Enciclopedia Chilena/Folclore/Oración, La
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La Oración
Artículo de la Enciclopedia Chilena
Este artículo es parte de la Enciclopedia Chilena, un proyecto realizado por la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile entre 1948 y 1971.
Código identificatorio: ECH-519/48
Título: La Oración
Categoría: Folclore
Oración, La. Folk. Nuestra oración folklórica es un medio de comunicación con la divinidad, la Virgen, los seres angélicos, los santos, correspondientes a la religión católica, con propósitos de invocar protección, rendir homenaje, manifestar agradecimiento, o exponer simplemente un pasaje de sus vidas. Adquiere, por lo tanto, función interpretativa del hombre con respecto de las fuerzas religiosas a que se encuentra vinculado, sobre la base de la fe que le inspira, producto de la educación recibida en la infancia, pero sin que el conjunto de sus convicciones se abstenga de mezclarse, muchas veces, con el cauce de la superstición. Un ejemplo de la primera finalidad aludida lo hallamos en el siguiente texto, muy común en todo Chile central: Señor, a acostarme voy, Con la Virgen me confesara, Arco de la gloria, Esta peticiones de ayuda conciernen a todas las situaciones de la existencia que puedan implicar algún riego, como son viajes, negocios, nacimiento, muerte, enfermedades, entre las más notables. La segunda intención se ilustra eficazmente con cualquiera de las numerosas versiones de las alabanzas, diseminadas a lo largo de todo el país, pero en la actualidad de reducida vigencia: ya viene rompiendo el alba, Jesucristo anda perdido, Alabemos al Señor, Alabanzas que hemos dicho La acción de gracias tiene un acabado exponente en esta oración, común en la zona comprendida ente las provincias de Coquimbo y Concepción: Gracias te doy, buen Señor, Por eso pido, Dios mío, La relación episódica que constituye el cuarto tipo citado, se encuentra en un terreno fronterizo con el corrido de tema piadoso, como podría comprobarse, entre otras casos, con la frecuentísima narración del milagro de la multiplicación de naranjas y obsequio de la facultad visual al cuidador de ellas, por parte de Jesús, y cuya versión más divulgada empieza: Camina la Virgen pura, No obstante, en este ámbito se encuentran varios ejemplos que sólo se desempeñan como oraciones propiamente dichas, en particular las que hacen referencia a las virtudes del o de los protagonistas del relato, con evidente solicitud de amparo buscada por el creyente, lo que sugiere una vinculación con la primera de las modalidades contempladas: Estaba santa Pelenia Aquí estoy, Señora mía, La Virgen le dijo: Este amplio y fundamental cuadro divisorio se lleva a la práctica tanto en las pertinentes ocasiones privadas, de acuerdo con costumbres familiares; como en actos públicos, entre los que resaltan los velorios de adultos, las novenas y las procesiones. En ambas circunstancias, la calidad de los textos y la exteriorización funcional de ellos, conducen a quien les emplea a una franca y directa actitud de conversación con el ser superior invocado, peculiaridad estilística distintiva del género, apreciable no sólo en las oraciones recitadas, sin duda las más abundantes, sino también en las cantadas, descollando las ya parcialmente traseritas Alabanzas y las Salves y Avemarías chilotas. La dispersión de este fenómeno folklórico, abarca la totalidad del territorio, demostrando su frecuencia de uso poderosa vigentes en aquellos lugares donde la corriente hispanizadora penetró honda y definitivamente, vale decir la extensa región que comienza en Coquimbo y llega a Concepción a la cual se suma la provincia de Chiloé, riquísimo venero de bien mantenidas prácticas religiosas tradicionales. Dicha subsistencia, presuntamente señal de una continuidad inmediata, significa una valiosa fuente oral de información para los estudios de la historia del catolicismo y de la literatura en Chile, por cuanto sus orígenes americanos se basan en elementos escritos - toda clase de devocionarios - y no escritos, eminentemente romances de temática a lo divino, muchos de los cuales entraron a nuestro país sin función inicial de oración, obteniéndola con el correr del tiempo y dejando en sus textos claras huellas de deformaciones y caprichosos trasplantes. Además en este segundo grupo aparecen oraciones propiamente tales, ya fuertemente popularizadas en la España de los siglos XVI y XVII, entre las que cabe recordar Padre Jesús Nazareno,
Bibliografía Rodríguez Marín, Francisco. "Cantos populares españoles". eds. Atlas, Vols. I - IV - V. Madrid, 1951.
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