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fructuosa actividad si encuentran un Clero docto y santo que sepa comprenderlas y guiarlas.
Acta Apostolicae Sedis — Commentarium Officiale


Así que, a los Sacerdotes Mejicanos, que han dedicado toda su vida al servicio de Jesucristo, de la Iglesia y de las almas, es a quienes dirigimos este primero y más caluroso llamamiento, para que se decidan a secundar Nuestra solicitud y la Vuestra por el desarrollo de la Acción Católica, dedicando a ella las mejores energías y la más cuidadosa diligencia.
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Los métodos de una eficaz colaboración de los seglares a Vuestra acción en el apostolado no saldrán fallidos, si los sacerdotes se emplean con diligencia en cultivar al pueblo cristiano con una sabia dirección espiritual y con una esmerada instrucción religiosa, no diluida en discursos vanos, sino nutrida de sana doctrina tomada de las Sagradas Escrituras y llena de unción y de fuerza.
fructuosa actividad si encuentran un Clero d o c t o y santo que sepa comprenderlas y guiarlas.

A s í que, a los Sacerdotes Mejicanos, que han dedicado toda su vida al servicio de Jesucristo, de la Iglesia y de las almas, es a quienes dirigimos este primero y más caluroso llamamiento, para que se decidan a secundar Nuestra solicitud y la Vuestra por el desarrollo de la A c c i ó n Católica, dedicando a ella las mejores energías y la más cuidadosa diligencia.
Es verdad que no todos comprenden de lleno la necesidad de este santo apostolado de los seglares a pesar de que, desde nuestra primera Enciclica, ''Ubi Arcano Dei'', Nos declaramos que indudablemente pertenece al ministerio pastoral y a la vida cristiana. Pero ya que, como hemos indicado, Nos dirigimos a Pastores que deben reconquistar una grey tan vejada y en cierto modo dispersa, hoy más que nunca os recomendamos que os sirváis de aquellos seglares a los cuales, como a piedras vivas de la santa casa de Dios, S. Pedro atribuía una recóndita dignidad que los hace en cierto modo partícipes de un sacerdocio santo y real.
Los métodos de una eficaz colaboración de los seglares a Vuestra a c c i ó n en el apostolado no saldrán fallidos, si los sacerdotes se emplean c o n diligencia en cultivar al pueblo cristiano con una sabia dirección espiritual y c o n una esmerada instrucción religiosa, no diluida en discursos vanos, sino nutrida de sana doctrina tomada de las Sagradas Escrituras y llena de unción y de fuerza.

Es verdad que no todos comprenden de lleno la necesidad de este santo apostolado de los seglares a pesar de que, desde nuestra primera
En efecto, todo cristiano consciente de su dignidad y de su responsabilidad como hijo de la Iglesia y miembro del Cuerpo místico de Jesucristo — «multi unum corpus sumus in Christo, singuli autem alter alterius membra» (Rom., 12, 5) — no puede menos de reconocer que entre todos los miembros de este cuerpo debe existir una comunicación recíproca de vida, y solidaridad de intereses.
Enciclica, UM Arcano Dei, Nos declaramos que indudablemente pertenece al ministerio pastoral y a la vida cristiana. P e r o ya que, c o m o hemos indicado, N o s dirigimos a Pastores que deben reconquistar una grey tan

vejada y en cierto modo dispersa, hoy más que nunca os recomendamos que os sirváis de aquellos seglares a los cuales, c o m o a piedras vivas de la santa casa de Dios, S. Pedro atribuía una recóndita dignidad que los hace en cierto modo partícipes de un sacerdocio santo y real.
De aquí las obligaciones de cada uno en orden a la vida y al desarrollo de todo el organismo «in aedificationem Corporis Christi» ; de aquí también la eficaz contribución de cada miembro a la glorificación de la Cabeza y de su Cuerpo místico (Eph., 4, 12-16).
En efecto, todo cristiano consciente de su dignidad y de su responsabilidad c o m o hijo de la Iglesia y miembro del Cuerpo místico de Jesucristo — « multi unum corpus sumus in Christo, singuli autem alter alterius membra » ( R o m . , 12, 5) — no puede menos de reconocer que entre todos los miembros de este cuerpo debe existir una comunicación recíproca de vida, y solidaridad de intereses.
De estos principios claros y sencillos, ¡qué consecuencias tan consoladoras, qué orientaciones tan luminosas brotan para muchas almas, indecisas todavía y vacilantes, pero deseosas de orientar sus ardorosas actividades! ¡qué impulsos para contribuir a la difusión del Reino de Cristo y la salvación de las almas!
De aquí las obligaciones de cada uno en orden a la vida y al desarrollo de todo el organismo « in aedificationem Corporis Christi » ; de aquí también la eficaz contribución de cada miembro a la glorificación de la Cabeza y de su Cuerpo místico (Eph., 4, 12-16).

De estos principios claros y sencillos, ¡qué consecuencias tan consoladoras, qué orientaciones tan luminosas brotan para muchas almas,
Por otra parte, es evidente que el apostolado así entendido no proviene de una tendencia puramente natural a la acción, sino que es fruto
indecisas todavía y vacilantes, pero deseosas de orientar sus ardorosas actividades! ¡qué impulsos para contribuir a la difusión del Reino de Cristo y la salvación de las almas!
P o r otra parte, es evidente que el apostolado así entendido no proviene de una tendencia puramente natural a la acción, sino que es fruto