Diferencia entre revisiones de «El cuento del mago viajero en las estrellas»

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Línea 366:
Mandado por Dios, porque te ama mucho,
Para salvar tu ser de un caos enorme -
Yo en la voz de tu pensamiento puse éste sentido. </Poem>
 
Que más allá del agujero no tienes un mundo como imperio,
Por eso no deberías arrepentirte;
El imperio del genio : su pensamiento - es decir,
El espacio del alma es el mismo. Como trigo
Plantarás en los cielos las sumas de los pensamientos
Y entonces realizados estarán, ahí se quedarán.
Porque en el mundo de afuera tú no tienes herencia,
Puso en ti el Señor sin fines de pensamiento.
 
En este océano sin limites, donde pensamientos como estrellas
Florecen suavemente, miríadas se mezclan, se contraen;
Edificadas en domos magníficos, castillos de pensamiento
Se derrumban a tu soplo y secretamente se deshacen
O solo a tu pensamiento se mueven como abalorios
Y suenan canciones, que vibran - se oscurecen y caen;
Esta infinitud de pensamientos que puesta está en ti
Es un mundo dentro del mundo y destinada está para la eternidad.
 
Cuando la mente comprenderá tu vida terrestre,
Cuando tu cuerpo caerá dispersado por el tiempo,
Bajarás tú solo en su vida interior
Y durarás en su espacio estrellado, infinito;
Como Dios comprende con su vida celeste
Mundos, estrellas, tiempo y espacio, el átomo invisible,
Como todas están en él y él está en todo,
Así tú serás grande como tu pensamiento vasto.
 
De ésta vida grande si quieres tener noticia,
Piensa entonces en los sueños y en dormir,
Como muerto está el cuerpo frío por la noche,
Sobre ricas creaciones el alma es entonces dueño;
En un océano de estrellas, por soles, infinitud,
El se pasea, dispersando los pensamientos,
Aunque no son reales esos mundos solares,
Él las ve, las siente, las oye y las tiene.
Cuando el hombre es derrochado, mera arcilla sin soplo,
El alma en su exterior se queda sordo y ciego :
Una canción sin arpa, un rayo sin un sol,
Un murmullo sin aguas es el alma sin cuerpo,
Pero en su interior hay un mundo grande y extenso,
Que es real para él. Como gotas que absorben
Todos los rayos del mundo en un grano asombrado,
En él son todas, él es todo lo que ha pensado."
 
El serafín termina su meditación vibrante,
Se calla el pensamiento dentro del príncipe,
Y amarilla como hielo roto de las nubes aparece
La luna y pasa muerta sobre la tienda nublada
Y el cielo piensa nubes, grandes nubes de venganza
Que quisieran azotar a la tierra sublevada
Y la noche enfila horas sobre su hilo sin color
Como el río que lleva su pasado al futuro.
De repente ve como las nubes se hienden
En dos y le hacen un camino.
Llegado a la cumbre, bajo él una pandilla
De vientos pasan por las nubes y rompen
Sus alas por las rocas, meneándose en los valles.
 
Bajo él la borrasca negra, enturbiada,
Con caballos de relámpago, recorren locos
Y golpea en los vientos, sobre nubes trastornada,
Ella dobla las rocas y nace granizo,
Mezcla al mundo, amasa tormentas.
 
Encima de él, sobre el firmamento azul, sereno,
Brilla un cálido sol y se pasea con gusto.
Sobre el alero de rocas en ruina del monte,
Sobre una estrella precipitada, con el libro en la mano,
Profundamente piensa el poderoso mago.
 
- Padre - dice él - inclinándose para saludar,
Mi viejo pariente me mandó aquí.
- ¿ Has venido ? - responde el viejo - suspira,
Sobre su cara pasa una sonrisa serena,
Con una mano su libro viejo ha cerrado. -
 
He visto en mi libro que la vida vieja
Pronto se terminará - y con este pensamiento
Olvidé del mundo - dolor ajeno
Penetró en el alma, con alas de luz -
Y hasta que miré escapó de la tierra
 
Tormenta rabiada... De miles de tormentas
Que pasan volando encima de la tierra,
Hay algunas que desde hace mucho están locas,
Por eso atadas de viejas piedras
Las guardo cerradas en el fondo de la montaña.
 
Y cuando me abarcó el dolor por tu padre,
Debe ser que una de ellas escapó,
Rompió con su ala algunas estrellas,
Arrojándoles en nubes y en vientos rebeldes
Y mis bosques eternos les barrió.
 
Espera, niño, para que busque un hechizo
En el libro... Llamaré el gigantesco viento,
Para que le ponga sobre sus alas mil redes,
Para que le ate de las rocas, y quede de guardia
En el negro cárcel del fondo de la tierra...
 
Suspira; viento gallardo coge a la tormenta,
Ata sus alas - la mete en las rocas,
Y ahí con cadenas inmobiliza sus brazos;
Poco a poco se extienden las nubes del cielo,
Lentamente se rizan encima de los valles profundos.
 
- Niño, ahora ya no hay peligro -
Sigueme en el monte, es mis salas grandes,
Ahí me contarás sobre tu padre.
En nuestras vidas fuimos Pílades y Orestes -
Él se está muriendo - me quedaré de nuevo solo.
 
Antes de su muerte te mandó a ti,
Para que dé mi viejo consejo a tu vida,
Y por supuesto que esto hizo bien :
A ti te esperan peligros, y, sin mi ayuda,
Es posible que no escapes de ellos.
 
Si tú serías como otros hombres, entonces yo podría
Cambiar tu destino del malo al mejor,
Pero tu signo no existe en mi libro entero.
Los destinos de las estrellas por mi son llevados,
Pero tú no tienes estrella en todo el cielo.
 
Por eso no puedo hacer nada por ti.
Tu carta destinada yo no la puedo cambiar.
Lo que es puedo cambiar... Lo que en estrellas serenas
No está escrito - yo no puedo saber. Son escrituras extrañas
Pensadas por el Señor en el nimbo de los soles.
 
Pero te puedo enseñar los caminos de la perdición,
Para que no caigas en ella, para no estar tentado
Por un ángel con ojos verdes, con cara pálida,
Que al mundo trae dolor y tormenta,
De muerte, por el cual eres muy amado. </Poem>