En tu cristal movible la belleza
En tu cristal movible la belleza veo, Nereo padre, figurada de mi luz, que de rayos coronada, muestra alegre su gracia y su grandeza. Tus ondas vibran y arden con la alteza de la llama titania, y la rosada frente alabo, y de púrpura imitada en ellas, y de nieve la pureza. Si alzo al polo los ojos, donde junto te pinta su color, presente miro de mi lucero el dulce ardor florido. Y dudoso del bien, al mismo punto vuelvo, y en tu fulgente ponto admiro su esplendor, y en el cielo dividido.