En una llaga mortal...
I
En una llaga mortal,
desigual,
que está en el siniestro lado,
conoceréis luego cuál
es el leal
servidor y enamorado;
por cuanto vos la hicisteis
a mí después de vencido
en la vencida
que vos, señora, vencisteis
cuando yo quedé perdido
y vos querida.
II
Aquesta triste pelea
que os desea
mi lengua ya declarar,
es menester que la vea
y la crea
vuestra merced sin dudar;
porque mi querer es fe,
y quien algo en él dudase,
dudaría
en duda que cierto sé
que jamás no se salvase
de herejía.
III
Porque gran miedo he tomado
y cuidado
de vuestro poco creer,
por esta causa he tardado
de os hacer antes saber
la causa de aqueste hecho:
cómo han sido mis pasiones
padecidas;
para ser, pues, satisfecho,
conviene ser mis razones
bien creídas.
IV
Señora, porque sería
muy baldía
toda mi dicha razón,
si la duda no porfía
con su guía,
que se llama Discreción;
como en ello ya no dude,
pues es verdad y muy cierto
lo que escribo,
antes que tanto me ayude,
que pues por duda soy muerto,
sea vivo.
V
CABO
Pues es esta una experiencia
que tiene ya conocida
esta suerte,
por no dar una creencia,
no es razón quitar la vida
y dar muerte.