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Conservador, Partido
Artículo de la Enciclopedia Chilena

Este artículo es parte de la Enciclopedia Chilena, un proyecto realizado por la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile entre 1948 y 1971.
Código identificatorio: ECH-2838/21
Título: Conservador, Partido
Categoría: Partidos políticos



PARTIDO CONSERVADOR

Historia editar

El primer antecedente histórico del Partido Conservador, se encuentra en el grupo político llamado "Pelucón", que se formó a la caída del Gobierno de O'Higgins aun cuando no existe una coincidencia exacta.

En aquella época se generó en el país un estado de desorden y de anarquía. Desde Europa llegaron ideas libertarias, democráticas e igualitarias que causaron enorme impresión en diversos sectores de la sociedad chilena; y así nació el grupo político que se denominó "Pipiolo", que defendía ardorosamente tales ideas y, en especial, el liberalismo que había generado la Revolución Francesa, cuya influencia aún no terminaba.

Formaron parte de este grupo "Pipiolo", elementos modestos de la sociedad de entonces, muchos de ellos desordenados y de poco prestigio. Por lo general eran pobres y de poca representación. De acuerdo con su naturaleza atacaron los principios de organización que en la época eran considerados inamovibles y propiciaron una reforma de la organización social, a fin de abrir paso a una República de base democrática avanzada, en abierta pugna con el régimen colonial recién extinguido.

Tales ideas y tales personas, naturalmente, causaron alarma en los elementos de mayor calidad, que vieron amenazada la tranquila organización social. Los representantes de la aristocracia colonial, los grandes propietarios territoriales y gran parte del clero, que gozaban de gran poderío social y económico opusieron, así, resistencia decidida a les propósitos de los pipiolos.

Este grupo de personas, que actuó en un principio en forma inorgánica, recibió el nombre de "Pelucones", denominación que en su nacimiento tuvo carácter despectivo y que derivaba de las pelucas empolvadas que usaban algunos elementos aristocráticos. Fueron llamados también "Conservadores", tanto porque encarnaban tendencias políticas de esta naturaleza, como porque la gran mayoría de ellos había pertenecido al "Senado Conservador" creado por Freire como cuerpo legislativo. Al grupo de los Pelucones se incorporó bien pronto otro que era llamado de los "estanqueros", dirigido por el joven comerciante don Diego Portales, y que había surgido como una reacción en contra del desorden reinante, de la anarquía política y de la desorganización. derivaba su nombre del hecho de haber pertenecido sus principales dirigentes a la sociedad comercial "Portales, Cea y Cía", que había tenido a su cargo el estanco del tabaco.

Integrado en esta forma el grupo de los pelucones, es bien fácil señalar la naturaleza doctrinaria que desde un principio lo distinguió. Propiciaba, en primer término, el respeto a las tradiciones nacionales, al orden establecido en la sociedad; y por otra parte, quería un gobierno fuerte y estable, que pusiera término a la anarquía política.

Los Gobiernos que sucedieron a O’Higgins, tanto el del general don Ramón Freire, como el del general don Francisco Antonio Pinto, fueron de marcado tinte pipiolo. El general Freire introdujo diversos principios y reformas de carácter liberal, tales como la abolición definitiva de la esclavitud; y don Francisco Antonio Pinto convocó a elecciones de Congreso Constituyente, en el cual el grupo de los pipiolos obtuvo una considerable mayoría. Este Congreso dicto la Constitución de 1828, de carácter netamente liberal. Al mismo tiempo que se operaban estas reformas, el país vivía en un ambiente de permanente desorden y desquiciamiento, sin estabilidad alguna en el Gobierno y sin principios sólidos de autoridad.

Fué natural que el grupo de los pelucones constituyera una fuerte oposición a estos Gobiernos. No podía permitir la supremacía que tenían en el Gobierno personajes de poca importancia social y no eran gratas a su naturaleza muchas de las reformas preconizadas, como tampoco el desorden reinante en el país. No miraba tampoco este grupo de buen talante la preponderancia que había adquirido el Ejército después de la Guerra de la Independencia.

La oposición de los Pelucones arreció considerablemente durante el Gobierno de Pinto. En 1829, se realizaron elecciones de Congreso y de Presidente de la Rep. Los Pipiolos pudieron fácilmente obtener mayoría en el Congreso y reelegir como Presidente a don Francisco Antonio Pinto; pero no pudo hacer lo mismo con respecto al Vice Presidente. Ninguno de los candidatos obtuvo mayoría absoluta de sufragios, alcanzando sólo mayoría relativa los señores Joaquín Prieto, Francisco Ruiz Tagle y Joaquín Vicuña, los dos primeros conservadores y el último liberal. En conformidad a los preceptos de la Constitución, correspondió al Congreso elegir al Vice Presidente de entre los candidatos que habían obtenido las más altas mayorías relativas. Aun cuando las primeras las habían obtenido los señores Prieto y Ruiz Tagle, el Congreso eligió al candidato que había obtenido la tercera, don Joaquín Vicuña, en atención a que era liberal.

Los Conservadores o Pelucones, consideraron que la actitud del Congreso violaba la Constitución Política y luego de violentas protestas, estalló una Revolución armada en Concepción, al mando del general don Joaquín Prieto. El ejército revolucionario marcho sobre la capital y luego de diversas alternativas, derrotó a las fuerzas gobiernistas en Ochagavía; o, más propiamente, obtuvo el éxito debido a un pacto de tregua celebrado después de esta batalla, cuyos resultados militares fueron indecisos. Pudo, así, el grupo Pelucón tomarse el Gobierno y poco mas tarde derrotó definitivamente a los Pipiolos en la batalla de Lircay el 17 de Abril de 1830.

Con la batalla de Lircay se estableció, pues, en el Gobierno de la República, por primera vez, el Partido Pelucón o Conservador. Tres fueron los principales Presidentes de la República que bajo este régimen se sucedieron en el mando: José Joaquín Prieto,Manuel Bulnes y Manuel Montt. El gobierno de todos ellos tuvo el sello característico que había distinguido la ideología pelucona: se mantuvo el principio de autoridad, sin vacilaciones; y fueron respetados el orden y las tradiciones de la Nación, sin que ello fuera obstáculo para un adecuado progreso ideológico y material.

La figura humana preponderante en todo este período es, sin duda, la del antiguo estanquero don Diego Portales. Ministro de Estado bajo el Gobierno de don José Tomás Ovalle y de don Joaquín Prieto fué el verdadero motor del Gobierno y logró sacar la República del caos anárquico en que se encontraba, organizándola sobre sólidas bases institucionales.

Politicamente, la presencia de Portales significó el aniquilamiento de los grupos políticos que habían actuado anteriormente. Solamente el grupo Pelucón, encabezado por él mismo, logró subsistir y engrandecerse.

No tuvo el grupo Pelucón programa escrito ni organización como Partido en la forma en que hoy se exige; pero, tanto los elementos de que estaba compuesto, como los acontecimientos históricos que lo habían generado y llevado al poder, le daban una fisonomía doctrinaria precisa y definida. Desde luego, fué preocupación especial suya el establecimiento de un Poder Ejecutivo eficaz y fuerte, que lograra imponer orden dentro del país. Se caracterizó también por apoyarse en las clases altas del país, no por un sentimiento oligárquico y antidemocrático, sino porque en aquella época tales clases contenían la mayor parte de los elementos de valer y aptos para el Gobierno. No tuvo este grupo político caracteres religiosos y aun el propio Portales era indiferente en estas materias. La naturaleza religiosa habría de nacer después, en el nuevo Partido Conservador que derivó del Peluconismo.

La República debe al Partido Pelucón la Constitución Política de 1833; y, al mismo tiempo un poderoso impulso de progreso, cuyo detalle no corresponde a la naturaleza de este artículo.


El verdadero Partido Conservador, derivado del Peluconismo y que ha llegado hasta nosotros, nació durante el Gobierno de don Manuel Montt. Los Pelucones, como hemos visto, eran enteramente agenos a las cuestiones religiosas, que no formaban parte de bu contenido doctrinario; pero, durante el Gobierno de Montt se produjeron diversos incidentes de carácter religioso que hicieron cambiar el planteamiento político de la época.

