Diferencia entre revisiones de «Chaymanta Huayñuy»

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Línea 9:
Allí entre los dos cerros que se unen para dar paso al camino del Norte, aparece, manchando el horizonte, la figura de Ñausa Soncco, el ciego. Su errante miseria tiene la suprema y noble majestad de una vida nómade y trunca en peregrinar sin fin. La diestra levantada sostiene el báculo y las cuencas de sus ojos siempre parecen dirigirse a un punto misterioso de la Eternidad, bajo las tenebrosas nubes que galopan hacia él. Por el lado opuesto, al Sur del camino, aparecen Callpa-Sapa y Saucapayac, los dos pastores. Se detienen al verle y entonces se oye, en el solemne silencio del crepúsculo:
 
<center>{{c|CALLPA-SAPA</center>}}
 
–El ciego se acerca. El hombre maldito del Sol. ¡Silencio!...
 
<center>{{c|SAUCAPAYAC</center>}}
 
<center>{{c|''grita entre las palmeras cóncavas de sus manos:''</center>}}
 
–¡Ñausa! ¡Sobre las piedras está el agua! ¡Sobre la tierra está el maíz!
Línea 21:
Disponen sobre unas piedras del camino un cántaro de su menester, lleno de agua, y cerca, en el suelo, sobre unas hojas, una porción de cancha. Ñausa eleva su cayado a lo alto, extendiendo ambos brazos hacia ellos; y dice con voz ronca, donde se oye la desolación infinita de un alma convencida de su mal irremediable:
<center>{{c|ÑAUSA SONCCO</center>}}
 
–No os acerquéis! ¡No os acerquéis! ¡Soy el chaymanta yuyaymanak! ¡El blasfemo, el hombre maldito! No os acerquéis, si sois sencillos pastores, o ancianos venerables, o soldados del Inca. Yo he blasfemado contra el Sol y mi aliento mancha y agosta. ¡No toquéis mis vestidos, no piséis donde he pisado, ni digáis que me encontrásteis! Borrad mis huellas al paso, pero escuchadme para que el Sol no os castigue. Si no me escucháis, el aire helado secará vuestro sembrío, la roña destruirá vuestra era, helará en vuestros campos y se llenarán de gusanos vuestros graneros! ¿Dónde estáis dónde estáis ahora?...
 
<center>{{c|SAUCAPAYAC</center>}}
 
–¡Junto al sembrío, en el maizal que va hacia el río! ...
 
<center>{{c|ÑAUSA SONCCO</center>}}
 
–¡Ah, ingenuos pastorcillos!... Alejáos más, a un tiro de honda, para que el mismo aire no nos toque y la misma nube no nos cubra!...
Línea 35:
 
 
<center>{{c|''KARCHIS, EL DE LOS HERMOSOS OJOS Y SU REBELION CONTRA EL SOL...''</center>}}
 
 
Línea 75:
¡Buscad mis ojos, pastores, en la ruta del Inti! Ellos saben cuando la luna ilumina el mundo. Ellos no pueden brillar delante del Sol. Están junto al guerrero Chasca... Pero yo no sé, ¿cómo saberlo?, si mis ojos desde el cielo miran a la luna, si miran al río o si ven pasar mi cuerpo miserable, maldito y blasfemo, en medio de la eterna noche. Decidme pastores... ¿Visteis mis ojos en el azul?
 
<center>{{c|CALLPA-SAPA</center>}}
 
–¡Son muy hermosos y están junto a la luna!
 
<center>{{c|ÑAUSA SONCCO</center>}}
 
–¿Adónde miran? ¡Fijáos bien pastores, dónde miran!
 
<center>{{c|SAUCAPAYAC</center>}}
 
–¡Miran al río!...
 
<center>{{c|ÑAUSA SONCCO</center>}}
 
–En pos de ella van. Pasad, pasad ahora sin tocarme. Pasad lejos... Después borraréis mis huellas y diréis que me visteis... Pasad a un tiro de honda... ¡pasad!...
 
<center>{{c|CALLPA-SAPA</center>}}
 
–¡Ñausa! ¡Sobre las piedras está el agua!... ¡Sobre la tierra está el maíz!...
 
<center>{{c|ÑAUSA SONCCO</center>}}
 
–¿Dónde estáis ahora?...
 
<center>{{c|SUCAPAYAC</center>}}
 
–Junto al sembrío. ¡En el maizal que va hacia el río! ...
 
<center>{{c|CALLPA-SAPA</center>}}
 
–¿Adónde vas?
 
<center>{{c|ÑAUSA SONCCO</center>}}
 
–¡Hacia la noche! ¡Hacia la eterna noche! ...
 
<center>{{c|EL ECO</center>}}
 
–... hacia la eterna noche...