Diferencia entre revisiones de «Página:Sub Sole.pdf/153»
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Un sonoro tintíneo de espuelas siguió a la órden, |
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i los campesinos empezaron a desfilar unos tras otros por ámbos lados de la ramada para ir a tomar sus cabalgaduras. |
i los campesinos empezaron a desfilar unos tras otros por ámbos lados de la ramada para ir a tomar sus cabalgaduras. |
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De pronto, en el hueco que dejaran, el hacendado |
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percibió al vagabundo inmóvil sobre el banco teniendo junto a si el montoncillo de las limosnas. Clavó sobre él una mirada furibunda i con voz vibrante profirió: |
percibió al vagabundo inmóvil sobre el banco teniendo junto a si el montoncillo de las limosnas. Clavó sobre él una mirada furibunda i con voz vibrante profirió: |
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— ¿Qué hace aquí este viejo pícaro? |
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Ninguna voz se alzó para responder. Don Simon |
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paseó su fiera mirada interrogadorá por aquellas cabezas que se bajaban obstinadamente i prosiguió: |
paseó su fiera mirada interrogadorá por aquellas cabezas que se bajaban obstinadamente i prosiguió: |
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— ¡Yo no sé que jentes son ustedes! Siempre están |
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llorando hambres i miserias, pero, en cuanto aparece por aqui uno de estos holguanes, que los embauca con cuentos absurdos, ya están desbalijando la casa para regarlo i festejarlo como si fuese un enviado del cielo. |
llorando hambres i miserias, pero, en cuanto aparece por aqui uno de estos holguanes, que los embauca con cuentos absurdos, ya están desbalijando la casa para regarlo i festejarlo como si fuese un enviado del cielo. |
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Desde un rincon partió una vocesilla cascada: |
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— Pero, señor ¿es un pecado, acaso, la caridad con los pobres? |
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— Es que esto no es caridad; es despilfarro, complicidad; asi es como se fomenta el vicio i la holgazaneria... |
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Hablaba atropelladamente con el rostro rojo de |
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ira, i volviéndose hácia el anciano inquilino, le dijo: |
ira, i volviéndose hácia el anciano inquilino, le dijo: |
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— A ver, Jerónimo, despegale la mano a ese farsanta. |
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El interpelado alzó la cabeza i miró aterrorizado a |