El primer incidente se produjo en el Instituto Nacional. La autoridad eclesiástica, apoyada por algunos conservadores, quería someter este establecimiento enteramente a la Iglesia, entregándole su gobierno desde el Rector hasta el último funcionario. Se opusieron terminante a este propósito el Presidente Montt y su Ministro don Antonio Varas; y se aceptó la renuncia del Presbítero Orrego, Rector del Establecimiento, nombrandose un reemplazante seglar.

Posteriormente, y por iniciativa del Arzobispo Valdivieso, se aprobó en el Senado un proyecto que restablecía legalmente a la Compañía de Jesús. Montt y Varas se opusieron también a esta medida por las graves consecuencias políticas y sociales que acarrearía.

Finalmente, se produjo la llamada "cuestión del sacristán". El Vicario de la Arquidiocesis de Santiago había ordenado en 1856, la separación de un Sacristán, sin el acuerdo del Cabildo. Dos Canónigos de la Catedral protestaron por esta medida y fueron suspendidos de sus cargos.

Apelaron los Canónigos ante la autoridad eclesiástica correspondiente y el recurso les fué concedido en el solo efecto devolutivo, o sea, sin suspender los efectos de la resolución apelada. Entablaron entonces recurso de fuerza ante la Corte Suprema de Justicia, tribunal al cual correspondía conocer de esta materia en atención al régimen de patronato que existía en las relaciones entre la Iglesia y el Estado y que hasta entonces siempre había sido respetado. El Arzobispo Valdivieso no aceptó la jurisdicción de la Corte Suprema y ésta lo conminó con la pena de destierro. Tal conflicto produjo en la sociedad de entonces un considerable revuelo; pero pronto fué solucionado, desistiéndose los Canónigos del recurso.

El conflicto del sacristán fué la culminación de los incidentes religiosos; y, aunque de pequeña monta en sí mismo, trajo trascendentales consecuencias de carácter político.

Hubo un grupo considerable de conservadores (pelucones), adictos al Arzobispo, que no consideró aceptable continuar en el Gobierno y que estimó que era necesaria la existencia de un Partido Político que amparara a la Iglesia. Este grupo abandonó, pues, el Gobierno y formó el nuevo Partido Conservador.

A su vez, los Pelucones que se mantuvieron al lado del Presidente Montt, se constituyeron en el Partido Nacional. Así, el antiguo grupo Pelucón llegó a su término y dió origen a dos nuevos Partidos.

El contenido doctrinario del nuevo Partido Conservador se desprende en forma nítida de su origen y desenvolvimiento históricos sin necesidad de que haya existido ningún programa escrito. Muchos de sus rasgos han acompañado al Partido hasta hoy, con su misma pureza primitiva, aun cuando otros han debido adaptarse a las modalidades y problemas de cada época.

En primer lugar, cabe advertir el carácter religioso del nuevo Partido. Desde este momento, el Partido Conservador se consideró ligado a la Iglesia Católica y se erigió en su más decidido defensor, especialmente en las épocas en que se trató de la laicización de las instituciones y de la separación de la iglesia y el Estado. Se advierte enseguida un debilitamiento en la defensa de la autoridad presidencial que había sido celosamente defendida anteriormente; pero que ahora no se conciliaba con su nueva posición. Los Conservadores han sido, así, contrarios desde entonces a toda dictadura y a cualquier exceso del poder. Finalmente, conservó el Partido algunos rasgos que venían desde antiguo, tales como la defensa del orden, el apoyo en las clases altas de la sociedad y el respeto a la tradición.

Los hechos relatados ocurrían en 1856.

El nuevo Partido Conservador, por la fuerza de los hechos, quedó colocado en la oposición al Gobierno de don Manuel Montt. Fué natural entonces que se produjera un acercamiento entre él y otro grupo opositor, como era el Partido Liberal. Entre unos y otros existían marcadas diferencias doctrinarias y se mantenían vivas aún muchas odiosidades derivadas de la antigua lucha entre pipiolos y pelucones. Sin embargo, la necesidad de fortalecer la oposición y la raiz pelucona que también existía en el nuevo Partido Liberal los acercó y los llevó, incluso, a formar la primera combinación política que hubo en el país: la "Fusión Liberal-Conservadora".

Durante el resto de la Administración Montt, el Partido Conservador hizo decidida oposición, cuyos detalles y caracteres se encuentran relatados en el artículo correspondiente a "Fusión Liberal-Conservadora". El sucesor de don Manuel Montt, Presidente don José Joaquín Pérez fué elegido sin lucha, contando con el apoyo del Partido Conservador. El Presidente Pérez inició una política de armonía y su primer Ministerio contó con las simpatías de la Fusión Liberal Conservadora. El Partido Nacional poco a poco se fué apartando del Presidente de la República, hasta que éste se vió obligado, en 1862, a organizar un Gabinete exclusivamente fusionista, integrado por conservadores y liberales. Representaban en él al Partido Conservador don Manuel Antonio Тоcornal, jefe del Partido en esa época, que fué nombrado Ministro del Interior; y don Miguel Güemes, que fué nombrado Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública.

Al tratarse de la designación del sucesor del Presidente Pérez, la Fusión Liberal-Conservadora pensó en la candidatura del jefe conservador don Manuel Antonio Tocornal; pero debido a su fallecimiento fué designado don Federico Errazuriz Zañartu, quien tuvo como con tendor a don José Tomás de Urmeneta, del Partido Nacional. Triunfante el candidato don Federico Errázuriz, asumió la Presidencia de la República el 18 de Setiembre de 1871. Su primer Gabinete fué de caracter netamente fusionista y en él figuraron destacados personeros de los Partidos Liberal y Conservador.

Durante este Gobierno empezaron a producirse choques y divergencias entre liberales y conservadores. Tal situación fué provocada especialmente por las llamadas "cuestiones teológicas" y por el problema educacional. Los conservadores, siguiendo la esencia de su doctrina, que rían que la sociedad y el Estado se mantuvieran unidos a la Iglesia Católica; y, consecuencialmente, se oponían al Cementerio laico, al Matrimonio Civil, al término del Fuero Eclesiástico y a la separación de la iglesia y el Estado, medidas todas que eran ardientemente propiciadas por los liberales. En materia educacional, el Partido Conservador se oponía a la introducción en los programas de algunas materias que podían afectar la fé religiosa y la moral privada de los individuos. Propiciaba también una amplia libertad educacional, quitando al Estado todo monopolio sobre la materia y, sobretodo, la facultad exclusiva que a éste correspondía para el otorgamiento de títulos.

El Ministro de Educación don Abdón Cifuentes, de filiación conservadora, quiso implantar por medio de un Decreto la libertad de enseñanza, y de otorgamiento de títulos. Dificultades producidas en la aplicación de este Decreto y especialmente en el otorgamiento de títulos, obligaron al Ministro Cifuentes a renunciar su cargo. El Presidente Errázuriz Zañartu organizó entonces un Gabinete exclusivamente liberal; y más tarde llamó a integrarlo al Partido Radical, de reciente formación, con lo cual el alejamiento conservador fué mayor aún.

Desde este momento, el Partido Conservador pasaba a la acción opositora que habría de tener en determinados momentos los más vivos caracteres.

Para las elecciones presidenciales de 1876, el candidato del Liberal y del Gobierno fué don Aníbal Pinto. El Partido Conservador se plegó a la candidatura de don Benjamín Vicuña Mackenna, escritor y político de gran popularidad, que aparecía propiciado por una nueva colectividad política llamada "Liberal Democrático". El triunfo correspondió a don Aníbal Pinto, quien asumió el mando el 18 de Setiembre de aquel año. Hasta este momento, el Partido Conservador había carecido de un Programa escrito y de una organización reglamentaria. Los principios y los postulados emanaban de la tradición y de la naturaleza histórica del Partido; la jefatura correspondía a los líderes parlamentarios y la falta de reglamentos era reemplazada por el entusiasmo de los militantes.

