Diferencia entre revisiones de «Angel Guerra»

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{{Brecha}}«El año 1873 escribí ''Trafalgar'' sin tener aún el plan completo de la obra, después fué saliendo lo demás. Las novelas se sucedían de una manera... inconsciente.<br />
{{Brecha}}''Doña Perfecta'' la escribí para la ''Revista de España'' por encargo de León y Castillo y la comencé sin saber cómo había de desarrollar el asunto. La escribí á empujones, quiere decir, á trozos, como iba saliendo, pero sin dificultad, con cierta afluencia que ahora no tengo.»<br />
{{Brecha}}En vista de ''Angel Guerra'', no creo que haya disminuido mucho la afluencia, y á fe que estoy por lamentarlo. Pienso que á producir con menos facilidad, Galdós sería no más novelistas, pero sí más literato. Entonces en ''Angel Guerra'' se perseguiría más directamente la historia del protagonista: el camino se haría en una sola jornada, sin detenerse aquí y allí, como hacen los rapaces para cojer moras.<br />
{{Brecha}}En esta novela, como en ''Doña Perfecta'', como en otros libros del primer novelista español, hay un profundo simbolismo. Angel Guerra no es solamente un revolucionario arrepentido, es la encarnación del más puro amor humano, el fanático de virtudes sociales, el Amadís de Gaula de la caridad, en una palabra: la santidad libre pensadora y fracmasónica. Angel Guerra, con Tomás Orozco son los primeros apóstoles de una religión ''nihilista''—porque ha de nacer de la ruina de las existentes—basada en el evangelio. Son dos bienaventurados heterodoxos, dos iluminados que creen conocer el verdadero sentido de la predicación del ''hijo de Dios''. Sus manos y su corazón están siempre abiertos; su vida es una constante práctica del bien.<br />
{{Bloque derecha|{{versalita|Ramón del Valle.}}}}<br />