Diferencia entre revisiones de «Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/197»

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do, lo hacian algo mejor con ellos; y que el dicho Muteczuma decia que no esperaba, sino yo que fuese, para que luego tornasen á andar por la ciudad, como antes solian. Y con el dicho español me envió el dicho Muteczuma un mensajero suyo, en que me decia que ya creía que debia saber lo que en aquella ciudad habia acaecido; y que él tenia pensamiento que por ello yo venia enojado y traía voluntad de le hacer algún daño; que me rogaba perdiese el enojo, porque á él le habia pesado tanto cuanto á mí, y que ninguna cosa se habia hecho por su voluntad y consentimiento, y me envió á decir otras, muchas cosas para me aplacar la ira que él creía que yo traía por lo acaecido, y que me fuese á la ciudad á aposentar, como antes estaba, porque no menos se haria en ella lo que yo mandase, que antes se solia facer. Yo le envié á decir que no traía enojo ninguno dél, porque bien sabia su buena voluntad, y que así como él lo decia, lo haria yo.
do, lo hacian algo mejor con ellos; y que el dicho

Muteczuma decia que no esperaba, sino yo que
E otro dia siguiente, que fué víspera de San Juan Bautista, me partí, y dormí en el camino, á tres leguas de la dicha gran ciudad; y dia de San Juan, despues de haber oido misa, me partí y entré en el1a casi á medio dia, y ví poca gente por la ciudad, y algunas puertas de las encrucijadas y traviesas de las calles quitadas, que no me pareció bien, aunque pensé que lo hacian de temor de lo que habian hecho, y que entrando yo, los aseguraria.
fuese, para que luego tornasen á andar por la ciu-
dad, como antes solian. Y con el dicho español me
envió el dicho Muteczuma un mensajero suyo, en
que me decia que ya creía que debia saber lo que
en aquella ciudad habia acaccido; y que él tenia
pensamiento que por ello yo venia enojado y traía
voluntad de le hacer algún daño; que me rogaba
perdiese el enojo, porque á él le habia pesado tan-
to cuanto á mí, y que ninguna cosa se habia hecho
por su voluntad y consentimiento, y me envió á de-
cir otras, muchas cosas para me aplacar la ira que
él creía que yo traía por lo acaecido, y que me
fuese á la ciudad á aposentar, como antes estaba,
porque no menos se haria en ella lo que yo manda-
se, que antes se solia facer. Yo le envié á decir
que no traía enojo ninguno dél, porque bien sabia
su buena voluntad, y que así como él lo decia, lo
haria yo.
E otro dia siguiente, que fué víspera de San
Juan Bautista, me partí, y dormí en el camino, á
tres leguas de 1a dicha gran ciudad; y dia do San
Juan, despues de haber oido misa, me partí y en-
ntré en el1a casi á medio dia, y ví poca gente por la
ciudad, y algunas puertas de las encrucijadas y
traviesas de las calles quitadas, que no me pareció
bien, aunque pensé que lo hacian de temor de lo
que habian hecho, y que entrando yo, los aseguraria.