Por las razones anteriores, y a fin de dar al Partido una mejor organización, se convocó a una Convención para Diciembre de 1878, torneo que habría de ser llamado "La Gran Convención". Al convocarla, decían sus organizadores: "En vista de los graves acontecimientos que se preparan en la República con motivo de la próxima renovación de los altos poderes legislativos que van a investir el carácter de constituyentes, el Directorio General del Partido Conservador, ha estimado conveniente reunir a todos sus correligionarios políticos para ponerse en inmediato contacto con ellas y acordar de esta suerte el mejor rumbo que deba darse a la marcha del país. A este fin ha acordado convocar a sus amigos de las Provincias a una gran Convención que tendrá lugar en el próximo mes de Diciembre, conforme al programa que se acompaña en esta circular. Espera el Directorio que su llamado encontrará eco en todos los hombres de corazón que profesan los principios de la causa conservadora, la única que en estos momentos es capaz de salvar a la República de los peligros que la amenazan." Firmaba este llamado el "Directorio General" del Partido, entidad que había sido creada poco tiempo antes, como un primer paso hacia su organización reglamentaria.

Se inauguró la "Gran Convención" el día 22 de Diciembre de 1878. Fué elegido Presidente de ella don Domingo Fernández Concha y Vice Presidentes los señores: Miguel Barros Morán, delegado de Santiago; general Erasmo Escala, delegado de Concepción; Zorobabel Rodríguez, delegado de Chillán; Manuel Aracena, delegado de la Serena; Miguel Rodriguez, delegado de los Andes; Enrique Gormaz, delegado de Valparaíso; Francisco Ferrada, delegado de Linares; Aníbal las Casas, delegado de San Carlos; Abdón Silva, delegado de Talca; Francisco Pastor Correa, delegado de Curicó; Ezequiel Valenzuela, delegado de Chillan; Manuel Mardones, delegado de los Andes. Secretarios fueron don Carlos Walker Martínez y don Angel Custodio Vicuña.

En sesión de fecha 24 de Diciembre de 1878, la Convención aprobó el programa del Partido, cuyos puntos fundamentales fueron los siguientes:

  1. Descentralización Administrativa.
  2. Libertad de la iglesia.
  3. Nivelación del presupuesto de la Nación, economías en los gastos y modificación del sistema de contribuciones.
  4. Libertad electoral.
  5. Incompatibilidades parlamentarias.
  6. Libertad de enseñanza y libertad de profesiones.

Durante el Gobierno de don Aníbal Pinto, el Partido Conservador mantuvo su actitud opositora. Sin embargo, en atención al conflicto bélico con Perú y Bolivia que por esos años tuvo lugar, tal actitud fué moderada. Un Manifiesto del Partido, decía posteriormente: "Fiel a sus antecedentes históricos y a la patriótica conducta que sus prohombres observaron siempre que vieron comprometidos los altos intereses del país, el Partido Conservador, al estallar la guerra, plegó sin vacilar la bandera de sus peculiares afirmaciones, para seguir al tricolor glorioso por el sendero del sacrificio, de la muerte y de la victoria. Excluído de la dirección de la política, no tuvo ni por un momento el propósito de poner estorbo en el camino de los que lo excluían, y su acción en la prensa y en el Congreso, se limitó a indicar a los directores de la campaña, los derroteros que el buen sentido del país señalaba, a acordar al Gobierno todos los recursos que la vigorosa porsecusión de las hostilidades exigía y mantenía vivo en el corazón del pueblo el entusiasmo por el servicio de la causa de Chile, y la fe en el infalible triunfo".

Terminado el período presidencial de don Aníbal Pinto, un poderoso movimiento de opinión levantó la candidatura presidencial del general don Manuel Baquedano, jefe victorioso en la guerra del Pacifico. El Partido Conservador apoyó decididamente esta candidatura. Un manifiesto de "los conservadores de Santiago a sus amigos y correligionarios políticos", hizo un llamado a todos los conservadores del país para unirse en torno a la candidatura de Baquedano.

Sin embargo, en los círculos oficiales y en el Partido Liberal tal candidatura no encontró apoyo; y así surgió la candidatura de don Domingo Santa María.

Contando con las simpatías del Gobierno y con la acción decidida de los liberales, la candidatura de Santa María fué tomando cuerpo. Ante el desarrollo de los acontecimientos y lo que se consideraba una decidida intervención del Gobierno, el dirigente conservador don Carlos Walker Martínez tuvo palabras de fuego en contra de los círculos oficiales. El propio general Baquedano, no obstante haber sido proclamado el 8 de Abril de 1681 en un comicio de considerables proporciones, optó por retirar su candidatura en vista de la imposibilidad que estimó para su triunfo. En su carta renuncia tuvo las más duras expresiones en contra del Gobierno, por ingerirse, según decía "en actos que deberían estar y están legalmente fuera de su acción".

El Partido Conservador, ya sin candidato y considerándose sin garantías, de hecho no participó en las elecciones. Santa María fué, así, elegido sin competidor.

Posteriormente, Carlos Walker Martínez, en sesión de la Cámara de Diputados, dijo lo siguiente: "Pido que se consigne en el acta de la sesión de hoy mi protesta formal sobre la elección del Presidente de la República. La elección es nula porque está viciada en su origen y todos sus actos han sido la consagración del abuso. Excuso entrar aquí en detalles y seguir paso a paso en este triste calvario de las libertades públicas, porque de sobra todos los que aquí nos sentamos hemos sentido el peso de su enorme cruz sobre nuestros hombros".

Durante el Gobierno de don Domingo Santa María, la oposición del Partido Conservador, llegó a puntos culminantes. En él habrían de renovarse las antiguas luchas religiosas; y el Partido Conservador, de acuerdo con su doctrina y con su tradición histórica, habría de asumir decididamente la defensa de la Iglesia Católica.

Los conflictos empezaron con el Obispo de la Serena don José Miguel Orrego, quien proyectó hacer un viaje a Europa. Como se limitara a comunicar su viaje al Presidente de la República, y éste considerara que debía pedir "permiso", se le impidió la salida, generándose un incidente de proporciones. Luego vino el incidente con Monseñor del Frate. Poco antes de iniciarse el Gobierno de Santa María, había quedado vacante la jefatura de la Iglesia chilena, por fallecimiento del Arzobispo Valdivieso. El Gobierno propuso para reemplazarlo al Presbítero don Francisco de Paula Taforó, a quien, por ser de ideas más liberales que la mayoría del clero, se consideraba como una garantía de mejores relaciones entre la Iglesia y el Estado. El señor Taforó fué resistido por la Iglesia chilena y por el Partido Conservador. La inquietud y los incidentes que se originaron a raíz de esta propuesta, movieron a la Santa Sede a enviar a Chile, como Delegado Apostólico, a Monseñor Celestino del Frate. Llegó a Chile en Marzo de 1882 y aquí inició de inmediato una labor investigadora para determinar la conveniencia o inconveniencia de la designación de Taforó, todo en medio de gran agitación, intrigas y conflictos. En definitiva, Moseñor del Frate, informó desfavorablemente la candidatura de Taforó.

El Gobierno chileno, en señal de protesta por la actitud de Monseñor del Frate, adoptó diversas medidas que significaron un total rompimiento con la Santa Sede. En efecto, el 15 de Enero de 1883, el Ministro de Relaciones Exteriores entregó sus pasaportes al Delegado Apostólico, invitándolo así a abandonar el país. Aparte de ello, rompió relaciones con la Santa Sede, dando instrucciones al representante chileno don Alberto Blest Gana para que hiciera presente que tal situación se mantendría mientras subsistiese la oposición al nombramiento de Taforó.

Posteriormente el Gobierno de Santa María presentó al Congreso Nacional una serie de leyes de carácter laico, como represalia, según se dijo en círculos adversos, por la actitud de la Iglesia. En Julio de 1883 se inició la discusión del proyecto que establecía el Matrimonio Civil. Luego se discutieron la separación de la Iglesia y Estado, el Registro Civil, los cementerios laicos, etc. Es fácil imaginar el enorme revuelo que tales proyectos y su discusión causaron en la opinión católica del país.

