Diferencia entre revisiones de «Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/203»

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rodeleros, y más de tres mil indios de los naturales de Tascaltecal, que habia venido conmigo y servian á los españoles; y llegados á una puente, pusimos los ingenios arrimados á las paredes de unas azoteas, y ciertas escalas que llevábamos para las subir; y era tanta la gente que estaba en defensa de la dicha puente y azoteas, y tantas las piedras que de arriba tiraban, y tan grandes, que nos desconcertaron los ingenios y nos mataron un español y hirieron muchos, sin les poder ganar un paso, aunque puñábamos mucho por ello, porque peleamos desde la mañana fasta medio dia, que nos volvimos con harta tristeza á la fortaleza. De donde cobraron tanto ánimo, que casi á las puertas nos llegaban, y tomaron aquella mezquita grande, y en la torre más alta y principal della se subieron fasta quinientos indios, que segun me pareció, eran personas principales. Y en ella subieron mucho mantenimiento de pan y agua y otras cosas de comer, y muchas piedras; é todos los más tenian lanzas muy largas con unos hierros de pedernal<ref>En mi librería tengo dos puntas de pedernal destas lanzas, de largo de más de un palmo, y tan fuertes y penetrantes como hierro.</ref> más anchos que los de las nuestras, y no menos agudos; é de allí hacian mucho daño á la gente de la fortaleza, porque estaba may cerca della. La cual dicha torre combatieron los españoles dos ó tres veces y la acometieron á subir; y como era muy alta y {{guion|te-|tenia}}
rodeleros, y más de tres mil indios de los naturales
de Tascaltecal, que habia venido conmigo y servían
á los españoles; y llegados á una puente, pusimos
los ingenios arrimados á las paredes de unas azo-
teas, y ciertas escalas que llevábamos para las su-
bir; y era tanta la gente que estaba en defensa de
la dicha puente y azoteas, y tantas las piedras que
de arriba tiraban, y tan grandes, que nos descon-
certaron los ingenios y nos mataron un español y
hirieron muchos, sin les poder ganar un paso,
aunque puñábamos mucho por ello, porque pelea-
mos desde la mañana fasta medio día, que nos vol-
vimos con harta tristeza á la fortaleza. De donde
cobraron tanto ánimo, que casi á las puertas nos
llegaban, y tomaron aquella mezquita grande, y en
la torre más alta y principal della se subieron fasta
quinientos indios, que segun me pareció, eran per-
sonas principales. Y en ella subieron mucho man-
tenimiento de pan y agua y otras cosas de comer,
y muchas piedras; ó todos los más tenian lanzas
muy largas con unos hierros de pedernal (1) más
anchos que los de las nuestras, y no menos agudos;
é de allí hacian mucho daño á la gente de la forta-
leza, porque estaba may cerca della. La cual dicha
torre combatieron los españoles dos ó tres veces y
la acometieron á subir; y como era muy alta y te-

(1) En mi librería tengo dos puntas de pedernal destas
lanzas, de largo de más de un palmo, y tan fuertes y pene-
trantes como hierro.