Ensayo de una historia de Orizaba: Segunda parte: Capítulo II

Nota: Se respeta la ortografía original de la época



II.


Los Tlaxcaltecas, habitantes primitivos de Ahauializapan.—Sus emigraciones.—Se establecen en este valle.





La raza chichimeca, semi—salvaje, se confundió con las tribus de los Nahuatlacos, que se establecieron en las islas y las mágenes de las lagunas del Anáhuac.

De todas esas tribus las que lograron alcanzar mayor celebridad, fueron la de los tlaxcaltecas y los mexicanos, llamados así por el nombre de los países que respectiva mente habitaron.

Los tlaxcaltecas, objeto de nuestras investigaciones, vivieron al principio en Poyauhtlan, situado en la parte oriental de Texcoco.

Allí permanecieron algún tiempo miserablemente: buscaban su subsistencia cazando, porque carecian de terrenos para dedicarse á los trabajos agrícolas. Al desamparo de esa miseria se multiplicaron, y entonces pretendieron dilatar la estension del territorio que ocupaban. Sus vecinos los Xochimilcas, Colhuas y Tepanecas, se confederaron para subyugarlos, alarmados de su preponderancia y su creciente audacia.

Los tlaxcaltecas—"á quienes la conciencia de sus usurpaciones tenia siempre alerta, fueron al encuentro del ejército aliado[1] Esta nacion guerrera, por carácter y educación, no esperaba nunca el ataque, y antes bien le provocaba. Como siempre, los futuros auxiliares del conquistador, dieron pruebas señaladas de su reconocido valor. La batalla fué sangrienta y decisiva, y considerada una de las mas importantes en la antigua historia de estos pueblos.

Los tlaxcaltecas, aunque inferiores en número, causaron grandes estragos en el ejército aliado: el campo quedó lleno de cadáveres, y las aguas del lago, en cuyas márgenes se efectuó el combate, se tiñeron en sangre.

El éxito de este triunfo, tan favorable para los tlaxcaltecas, produjo en ellos, sin embargo, un efecto moral contrario al que debia esperarse. Habian triunfado; pero comprendieron que acaso mas tarde no tendrían fuerzas para rechazar el ataque que nuevamente le dirigirían sus enemigos: su sola presencia en aquellos lugares seria siempre una causa constante de guerra. Los gefes de las tribus enviaron exploradores en busca de terrenos suficientes para establecerse en ellos; pero no hallándolos determinaron fraccionarse.

Unos tomaron al Norte y fundaron á Tollantzinco y Quauhchinanco; otros se dirigieron al Mediodía, caminaron alrededor del Popocatepetl, y á su vez fundaron también, cerca de Atlixco, á Quauhquechollan, y después á Amaliuhcan y otros pueblos.

Gran parte de esta población errante se dirigió á este valle, mientras que la otra se encaminó á las faldas del Matlacueye (Malinclie), de donde mas tarde nació la famosa república de Tlaxcallan.

Verosímilmente ya estas comarcas estaban pobladas por los restos de los toltecas dispersos. Presumimos que obras de ellos son los restos de las antigüedades de Maltrata, cuya fandacion es antiquísima. Los rasgos artísticos de estos dibujos, parecen iguales á los que aun quedan en las ruinas de Huatusco, Centla y Palmillas, que dejamos citados[2].

Los tlaxcaltecas que tomaron hácia el Oriente, se guiaron por el Citlaltepetl, célebre ya en las tradiciones indias, por haber sido el lugar en que el gran Quetzalcoatl entregó su espíritu.

La tribu vagó desalentada en las llanu ras que dominan el volcan, que se llamó desde entonces Pouyauhtecatl, esto es, natural de Poyauhtlan, nombre dado sin duda en memoria del país que habia dejado en el valle de México.

Allí mismo la tribu sufrió otra desercion: una parte se estableció en Xalchimulco[3]: el resto prosiguió su marcha hácia la costa, y se estableció en el valle, de Ahauializapan, fundando algunas poblaciones comprendidas todas en esa denominacion genérica[4].

Entonces se fundaron Tesmalaca, Tequila, Zoncolco, é Izhuatlan[5], que se extendia desde el mismo barrio de la ciudad así llamado, hasta el pueblo que aun ahora lleva el mismo nombre y que está situado en las faldas del Tepostetla.

A este pueblo, impropiamente llamaron los españoles Aulicaba, como vamos á ver, corrompiendo el nombre Ahauializapan, que llevaba la provincia toda, y atribuyéndole á un pueblo solo. Todas las penalidades que sufrieron las familias de aquella tribu en sus peregrinaciones, en las frias llanuras de México y Puebla, y el aspecto agradable de estas comarcas, contribuyeron á que le dieran ese nombre que simboliza la alegría y el contento.

Al descender á estas partes, la tribu quedó sorprendida á la vista de estos lugares: la naturaleza se le mostraba propicia: el clima, templado por los ardores de las costas vecinas; el encanto inesplicable de estas llanuras y praderas, en que, á semejanza de la isla de Calipso, reina una primavera eterna, y la abundancia de fuentes y cascadas, la cautivaron tanto mas, cuanto que para gozar de esas ventajas no tenian que temer las rivalidades de ningún pueblo como las que, á pesar de sus victorias, les obligaron á emigrar de Payahutlan.

El valle de Orizaba se llamó desde entonces Ahauializapan, que en el idioma espresivo de los mexicanos, y dándole una interpretación libre, era lo mismo que valle de la alegría. En aquel nombre quizás los recienllegados, quisieron espresar su regocijo por haber encontrado al fin estas tierras, y alimentar esperanzas de alcanzar el bienestar que anhelaban.





  1. Clavijero. Historia Antigua.
  2. Véase la Nota 1.° de la pág. 63 y el Apéndice.
  3. Chalchicomula, hoy dia: esto es lo mismo que rincon informe de arena.
  4. Véase el siguiente Capítulo y el Apéndice.
  5. "Temalacatl, me dice el Sr. Ramirez en sus Observaciones, á que me referiré mas adelante, significa simplemente piedra circular, compuesta de Tetl y de Malacatl. Dábase tal nombre á la destinada al sacrificio gladiatorio."—Véase la Nota 1.a de la pág. 26. Tequila, lugar en donde hay piedras cortantes: Xococoloa (Zoncolco), me parece formado de las voces Xocoa, cosa agria, y Coloa, rodeo ó vuelta: de manera que bien puede decirse camino agrio, accidentado.—Izhuatlan, significa, lugar en que abundan las hojas. Véase el capítulo I de la Parte tercera.