El Partido Conservador asumió ardorosamente la defensa de la iglesia y de los principios religiosos. No tenía representación en el Congreso Nacional, pues se había abstenido de participar en las elecciones parlamentarias de 1882 y su único candidato, con Carlos Walker Martínez, presentado por Santiago, había sido derrotado. Pero su acción se hizo presente en la prensa, en los comicios públicos, etc.

Hubo en el Congreso, sin embargo, roces que apoyaron los puntos de vista del Partido Conservador. Así, en la discusión de la ley sobre Matrimonio Civil, don Julio Zegers propuso que se considerara válido el matrimonio religioso, junto con el civil, debiendo únicamente inscribirse aquel en el Registro Civil. Proposiciones semejantes hizo también don José Nicolás Hurtado; pero ninguna de ellas encontró acogida en el Congreso. Igualmente, el diputado don Juán Agustín Barríaga, que después ingresaría al Partido Conservador, objetó abiertamente la ley sobre Matrimonio Civil.

Dada la mayoría abrumadora del Congreso Nacional, los propósitos del Gobierno fueron satisfechos. Pudieron, así, dictarse las leyes sobre Matrimonio Civil, Registro Civil y Cementerios laicos. No fué posible establecer la separación de la Iglesia y del Estado porque en el Congreso no se produjo acuerdo sobre la situación en que quedaría la Iglesia, al quedar independizada del Estado.

Hemos dicho que en las elecciones parlamentarias de 1882, el Partido Conservador se abstuvo de participar; y que sólo en Santiago se presentó la candidatura de don Carlos Walquer Martínez, quien aceptó, según dijo, "para demostrar al país hasta donde llegarían los abusos de una intervención oficial".

Para las elecciones parlamentarlas de 1888 el Partido Conservador cambió de táctica y se aprestó para participar en ellas decididamente, no obstante la ninguna simpatía con que el Gobierno lo miraba. La campaña se desarrolló en medio de gran agitación y el Partido Conservador acusó al Gobierno de estar ejerciendo una abierta intervención, imputándole sobre el particular hechas de la más extrema gravedad. Hubo hechos de violencia e incidentes sangrientos. En las proclamaciones conservadoras de Buin y de Coquimbo cayeron algunos heridos; y en la Cañadilla quedaron más de cíen heridos y nueve muertos.

En definitiva, el Partido Conservador sólo logró elegir cinco miembros para el Congreso Nacional en aquellas elecciones. Don Alberto Edwards, refiriéndose a este hecho, ha dicho: "Si en 1885 fueron elegidos cinco miembros de ese Partido fué por la tolerancia del Gobierno y no porque los abusos hubieran sido menores".

Llegamos así a las elecciones presidenciales de 1886. El Partido Conservador había celebrado Convención en 1885. Era su segunda Convención y fué presidida por don Rafael Larraín Moxó, como Presidente y por los señores Almirante Riveros y Pedro Fernández Concha como Vice Presidentes. En ella ratificó el programa aprobado en la Convención de 1878 y delegó en el Directorio la facultad de designar el candidato a la Presidencia de la República.

Los demás partidos de oposición, entre los cuales se encontraban ahora grupos liberales y radicales que se habían retirado del Gobierno y el Partido Nacional, realizaron una Convención en Enero de 1886 para designar su candidato. Los radicales y algunos liberales propiciaban la candidatura de don José Francisco Vergara; y los nacionales, la de don Luis Aldunate. Como ninguno obtuviera la mayoría necesaria, acordaron someter la cuestión al arbitraje del Partido Conservador; pero el Directorio de este Partido declinó tal designación, diciendo: "Habríamos aceptado la decisión en condiciones de iguales; no la aceptamos en el carácter de jueces".

La Convención opositora, rechazado el arbitraje por el Partido Conservador, proclamó la candidatura de don José Francisco Vergara, de filiación radical. Se pidió el apoyo del Partido Conservador y esta colectividad impuso las siguientes condiciones:

  1. Modificar la ley de Registro Civil, dando efecto civiles al matrimonio católico.
  2. Derogar la ley sobre Cementerios, dejando libertad a los ciudadanos para sepultar los restos de sus deudos conforme a su religión.
  3. Dictar una ley sobre libertad de enseñanza.
  4. Modificar las leyes electorales vigentes.

El candidato don José Francisco Vergara no aceptó estas exigencias y pidió un pronunciamiento definitivo. El Partido Conservador, con fecha 24 de Enero de 1888, contestó lo siguiente: "Hay en nuestro programa ideas fundamentales que son base de doctrina social y política... A su defensa hemos consagrado inmenso trabajo y seguiremos como hasta aquí, sin desmayar en la tarea, cediendo en aspiraciones de poder, en preferencias de honor, en todo, pero no en ellas".

El 22 de Mayo de 1886, don José Francisco Vergara retiró su candidatura. Fué así elegido Presidente de la República don José Manuel Balmaceda, quien asumió su cargo el 18 de Setiembre de 1886. Balmaceda inició su Gobierno manifestando propósitos conciliatorios. Reanudó las relaciones oficiales con la Santa Sede, se proveyeron las sedes episcopales vacantes, se solucionó la forma del juramento de los Obispos y se empezó a estudiar una fórmula de arreglo para el problema de los cementerios. No fué raro, así, que el Partido Conservador no se mostrara mal dispuesto con él.

Es interesante conocer como estaba integrada en estos momentos la Directiva conservadora. Su Comité ejecutivo lo integraban los señores Manuel José Irarrazabal, Carlos Walker Martínez, Zorobabel Rodríguez, Abdón Cifuentes y Ventura Blanco Viel. Su Directorio, estaba compuesto por las siguientes personas: Carlos Aldunate, Javier Arlegui, Ventura Blanco, Abdón Cifuentes, Aníbal Correa, Francisco Concha Castillo, Joaquín Diaz B., Manuel Dominguez, Eduardo Edwards, Benjamín Edwards, Francisco de Borja Echeverría, Vicente García Huidobro, Francisco González E., Carlos Irarrázabal, Manuel José Irarrazabal, Ladislao Larrain, Enrique Larraín A., Patricio Larraín A., Juan de Dios Morandé, Macario Ossa, Nicomedes Ossa, Matías Ovalle, Ricardo Ovalle, Luis Pereira, Zorobabel Rodríguez, Federico Scotto, Antonio Subercaseaux, Ciriaco Valenzuela, Javier Vial Solar, Carlos Walker Martínez, Joaquín Walquer M., Blas Vial, Juán Bautista Méndez Urrejola, Víctor Carrasco Albano, Servando Arteaga,Raimundo Larraín, Ricardo Matte Pérez y Carlos Concha Subercaseaux.

Balmaceda inició su Gobierno con un Gabinete integrado con liberales y nacionales. La rotativa ministerial, sujeta a las mayorías parlamentarias y a los conflictos entre los distintos grupos liberales, fué intensa. En Junio de 1887 nombraba ya el Presidente un tercer Ministerio que incluía a todos los grupos liberales. En Abril de 1888 juraba el cuarto Ministerio; en Noviembre del mismo año, el quinto. Luego vino el gobierno de la combinación política llamada "Cuadrilátero" y continuaron los gabinetes a base de liberales y nacionales.

A principios de 1891, cuando la situación política se hacía insostenible, el gobierno, por intermedio de los liberales que lo apoyaban, buscó el apoyo del Partido Conservador. Se iniciaron las conversaciones con el jefe conservador don Manuel José Irarrazabal; y, según se dice, los liberales de Gobierno habían ofrecido a los conservadores un Ministerio y una fuerte representación parlamentaria en las próximas elecciones. El Partido Conservador pidió el apoyo de los liberales de Gobierno para una reforma de la ley electoral y para el proyecto sobre Comuna Autónoma de que era autor el jefe conservador de Manuel José Irarrazabal. En definitiva, no se llegó a acuerdo.

