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Acta Apostolicae Sedis — Commentarium officiale

210

irarias, caen fuera del c a m p o de la A c c i ó n Católica, c o m o serían las actividades de partidos políticos y las de orden puramente e c o n ó m i c o social. P e r o existen otras muchas actividades benéficas que se pueden agrupar en torno al núcleo central de la A c c i ó n Católica, cuales son las Asociaciones de Padres de Familia para la defensa de las libertades escolares y de la enseñanza religiosa, la Unión de ciudadanos para la defensa de la familia, de la santidad del matrimonio y de la moralidad pública ; pues la A c c i ó n Católica no cristaliza rígidamente en esquemas fijos, sino que sabe coordinar, c o m o en derredor de un centro irradiador de luz y de calor, otras iniciativas e instituciones auxiliares, que, aun conservando una justa autonomía y c o n veniente libertad de acción, necesarias para lograr sus fines específicos, sienten la necesidad de seguir las normas programáticas de la A c c i ó n Católica. E s t o tiene una aplicación especial en el extenso territorio de Vuestra N a c i ó n , donde la variedad de necesidades y condiciones locales puede exigir que, conservando una base de principios comunes, se empleen métodos diferentes de organización y se den también soluciones prácticas diversas entre sí, pero igualmente rectas para resolver un mismo problema. A Vosotros os tocará, Venerables Hermanos, puestos p o r el Espíritu Santo para gobernar la Igíesia de D i o s , dar la última decisión práctica en estos casos, a la cual obedecerán los fieles c o n docilidad y exactitud. Cosa que deseamos c o n todo nuestro corazón, porque la recta intenc i ó n y la obediencia siempre y en todas partes son condiciones indispensables para atraer las bendiciones divinas sobre el ministerio pastoral y sobre la A c c i ó n Católica y para fijar aquella unidad de dirección y aquella fusión de energías que son requisito indispensable para la fecundidad del apostolado. Conjuramos por tanto c o n toda Nuestra alma a los buenos católicos mejicanos a que tengan en grande estima y amen la obediencia y la disciplina. « Üboedite Praepositis vestris et subiacete eis. Ipsi enim pervigilant, quasi rationem p r o animabus vestris reddituri ». Y que sea obediencia llena de gozo y estimuladora de las mejores energías, « ut c u m gaudio hoc faciant et non gementes » (Hebr., 13, 17). El que no obedece sino con desgana y c o m o a la fuerza, desfogando su resentimiento interno en críticas amargas contra sus Superiores y compañeros de trabajo, contra todo lo que no es según el p r o p r i o parecer y j u i c i o , aleja las bendiciones divinas, debilita el nervio de la disciplina y destruye donde se debiera edificar. Junto con la obediencia y la disciplina Nos place traer a la memoria