Enciclopedia Chilena/Folclore/Esquinazo, El
Para ver el documento original completo, haga clic en la imagen. |
El Esquinazo
Artículo de la Enciclopedia Chilena
Este artículo es parte de la Enciclopedia Chilena, un proyecto realizado por la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile entre 1948 y 1971.
Código identificatorio: ECH-519/73
Título: El Esquinazo
Categoría: Folclore
Esquinazo, El. Folk. Especie musical. Es un canto de salutación, de requerimiento amoroso, o de solicitud para iniciar una fiesta. Corresponde a la serenata española. El nombre parece haberse originado en la costumbre de estarse los músicos o bandas, en una esquina de la calle para cantar desde allí, para dar comienzo a esta manifestación musical, cantando hasta al frente de la casa habitada por quien la había motivado. En franca decadencia, el esquinazo aún se mantiene en Chile, celebrado tanto en forma sorpresiva como avisado previamente, en relación con los onomásticos, felicitaciones a novios, albricias propias de nacimientos felices; pero, la más de las veces, se debe al simple deseo de visitar parientes o amigos con fines de diversión. Por lo tanto, son las horas del anochecer o de la madrugada, las que mejor se prestan para su realización, ya que en ellas hay mayores posibilidades de encontrar a los festejados en sus viviendas, y aumentar el efecto de la sorpresa. Sus características literarias y musicales pertenecen con toda evidencia en la familia de la tonada, diferenciándose de los otros miembros - parabienes, tonada propiamente dicha, cierto tipo de verso con pie rítmico, y villancicos - sólo por su función específica, ya señalada. Al respecto conviene añadir que, por razones obvias prevalece el empleo liviano de la guitarra, generalmente una o dos, a cuya ejecución suelen agregarse la estridencia de matracas, de golpes sobre objetos de hojalata, y hasta de descargas de escopetas, para incrementar el énfasis anunciativo. Como ya queda dicho en el artículo correspondiente, existe una clase de villancicos con finalidades de esquinazo, practicados en aquellos lugares donde la misa de Navidad se inicia después que los fieles han golpeado las puertas de la Iglesia, al compás de los cánticos en honor al Niño Dios, lugares entre los cuales sobresale la hacienda de Aculeo, en la provincia de Santiago. Una de las modalidades más interesantes de esquinazo es la efectuada en Chiloé para comenzar el quegnún, una visita preestablecida con el propósito de comer, bailar y cantar, y cuya descripción más acertada proviene de Francisco J. Cavada, el cual en su obra Chiloé y los chilotes trascribe el diálogo versificado que le confiere carácter distintivo a este tipo de serenata, sostenido entre un representante del grupo visitante y otro de la persona visitada, en el caso que ésta no posea condiciones para la respuesta cantada que debe expresar, tan obligatoria como la condición de mantener la espera con puertas y ventanas cerradas. Reproduciremos algunas estrofas que permitan una ilustración mínima. El de afuera- Agradable compadrito, El de adentro- Apuesta yo hice, compadre, El de afuera- Si las flores del jardín El de adentro- ¿Quién es ése que anda afuera, II. Estribillo. III. IV. Cogollo. Esta modalidad folklórica no se ha aprovechado suficientemente en los espectáculos de difusión de cultura vernácula del país en especial para iniciar algunas presentaciones, con el consiguiente beneficio de ambientación esencial. En el campo de la pedagogía, podría servir como coordinadora de las asignaturas de Castellano y de Educación Musical, a través de sencillas escenificaciones, que facilitarían a los alumnos participantes el cultivo de la poesía lírica cantada, pudiéndose llegar a la proyección coral; fomentarían el desarrollo de la expresión corporal, y podrían insinuarse como procedimientos de espontánea y sincera convivencia. Dichas escenificaciones, son particularmente apropiadas en la enseñanza primaria, de acuerdo con el principio didáctico de la actividad, podrían influir en la adquisición de hábitos. Sus peculiaridades demuestran su ancestro hispánico, y si consideramos su vigor en el Siglo de Oro, la inmediata y efectiva expansión del folklore del conquistador en el nuevo mundo americano, y los juicios de nuestros historiadores, como Eugenio Pereira Salas, es lícito indicar su presencia, desde aquellos años del Reino de Chile en que la consolidación del dominio guerrero, hizo posible el uso de medios recreativos, al amparo de las primeras poblaciones.
Bibliografía Laval, Ramon A. "Contribución al folklore de Carahue". Cap. VII. Madrid, 1916.
|