En Agosto de 1890 la situación era extremadamente grave. Se hablaba de una acusación al Ministerio e, incluso de declarar vacante el cargo de Presidente de la República. Con la intervención del Arzobispo de Santiago y de don Alvaro Covarrubias logró obtenerse una solución y se organizó un nuevo Gabinete en el que, por primera vez durante la Administración Balmaceda figuraba un conservador. El Gabinete estaba presidido por don Belisario Prats y el Ministro conservador era don José Tocornal, titular de la cartera de Relaciones Exteriores. No alcanzó a durar dos meses este Gabinete y fué reemplazado por otro de liberales, presidido por don Claudio Vicuña.

Desde este momento, no volvió el Partido Conservador a participar en el Gobierno de Balmaceda. Por el contrario, cada vez más fué orientando su actitud hacia una decidida oposición. Un comité secreto encabezado por don José Besa, Presidente del Partido Nacional, era integrado también por los líderes conservadores don Manuel José Irarrazabal y don Carlos Walker Martínez; y por el liberal Eduardo Matte.

Los acontecimientos políticos se fueron desarrollando vertiginosamente, hasta llegar a la sublevación de la Escuadra, al Acta de deposición del Presidente Balmaceda y al triunfo de la Revolución en 1891. El Partido Conservador mantuvo firmemente su actitud opositora, interviniendo en todos las actuaciones que terminaron con la derrota de Balmaceda. Sus parlamentarios firmaron el acta de deposición del Presidente; muchos de sus dirigentes y militantes formaron filas en el ejército revolucionario.

Mientras tanto, se habían realizado en el país dos elecciones parlamentarias. En las elecciones ordinarias de 1888, el Partido Conservador obtuvo 14 diputados y un Conservador. En las elecciones de Congreso Constituyente realizadas en Marzo de 1891, sólo resultaron elegidos parlamentarios adictos al Gobierno. El Partido Conservador no obtuvo representación. Con el triunfo de la Revolución de 1891, la situación política del Partido habría de varias considerablemente. Su historiador Juán Diaz Salas, dice lo siguiente. "Triunfante la oposición en los campos de batalla, quien iba a recibir los laureles del triunfo era el Partido Conservador, que, arrastrado a la Revolución por la fuerza de los hechos, se había convertido en su verdadera alma y sostén; bien puede decirse, en efecto, que el triunfo se debía a la constancia de su Jefe, el Ministro del Interior de la Junta Revolucionaria, don Manuel José Irarrazabal, y a la actividad desplegada por el dirigente principal del comité secreto, don Carlos Walker Martínez".

Después del triunfo de la Revolución se inició en el país la época parlamentaria, en la cual el Gobierno era ejercido por los Partidos que tenían mayoría en el Congreso. En esta forma el Partido Conservador, según los vaivenes de la mayoría parlamentaria participó en todos los Gobiernos integrando algunos de sus Ministerios; y en otras ocasiones se mantuvo en la oposición.

Dada la diversidad de partidos fué necesario, para formar mayoría, organizar combinaciones de Partidos; y así nacieron la "[[:bcnbio:Alianza_Liberal|Alianza Liberal" y la "Coalición". El Partido Conservador formó parte invariablemente de la Coalición, hasta tal punto que se consideró que no podía existir esta Combinación sin que participara en ella el Partido Conservador que era, así, su factor esencial o su eje.

Las elecciones presidenciales realizadas después del triunfo de la Revolución, se desarrollaron sin lucha y en ellas resultó elegido Presidente de la República don Jorge Montt, jefe de la Revolución. El nuevo Presidente inició su Gobierno con amplia cooperación del Partido Conservador; y así, en su primer Gabinete, figuraban dos de sus más connotados líderes, don Manuel José Irarrázaval como Ministro del Interior; y don Joaquín Walker Martínez como Ministro de Hacienda.

En 1891, estando aún en funciones la Junta de Gobierno, se realizaron elecciones parlamentarias y en ellas el Partido Conservador obtuvo 39 diputados, constituyéndose así en la primera mayoría dentro de la Cámara, situación que habría de pesar en su actuación gubernativa.

El Gobierno de don Jorge Montt dió satisfacción a antiguas aspiraciones del Partido Conservador. Desde luego, se dictó una ley que reformaba el sistema electoral, introduciendo el voto acumulativo en forma general. Mayor trascendencia aún tuvo la ley de Comuna Autónoma, dictada sobre la base del proyecto, de don Manuel José Irarrázaval. Fué promulgada como ley el 22 de Diciembre de 1891, con las firmas de don Jorge Montt y del propio señor Irarrazabal. A mediados de 1891, la Junta Ejecutiva del Partido Conservador estaba formada por los señores Abdón Cifuentes, Carlos Walker Martínez, Leoncio Echeverría, Carlos Irarrázabal y Ventura Blanco Viel. Esta Junta convocó al Partido a una Convención que se realizaría en Diciembre con el objeto de dilucidar la actitud que había tenido el Partido en la Revolución triunfante. Tuvo lugar esta Convención el 25 de Diciembre de aquel año y fué presidida por don Alejandro Vial como Presidente; y por los señores José Clemente Fabres, Carlos Lyon, Lorenza Beytía y José Ciriaco Valenzuela, como Vice Presidentes.

La permanencia del Partido Conservador en el Gobierno de don Jorge Montt fué de corta duración. El Gabinete presidido por don Manuel José Irarrázabal solo duró hasta el 31 de Diciembre de 1891, siendo reemplazado por otro que presidió don Pedro Montt. En este Ministerio figuró aún come Ministro de Guerra y Marina un Conservador: don Ventura Blanco Viel. Pero ya a principios del año siguiente (1892), el Partido Conservador quedó enteramente alejado del Gobierno. Tal situación provocó un natural resentimiento en las filas conservadoras; y, a impulsos de las alternativas tan frecuentes en un régimen parlamentario, el Partido Conservador pasó a la oposición, uniéndose al Partido de los balmacedistas.

En Abril de 1893, el Partido Conservador volvió nuevamente al Gobierno, ocupando carteras ministeriales en el Ministerio que presidió don Pedro Montt. Fué Ministro de Hacienda en aquel Ministerio el conservador don Alejandro Vial; y Ministro de Relaciones Exteriores don Ventura Blanco Viel, conservador también.

Al año siguiente, y estando en funciones el anterior Gabinete, se realizaron las elecciones parlamentarias. En ellas el Partido Conservador mantuvo su situación de primera fuerza política, eligiendo 29 diputados. Le siguieron los balmacedistas (Liberal Democráticos), con 26 diputados.

Para las elecciones presidenciales de 1896, el Partido Conservador apoyó la candidatura de don Federico Errázuriz Echaurren, que resultó elegido. Su candidatura había sido levantada primitivamente por los Partidos Liberal y Nacional, para oponerla al candidato de la Alianza Liberal don Vicente Reyes. Parecía difícil que el Partido Conservador pudiera plegarse a la candidatura del señor Errázuriz, que era hijo del Presidente Errázuriz Zañartu, bajo cuyo Gobierno los Conservadores habían salido del Ministerio... Sin embargo, el apoyo se produjo y don Federico Errázuriz resultó elegido Presidente de la República.

Para las elecciones presidenciales de 1901, y estando ya designado como candidato de la Alianza Liberal, don Germán Riesco, el Partido Conservador designó un Comité para que concertara con los liberales coalicionistas una Convención que designara candidato presidencial. Posteriormente se desistió de este propósito y entregó a su Directorio General las, atribuciones necesarias para la designación del candidato. Como el Partido Liberal coalicionista designara candidato a don Pedro Montt, el Directorio General Conservador, con fecha 15 de Mayo, le acordó su apoyo. Así, don Pedro Montt quedó designado como candidato de la Coalición. El triunfo correspondió al candidato de la Alianza Liberal don Germán Riesco. Sin embargo, a poco andar, habiendo el Partido Conservador formado mayoría parlamentaria con el Partido Liberal Democrático, fué llamado al Gobierno en 1902, e integró un Gabinete de Coalición. Desde esa fecha hasta 1904, el Partido Conservador, integrando Gabinetes de Coalición, formó parte del gobierno del señor Riesco. Posteriormente, volvió a ser llamado por el Gobierno de Riesco.

