En la muerte del Marqués de Vasto

En la muerte del Marqués de Vasto
de Hernando de Acuña


 Alta señora, que en la edad presente   
 divina más que hermana hermosura   
 y mil dotes de cielo y de ventura   
 os hacen un milagro entre la gente;   
 

 de cuyo resplandor el mundo siente  
 que en nuestra vida trabajosa y dura   
 nos hace clara de la noche oscura,   
 como el bien más perfecto y excelente;   
 

 aunque causa tan justa os haya dado   
 para llanto y dolor la cruda muerte,  
 contra quien no hay reparo ni remedio,   
 

 el saber de que el cielo os ha dotado   
 ponga en el llanto doloroso y fuerte,   
 si fin no puede ser, al menos medio.