con nosotros; que con toda nuestra flaqueza quebrantamos su gran orgullo y soberbia, en que murieron muchos dellos y muchas personas muy principales y señaladas; porque eran tantos, que los unos á los otros se estorbaban, que no podian pelear ni huir. E con este trabajo fuimos mucha parte del dia, hasta que quiso Dios que murió una persona dellos que debía ser tan principal, que con su muerte cesó toda aquella guerra. Así fuimos algo más descansados, aunque todavía mordiéndonos, hasta una casa pequeña que estaba en el llano, adonde por aquella noche nos aposentamos, y en el campo. Eyadesdeallí se percibian ciertas sierras <ref> Los pueblos y campos donde fueron estas batallas están antes de llegar á Puebla y entre Otumba y dicha ciudad, y llaman los llanos de Apan, y allí se descubre la sierra de Tlaxcala.</ref>
tanta, que por la delantera, lados, ni rezaga, nin-
guna cosa de los campos que se podían ver, habìa
dellos vacía. Los cuales pelearon con nosotros tan
fuerlemeute por todas partes, que casi no nos cono-
cíamos unos á otros: tan juntos y envueltos anda-
ban con nosotros (1). Y cierto creimos ser aquel
el último de nuestros días, según el mucho poder
de los indios y la poca resistencia que en nosotros
hallaban, por ir, como íbamos, muy cansados, y
casi todos heridos y desmayados de hambre. Pero
quiso nuestro Señor mostrar su gran poder y mise-
ricordia con nosotros; que con toda nuestra flaque-
za quebrantamos su gran orgullo y soberbia, en que
murieron muchos dellos y muchas personas muy
principales y señaladas; porque eran tantos, que
los unos á los otros se estorbaban, que no podian
pelear ni huir. E con este trabajo fuimos mucha par-
te del dia, hasta que quiso Dios que murió una
persona dellos que debía ser tan principal, que con
su muerte cesó toda aquella guerra. Así fuimos al-
go más descansados, aunque todavía mordiéndonos,
hasta una casa pequeña que estaba en el llano,
adonde por aquella noche nos aposentamos, y en el
campo. E yadesdeallise percibian ciertas sierras(2)

(1)La batalla junto á Otumba
(2) Los pueblos y campos donde fueron estas batallas es-
tán antes de llegar á Puebla y entre Otumba y dicha ciudad,
y llaman los llanos de Apan, y allí se descubre la sierra de
Tlaxcala.