En Diciembre de 1901, el Partido Conservador celebró una nueva Convención, que habría de tener trascendental importancia por los temas de carácter social que allí se abordarían. Ya en la circular en que se citó a la Convención, se decía: "No podemos olvidar las necesidades y las legítimas aspiraciones de los obreros. Proclamar la Democracia Cristiana y formular en consecuencia un programa de reforma social, verdadera, eficaz y realizable será uno de los más gratos deberes de la Convención, en que la clase obrera estará ampliamente representada". La Convención se realizó el 22 de Diciembre de 1901 y en ella se procedió primeramente a designar la Junta Ejecutiva del Partido, que quedó integrada por don Carlos Walker Martínez, como Presidente; don José Tocornal, como Vice Presidente; y los señores Ventura Blanco, Ramón Santelices, Francisco de Borja Echeverría, José Ramón Gutierrez y Ricardo Matte Pérez, como Vocales.

Los acuerdos de caracter social adoptados por este Convención están inspirados en la Encíclica "Rerum Novarum", del Papa León XIII. Ellos se referían especialmente a "que las relaciones de patrones y obreros estén animadas por el espíritu de la justicia y la caridad cristiana y para que esto sea una realidad se comience, desde luego, por procurar habitaciones convenientes a los obreros, restablecer en el campo el sistema de subvenciones para el pago, abrir almacenes cooperativos y organizar a los obreros y dependientes en asociaciones religiosas-económicas, prefiriendo las ya existentes, suprimir la venta de alcohol en las haciendas y procurar en ellas entretenimientos populares para los días de fiesta..."

En las elecciones presidenciales de 1906, la Alianza Liberal proclamó la candidatura de don Pedro Montt. Un numeroso grupo de conservadores solicitó al Directorio General del Partido que se apoyara la candidatura de don Pedro Montt, ya que este había sido su candidato en las anteriores elecciones de 1901. El Directorio General, en sesión de 3 de Mayo, rechazó esta petición y acordó concertarse con los liberales coalicionistas para designar candidato. Realizose la Convención el día 11 de Mayo y en ella se disputaron la candidatura los señores José Tocornal (conservador) y Fernando Lazcano (liberal). En definitiva, y habiéndose retirado el señor Tocornal que en un principio obtuvo las primeras mayorías, sin alcanzar el quorum necesario, fué elegido candidato de la Coalición don Fernando Lazcano.

Mientras tanto, el grupo de conservadores partidarios de don Pedro Montt no había quedado satisfecho con la negativa del Directorio General y persistiendo en sus propósitos, designaron una Junta Directiva presidida por don Alejandro Vial y apoyaron decididamente la candidatura del señor Montt. Aquello era, pues, la división del Partido. El grupo partidario de la candidatura Montt, fué conocido con la designación de "Conservadores Montana".

El triunfo correspondió al candidato de la Alianza Liberal don Pedro Montt. Terminado el proceso electoral, las dos fracciones del Partido Conservador se reconciliaron solemnemente. "Vuestro ideales, dijo a los conservadores en aquella ocasión, don Raimundo Larraín Сovarrubias, son comunes, unos mismos vuestros sentimientos y una sola la fe que anima vuestros corazones. Con el entusiasmo de la juventud y con la resolución de una conciencia honrada, durante la lucha última electoral, creyendo servir esos ideales tomasteis distintos caminos, encarnando en distintas personas la esperanza de realizarlos. Esa lucha ha pasado ya y hoy todos juntos volvemos al hogar, en alegre concordia, olvidados ya los recuerdos del combate". El 25 de Diciembre de 1909, el Partido Conservador celebró una nueva Convención. Presidente de ella fué designado don José Tocornal; y Vice presidentes, los señores Ventura Blanco Viel y Javier Eyzaguirre. En esta Convención, el Presidente don José Tocornal analizando la labor del Partido, dió a conocer que en cumplimiento de los acuerdos de carácter social de la Convención anterior, el Partido había obtenido la dictación de las leyes sobre descanso dominical y habitaciones para obreros; y que estaba propiciando un proyecto sobre accidentes del trabajo. Esta misma Convención, reafirmó su apoyo a la doctrina social inspirada por las enseñanzas pontificias.

En las elecciones presidenciales de 1910, el Partido Conservador apoyó la candidatura de don Ramón Barros Luco que había sido levantada por el Partido Liberal y que resultó elegido sin lucha.

En 1915 integró la Coalición con los Partidos Liberal coalicionista, Nacional y Liberal Democrático, apoyando la candidatura de don Juán Luis Sanfuentes, que resulto electo Presidente de la República. Participó en casi todos los Ministerios del Gobierno de Sanfuentes; y en especial, y en forma preponderante, hasta 1918, fecha en que el Presidente hubo de llamar a la Alianza Liberal que había obtenido mayoría en las elecciones parlamentarias.

Dos nuevas convenciones celebró, mientras tanto, el Partido Conservador; una, el 15 de Setiembre de 1913, bajo la Presidencia de don Ventura Blanco Viel; y otra, en 1918, bajo la Presidencia de don Alberto Gonzalez Errázuriz. En ambas, se ahondó especialmente sobre los problemas sociales y sobre la Democracia Cristiana.

Presidentes del Partido en toda esta larga etapa que hemos historiado fueron, entre otros, los señores Joaquín Tocornal, Vicente García Reyes, Manuel Antonio Tocornal, Pedro Fernández Concha, Manuel José Irarrazabal, Abdón Cifuentes, Carlos Walker Martínez, José Tocornal, Ventura Blanco Viel y Alberto González Errázuriz.


El 13 de Mayo de 1920, el Partido Conservador entro a formar parte de la combinación política denominada "Unión Nacional. Había desaparecido ya, por los acontecimientos políticos, la antigua Coalición. Los partidos liberal, nacional, nacionalista y liberal democrático, reunidos en la combinación llamada "Unión Liberal", habían proclamado candidato a la Presidencia de la República a don Luis Barros Borgoño. El Partido Conservador adhirió, a esta candidatura y formó con los demás partidos, como se ha dicho, la "Unión Nacional".

El triunfo correspondió al candidato de la Alianza Liberal don Arturo Alessandri Palma, luego de una agitada elección. El Partido Conservador, durante su gobierno, asumió una actitud opositora; y, aunque en varias ocasiones la Unión Nacional, por las características del régimen democrático, hubo de asumir Carteras Ministeriales, no hubo, sin embargo, Ministros conservadores.

El Presidente Alessandri fué derrocado por un movimiento militar en Setiembre de 1924. El Partido Conservador, cuyo Presidente era don Arturo Lyon, solidarizó con este movimiento. En sesión del Directorio General del Partido de fecha 18 de Noviembre de 1924, decía el señor Lyon: "El movimiento militar se produjo fuera de nuestra órbita de acción, pero los propósitos que lo instigaron coinciden perfectamente con las finalidades de nuestro programa, con sus anhelos de regeneración administrativa, de corrección política, de perfeccionamiento moral y de progreso material... Debe saberse que nos hacemos solidarios del movimiento militar."

Es de advertir que, a más de su actitud opositora por desacuerdo con el Gobierno de Alessandri, el Partido Conservador había sufrido, junto con los demás Partidos de la Unión Nacional, un serio descalabro en las elecciones parlamentarias de Marzo de aquel mismo año. Obtuvo 21 diputados y 7 senadores; pero la Combinación a que pertenecía quedó en manifiesta minoría en ambas Cámaras.

La Junta de Gobierno que reemplazó al señor Alessandri contó con las simpatías del Partido Conservador; y en este ambiente, integrando la Unión Nacional, contribuyó a la proclamación de la candidatura presidencial de don Ladislao Errázuriz. Esta candidatura quedó desbaratada con un nuevo movimiento, el 23 de Enero de 1925, que trajo nuevamente al Gobierno a don Arturo Alessandri.

El 5 de Octubre de 1925, el Partido Conservador, por intermedio de su Presidente don Arturo Lyon suscribió el acuerdo de los Partidos Políticos para designar candidato presidencial a don Emiliano Figueroa Larraín, quien resultó elegido Presidente de la República en las elecciones de 1926.

