Escucha Dios
Escucha Dios en su encumbrado cielo de humildes golondrinas el gemido cuando, lejanas del paternal nido, vagan desamparadas por el suelo. Yo, gimiendo en amargo y triste duelo, familia, bienes y el hogar perdido, de su beneficencia he recibido socorro en mi orfandad y desconsuelo. Guárdete el mismo Dios tres veces santo, y a tu familia y grey, ¡oh pastor bueno! bajo la sombra de su augusto manto. Como de gratitud le pido lleno, pues tan grata acogida mi quebranto halló en tu dulce y compasivo seno.