Durante el Gobierno de don Carlos Ibañez, que sucedió a don Emiliano Figueroa, y que se inició en Julio de 1927, el Partido Conservador siguió la suerte de todos los Partidos Políticos que no tuvieron en esa época las suficientes garantías pare desenvolverse normalmente. Fué su Presidente durante la primera época don Arturo Lyon Peña; y desde Julio de 1930, don Ezequiel González Cortés.

El 27 de Diciembre de 1929, celebró el Partido una nueva Convención; y en 1930 participó en el acuerdo electoral con los demás Partidos, a consecuencias del cual resultó designado el Congreso llamado "Congreso Termal", en el cual se dió a cada Partido una representación convencional. Al Partido Conservador le correspondieron 10 Senadores y 22 Diputados.

A la caída del Gobierno de Ibañez tuvo serios incidentes internos, en los cuales se atacó a quienes habían cooperado con aquel Gobierno. Fué elegido Presidente don Rafael Luis Gumucio. En las elecciones presidenciales, que se realizaron aquel mismo año (1931), apoyó la candidatura de don Juán Esteban Montero, juntamente con los Partidos Liberal y Radical.

Al año siguiente, al realizarse nuevamente elecciones presidenciales, el Partido Conservador presentó la candidatura presidencial de don Héctor Rodriguez de la Sotta, Presidente a la sazón de esa colectividad. En esas elecciones, en que fueron candidatos, además, los señores Arturo Alessandri (que resultó triunfante con 187.914 rotos), Marmaduke Grove, Enrique Zañartu Prieto y Elias Lafertte, el Partido Conservador obtuvo la cantidad de 47.207 votos. Indudablemente tal votación no correspondía, por diversas razones, al electorado conservador, sino a parte de él.

En el Gobierno de don Arturo Alessandri Palma, que se inició en 1932, el Partido Conservador participó casi invariablemente y lo apoyó hasta su expiración. Ministros conservadores, entre otros, desempeñaron Carteras en este Gobierno los señores Miguel Cruchaga Tocornal, Joaquín Prieto Concha, Eduardo Cruz Coke, José Ramón Gutierrez, Bernardo Leyghton.

En 1938, al tratarse de designar sucesor al señor Alessandri, el Partido Conservador, junto al Partido Liberal, apoyó la candidatura de don Gustavo Ross Santa María, que resultó derrotado por don Pedro Aguirre Cerda, candidato del Frente Popular.

Durante la administración de don Pedro Aguirre Cerda, el Partido Conservador no participó en momento alguno en él y se mantuvo en la oposición. Otro tanto ocurrió con el gobierno de su sucesor don Juán Antonio Ríos, que había derrotado en las elecciones presidenciales a don Carlos Ibañez del Campo, que contó con el apoyo conservador. Mientras tanto, se había producido en el Partido una importante escisión. Un grupo de juventud, constituído en "Falange Conservadora" o "Falange Nacional", que propiciaba los principios social cristianos, en forma avanzada, no prestó su cooperación en la candidatura de don Gustavo Ross. La Junta Ejecutiva del Partido, en 1938, acordó la reorganización de este grupo, ante lo cual abandonó el Partido y formó un nuevo Partido con el nombre de "Falange Nacional", que años más tarde habría de integrar la Democracia Cristiana.

En las elecciones presidenciales de 1948, el Partido Conservador, luego de una fracasada Convención en la que participó junto con liberales y agrario laboristas, proclamó la candidatura de don Eduardo Cruz Coke, que obtuvo en las urnas la segunda mayoría. Resultó elegido Presidente de la República don Gabriel Gonzalez Videla.

El Presidente Gonzalez Videla invitó al Partido Conservador a participar en su primer Gabinete; pero el Partido se excuso por la presencia en dicho Gabinete de Ministros comunistas.

En Junio de 1947, el Partido celebró una nueva Convención. En ella se adoptaron acuerdos, propiciando una reforma del régimen político con el objeto de establecer un sistema parlamentario. Se condenó también la delegación de facultades de los poderes públicos. En esta Convención, empezó a diseñarse una división doctrinaria dentro del Partido, que habría de tener en el futuro graves consecuencias. Se advirtió una cierta supremacía del sector llamado "social cristiano", que logró elegir Presidente a don Horacio Walker Larrain.

Poco después de la Convención, la Juventud Conservadora, predominantemente social cristiana, lanzó un manifiesto en el que planteaba estos principios y se refería a la lucha contra el comunismo. Quedó en claro, después de este manifiesto, que uno de los puntos principales de la divergencia conservadora, estribaba en la forma como debía atacarse al Comunismo. Decían los jóvenes conservadores en una parte de su Manifiesto: "La Juventud conservadora afirma que la única manera de desplazar el error comunista de la conciencia de gran parte del pueblo chileno, es la implantación integral de la solución propuesta por el social-cristianismo".

En 1948, el Presidente Gonzalez Videla presentó al Congreso Nacional un proyecto de ley que se llamó de "Defensa de la Democracia". Tenía por objeto declarar al Comunismo fuera de la ley y borrar a los comunistas de los registros electorales. El Presidente del Partido Conservador, don Horacio Walker Larrain, desde un principio comentó desfavorablemente este proyecto. En el seno del Partido, tanto él como el Senador don Eduardo Cruz Coke atacaron duramente el proyecto de Gonzalez Videla. El Directorio General aprobó un acuerdo apoyando la represión al Comunismo. Sin embargo, en el Senado, los Senadores Horacio Walker y Eduardo Cruz Coke se rebelaron en contra de este acuerdo, llegando el señor Cruz Coke, incluso a votar en contra el proyecto del Gobierno. La Junta Ejecutiva del Partido solidarizó con él, creando así una confusa situación dentro del Partido. Mientras tanto, el Presidente Gonzalez Videla, deseando contar con un Gabinete más amplios para la aplicación de la ley anticomunista, ofreció dos carteras a miembros del sector llamado "tradicionalista" del Partido Conservador. La Junta Ejecutiva del Partido les negó el "pase" para aceptar las carteras; pero ellos, ante la gravedad de la situación, prescindieron del acuerdo de la Junta e ingresaron al Gabinete. Ellos fueron los señores Luis Felipe Letelier y Guillermo Varas, que juraron como Ministros de Justicia y Salubridad, respectivamente. (Julio de 1948)

La ley sobre represión al comunismo fué promulgada el 8 de Setiembre de 1948. (Véase Partido Comunista)

El Partido Conservador continuaba unido después de estos incidentes; pero se advertían cada vez más marcadas, sus dos tendencias: la tradicionalista y la social cristiana, cuyo contenido doctrinario se desprende de su misma denominación. En las elecciones parlamentarias de 1949 aún continuaba unido, no obstante haberse producido, serios incidentes, y desde el año anterior se había elegido para regirle una Mesa de conciliación, integrada por don Horacio Walker como Presidente y por los señores Eduardo Cruz Coke y Sergio Larraín como Vice Presidentes. Con motivo del fallecimiento del Senador por O'Higgins y Colchagua don Miguel Cruchaga Tocornal, ocurrido en 1949, se produjo el rompimiento definitivo, presentando ambas corrientes candidato distinto. Resultó elegido don Sergio Fernández Larrain del sector tradicionalista.

Desde este momento, hubo dos Partidos Conservador. Ambos se disputaron la exclusividad para usar el nombre tradicional y el local del Partido, habiéndose producido incidentes, acciones judiciales, reclamaciones ante el Director del Registro Electoral, etc., que causaron expectación en la opinión pública. El Director del Registro Electoral, en primera instancia, declaró que el uso del nombre "Partido Conservador" correspondía al sector tradicionalista; pero el Tribunal Calificador de Elecciones, por vía de apelación, reconoció este derecho al sector social cristiano.

El sector tradicionalista se constituyó desde entonces con el nombre de "Partido Conservador Tradicionalista" y el otro sector, con el nombre de "Partido Conservador", aun cuando siguió siendo conocido como "Partido Conservador Social Cristiano."

En 1950, el Partido Conservador Tradicionalista celebró su primera Convención y en ese mismo año cayó el Gabinete llamado de Concentración Nacional en el cual este Partido mantenía sus dos ministros, señores Letelier y Varas. Fué reemplazado por un nuevo Gabinete, en el cual formó parte el Partido Conservador Social Cristiano (Véase "Concentración Nacional")

Para las elecciones presidenciales de 1932 cada una de las fracciones del Partido apoyó a distinto candidato: El Partido Conservador Tradicionalista, junto al Partido Liberal, levantó la candidatura de don Arturo Matte Larraín; y el Partido Conservador Social Cristiano apoyó al candidato del Partido Radical don Pedro Enrique Alfonso.

Sin embargo, el Partido Conservador Social Cristiano había previamente celebrado Convención durante los días 2, 3 y 4 de Noviembre de 1951. En dicha Convención había levantado la candidatura presidencial del Presidente del Partido senador don Manuel Muñoz Cornejo. Posteriormente, esta candidatura fué retirada y se acordó el apoyo al candidato radical, que llegó a las urnas con el apoyo de los Partidos de Gobierno en aquel momento: Radical, Falange Nacional, Conservador Social Cristiano, y Democrático de Chile. En la Cámara de Diputados en esta época, las fuerzas de ambas fracciones se encontraban divididas en la siguiente forma: Tradicionalistas 21 Diputados; Social Cristianos, 19 Diputados (Cámara 1949-1953). En las elecciones de 1953, el sector tradicionalista obtuvo 17 Diputados; y el sector social cristiano, solamente dos.

La mayor parte de las fuerzas políticas del antiguo Partido Conservador se encontraban, pues, en el sector tradicionalista. Este mismo sector, poco a poco, fué absorbiendo fuerzas y produciendo un aglutinamiento. Ya en Diciembre de 1953, un sector numeroso del sector social cristiano ingresó a él, incluyendo dos diputados. Se firmó, así, un "Acta de Unidad" con fecha 15 de Diciembre de 1953 y el Partido pasó a llamarse "Partido Conservador Unido". Se eligió Presidente a don Juán Antonio Coloma. Esta unidad fué ratificada por la XVI Convención General del Partido y en ella se eligió una Mesa que representaba a ambas corrientes y Junta Ejecutiva con las mismas tendencias. Presidente fué don Juán Antonio Coloma у Vice Presidentes los señores Raúl Irarrazabal y Mario Valdés. Al momento de hacerse esta fusión, el Partido Conservador Social Cristiano tenía dos diputados, que eran los señores Francisco Palma S. y Hugo Rosende; y un Senador, que lo era el Dr. Eduardo Cruz Coke. Como los dos Diputados ingresaron al Partido Conservador Unido y el Senador Cruz Coke había sido elegido antes que se produjera la división, se consideró que legalmente el Partido Conservador Social Cristiano había quedado sin representación parlamentaria. Más tarde, el senador Cruz Coke dejó también de pertenecer a dicho Partido y pasó al Conservador Unido.

Sin embargo, el Partido Conservador Social Cristiano continuó existiendo, e integrando la combinación política denominada "Federación Social Cristiana". Al momento de producirse la unificación, el Presidente del Partido Conservador Social Cristiano, señor Jorge Mandones Restat, protestó de ella y dijo: "No existe unión del Partido Conservador, simplemente el abandono del Partido de un sector que engrosó las filas del Partido Tradicionalista. El hecho de que un Partido tenga la desgracia de que lo abandonen dos de sus parlamentarios y algunos de sus militantes no tiene importancia."

En Agosto de 1955, el director del Registro Electoral, mediante una Resolución que fué aceptada por el Tribunal Calificador de Elecciones canceló la inscripción del Partido Conservador Tradicionalista y la reemplazó por la de "Conservador Unido".

En las elecciones parlamentarias de 1957, el Conservador Unido obtuvo 22 diputados y completó seis senadores. El Partido Conservador Social Cristiano, obtuvo un diputado y ningún senador.

En Julio de aquel mismo año, se produjo la última etapa de la división: el Partido Conservador Social Cristiano se fusionó con la Falange Nacional y constituye el Partido Demócrata Cristiano.

Nuevamente volvió a existir, en consecuencia, un solo Partido Conservador: El Partido Conservador Unido, que desde este momento podría denominarse unicamente "Partido Conservador".

Para las elecciones presidenciales de 1958, el Partido Conservador, junto al Partido Liberal y a otros sectores, apoyó la candidatura presidencial de don Jorge Alessandri Rodríguez que resultó triunfante. Por esta misma época se formó un pequeño Partido que se denominó "Partido Social Cristiano", integrado por antiguos conservadores y que fué presidido por don Luis Cabrera Ferrada. Este partido, cuya tendencia era unitaria, apoya la candidatura de don Jorge Alessandri y terminó ingresando al Partido Conservador.

En 1962, el Partido Conservador, junto a liberales y radicales, integró la combinación llamada "Frente Democrático", que levantó la candidatura presidencial de don Julio Durán. Una derrota electoral ocurrida el 15 de Marzo de 1964 en Curicó, y que afectó al candidato a diputado del Frente Democrático, trajo como consecuencia la renuncia del candidato presidencial don Julio Durán y la disolución del Frente Democrático. Posteriormente, el Partido Conservador acordó su apoyo al candidato presidencial del Partido Demócrata Cristiano don Eduardo Frei Montalva, sin pactos ni compromisos de ninguna especia y manteniendo sus principios doctrinarios. El apoyo, según reiteradas declaraciones, obedeció al propósito de velar por el mantenimiento de los principios democráticos, sin excesos de izquierda.

Durante la campana electoral, el Partido Conservador cooperó eficazmente al triunfo de la candidatura del señor Frei, no obstante las dificultades, suspicacias e incidentes que durante la campaña se produjeron, facilmente explicables por las divergencias doctrinarias entre ambas colectividades y a los distintos planos en que hasta entonces se habían mantenido.

Triunfante el candidato presidencial señor Frei en las elecciones de Setiembre de 1964, el Partido Conservador se mantuvo en una actitud de independencia, sin participar en el Gobierno. Prestó su apoyo al Gobierno en determinadas circunstancias y se opuso a las actuaciones y proyectos que consideró lesivos para el interés nacional o para sus principios doctrinarios.

En las elecciones parlamentarias de Marzo de 1965, los resultados electorales fueron notoriamente desfavorables para el Partido Conservador. Obtuvo 121.000 votos y fracción, logrando elegir solamente tres diputados y ningún senador, quedando su representación en el Senado limitada sólo a dos senadores. Estos resultados fueron considerados en círculos adversos como señal de crisis de los partidos tradicionalistas, el Conservador y el Partido Liberal que también obtuvo desfavorables resultados. Sin embargo, el Partido ha mantenida su vitalidad y su acción.

Presidente del Partido Conservador durante esta época fué don Francisco Bulnes Sanfuentes. Renovada la directiva resultó elegido Presidente de la colectividad don Bernardo Larraín.

Con posterioridad a las elecciones parlamentarias de 1965, se ha acentuado la actitud oposicionista del Partido Conservador al Gobierno Demócrata Cristiana del Presidente Frei. (Véase Partido Demócrata Cristiano). Especial actuación en este sentido le ha correspondido en algunos proyectos del Ejecutivo, tales como los convenios del cobre, leyes llamadas normativas y reforma constitucional. En este último proyecto ha puesto especial énfasis en su oposición a las disposiciones que afectan al derecho de propiedad. En el mes de Julio de 1965, el Presidente del Partido don Bernardo Larraín hizo presente al Presidente de la República su disconformidad con el proyecto que se refería a esta materia y que modifica al art. 10 Nº 10 de la Constitución política. Como consecuencia de esta gestión se nombró una comisión compuesta por el Ministro de Justicia por un representante conservador y por un representante liberal, para estudiar una nueva redacción del proyecto.

Igualmente, el Partido Conservador, ha adoptada acuerdos y hecho declaraciones públicas oponiéndose a actuaciones y proyectos del Ejecutivo. Atacado desde diversos frentes, especialmente por la Democracia Cristiana y por la prensa oficialista ha mantenido una actitud de lucha.

Bibliografía editar

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